La brújula

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de la brújula, atención con esta novedad tecnológica.
0:00:07 Antes de inventar la brújula, era muy importante para los marinos observar las aves, el vuelo de las aves.
0:00:17 En las navegaciones largas y peligrosas embarcaban aves, por si no hubiera aves que observar, las llevaban ellos mismos.
0:00:27 Y las lanzaban a volar en el momento de extravío. Parece que especialmente llevaban cuervos.
0:00:35 Y los soltaban, llegaban el caso para ver si estaba cerca la tierra o no.
0:00:42 Si los pájaros se quedaban sobrevolando la nave eran malas noticias.
0:00:47 Quería decir que no habían visto ninguna tierra cerca.
0:00:50 Por el contrario, si salían disparados en determinado rumbo, seguramente eran aquella dirección que estaba la tierra firma.
0:00:59 En algunas historias míticas, más allá de estas costumbres que hemos señalado, aparecían algunos datos interesantes.
0:01:08 Por ejemplo, encerrado noe, dentro de la arca y deseoso de saber el estado de las aguas del diluvio,
0:01:15 soltó primero un cuervo y después una paloma para observar qué dirección tomaban.
0:01:22 Son avales míticos a estos decires anteriores.
0:01:27 Los argonautas que querían asegurarse de su ruta soltaron una paloma en medio de las rocas yaneas también llamadas impleagadas.
0:01:40 En realidad lo hicieron no para saber si había tierra cerca, ya que las rocas eran tierra, sino para ver qué sucedía si alguien pasaba entre esas rocas.
0:01:51 Y lo que sucedía era esto. Aquellas rocas, las impleagadas, tenían la siguiente particularidad.
0:01:58 Configuraban un estrecho. Había un estrecho de mar entre dos rocas enormes.
0:02:06 Parece que esas rocas se movían.
0:02:09 Entonces cuando pasaba un barco por el medio, cuando pasaba algo por el medio, las rocas se cerraban y trituraban al que pasaba.
0:02:18 Ya se tratase de un barco yanea un animal, de una foca o lo que sea.
0:02:23 Entonces los argonautas largaron una paloma, la hicieron pasar entre las rocas para ver si las rocas se cerraban.
0:02:31 Pero creo que hicieron más que eso, porque ellos ya sabían que las rocas se cerraban.
0:02:38 Entonces largaron la paloma, las rocas se cerraron y cuando empezaban a abrirse de nuevo, ahí a todo lo que da, remando como demoniados, pasaron los de la nave algo.
0:02:53 Confiando que el mecanismo era un poco obsoleto.
0:02:58 Un poco más lento, claro.
0:03:01 Era lento y tenía que abrirse del todo antes de cerrarse.
0:03:06 No se les ocurrió que por ahí las empleadas interrumpían el movimiento de apertura y cerraban.
0:03:12 Habrán tirado más de una paloma para ver cómo funcionaba.
0:03:16 Probablemente hubo una gran mortandad de aves.
0:03:22 Bueno, las antiguas crónicas escandinabas cuentan que el navegante Zueko Flóck dirigió su rumbo hacia Islandia siguiendo la dirección de tres cuervos que tenía a bordo.
0:03:37 El mismo Dios Odín tenía cuervos, y le servían también para eso o para cosas parecidas, el cuervo Hugen y el cuervo Munim.
0:03:46 Uno para agua en cada hombro los tenía y lo ayudaban mucho en sus aventuras marinas.
0:03:52 Por más que en realidad Odín tenía recursos marineros más adelantados que los de hoy.
0:03:58 Ya que una nave que usaba muchas veces podía doblarse sobre sí misma y guardarse en el bolsillo.
0:04:07 Digo en el bolsillo debería decir la bolsa, ya que supongo que los Vikings no usaban bolsillo, ni terno, ni ambo de la mundial.
0:04:17 Llegaría una bolsita y ahí sí resultaba práctico para los dioses, guardar aquella nave, no nombre se me olvida ahora,
0:04:25 nave que cabía en cualquier bolsito pero cuando llegaba a Salmar y querías embarcarte, la desdoblaba y se convertía inmediatamente en un bote gigantesco de unos 50 metros de eslora.
0:04:36 Dicen que en China se gestó el gran invento que vino a certificar el rumbo, porque las aves por ahí volaban un poco altuntún.
0:04:50 Después de todo no se podía tener mucha confianza en ellas, una vez está sujeta equivocaciones y el desconocimiento geográfico que tiene las aves iba a decir que es proverbial, pero no, porque las golondrinas saben bien dónde van.
0:05:09 El caso es que en el reinado de Zhou Wang, allá por el siglo XI antes del Cristo, es decir empecemos a desconfiar, esta fecha en la historia china ya es para desconfiar.
0:05:22 Digo así lo citado este Zhou Wang, como aquel durante cuyo reinado se descubrió la propiedad de la aguja magnética de apuntar siempre al sur y no hacia el norte como autores revisionistas indicaron más tarde.
0:05:36 En el sexto año en su reinado, según refiere la crónica de anoche, Zhou Wang recibió la noticia de que sus embajadores en un apartado reino, concretamente de las tribus Higué Xiang habían traído unos regalos para rendirle homenaje.
0:05:54 Muy bien, el embajador de orden de que los enviados fueran conducidos a la corte para tributarle honores y convidarles con algo, esas cosas.
0:06:04 Se entregaron unos regalos y los viajeros, y van a regresar, estaban en duda del camino que tenían que emprender para regresar a su patria.
0:06:13 Entonces, un tal Zhou Kung, tío del emperador y segundo hombre en importancia del imperio, le regaló cinco carros provistos de un artilugio que señalaba al sur.
0:06:26 Se los llamaba precisamente así, carros que señalan al sur, Qin Anku.
0:06:35 Qin Anku como saben todos los que conocemos el chino, cuando vimos Qin Anku, inmediatamente decimos, ¡ah, hace carros que señalan al sur!
0:06:49 Yo hablo cantones, que es un dialecto chino del interior, yo soy el campo.
0:06:56 Bueno, hay varios indicios de que se habían inventado aparatos por el estilo, si bien quizá no por este Zhou Kung, el emperador o sus súbditos, por algún sabio antiguo.
0:07:14 El filósofo Kikutsi, que vivió en el siglo IV antes de Cristo, cuenta también que el pueblo de Zhong se empleaba, mejor dicho, carros indicadores del sur para ir a buscar jade.
0:07:30 Curiosamente, al menos en estas crónicas, el uso de cierta brújula era terrestre, no marítimo.
0:07:39 No apareció ningún escrito antiguo, la utilización a bordo de un barco, de una aguja, de un artiluzco o cualquiera, hasta muchos siglos después.
0:07:49 En cuanto al jade, usted deberá saber que era un elemento decisivo en la búsqueda de la inmortalidad.
0:07:56 En casi todas las historias donde hay un rey, un altimista, que busca la inmortalidad, hay jade.
0:08:04 Siempre donde se busca la inmortalidad hay un poco de jade.
0:08:13 Dejade.
0:08:15 Parece que hace nervir una piedra de jade y se toman el jugo.
0:08:20 En un relato chino de la historia de la brújula se dice que el secreto de los carros indicadores del sur se perdió durante muchos siglos,
0:08:29 hasta que lo reconstruyó el astrónomo Zhang Hong, que murió en el 139 d.C., es decir, mucho más aquí, ahí creo.
0:08:40 Yo creo que no lo reconstruyó, creo que lo inventó ahí.
0:08:44 La explicación del mecanismo es bastante difusa de todas maneras.
0:08:48 Se trata, dice, de una máquina consistente en unos engranajes que registran los movimientos de el eje de un carro,
0:08:56 de tal modo que una aguja señala siempre la misma dirección, cualquiera sea la dirección que lleve del carro. Mejor raro, mejor raro.
0:09:05 Bueno, se asegura que los chinos, cuando lo usaron para la navegación a la brújula, solían rendirle una especie de culto religioso.
0:09:15 Delante de las agujas quemaban constantemente unas pastillas olorosas, una especie de gamexán, no sé, ni cienzo,
0:09:25 o echaban al mar unas medallas de papel dorado o unas pequeñas góndolas del mismo papel, con el objeto de tener propicias a las brújulas.
0:09:36 Como se ve el espíritu científico de los chinos era insogornable.
0:09:41 Los persas y los turcos llamaron a la brújula keble genuma, que es algo, ¿no?
0:09:51 Algo que se llama keble genuma.
0:09:54 Es insalaspeco.
0:09:55 Sí, me deso de respeto.
0:09:57 Aquella brújula señalaba la posición en que se ubicaba la caaba, la piedra de la meca, y la señalaba para poder volverse así y realizar las correspondientes oraciones.
0:10:09 Algunos suponen que los egipcios, los fenicios y los cartagineces, que también eran fenicios, después de todo, conocieron el uso de la brújula y que lo usaron lo mismo que los griegos.
0:10:22 El padre Kirchher y el padre Pineda han dicho que Salomón también conocía la virtud de la aguja imantada,
0:10:30 de cuya propiedad se servía en los marinos para ir a la tierra de Ófir, tierra de la que se tiene noticias más bien contradictorias, a pesar de las muchas brújulas utilizadas.
0:10:42 Yo creo que iban los hebreos, pero también los egipcios a la tierra de Ófir, a buscar la mirra, el árbol de la mirra, que servía para hacer el perfumo que ustedes conocen.
0:10:52 Ófir también se llamaban unos caramelos que había, hace mucho tiempo, cuya locación se ha perdido también lo mismo que la del país de Ófir.
0:11:04 Se discute también quién llevó la brújula de Europa Occidental.
0:11:08 Los franceses pretenden que su poeta provenzada al Galdar le había conocido en las cruzadas y que le había llevado al principio del siglo XIII.
0:11:18 La llamó Marinette.
0:11:21 Otros dicen que Marco Polo o Paulo Beneto llevaron el invento desde la China hasta Venezuela, allá en el año 1295.
0:11:36 Cuando ya se suponía que en la China se había muchísimo que lo usaba.
0:11:41 A mí me caben dudas al respecto de todos modos.
0:11:44 Lo más fundado parece ser que Juan de Góys, natural de positano, cerca de Amalfi, la perfeccionó, me refiero a la brújula, allá por 1302.
0:11:55 Y la llamó Rosa Amalfitana.
0:11:57 Es un lindo nombre, mucho mejor que el otro.
0:12:00 ¿Cómo le decían?
0:12:02 Carro que...
0:12:04 No, queble genuma.
0:12:07 ¿Usted cómo quiere llamarse? Rosa Amalfitana o queble genuma.
0:12:11 Yo queble genuma.
0:12:14 Están lindas, los amigos.
0:12:16 Bueno, el uso generalizado recién comenzó allá por el 1400.
0:12:22 Y digamos para terminar que Juan de Góys, para hacer la corte o para adular al duque de Anjou, que entonces era el rey de Napoles,
0:12:31 puso en la punta de la aguja una flor de lice que constituía el escudo del rey.
0:12:37 A lo mejor era francés, Jean de Gua.
0:12:40 Pero bueno, no sé.
0:12:43 El caso es que en Amalfi hay una estatua de Juan de Góys o de Jean de Gua.
0:12:48 Está todavía ahí la estatua señalando el norte con el dedo.
0:12:56 Señalando el norte con el dedo.
0:13:01 ¿Tú que consultar la brújula que tenemos aquí?
0:13:14 Sí, y pagar muchas vueltas.
0:13:16 Nuestro programa se orienta con brújulas norte, un alarde de calidad.
0:13:21 Bueno, esto es todo lo que tenía que decir acerca de la brújula, de su invención,
0:13:25 del modo de orientarse que tenían algunos pueblos en la antigüedad.
0:13:29 ¿A quién quiere dedicar?
0:13:32 Al amigo Hasson, Alejandro, ya que los argonautas hemos hablado.
0:13:37 Al amigo Chang Hong, porque parece ser el primero que vea, aunque de un modo inexacto,
0:13:42 intentó algo que tenía que ver con una explicación más o menos científica
0:13:46 y no tan mítica de estas cosas.
0:13:48 Y a los navegantes en general, en aquellas épocas donde era tan riesgoso hacerse a la mar.
0:13:54 Había que ser bastante guapo.
0:13:56 No se navegaba con la Tierra la vista siempre.
0:13:59 En el Mediterráneo era relativamente fácil.
0:14:03 Pero usted se encontraba con el Océano Pacífico,
0:14:07 cosa que tenía la precaución de no hacer, al menos en Europa,
0:14:12 y ahí se le hace necesaria una brújula.
0:14:15 Usted en el Pacífico, se lo digo yo, que ha sido marinero.
0:14:18 Ah, ¿sí? Usted fue marinero.
0:14:21 En el Pacífico usted se encuentra con...
0:14:24 Usted necesita una brújula.
0:14:26 Porque no hay a quién preguntar.
0:14:30 Y no. No, en el Océano no hay a quién preguntar.
0:14:33 No hay a quién preguntar.
0:14:35 Y después usted dice, no, es para allá, para donde está aquella ola.
0:14:38 Y no es.
0:14:41 Y se pone el habla, no están más.
0:14:43 Ahí en el Océano lo comprende que las cosas no son cosas, sino procesos.
0:14:49 Y lo que hoy era de nuevas.
0:14:51 Yo lo comprendí eso en el Océano Pacífico.
0:14:56 Comprendí muchas cosas en el Océano Pacífico.
0:14:58 ¿Qué otras cosas, por ejemplo?
0:15:00 No me acuerdo, pero hay gente que tiene que ir hasta el Océano Pacífico
0:15:02 para comprender geladas.
0:15:04 Yo soy una bella.
0:15:08 Comprendí que el hombre era muy pequeño, comparado con el cosmos.
0:15:11 Y para eso tuve que ir al medio del Océano Pacífico.
0:15:16 Bueno, yo lo comprendía a los siete años en Villa Urquiza.
0:15:22 No es tan difícil.
0:15:24 Guto de costearse de ver, porque sino más.
0:15:27 A usted no es de esos que van...
0:15:29 Perdón, Daniel, lo interrumpí.
0:15:31 Esos que van y se paran frente a nada y dicen,
0:15:33 ah, uno se siente tan pequeño, ¿víos?
0:15:35 Esos discursos frente a la invencidad, de esto, de aquello, de la montaña.
0:15:40 Yo me siento pequeño igual en cualquier parte.
0:15:42 Incluso ante el microscopio.
0:15:46 ¿Qué me ha dicho Daniel, perdón?
0:15:48 No, yo como navegante, que es Alejandro, le quería apuntar a Sílvia,
0:15:53 y llevaba a cuervos, usted o algún...
0:15:56 Yo llevaba a cuervos, pero...
0:15:59 ¿Los criados los llevaba?
0:16:01 Yo los criaba y los llevaba, y un día trataron de comerme los ojos.
0:16:05 Ah, mí solo lo criaba.
0:16:07 Yo le quedé a tardé en contestarle, porque yo he modificado el refrán.
0:16:14 Yo le quería a cuervos y te...
0:16:16 Te quitarán los ojos.
0:16:18 Yo le hacían mucho más sencillo.
0:16:21 Yo le quería a cuervos y decía otra cosa.
0:16:23 Más también.
0:16:24 De atrás de un largo muro.
0:16:27 Y que es.
0:16:28 Hasta que llegué el día.
0:16:31 Usted no tiene que hacer más esas cosas.
0:16:33 Yo ya no puedo decir en ningún lugar,
0:16:35 no deben dejar de faltar.
0:16:41 Porque ya me acostumbre tanto que me dan vergüenza decir los lugares.
0:16:43 Nos pasa también con los apodos que les ponemos a las personas
0:16:46 y finalmente creemos que se llaman así.
0:16:49 Nos ha provocado...
0:16:52 algunas enemistadas.
0:16:54 Hemos elegido para abrientarnos el tango Golondrinas
0:17:00 en la versión de Juanco Dominguez,
0:17:02 nuestro guitarrista de cabellera,
0:17:05 que siempre lleva Golondrinas dentro de la guitarra
0:17:09 para poder regresar a su domicilio.
0:17:11 Adelante Juanco.
0:21:13 Hemos escuchado a Juanjo Dominguez interpretando Golondrinas.