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0:00:00 Hablaremos hoy de la cabeza de Joseph Haydn, no de cerebro de Joseph Haydn, sino de la cabeza del melón.
0:00:11 Es un tema delicado, inspirado por un libro de nuestro querido Matos, y por otros libros que tenemos por ahí.
0:00:21 Bueno, el caso es este. A fines del siglo XVIII, con las teorías del anatomista alemán Franz Gaul, se formularon varias hipótesis.
0:00:32 Hipótesis supuestamente científicas que servían para explicar, por ejemplo, el delito.
0:00:39 La ciencia de Franz Gaul consistía en correlacionar la actividad cerebral con la forma del cráneo.
0:00:48 Gaul creía que del examen del cráneo de un neato, podía traer esa información sobre las características psíquicas del individuo.
0:00:57 Entonces las cabezas se convirtieron más que nunca en piezas de colección.
0:01:02 No solo se prestó atención a las cabezas de los criminales.
0:01:07 La idea de que el cráneo de un genio podía iluminarnos sobre los mecanismos del pensamiento,
0:01:13 entusiasmó a estos científicos, digo, a los anatomistas, a los fisiólogos, incluso a los filósofos,
0:01:22 pero también a los que se llamaban fisiognomistas, que operaban sobre el rostro,
0:01:29 o sea, nariz de criminal, o orejas de estúpido.
0:01:35 Algunos incluso llegaron a tantearte la parte superior del mate y estudiaban las protuberancias del cráneo.
0:01:46 Especie de chichones que uno tiene y de la ubicación de semejantes accidentes conjeturaban que esa cabeza pertenecía a esta o aquella clase de personas.
0:02:00 Dime cómo es tu cabeza y te diré qué clase de pescado sos.
0:02:06 Para dar con la solución a los asuntos de criminología, ya había comenzado entre los estudiosos un tráfico notable de marotes de asesinos y ladrones.
0:02:16 Se mandaban entre los vigilantes del mundo marotes de famosos asesinos, medían el mate y se agonizaban fenómenos.
0:02:22 Es muy fácil descubrir un criminal. Basta fijarse si el marote es parecido al de éste.
0:02:29 Es decir, incluso hizo para evitar la investigación, el juicio.
0:02:35 Para que venga, venga, 20 años preso.
0:02:39 ¿Por qué? ¿Cómo no ve? ¿Por qué? Miren el mate que tiene.
0:02:47 Después comenzó el tráfico de cabezas no ya de asesinos, sino de hombres sobresalientes.
0:02:53 Todo esto con la noble intención de descubrir cuáles eran los secretos de la genialidad.
0:02:59 Y por ahí, a un tipo con un par de martillazos en el mate, se lo podía convertir de quinielero en descubridor de la vacuna.
0:03:11 Vamos a contar lo que sucedió con el cuerpo del músico Joseph Haydn.
0:03:17 Haydn murió el 18 de marzo de 1809. A pesar de su enorme popularidad, no se celebró ningún acto funerario.
0:03:27 Es que por esos tiempos bienas estaba en manos de Napoleón.
0:03:31 Haydn era muy patriota, había dejado casi de escribir y les pareció entonces a los organizadores del sepelio,
0:03:42 que era conveniente la discreción. Así que lo enterraron en el cementerio de Hoonsturm,
0:03:48 mejor dicho Hoonsturm, con todas sencillas, sin emblemas, ni discursos, ni actos patrióticos, ni cuete, ni nada.
0:04:00 Enseguida los frenólogos empezaron a interesarse por sus restos.
0:04:05 Un tal Joseph Rosenbaum, que era el secretario del Príncipe húngaro esterassi, que había sido protector de Haydn,
0:04:14 quiso conseguir la cabeza del final.
0:04:20 Era un tipo que se interesaba mucho en la frenología.
0:04:23 Sobornó, atención esta denuncia, sobornó, no tenemos miedo.
0:04:31 Sobornó al empleado del cementerio que procedió a desenterrar a Haydn.
0:04:38 Le cortó la cabeza, volvió a enterrar el cuerpo y le entregó el cráneo a unos investigadores amigos.
0:04:49 Una vez estudiado el cráneo por los frenólogos, se lo devolvieron a Rosenbaum.
0:04:56 Le devolvieron la cabeza.
0:04:59 Ya estudiamos la cabeza de Teniatto, acá la tenés.
0:05:02 Debió ser un suceso vigno de ser visto, le golpea la puerta a Rosenbaum, los amigos frenólogos.
0:05:10 Y le dije, hay que traigo acá.
0:05:13 El mate de Haydn que te lo devolve.
0:05:16 Y vuelta a enterrarlo, demás.
0:05:19 Claro, pero no.
0:05:21 Pero se va una hora de volvió, primero, porque pensó eso que dice usted.
0:05:25 Para enterrarlo de nuevo, me tengo que regegar, quizá tenga que sobornar otra vez.
0:05:29 Al empleado me pueden agarrar, mejor.
0:05:32 Y me la quedo.
0:05:34 Y se quedó el mate como recuerdo.
0:05:37 La cabeza de Haydn, la igual.
0:05:40 La guardó el tipo en un armario, pasó el tiempo.
0:05:43 Finalizó la invasión napoleónica y los austríacos ya estuvieron dispuestos a rendir
0:05:49 los debidos honores a Haydn.
0:05:52 Y como a muchos cadáveres célebres, le inspiraba al cuerpo de Haydn
0:05:59 una serie de traslados, que es un bolter, por ejemplo,
0:06:04 hasta encontrar el lugar adecuado.
0:06:07 Las autoridades habían planeado depositar el cuerpo en un mausoleo en Eisenstadt,
0:06:15 un lugar en el que Haydn había compuesto muchas obras.
0:06:18 Pues bien, fueron horas a buscar el cuerpo, los desenterraron
0:06:23 y se encontraron con que le faltaba la cabeza.
0:06:26 Le faltaba la cabeza.
0:06:29 ¿Ande está la cabeza de este tipo? No sé, hasta verte verá, digo uno.
0:06:33 Claro. Muy bien.
0:06:36 Hubo una investigación, llamaron a la policía, se afanaron la cabeza de Haydn.
0:06:41 La policía empezó a investigar y sospecharon de Rosenbaum.
0:06:47 ¿Sospecharon? Ya de movida, sí.
0:06:49 Claro, claro, porque el tipo habría hecho alguna indagación, es lo que sé.
0:06:54 Y la policía revisó la casa de Rosenbaum, pero no encontró nada.
0:06:59 Parece que la mujer de Rosenbaum, mientras la policía revisaba la casa,
0:07:04 se escondió el melón de Haydn debajo de la falda.
0:07:10 Mira usted que destino tu cabeza.
0:07:15 Imagínense. Sí, la estoy imaginando.
0:07:18 Otro suceso que debe haber valido la pena presencia.
0:07:27 Después Rosenbaum lo dijo a la mujer, seguro que no es la primera vez que lo hacía.
0:07:32 El caso es que Rosenbaum, asustado por este allanamiento, imagínense,
0:07:37 sugirió a su protector, el príncipe, estará así, que por unos dineros
0:07:44 el cráneo ausente podía aparecer. No dijo que lo tenía él,
0:07:48 pero dijo que si el poder ponía plata, por ahí el cráneo aparecía.
0:07:54 El príncipe ofreció una cifra insignificante.
0:07:58 Y Rosenbaum se ofendió en secreto.
0:08:01 Son las ofensas más terribles, es decir, más dañinas.
0:08:05 E hizo que se le entregara al príncipe, agarró la plata,
0:08:09 pero en vez de darle la cabeza de Haydn le dio la cabeza de otro tipo,
0:08:13 pensando que nadie podía notar la diferencia.
0:08:18 El pobre Haydn, por la varicia y un príncipe y la codicia que tenía el melón,
0:08:24 se quedó ahí muy enterrado con una cabeza que no le correspondía,
0:08:29 una cabeza ajena.
0:08:31 Todo le rendía homenaje y la cabeza no era de él.
0:08:35 Ahora bien, Rosenbaum se quedó con la verdadera cabeza
0:08:38 y todo hubiese quedado así, pero sucedió que Rosenbaum se enfermó
0:08:43 y a punto de morir, ya, se arrepintió.
0:08:48 ¡Oh, esto que se arrepienta en justo!
0:08:51 Y su deseo póstumo fue donar la cabeza de Haydn a la Academia de Música.
0:08:57 Mire qué lindo regalo para los alumnos.
0:09:00 Sí, pero sí, le ha puñado nadie.
0:09:03 Pero eso, yo decía, no se pudo cumplir.
0:09:06 ¿Por qué? Porque la cabeza de Haydn desapareció nuevamente.
0:09:11 Otra vez la mujer la agarró.
0:09:13 No. El médico que había tendido a Rosenbaum en sus últimos momentos
0:09:18 se le había afanado.
0:09:20 Yo, los médicos, ¿qué entran cuando uno está moribundo?
0:09:24 Entran a la mirada para los costados.
0:09:26 Claro, hay que ser pueden hacer.
0:09:28 Pero Rosenbaum se iba con la cabeza a todos lados.
0:09:30 ¿Se fue operar con la cabeza?
0:09:31 No, no, ¿qué se fue operar?
0:09:32 El médico lo vendía en la casa.
0:09:34 Se creía que era socio de sus médicas.
0:09:37 Se iba muriendo en la casa como cualquiera.
0:09:39 La gente antes se moría en la casa.
0:09:41 Como corresponde un tipo de senta, entonces se iba a morir uno.
0:09:44 Y el médico miraba por ahí,
0:09:46 y yo me he visto hacer la cabeza de Haydn,
0:09:48 y se llame la fan, y se la robó.
0:09:51 Algún tiempo más tarde,
0:09:53 el craño de Haydn fue vendido a un famoso profesor.
0:09:57 Empezó como la falsa moneda, la compraba aún.
0:10:00 Este profesor, Almorir, lo cedió
0:10:03 al Museo de Patología de la Ciudad de Viena.
0:10:07 Pero, entonces, intervieron la Academia de Música.
0:10:12 Sus directivos dijeron que era la Academia,
0:10:14 la depositaria de aquel trofeo,
0:10:16 puesto que su primer ladrón, Rosenbaum,
0:10:19 le había donado a ellos.
0:10:23 La familia del príncipe esterasi, protector de Haydn,
0:10:27 reclamó lo que faltaba del cadáver que lo tenían ellos,
0:10:31 porque ellos habían pagado por la cabeza de Haydn.
0:10:35 Recuerdese que fue el príncipe,
0:10:37 y los habían estapado, le encajaron la cabeza de otro.
0:10:40 Así que salió esterasi, y se dijo,
0:10:42 momento, esa cabeza es mía.
0:10:44 El asunto llegó a la corte.
0:10:47 Un gran juicio a ver de quién es la cabeza de Haydn.
0:10:52 La justicia dictaminó,
0:10:55 se reconoció el accionante de Rosenbaum,
0:10:58 y se otorgó a la Academia de Música la cabeza de Haydn.
0:11:02 Correcto, muy bueno.
0:11:03 Tú hubiera hecho lo mismo, sino que el cuerpo no importa,
0:11:06 el cuerpo estaba en otro lado.
0:11:09 Y así en la Academia fue exhibida la cabeza de Haydn,
0:11:13 desde 1839 hasta 1954.
0:11:18 ¿Y qué pasó después?
0:11:19 La familia esterasi convenció a las autoridades de la Academia
0:11:24 a dejar la cabeza del músico para ponerla junto con el cuerpo,
0:11:29 que lo tenían ellos.
0:11:31 Pero aquel fue un mal año, ya no sé si usted recuerda,
0:11:34 que los rusos invadieron a Hungría, y algo de Austria,
0:11:38 y el príncipe Pablo esterasi fue apresado por el partido comunista húngaro.
0:11:45 Y sus tierras fueron confiscadas con Haydn y todo,
0:11:50 pero con Haydn sin la cabeza, con el cuerpo.
0:11:54 Pero prevaleció la cordura,
0:11:56 y los soviéticos permitieron la restitución del mate de Haydn.
0:12:01 Y así, desde el 5 de junio de 1954,
0:12:05 Haydn está completo allí donde los esperase.
0:12:10 ¿Y la cabeza del otro niato que hicieron?
0:12:13 Sí, la pregunta que no sé contestar.
0:12:16 La tiraron.
0:12:20 No se ve ni de quién era.
0:12:21 ¿Qué hago con él?
0:12:22 ¡Ah, tira a Aaló!
0:12:23 Que vamos a estar juntando por querida.
0:12:31 Acerca de las cualidades frenológicas de su genio,
0:12:34 nunca se puede saber nada.
0:12:36 Y aquí termina la historia, que me encantó.
0:12:41 La historia de esta cabeza itinerante de Haydn.
0:12:49 Hubo un tiempo en que la cabeza andaba de mano a mano.
0:12:52 Por decirlo de alguna manera.
0:12:55 Desde que el médico de Rosenbaum se la afanó,
0:12:58 hasta que apareció aquel...
0:13:02 uno comprador que la quiso donar a la Academia de Música,
0:13:05 o que quiso restituir la cabeza,
0:13:08 que pasaron algunos años.
0:13:10 ¿Será la cabeza de Haydn?
0:13:13 Bueno, pero hay que...
0:13:15 ¿Eh? ¿Y?
0:13:16 Y bueno, hay que dar fe, dar crédito...
0:13:19 No, no es necesario.
0:13:21 Hoy en día, querido Cosom,
0:13:24 la ciencia adelanta que es una barbaridad.
0:13:28 Y entonces podría hacerse un examen de Haydn.
0:13:36 No, de Haydn.
0:13:46 Claro, y usted dice compararle a cabeza con el cuerpo, por ejemplo.
0:13:50 Claro, por la vez que tiene la misma podredumbre, ¿no?
0:13:54 Si coincide eso, cada uno de los 14 no, ¿no?
0:13:56 Si deshacen.
0:13:57 Igual más o menos tiene que encajar, porque...
0:14:00 la del otro niato deberá haber sido más o menos parecida.
0:14:03 No se cuenta una cabeza cualquiera.
0:14:05 Por eso un tipo, no sé qué tamaño tendría Haydn,
0:14:08 pero por eso era un cabezón, uno muy chiquito,
0:14:11 y la cabeza le bailaba...
0:14:13 Pero usted dice que tiene un encastre perfecto, la cabeza en la...
0:14:16 No lo sé, qué sé yo.
0:14:18 ¿Cómo tiene uno?
0:14:19 No, porque cuidado, porque no hay analógica entre la cabeza y el cuerpo.
0:14:23 Pero ¿cómo está agarrada la cabeza y el cuerpo?
0:14:26 Disculpe, mi ignorancia.
0:14:27 ¿Con goma?
0:14:28 Con algo parecido a goma.
0:14:30 Pero no hay algo...
0:14:33 Sí, un resorte como de goma.
0:14:35 Una rosca, eso es, ¿no?
0:14:36 Una rosca, algo para que tenga la cabeza donde la tenés.
0:14:39 O es todo músculo, eso.
0:14:40 Todo músculo disco.
0:14:41 O sea que cuando queda solo el esqueleto en la cabeza,
0:14:44 la tenés que agarrar con alambre.
0:14:46 Sí, sí, se sale.
0:14:47 Pero se te sale, ¿no?
0:14:48 Todo, se le sale las vertes, ¿verdad?
0:14:50 Los brazos, todos.
0:14:51 ¿El esqueleto se sale todo, no está?
0:14:53 Ah, qué mala construcción que tiene el cerebrón.
0:14:57 Es como un balero.
0:14:58 La cabeza en castra, justo en un hueso.
0:15:00 Eso tendría que ser para mí.
0:15:02 Yo creo que era el balero.
0:15:03 Yo tipo que...
0:15:04 Divinidad, digamos, que...
0:15:06 Voy a crear al hombre.
0:15:07 ¿Dónde me meto la cabeza?
0:15:08 Y pongo un hueso con la punta para el río.
0:15:10 Como en un balero.
0:15:11 Y la cabeza con un agujero que entre justo ahí, listo.
0:15:14 La vuelta para acá, la vuelta para allá.
0:15:16 Pero usted ve el esqueleto y se desarman todos.
0:15:20 Cuando un tipo le sacara más a muscular y la carne.
0:15:22 Ya, los huesos se caen.
0:15:24 Así es, no somos nada.
0:15:27 Y ahí se lo dio usted.
0:15:35 Ese era mi chiste preferido cuando era niño.
0:15:40 ¿Y usted fue a buscar música por esto?
0:15:42 ¿Me imagino que trajo de Hayden?
0:15:45 No teníamos...
0:15:46 ¿Cómo no había la discoteca de Hayden?
0:15:50 Primero voy a ver si puedo dedicarse lo alguien a ver.
0:15:54 No, no hay nadie para dedicar.
0:15:57 Al Príncipe Sterasic, por lo menos lo quería entero a Hayden.
0:16:02 Y a todos los chorros, por tener cabeza al chorro,
0:16:07 fueron víctimas de la injusticia, los que tenían porque tenían cara del chorro.
0:16:12 Pero como suele ocurrir, ¿no?
0:16:15 Sigue en vigencia.
0:16:18 No, hemos traído el tango que era inevitable.
0:16:22 Hayden.
0:16:23 Por una cabeza.
0:16:26 Por reto, sí, es mucho.
0:16:28 Por una cabeza que finge ese tango, así lo he escrito,
0:16:33 para señalar el margen de una victoria, en realidad.
0:16:40 En realidad fue escrito pensando en la cabeza de Hayden.
0:16:44 Tien tantas cabezas famosas como la de Volter, la de Jeremías Benhan
0:16:50 y otras cabezas que andan por ahí y las no vuelven.
0:16:53 Todos nobles potrillos de eso.
0:16:54 Todos nobles potrillos.
0:16:56 Escucharemos ahora entonces la agravación clásica de Carlos Verdel
0:16:59 de este tango dedicado a Hayden, que se llama por una cabeza.
0:17:24 Todos nobles potrillos de justo en las rayas locales.
0:17:29 Y que al regresar para decir no olvides ser hermanos,
0:17:35 no sabemos qué morar.
0:17:37 Por una cabeza me tejó un día de aquella coqueta
0:17:43 y rey sueña mujer, que al jurado riendo
0:17:47 la muerte está viviendo, que más ni uno verá todo mi querer.
0:17:55 Por una cabeza, toda la locura,
0:18:04 la cebella borra la tiriceta, calma la margura.
0:18:11 Por una cabeza, y eso me olvidaré.
0:18:19 Para importar perderme mil veces la vida para que vivir,
0:18:26 cuanto desenganeó por una cabeza,
0:18:30 no jure mil veces no vuelvo a insistir.
0:18:34 Pero si un mirar me llegué al pasar,
0:18:38 todo lo que ha después, todo lo que haces quiero mirar,
0:18:41 basta de carreras, me acabo la tima,
0:18:45 un final rellido, yo no vuelvo a ver.
0:18:49 Pero si algún pingo llegas a ser fija el domingo,
0:18:53 yo me juego entero, ¿qué le voy a hacer?
0:19:03 toda la locura,
0:19:07 toda cebella borra la tiriceta, calma la margura.
0:19:15 Por una cabeza, y eso me olvidaré.
0:19:23 Para importar perderme mil veces la vida para que vivir.
0:19:58 todo lo que haces,
0:20:01 todo lo que haces,
0:20:04 todo lo que haces,
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