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30 de Abril de 2010

La cabeza de Joseph Heine

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos ya mismo de la cabeza de Joseph Hyland.
0:00:07 Yo el tema un poco más cabro,
0:00:09 de manera que aquellas viejas impresionables que hubieran la platea deberán egresar de este edificio.
0:00:20 Está inspirado en un libro, la fanábamos, de un libro del doctor Mato, y también tenemos fuentes propias.
0:00:26 Empecemos diciendo que a partir del siglo XVIII, con las teorías del anatomista alemán Franz Gaul,
0:00:34 se formularon varias hipótesis, supuestamente científicas, para explicar el delicto,
0:00:43 para explicar por qué razón un tipo era chor.
0:00:47 La ciencia de Franz Gaul, consistía en relacionar la actividad cerebral con la forma del cráneo.
0:00:56 Gaul creía que del examen del cráneo, podía extraerse información sobre las características psíquicas del individuo.
0:01:06 Esta ciencia se llamó frenología.
0:01:09 Las cabezas se convirtieron más que nunca en piezas de investigación,
0:01:13 pero no solo las cabezas de los criminales.
0:01:16 La idea de que el cráneo de un genio podía alumbrarnos sobre los mecanismos del pensamiento,
0:01:22 entusiasmó también a estos muchachos, a los anatomistas, y también a los fisiólogos, y a caso también a los filósofos.
0:01:33 Para dar con la solución a los asuntos de criminología, ya había comenzado entre los estudiosos
0:01:40 un tráfico notable de marotes, de asesinos y ladrones.
0:01:45 Cada vez que se moría un asesino o ladrón, le cortaba la cabeza y andaba de universidad en universidad y de comisaría en comisaría.
0:01:55 Para que todos estudiaran el cráneo del delincuente.
0:01:59 Poco después comenzó el tráfico de los melones de hombres sobresalientes.
0:02:06 Todo esto con la intención de revelar los secretos de la genialidad.
0:02:11 Con el cuerpo del músico Josep Haydn sucedió lo siguiente.
0:02:17 Haydn murió el 31 de mayo de 1809.
0:02:21 A pesar de su enorme popularidad, no se realizó ningún acto funerario.
0:02:27 Es que por esos tiempos, bien ha estado en manos de Napoleón,
0:02:31 Haydn era muy patriota y ese patriotismo incluso había eclipsado en aquellos tiempos su creación artística
0:02:39 y les pareció a los amigos de Haydn que era conveniente ser discreto.
0:02:45 Así que fue enterrado en el cementerio de Hunstum con todas sencillas, sin emblemas, sin discursos, sin fervor patriótico.
0:02:55 Enseguida empezó la codicia frenológica por sus restos.
0:03:01 Un tal Josep Rosenbaum, que era secretario del príncipe esterasi, una familia húngara muy famosa que ha dado...
0:03:10 Y la más vieja nobleza de Hungría.
0:03:14 Digo, el príncipe esterasi, protector, era de Haydn y a su vez amigo del músico.
0:03:21 Quiero decir, Rosenbaum era secretario del príncipe esterasi, que era protector de Haydn.
0:03:27 Pero a su turno, Rosenbaum era amigo del músico.
0:03:31 Este tipo quiso conseguir la cabeza del final.
0:03:35 Rosenbaum estaba muy interesado en la frenología.
0:03:39 No es que la quería como recuerdo.
0:03:42 Entonces sobornó al empleado del cementerio, vio como son de Benales los enterradores.
0:03:49 Desenterró a Haydn, le cortó la cabeza, volvió a enterrar el cuerpo, una proligidad que se agradece.
0:03:57 Y le entregó el cráneo a unos investigadores amigos.
0:04:02 Habrá sido cosa de verse la llegada de Haydn a la casa de los investigadores amigos.
0:04:08 Pero la puerta, ¿quién es? Soy Rosenbaum.
0:04:10 ¿Adivinás qué traigo en esta bolsa del supermercado?
0:04:16 Con actitud de jugador de fútbol.
0:04:20 Muy bien. Una vez estudiado minuciosamente el cráneo por los frenólogos, le devolvieron a Rosenbaum la cabeza.
0:04:28 Toma dice, ya la estudiamos. Mucha gracia.
0:04:31 Pero Rosenbaum no le devolvió al lugar donde le había sacado porque eso implicaba arriesgarse nuevamente con otras profanaciones.
0:04:39 Tenía que desenterrar a Haydn, poner la cabeza.
0:04:42 Para tumba mucha actividad.
0:04:44 Me la quedo, dijo. Me la acuerdo como recuerdo.
0:04:47 Después de todo, Haydn había sido su amigo.
0:04:50 Finalizó la invasión napoleónica, los austríacos liberados estuvieron ya dispuestos a rendir debidos honores a Haydn.
0:05:01 Y como ocurre con muchos cadáveres célebres, le esperaba al cuerpo de Haydn una serie de traslados hasta encontrar un lugar adecuado.
0:05:12 Las autoridades habían planeado depositar al cuerpo en un mausoleo de Eisenstadt, un lugar en el que Haydn había compuesto muchas obras.
0:05:22 Fueron a buscar al cuerpo, lo exhumaron y se encontraron con que le faltaba la cabeza.
0:05:29 Un momento, dijo Haydn. Le falta la cabeza.
0:05:32 Acaba, vi un algo raro. Fíjese bien.
0:05:34 Hubo una investigación. ¿De quién sospecharon?
0:05:37 De Rosenbaum. No puede ser.
0:05:40 Y revisaron su casa.
0:05:42 Vieron la policía y se vamo a llenar su casa.
0:05:44 ¿Qué buscan acá? La cabeza de Haydn.
0:05:46 Y no encontró nada a la policía.
0:05:50 Parece que la mujer de Rosenbaum, mientras la policía revisaba ver dónde estaba la cabeza,
0:05:56 se escondió el melón de Haydn debajo de la falda.
0:06:00 Hay que ser valiente también.
0:06:02 Lo había hecho tantas veces.
0:06:08 Y la policía, bueno, de luego no va a ir a buscar allí.
0:06:11 Rosenbaum, asustado por el allanamiento,
0:06:14 sugirió al príncipe Sterasi que por unos dineros el cráneo ausente podía aparecer.
0:06:21 No le dijo que lo tenía él.
0:06:23 Pero sí dijo, mira, el príncipe, si el poder me da algún mango,
0:06:28 recuerde, sé que estamos ya ante el imperio, otro uno.
0:06:32 O sea que los Sterasi formaban parte del poder.
0:06:35 Dice, si me dan algunos mango, don Sterasi, yo le hago aparecer el melón.
0:06:42 Y el príncipe le ofreció una suma insignificada.
0:06:45 Y ahora le damos 100 pesos.
0:06:47 Rosenbaum se ofendió en secreto.
0:06:50 ¿Cómo es ofenderse en secreto?
0:06:52 Y ofenderse, pero no decir nada.
0:06:54 Qué generoso.
0:06:56 He hizo que se le entregara a Sterasi la cabeza de otro tipo cualquiera.
0:07:01 Pero la tuvo que conseguir.
0:07:03 No sé, la consiguió.
0:07:05 Había un mercado tan grande, yo le dije, está aquí.
0:07:08 Un cráneo es igual.
0:07:10 Nadie va a notar la diferencia, pensó.
0:07:12 Y bueno, efectivamente no se dieron cuenta.
0:07:15 Y el pobre Hymen, por la avaricia de un príncipe y la codicia de un amigo,
0:07:19 se quedó con la cabeza de alguien que no le correspondía.
0:07:23 Rosenbaum se quedó entonces con la verdadera cabeza.
0:07:27 Y todo hubiese quedado así.
0:07:29 Pero sucedió que este hombre, Rosenbaum, se enfermó.
0:07:33 Y a punto de morir, se arrepentió.
0:07:38 El arrepentimiento viene siempre a jorobar todo.
0:07:42 Y confesó la verdad en su lecho de muerte.
0:07:46 Y también expresó su deseo opóstumo de donar la cabeza de Hymen a la Academia de Música.
0:07:54 Pero este deseo no se pudo cumplir, porque la cabeza de Hymen había desaparecido nuevamente.
0:08:01 En la falda.
0:08:03 El médico que lo atendió a Rosenbaum en sus últimos momentos se afanó la cabeza.
0:08:09 Se atentó.
0:08:11 Se atentó.
0:08:12 Y salía el tiempo y yo arriba de un armario.
0:08:15 Y pibé cabeza.
0:08:16 Una cabeza y se dieron, Hymen, me la llevo.
0:08:19 Algo un tiempo más tarde, el cráneo de Hymen fue vendido a un conocido profesor.
0:08:25 Que recién al morir, lo cedió al museo de patología de la Universidad de Viena.
0:08:31 Pero entonces, intervino la Academia de Música.
0:08:35 Sus directivos dijeron que era la Academia, la depositaria de ese trofeo,
0:08:39 puesto que el primer ladrón, Rosenbaum, le había donado a ellos.
0:08:44 A todo esto, la familia del Príncipe Sterasi reclamó lo que le faltaba del cadáver, que lo tenían ellos,
0:08:52 puesto que ellos se habían pagado a Rosenbaum por la cabeza y los habían estapado.
0:08:56 Un asunto legal increíble.
0:08:59 El asunto llegó a la Corte.
0:09:01 La justicia tuvo un curioso dictamen.
0:09:03 Se reconoció el accionar de Rosenbaum y se le entregó a la Academia de Música la cabeza en disputa.
0:09:11 Y allí, en la Academia, fue exhibida la cabeza de Hymen desde 1839 hasta 1954.
0:09:18 Año en que la familia Sterasa convenció a las autoridades de la Academia
0:09:24 de retornar la cabeza del músico a su posición original.
0:09:30 Era, sin embargo, un mal año para esto.
0:09:33 Recuerden que justo ese año los soviéticos invadieron algo en...
0:09:39 Un gris y algo de áustria también.
0:09:41 El Príncipe Pablo Sterasi fue apresado y sus tierras confiscadas con músicos descabezados y todo.
0:09:49 Pero prevaleció la cordura y los soviéticos permitieron la restitución de la cabeza de Hymen
0:09:55 y así, desde el 5 de junio de 1954, Hymen está completo.
0:10:01 Acerca de las observaciones frenológicas que se hicieron en el cráneo, no se supone nada.
0:10:09 Es una linda esto.
0:10:11 Es una bella esto.
0:10:12 Es una bellisima.
0:10:13 ¿A quién quiere dedicarse?
0:10:15 Yo creo, Alejandro, que en principio, por qué hay veces que pasan cosas en la ciencia
0:10:19 y nos entera todo el mundo de las novedades.
0:10:22 Entonces, para aquellos que todavía siguen postulando por ahí que una apariencia determinada
0:10:27 implica una catadura posible esta lección, de parte del final de Hymen,
0:10:31 diciendo, mirá, no todo lo que reluces cráneo,
0:10:34 y para que un poco la gente deje de apreciar por las apariencias y de jugar por las apariencias,
0:10:38 cosa que en la patria hay gente tan afecta a hacerlo.
0:10:41 En segundo término, lo que uno debería pensar en este buen muchacho Sterasi,
0:10:46 que Príncipe y todo tenía un ratito como para proteger a los artistas
0:10:50 y para eso protegerlos después de la muerte.
0:10:52 Y creo que, en tercer lugar, es interesante aquel tipo de personas,
0:10:56 tan frecuentes también en nuestra querida patria,
0:10:58 que a la hora de hacer algún tipo de juego con una cabeza,
0:11:01 van a preferir siempre un caballo que la cabeza de un amigo.
0:11:06 Hemos ido a la discoteca,
0:11:10 y el discotecario se asustó, imagínense,
0:11:13 diciendo que un hombre tan supersticioso, tan temeroso,
0:11:17 cuando yo le hablé de un muerto, dijo...
0:11:19 A la cabeza no le juego nunca.
0:11:21 Se persignó, va de retro, va de cuerpo, no sé qué me dijo,
0:11:27 y me dice, agarre el disco que primero se le ocurre,
0:11:32 ¿qué es lo primero que se le ocurre a uno cuando hablan de una cabeza?
0:11:35 Y por.
0:11:36 El tango por una cabeza, que seguramente fue escrito pensando en Heimann.
0:11:42 ¿Cómo es lo?
0:11:43 Tiene que ver con el tour.
0:11:44 Entonces pertenece el que escribió esta obra
0:11:48 a la tercera categoría citada por dos.
0:11:51 Ciertamente, del Stuttgart.
0:11:53 Bueno, por una cabeza canta, Carlos Garder.
0:11:55 Adéu.
0:11:56 Por una cabeza de un noble potrillo,
0:12:14 que justo en las raras aflóca el llegar,
0:12:18 y que al regresar pares y decir,
0:12:22 no olvides ser hermanos, no sabes, no hay que morar.
0:12:26 Por una cabeza, me tejó un día de asesia,
0:12:31 coqueta y rey, sueña, mujer,
0:12:34 y al curar sorriendo que el amor que está viviendo,
0:12:38 que mai no uno verá todo mi querer.
0:12:43 Por una cabeza,
0:12:48 con las locuras,
0:12:52 boca que bella, borra la tristeza,
0:12:56 calma la margura.
0:13:04 yo Dios me olvida,
0:13:08 no importa perderme mil veces la vida,
0:13:12 para que vivir,
0:13:15 cuanto desenganio por una cabeza,
0:13:19 yo pure mil veces no vuelvo a insistir,
0:13:23 pero si un virán me hielia al pacar,
0:13:27 tu boca de fuego,
0:13:29 yo te lo deciré estar,
0:13:31 basta de carreras,
0:13:33 te acabo la tima,
0:13:35 un final rellido,
0:13:37 yo no vuelvo a ver,
0:13:39 pero si algún pingo llega a ser fija el domingo,
0:13:43 yo me juego entero,
0:13:45 que le voy a hacer.
0:13:53 con las locuras,
0:13:57 con las locuras,
0:13:59 borra la tristeza,
0:14:09 yo Dios me olvida,
0:14:13 no importa perderme mil veces la vida,
0:14:17 para que vivir.

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