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10 de Agosto de 2011

La compañía en el cielo

Transcripción automática

0:00:00 Bien, esta charla es acerca de la compañía que uno va a tener en el cielo.
0:00:06 En la edad media, el matrimonio, habitualmente entendido como un medio para la legítima procreación,
0:00:13 se encontraba acorralado por una red de relaciones, estructuras económicas y jerárquicas.
0:00:21 Es decir, que el matrimonio no solamente unía a dos personas, sino también dos fortunas,
0:00:27 dos sociedades, dos familias.
0:00:30 Dentro del matrimonio el amor tenía una significación bastante limitadita.
0:00:36 En ningún caso debía perturbar el delicado equilibrio de las alianzas familiares.
0:00:42 Como bien sabemos, el amor cortés permitía una relación amorosa estable fuera de los lazos del matrimonio.
0:00:51 Estamos hablando del amor cortés que cundió allá en el sur de Francia y zona saledánea en los siglos XII y XIII.
0:01:02 Pero el amor cortés, como bien sabemos, estaba libre de la dimensión sexual.
0:01:07 Existía, y existía incluso al margen de toda esperanza de institucionalización.
0:01:16 Pero no era... el tipo no era un amante.
0:01:20 Era solamente alguien que homenajeaba constantemente a una dama que estaba casada con otro señor.
0:01:26 El cielo, pensado por la religión ortodoxa, no podía, sin embargo, abarcar ese amor, el amor cortés, el amor no matrimonial.
0:01:36 El cielo estaba reservado para aquellos que habían contraído matrimonio y ni siquiera...
0:01:43 digo, como la reproducción no tenía nada que ver ya en el cielo, ni siquiera existía ese asunto.
0:01:53 El cielo imaginado por la ortodoxia permitía en todo caso el encuentro de las damas con la divinidad y el encuentro de los hombres con la divinidad.
0:02:04 Y por ahí nos mirábamos de costada. Ese es el asunto.
0:02:08 Muchos caballeros soñaban, sin embargo, con un encuentro con sus amantes en el cielo.
0:02:14 En un libro del año 1180, compilado por Andreas Capelanus,
0:02:19 si cuenta la historia de un hombre que horrorizado por la descripción de aquel cielo teológico,
0:02:25 había soñado encontrarse con un paraíso en el que se llevaban dispuestos numerosos tálamos,
0:02:31 jornados por cobertores plateados y adornos color carmesí.
0:02:36 Y en estos catres lujosos se recostaban mujeres hermosas mientras los caballeros elegían sitio a su albedrío.
0:02:44 Cada soldado del amor decía que el escrito elegía su dama.
0:02:48 Esto tiene algo de musulmán.
0:02:50 Este cielo, ya se sabe, en el paraíso islámico estaban las urilles,
0:02:57 aquellas damas de perpetua virginidad que estaban destinadas a alabar, venerar y a ser felices a los vieradenturas.
0:03:06 Todo esto muy machista por otra parte, porque no eran ni siquiera consultadas.
0:03:11 ¿Está recordando el sabor de una sola gota de su saliva?
0:03:15 Servía para endulzar todos los marques.
0:03:19 Otro amante me llevó al llamado Ocasán, también enfrentó la oposición entre el amor a Dios y a las damas.
0:03:28 Ocasán preguntaba, o mejor dicho, proclamaba,
0:03:32 yo busco ganarme el paraíso, pero el cielo no parece ser una morada deseable,
0:03:39 sino más bien un lugar aburrido.
0:03:41 Vuestros curas viejos, que se pasan días enteros de rodillas ante los altares,
0:03:46 tal es la clase de gente que va al paraíso.
0:03:49 Así que prefiero de cierto tipo, no en cierto asinismo haciéndose vivo.
0:03:54 Prefiero el infierno de los caballeros delicados.
0:03:56 Con ellos iré yo para tener conmigo a Nicolette la más dulce de mis amigas.
0:04:02 Pero la religión enseñaba que en presencia de Dios la relación de amor cortés debía dejar de existir,
0:04:09 o en el mejor de los casos el caballero podía transferir la admiración por su amada a la divinidad misma.
0:04:17 O sea, no era compatible la adoración de Dios con la adoración de una mina que...
0:04:25 Hay que ver a Blaspheme.
0:04:27 Sí, claro. Un trovador llamado Argo Daniel pudo escapar a ese dilema.
0:04:35 No es Argo, es Arno. Arno vivió allá por el 1200.
0:04:40 Aseguraba que la veneración de una dama, según las técnicas, los rigores, los protocolos del amor cortés,
0:04:48 podían llevar al cielo.
0:04:52 Arno disfrutaría en el cielo de la doble dicha de su amada y de Dios.
0:04:56 Él decía que sí que se podía.
0:04:59 Podemos percibir un eco de esta doble solución de Arno.
0:05:04 Más de un siglo después, en la vida nueva del Dante y en la vida del Dante de Boccaccio,
0:05:10 al final de sus versos, el Dante expresó su esperanza de que su alma pudiera ir a ver la gloria de Beatriz,
0:05:17 que contemplaba el rostro del todopodeoso.
0:05:20 Al hablar de la muerte del Dante, Boccaccio sugirió que el alma del poeta había sido recibida por su amiga,
0:05:28 con quien Dante viviría feliz en presencia de Dios.
0:05:33 Los dos poetas se aseguraron de conceder el primer lugar a lo divino,
0:05:38 aunque sólo fuera para contentar al comisario.
0:05:42 Beatriz estaba en el cielo, recibió a su amante, pero estaba atenta a Dios.
0:05:47 En sus versos, Dante se permitió que en el cielo Beatriz lo mirara y le sonriera,
0:05:54 pero fugazmente, antes de volver la vista a la luz divina.
0:05:59 La sonrisa de una amada antes de volver a su visión beatífica era todo lo que un amante podía esperar.
0:06:07 El fraile Jordán de Zajonia, prior de los dominicos durante 15 años,
0:06:13 no sólo fue precursor de la fundación de los conventos de Monjas, sino que estaba íntimamente ligado a las mujeres religiosas.
0:06:21 En las 37 cartas que de él se han conservado dirigidas a Diana de Andaló,
0:06:26 no intentó nunca esconder su amor por la monja.
0:06:30 Bueno, está escribiendo 37 cartas en una monja sólo por esconder el amor que uno le profesa.
0:06:36 En estas cartas, a esta chica que vivía en un convento de Bologna,
0:06:44 él decía, hablaba de su amor a Dios, de su pasión por Diana,
0:06:48 y pensaba que sólo podían culminar en la Jerusalén Celestial.
0:06:53 Y aquí llegamos al amigo Francesco Petrarca, que era también admirador de Arnaud,
0:07:00 y era incapaz de liberarse de la carga que suponía la tradición respecto del cielo que había creado para sí.
0:07:07 Tras la muerte de Laura, que sabe que Petrarca tenía su Laura,
0:07:11 se imaginó Petrarca la poética invitación de su amiga a estar con ella en el otro mundo,
0:07:17 una invitación bastante tardea.
0:07:20 Yo le hubiera contestado ahora.
0:07:24 Defendió Petrarca esta idea, la idea de una invitación de ultratumba,
0:07:31 pero con palabras puras e inmaculadas, no como nosotros.
0:07:35 En la angustiada mente de Petrarca, la simple y convencente armonía en el cielo entre lo humano y lo divino parecía imposible.
0:07:45 En un poema encontró coraje suficiente para repetir aquella idea de Arnaud,
0:07:51 diciendo que su deseo era ver a Cristo y a Laura,
0:07:55 pero no fue más que un deseo que estaba tirado a medias por su humanismo y por su culpa cristiana.
0:08:07 Y tuvieron que llegar en los románticos mucho tiempo después,
0:08:11 para que el amor en el cielo dejara de estar prohibido.
0:08:14 Los escritores románticos declararon redondamente que después de la muerte los justos recuperarían a su amor en el cielo.
0:08:23 Los buenos enamorados debían ser arrastrados mutua y reciprocamente a disfrutar en el paraíso de la dicha eterna,
0:08:32 junto con un Dios favorecedor de los amantes.
0:08:36 Y prescindente también, ¿no?
0:08:38 Nosotros hemos hecho aquí una melancólica contribución a esta reflexión de pensamiento,
0:08:44 al conjeturar la suerte de los que padecen mal de amores, de los enamorados en derrota.
0:08:51 Y hemos dicho más de una vez que el que sufre un desengaño amoroso y gana el cielo
0:08:56 no encuentra allí un consuelo, porque la mujer que lo dejó por otro estará allí con ese otro.
0:09:03 No podemos gestar en el cielo una desdicha, la del honor, por él,
0:09:08 nada más que por complacer a un bienaventurado.
0:09:12 Del mismo modo hemos hablado alguna vez también de dos condenados al infierno,
0:09:16 como Paolo y Francesca en la Divina Comedia, que al estar juntos otra que infieres.
0:09:20 La convertían en paraíso y lugar de infierno.
0:09:24 Bueno, pero siempre ha habido esta dificultad en el diseño de paraísos,
0:09:28 y a lo que uno necesita para ser infinitamente dichoso, es precisamente lo que a otro le produce la desdicha.
0:09:35 Hemos de ir más lejos y hemos examinado la idea de la convicción individual de paraísos fantasmales,
0:09:48 la construcción individual de paraísos fantasmales,
0:09:52 donde uno se encuentra con quien quiere encontrarse o con la apariencia de esos seres,
0:09:56 que en verdad están en otros paraísos disfrutando de su propio fantasma.
0:10:00 Quiere decir que la única posibilidad de ser feliz uno es renunciando a la idea de veracidad o a la idea de falsación poperiana.
0:10:09 Y esto me parece más cercano a la razón, pues creo que también sucede en la tierra.
0:10:14 La única posibilidad de disfrutar enteramente un amor es no pidiendo garantía de veracidad a cada cosa que nos venga a entusiasmar.
0:10:22 La actitud escribanil es la peor para un amante.
0:10:27 Un amante debe ser antes que nada, crédulo, debe tener fe poética, como el que va al cine o al teatro.
0:10:32 Y si lo que tiene a entesí es un engaño, está bien igual, tiene que dejarse engañar.
0:10:38 Si es que él está enamorado de ese engaño, bueno, qué más quiere.
0:10:41 Lo peor que puede hacer un amante es empezar con tareas detectivescas para desarmar su propio paraíso.
0:10:47 Esa es su esgrifida absolutamente.
0:10:49 ¿Qué es lo que hace mucho?
0:10:51 Cuando cocinan una novia, enseguida tratan de desmentirla, de encontrarla en un renuncio.
0:10:59 ¡Bifrúte la, hombre! ¡Qué sé yo!
0:11:02 Ya me enoje.
0:11:09 No sé, me enoje mucho.
0:11:17 Lo que podemos decir, antes de cederle la palabra a usted, Jorge,
0:11:21 es señalar la enorme dificultad de estar con el ser amado,
0:11:25 la enorme improbabilidad de estar con una persona amada,
0:11:29 no solo en la tierra, sino como hemos visto también en el cielo.
0:11:32 La verdad es que la mayoría de nosotros se está condenada a vivir entre personas que no aman.
0:11:38 Así que, si te toca por 10 minutos en la vida encontrar al ser amado,
0:11:44 aprovecha.
0:11:46 En vez de preguntarte dónde estaba las 5 de la mañana,
0:11:49 que los llamó y no contestaba,
0:11:51 aprovechelo porque no hay muchos.
0:11:54 La mayoría del tiempo uno está con el gerente de la radio,
0:11:57 comprando cosas, con el tipo que arregla la heladera.
0:12:01 Así que es mejor aprovechar la suerte,
0:12:06 la poca suerte que uno pueda se garante.
0:12:09 Es más, Alejandro, creo que llegue un poco más a fondo con esta idea.
0:12:12 Me estaba acordando también de un amigo de este programa,
0:12:14 que es Emmanuel Sueden,
0:12:15 porque a la hora de hablar con Ángel,
0:12:17 y andar por regiones raras, el tipo sabía también arreglársela bastante bien.
0:12:20 Pero estaba pensando que en realidad,
0:12:22 a la hora de pensar un cierto paraíso,
0:12:25 con alguna forma de vincular con el amor,
0:12:29 ese paraíso no debería estar marcado por lo que antes notábamos de Pablo Francesca,
0:12:33 esta especie de encontrar el cielo allí donde estuvieran juntos.
0:12:37 Porque bien sabemos que una de las formas constitutivas del amor
0:12:41 y el amor cortés bien sabía de estas cosas,
0:12:43 tiene que ver con la dificultad, con la distancia,
0:12:46 con la separación y con el ansia de poder encontrar la amada.
0:12:49 Algo así como si pudiéramos concebir un paraíso
0:12:52 en el que la forma de la felicidad es efectivamente estar sin ella.
0:12:56 Está muy bien eso que usted dice.
0:12:59 No sólo está bien para dar paso a esta hermosa obra
0:13:03 que se llama justamente Sineja,
0:13:05 sino para señalar que el amor ha asegurado,
0:13:08 el amor garantizado por un paraíso donde se cumplen todos nuestros deseos y anhelos,
0:13:17 es lo contrario del amor.
0:13:20 No es el amor, ese no es el amor.
0:13:22 El amor necesita un peligro constante.
0:13:26 La dificultad y el peligro.
0:13:28 La dificultad y peligro, la distancia,
0:13:30 hasta el deseo mismo necesita esa distancia,
0:13:33 una distancia que no puede ser mucha,
0:13:35 pero que no puede ser poca.
0:13:37 Tensiones, el amor es un juego de tensiones.
0:13:40 Si usted lo satisface las 24 horas del día, no dice Barton,
0:13:44 ahí no va a encontrar nunca una...
0:13:47 Y la ausencia de certeza, justamente.
0:13:49 La ausencia de certeza, así donde hay certeza, hay institución en todo caso.
0:13:52 Entonces este tango que se llama Sineja,
0:13:55 es un tango de ausencia,
0:13:59 tanto sea para señalar la conveniencia de ese estado,
0:14:02 que sea por un rato,
0:14:05 como para señalar la mala suerte
0:14:08 de aquellos que habiendo sido rechazados en la tierra,
0:14:13 también lo son en el Pará.
0:14:15 Un gran seductor supo decir, como no recordarlo,
0:14:17 me gusta cuando callas porque estás como ausentes,
0:14:19 no está mal esa idea.
0:14:21 Va a cantar Charlo.
0:14:35 Este cuarento, todo, todo son de aurora,
0:14:45 y este espejo reflejo su cara buena.
0:14:49 La tienda en que la sombra me condena,
0:14:54 la mano misteriosa del relón.
0:14:59 Ya se fue, me dice todo con tristeza,
0:15:03 y el vaso de la alcool ya no me ayuda.
0:15:07 No puedo corazón vivir sin ella,
0:15:11 sin ella que era todo nada solo.
0:15:17 Sin ella, este Sineja triste y solo,
0:15:22 pensar que por querer la la de usted,
0:15:26 pensar que era la vida de mis ojos,
0:15:30 pensar que de mis ojos la arranqué,
0:15:35 jamás ha de saber lo que la lloro,
0:15:40 jamás ha de saber que me maté,
0:15:44 que bebo mi amargura como un loco,
0:15:49 que muero por la angustia de querer.
0:15:57 Si le encuentran mis amigos,
0:16:01 no le digan que me vieron solitar y dervelado,
0:16:07 un lado en que la sombra es del pasado,
0:16:12 las cosas que me hablan de su amor,
0:16:17 pero inútil es la noche que le esconde,
0:16:22 y esa es la vida cruel que me castiga,
0:16:26 tan solo en que la sombra me responde,
0:16:30 de la lluvia de la ausencia y de la Dios.
0:16:36 Sin ella, este Sineja triste y solo,
0:16:41 pensar que por querer la la de usted,
0:16:46 pensar que era la vida de mis ojos,
0:16:50 pensar que de mis ojos la arranqué,
0:16:56 jamás ha de saber lo que la lloro,
0:17:01 jamás ha de saber que me maté,
0:17:05 que bebo mi amargura como un loco,
0:17:13 que muero por la angustia de querer.

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