Transcripción automática
0:00:00 ¿De qué nos ha hablado hoy Alejandro?
0:00:02 Le hablaré de la condena de Sócrates una vez más, ya que se ha hablado tanto...
0:00:09 Que bueno, no viene mal que algún estúpido cada tanto hable de nuevo, ¿no?
0:00:13 Así que no...
0:00:15 No nos vamos a detener en los métodos, ni en el pensamiento de Sócrates, ni en historias de amores, sino en otros estacionamientos.
0:00:26 Hemos seguido a Rassel, hemos seguido a Várguer.
0:00:33 Rassel dice que la sabiduría convencional griega, por ejemplo, la que transmitían los versos de Romero, había sido siempre sabiduría de los límites.
0:00:44 Según Rassel, la innovación política debía respetar la costumbre, la discusión moral debía respetar la tradición, la religión debía continuar con los usos del pasado,
0:00:55 y ese conocimiento no debía profanar lo que era patrimonio de los dioses.
0:00:59 La violación de esta sabiduría limitada se designaba con la famosa palabra, híbris, que quería decir desmesura, tentación de los 8 lutos, etc.
0:01:11 Esto no era todo así por mucho que lo diga Rassel, pero bueno.
0:01:15 En cualquier caso, los sofistas que habían convertido la híbris en el programa eran vistos muchas veces como responsables de las calamidades que sufría a temas.
0:01:32 Heráclito había depreciado la sabiduría de los ancestros, digo por nombre de Aragón, y no había vacilado en tratar a Homero de charlatán.
0:01:40 A los griegos les parecían terribles.
0:01:43 A los sofistas como protagonistas no les temblaba la voz cuando decían que había que investigar a la naturaleza sin preocuparse de los dioses.
0:01:54 Pero por ahí, contrariamente a lo que dice Rassel, esos son los griegos.
0:02:01 Ese es el pensamiento griego, el pensamiento que despreció el respeto de las antiguas costumbres y vino a proponer un poco más de crítica, un poco más de observación, si te quieren, no sé cómo decirlo.
0:02:14 Después de la guerra con Esparta fue incorporado a la legislación Atenianse un delito, que era delito de impiedad.
0:02:26 La norma fue propuesta por un tal Diopites.
0:02:31 Le salió de pura suerte la norma.
0:02:36 Allá pues...
0:02:41 ¿Qué poco se habla de ese hombre?
0:02:46 Sí, que vio en los últimos tiempos. Casi ni si lo escuchan hombrar.
0:02:51 Bueno, Diopites, allá por el año 432 a.C., propuso esta norma que consistía en perseguir o dictar persecución para los que buscaban explicaciones naturales de fenómenos que hasta entonces habían sido considerados divinos.
0:03:12 Y el primer acusado fue nuestro amigo Anaxágoras y fue condenado a muerte. Desde luego no se cumplió esa condena. Anaxágoras huyó de la ciudad de modo que no pudieron matarlo.
0:03:24 Fidias, recuerdan ustedes al escritor Fidias, también fue acusado porque, según dijeron, había utilizado su arte, la escultura, para divinizarse a sí mismo.
0:03:37 En realidad lo que hizo Fidias fue esculpir su propio cuerpo en algún lugar del partenón que no se le hacía.
0:03:44 Se utilizó a sí mismo para una escena...
0:03:47 Como modelo para una escena divina. Entonces lo acusaron. Ha intentado divinizarse este tipo.
0:03:55 Los adversarios de Sócrates utilizaron esta norma y no lo acusaron en el plano político sino en el plano religioso y moral.
0:04:06 La imputación que se le dirigió en el 399 a.C. fue de impiedad pública, impiedad respecto de los dioses y corrupción de la juventud.
0:04:19 Y el jurado estaba compuesto por 1500 ciudadanos.
0:04:24 Entre los observadores tomando notas estaban nada menos que Genofonte y Platón.
0:04:33 Daban ahí el Genofonte que fue el que escribió la apología finalmente. Y Platón que fue su discípulo.
0:04:42 Y gracias a eso sabemos exactamente lo que ocurrió allí.
0:04:46 Procesos llevados adelante según juran Genofonte y Platón por hombres mediocres.
0:04:51 Hubo tres ciudadanos que presentaron la querella.
0:04:55 Recuerdan ustedes, Anícto Meletos y Licón. Se memorizaba como la línea media de la nus.
0:05:03 El primero en realidad Anícto tenía motivos personales de rencor.
0:05:09 Parece que, cuando Anícto debió desterrarse por motivos políticos, su hijo se había negado a seguirlo para quedarse en antenas con su maestro y el maestro era Sócrates.
0:05:19 El hijo de Anícto era alumno de Sócrates y también parece que participaba en las reuniones que Sócrates organizaba con sus discípulos que muchas veces eran orgíásticas.
0:05:34 Después, ya cuando no era discípulo de Sócrates, este muchacho, el hijo de Anícto murió.
0:05:42 Murió alcoholizado.
0:05:44 Anda a saber dónde.
0:05:46 Sócrates ya no tenía que ver con él.
0:05:49 De todos modos, le fue adjudicada la corrupción de aquel muchacho.
0:05:54 Anícto era un hombre de bien, un demócrata que, incluso por sus ideas, había sufrido, como hemos dicho recién, el destierro y que después combatió valerosamente en diversos terrenos.
0:06:08 Imagínense como padre podría entenderse un cierto resentimiento.
0:06:12 Ahora, cuando hablamos de corrupción, atención, Roland, no nos referimos a cuestiones sexuales.
0:06:19 En la tena de aquel tiempo, los encuentros entre hombres no eran motivos de escándalo alguno.
0:06:24 La corrupción residía en la idea de entregarse a pasiones desmesuradas, otra vez la hibres.
0:06:34 El hijo de Anícto era un homenaje de la que no podía tolerarse.
0:06:39 Y en ese sentido, los griegos hablaban de corrupción.
0:06:44 En todo exceso, en todo vicio, los griegos se encontraban más que una violación de vallas a ver que códigos morales, una esclavitud.
0:06:55 Lo malo del vicio, decían los griegos, es que uno es esclavo, que uno ya no tiene libertad.
0:07:02 Y será la cuestión para ellos.
0:07:04 También se le reprochaba a Sócrates haber tenido entre sus discípulos a alcibíades y a crítias dos traidores a tenas.
0:07:12 No era muy odiado por esos días. Hemos hablado de los dos.
0:07:16 Pero la verdad es que los dos se habían apartado hacia mucho tiempo de Sócrates, precisamente por ser refractarios a sus enseñanzas.
0:07:24 Sócrates era un aristócrata, no en el sentido trivial de pertenecer a una clase y participar de sus prejuicios, sino en el sentido intelectual.
0:07:36 Él era pobre, iba siempre vestido andrajosamente, y nadie podía reprocharle la menor deslealtad respecto del Estado.
0:07:47 Al contrario, había sido un buen soldado en distintas batallas.
0:07:53 Y cuando fue juez, también fue muy escrupuloso.
0:07:57 Y sin embargo, aquí la idea de su aristocracia llevaba en sus pensamientos la idea de una ditadura de la aptitud.
0:08:06 Y en ese sentido era aristocrático.
0:08:10 Naturalmente, este tipo de aristocracia excluía la ignorancia y la superstición.
0:08:16 Es decir, él estaba en contra de los ignorantes, de los supersticiosos y de los giles.
0:08:22 Y todos estos muchos no lo apreciaban.
0:08:25 Que sé yo.
0:08:27 Había como una protesta plebella ante la aristocracia intelectual de Sócrates.
0:08:34 Sócrates estaba en contra del sentido común.
0:08:37 Y fíjese, cuando uno se pone en contra del sentido común, oye, vámonos, ¿cómo puede ser, señor?
0:08:46 Y yo, desde que era chico que estoy viendo el sol, y el sol es un disco luminoso y unos 20, 30 centímetros de ancha.
0:08:53 ¿Cómo me va a decir que el sol es una estrella?
0:08:56 Y que es más grande que la pierda. ¿Talos, usted?
0:09:00 Y encima que está quieto, que se mueve la tierra.
0:09:02 El sentido común es un poco peligroso.
0:09:06 Y entonces, según parece, lo envidiaban a Sócrates.
0:09:12 Todo sabemos.
0:09:16 Sin embargo, que difícilmente se hubiera llegado a la condena.
0:09:22 Si el propio Sócrates no hubiera puesto los usos para provocarla.
0:09:26 Porque la verdad es que se hizo el compadrista en el juicio.
0:09:30 No es que se negara a defenderse.
0:09:32 Se defendió con erocuencia.
0:09:35 Que le sobraba para refutar las endebles acusaciones.
0:09:40 Pero el problema fue que se lanzó a una inoportuna apología de sí mismo.
0:09:49 Se proclamó investido por los dioses de la misión de revelar la verdad.
0:09:53 Eso fue lo primero que dijo.
0:09:55 A mí los dioses me han dado la misión de revelar la verdad.
0:09:58 ¡Fuau!
0:10:01 Es tu perfección que no hay.
0:10:03 Reagarse las vestiduras.
0:10:05 Según, y aquí viene el asunto.
0:10:07 Según el Injuicimiento Atenía en C, los recordamos, los veredictos eran dos.
0:10:12 En el primero se afirmaba o se negaba la culpabilidad.
0:10:16 Era culpable.
0:10:18 En el segundo se determinaba la pena.
0:10:21 Y aquí el acusador hacía una propuesta.
0:10:25 El acusado otra.
0:10:27 Y después el tribunal elegía entre las dos.
0:10:30 Cuando el acusador pedía, por ejemplo, la pena de muerte,
0:10:34 el acusado solicitaba ponerle dos años de prisión.
0:10:38 Y así los jueces tenían una alternativa.
0:10:40 Podían votar por una o por otra.
0:10:43 Sócrates, cuando vio que el acusador había propuesto la pena de muerte,
0:10:49 pidió, como pena para él mismo, ser alojado como el más rico de los mortales.
0:10:57 Que lo pusieran en el plitanero, que era como uno de los mejores hoteles.
0:11:02 No era un hotel desde luego, era un lugar, un lugar fastuoso.
0:11:06 Y aquella, claro, que ya al Tenería molestó muchísimo la gente.
0:11:13 Y de ellos 780 votaron a favor de la cicuta, o sea, la pena de muerte,
0:11:18 y 720 a favor del alojamiento en el plitanero.
0:11:23 Perdió.
0:11:25 Volter dice que es evidente que en las grandes reuniones
0:11:28 los filósofos son siempre minorías.
0:11:31 Llegó el momento, Sócrates bebió la cicuta con manos firme,
0:11:37 con boca firme, diría yo, que no se va a tomar la cicuta con la mano.
0:11:42 Se tendió en un lecho, ya voy, enseguida tiene.
0:11:47 Se cubrió con una sábana y debajo de ese manto esperó la muerte.
0:11:53 Los discípulos lo lloraban, por ahí, como bien sabemos, un ratito antes de morir.
0:12:00 Le dijo a su amigo Critón su última y famosa declaración,
0:12:04 le debemos un gallo a Asclepio, no olvides de pagárselo.
0:12:09 Sobre el verdadero sentido de este gallo presculapió, se ha hablado, pero muchísimo.
0:12:17 Lo que le habrá intentado es llamar la atención con...
0:12:24 traer a corazón un asunto secundario en un momento tan grave, muy elegante.
0:12:29 Siempre es muy elegante.
0:12:31 Traer a corazón un asunto secundario en el momento de la muerte es elegante.
0:12:36 Cuando no te dio osos, las películas americanas suelen abusar de eso.
0:12:40 El héroe moribundo que hace un chiste.
0:12:45 Que está muriendo y hace un chiste.
0:12:48 Creo que no te acompañaré mañana al baseball, yao.
0:12:54 Entonces nosotros son raímos con la mandí una inferior colgando.
0:13:02 Bien, este es el final de la historia de Sócrates.
0:13:07 Este recuerdo, dito nada más, no hemos dicho nada nuevo.
0:13:10 Pero no está mal presentar esta aristocracia socrática que excluye la estupidez.
0:13:17 Desde luego los estúpidos jamás admiten esta circunstancia, porque cuando uno excluye de su pensamiento la estupidez, nadie se siente excluido.
0:13:27 Y todos reprochan incluso la exclusión de otras cosas.
0:13:31 Es que los estúpidos se resisten a admitir que no son.
0:13:37 Salvo algunas pocas personas resignadas que admiten su estupidez y navegan alegremente por veredas de octarios sin pedir un cambio en su dirección.
0:13:51 Nosotros, por ejemplo, lo que hacemos de este programa somos todos estúpidos.
0:13:56 Ni siquiera estamos orgullosos de serlos.
0:14:01 Verdaderamente muy triste por ser estúpidos.
0:14:06 ¿Qué vas a hacer?
0:14:08 Con los años nos hemos dado cuenta que estamos bien estúpidos.
0:14:11 En cambio, cada vez que nos hacemos los piolas fracasamos de un modo patético.
0:14:17 Bueno, ¿quién quiere dedicar esto?
0:14:19 Debió ser un momento, que es de tomar la sicuta.
0:14:23 Un momento grave, Alejandro.
0:14:25 ¿Estaba pensando en esto?
0:14:26 No me acuerdo. ¿Por qué tan venenosa la sicuta?
0:14:31 ¿Qué es la que me ha que no haya un químico acá, un farmacéutico?
0:14:34 No hay ningún...
0:14:35 ¿No hay ningún farmacéutico en la sala?
0:14:39 No podemos continuar.
0:14:40 No podemos continuar.
0:14:41 Me llega a pasar algo.
0:14:43 Esta sala no tiene...
0:14:44 Me llegó a desmasear.
0:14:46 No hay un médico en esta sala.
0:14:47 ¿El estudiante de filosofía y letra hay?
0:14:49 ¿Hay?
0:14:51 Esta sala no tiene remedio, Alejandro.
0:14:54 ¿Ingenieros?
0:14:56 Bueno, ahí por lo menos hay un ingeniero.
0:14:59 Pero ¿qué hago?
0:15:00 Me desmayo, me va a atender un ingeniero.
0:15:02 Le hace un puente encima, tipo.
0:15:04 No, necesitamos...
0:15:07 Bueno, no sé desmayo.
0:15:09 Voy a tratar de no desmayarme, porque si no hay hoy en día.
0:15:12 Sí, pero ¿qué decíamos?
0:15:14 Ah, de la sicuta.
0:15:16 Bueno, íbamos a hablar mucho de la sicuta con un señor...
0:15:19 Que no vino.
0:15:20 Un farmacéutico que contábamos con encontrar aquí entre el público.
0:15:24 Pero ahí que se llama.
0:15:26 300 personas y ni un solo farmacético.
0:15:29 Es grave eso.
0:15:30 ¿Cómo se dice?
0:15:31 Farmacéutico o farmacéutico?
0:15:33 Farmacéutico.
0:15:35 Yo no sabía.
0:15:37 Yo tampoco.
0:15:38 Yo porque estoy acostumbrado a un dependiente,
0:15:42 uno de libre de la farmacia que grita.
0:15:45 Farmacéutico.
0:15:49 Cuando era chico había uno que era amigo mío
0:15:52 y pariente de un amigo nuestro.
0:15:55 Que venía a mi casa a traer la...
0:15:59 El remedio.
0:16:00 Sí, el fenómeno.
0:16:01 Y gritaba, no farmacia, digamos.
0:16:04 Farmacéutico.
0:16:06 La verdad, ¿eh?
0:16:10 Y estaba bien.
0:16:11 Farmacéutico que es el que atiende la farmacia.
0:16:15 Yo después cuando me enteré que había que estudiar
0:16:17 para farmacéutico...
0:16:19 No lo podía creer.
0:16:21 ¿Y por qué no para panadero?
0:16:24 O al macenero.
0:16:27 Solo para farmacéutico, señor.
0:16:31 La facultad de farmacia bioquímica.
0:16:33 No de panadería.
0:16:35 Bioquímica.
0:16:37 Bueno, déjeme decirle que me quedé pensando
0:16:40 un poco en lo que usted hablaba,
0:16:42 que es el horror de los gríos.
0:16:44 O el deprecio por la desmesura.
0:16:46 Y comparto un poco eso alejándose,
0:16:48 si usted me permite.
0:16:50 Hay algo de ida, de una vuelta hacia la perversión
0:16:53 en la desmesura,
0:16:55 que termina transformando lo que es el placer,
0:16:58 en lo que los analistas llamamos el goce.
0:17:00 Que es ese masa ya del placer,
0:17:02 que se vuelve totalmente perjudicial
0:17:04 y que hasta puede llegar a poner en riesgo la vida
0:17:06 en tanto y en cuanto nos aleja del deseo
0:17:08 para acercarnos al dolor.
0:17:10 ¿Pero dedicar esto a algunas personas
0:17:12 que uno admira por su aristocracia intelectual?
0:17:15 Personas que suelen ser bastante rechazadas
0:17:19 o a veces criticadas,
0:17:21 como si se dirán diques de algo,
0:17:23 solo por el hecho de que han leído
0:17:25 algunas cosas que uno no leyó.
0:17:27 Entonces, para esas personas va la dedicatoria.
0:17:29 Muchas gracias, Roland.
0:17:31 Vamos a escuchar el tango a Margura,
0:17:34 que ciertamente se refiere a la cicuta.
0:17:37 La cicuta no solo te mataba, sino que era amarga.
0:17:40 ¿Usted la probó?
0:17:42 No, yo no la probé, pero otros la han probado.
0:17:44 Digo a usted, ¿cómo dijeron que era amarga
0:17:46 y se murieron? No se murieron enseguida, señor.
0:17:48 Sí, claro, tarda, la hace efecto.
0:17:50 Tarda, entonces el atoma dice que amarga y se mueve.
0:18:01 Escucharemos el tango a Margura
0:18:03 en la clásica versión de Don Carlos Gardela.
0:18:06 ¡Adián!
0:18:36 En el barrio rojo como un clavel, un viento de locura,
0:18:40 valera de sovinete.
0:18:43 Me sentí odia Margura, y no me quisiera irar.
0:18:46 Mis manos se cripaban, mi fechula contuvo,
0:18:50 su boca creía, no pude matar.
0:18:56 Pues su amor diuría,
0:19:01 toda mi fortuna.
0:19:05 Con ti es mi alegría,
0:19:08 al estar por ti a la luna.
0:19:13 Por querer las armas,
0:19:17 por confiar en la edad.
0:19:21 Voy a ir mi huella,
0:19:24 solo el alto y mi dolor.
0:19:28 Doliente y abotido, mi vieja herida sangre.
0:19:32 Veamos otro ser algo que yo quiero olvidar.
0:19:36 Pero estas penas son de amor y de tencano.
0:19:40 Como las nervias malas son duras de arrancar,
0:19:44 del fondo de mi copa su imagen me llora.
0:19:49 Es como una condena, su rica se llora.
0:19:53 Poqueta y desfiada, su boca me encadena.
0:19:57 Se burla hasta la fuerza,
0:19:59 es la ingraten el cristal.
0:20:03 Pues su amor diuría,
0:20:07 toda mi fortuna.
0:20:11 Con ti es mi alegría,
0:20:14 al los capos y a la luna.
0:20:19 Por querer las armas,
0:20:23 por confiar en la edad.
0:20:27 Voy a ir mi huella,
0:20:30 solo el alto y mi dolor.
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