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0:00:00 Hablaremos hoy de la Condesa de Castilión. Al finalizar la Guerra de Crimea en 1855,
0:00:11 Italia era un verdadero rompecabezas formado, por ejemplo, por el Reino del Piamonte, por
0:00:20 un lado, la Lombardía y Venecia que estaban ocupadas por los autríacos, ahí estaban los
0:00:28 ducados de Modena, de Parma, de Toscana, estaban también desde luego los estados de la Iglesia y el
0:00:36 Reino de las Roses Silbias. El rey del Piamonte era Víctor Manuel, y tenía el proyecto,
0:00:44 como muchos otros, de realizar la unidad de Incavria, aquello que es el sueño de los italianos
0:00:51 uníctiles. Pero desde luego, para unificar a tantos estados y expulsar a los autríacos,
0:00:58 se necesitaba la ayuda de un soberano poderoso de Europa y que fuera en algún punto favorable a
0:01:04 Italia. Y se les ocurrió pensar en Napoleón III, el emperador de las Roses. Hablaremos,
0:01:13 ahora haremos un paréntesis, esto ha sido un cuadro de situación, pero hablaremos de Virginia
0:01:20 o el Doini, que era una muchacha del Piamonte a quien muchos consideraban la mujer más hermosa del
0:01:28 mundo. Parece que un día estaba el conde Valeski, que era hijo de Napoleón, pero no de Napoleón III,
0:01:38 no de Napoleón y hoy es grande, el primer Napoleón, Napoleón Bonaparte, este también lo es. Era
0:01:45 hijo, supongo, de Napoleón y de María Valeska, que fue amante Napoleón I, un polaca muy patrión.
0:01:52 Bueno, el conde Valeski estaba en Londres y vio que el conde Castilione migaba con mucho
0:02:01 interés a todas las mujeres. Le preguntó por qué era ese interés que iba a mas allá de lo mundano,
0:02:07 casi el hombre se tomaba el trabajo de examinar a cada mujer que se le cruzaba.
0:02:16 Entonces el conde explicó que estaba buscando esposa y quería que su esposa fuera muy gresa.
0:02:22 Entonces Valeski me dijo, vaya a Florencia en ese caso y haga que le presenten a la
0:02:26 señorita Aldoine, es la mujer más hermosa. El conde Castilione fue a Florencia, se enamoró
0:02:35 inmediatamente, pero la sica no le dio ni cinco bolillas. Le dijo claramente, no quiero y no os amaré
0:02:42 nunca, que es un vitamin notoriamente drástico. No importa, dijo el tipo, me casaré contigo y
0:02:52 tendré el orgullo de tener por esposa la mujer más hermosa del mundo. Eso es un asco,
0:02:58 lo que él quería no era amor, quería posesión, quería establecer un derecho real sobre cada
0:03:06 mujer. Pero se casó, se casó. Sara, ella tenía 16 años. Este conde de Castilione era
0:03:17 además servidor del rey de Piamor, que era un funcionario de elito mundo. Virginia escribía
0:03:24 desde muy jovencita un diario íntimo en el que anotaba con el mayor detalle todas sus aventuras,
0:03:31 aún las más inútil más. Ese diario fue descubierto por Alem de Co en 1951 y contiene
0:03:43 revelaciones interesantes. Virginia me parece que utilizaba una clave para describir sus lances
0:03:51 amorosas. B, una velarraga, era B eso. X era la entrega total y BX era todo menos X.
0:04:06 Y sucede que aquí el diario íntimo está lleno de B y de X día tras día. La muchacha era insaciable.
0:04:16 El conde de Cabud, que era el jefe de gabinete del rey Víctor Manuel, conocía en Apolión III y conocía
0:04:23 también la debilidad que el emperador de Francia tenía por las mujeres. Y tuvo la idea de que Virginia se
0:04:32 hiciera amar por el emperador y lo impulsara a tomar decisiones que favorecieran la causa italiana.
0:04:39 En ese momento el matrimonio de Virginia con el conde Casillones estaba muy deteriorado.
0:04:46 Informada de la sintonización de Cabud, la conde se entusiasmo vivamente. El 16 de noviembre de 1855,
0:04:55 el rey Víctor Manuel en persona llamó a la Puerta de Jardín de Virginia y allí le realizó la propuesta
0:05:02 oficial de viajar a París para ser política de almohada en la cama de Napoleón III.
0:05:09 Tiempo después, el 17 de diciembre, Víctor Manuel volvió a visitarla y entre esas ya estaba
0:05:16 preparando las maletas para ir a París. Y el diario de Virginia registra una crónica de ese encuentro.
0:05:25 A las 11 se ha marchado. Lo acompañé hasta el jardín. 5X.
0:05:32 Así se le gastaba el rey Víctor Manuel y le decía a Manuel. Bueno, empezó su viaje,
0:05:44 hicieron una escala en Florencia donde se encontró con un antiguo admirador,
0:05:48 el que convirtió un amante que se llamaba el Ventivoglio. Es un lindo nombre.
0:05:53 Para un amante, a los Ventivoglio, lo enamoró,
0:06:00 sació la lujuria del Ventivoglio y después lo abandona.
0:06:07 Y llegó a París. El primer encuentro que tuvo con Napoleón III sucedió el 9 de enero de 1850.
0:06:14 La condesa de Castigliano es un poco de desengaño al ver al hombre que se cruzaba con él.
0:06:23 Y no se lo imaginaba alto, majestuoso, hermoso.
0:06:27 Y Napoleón era bajito, un poco corbado, rotaba sobre unas piernas cortas
0:06:33 y paseaba por la sala una mirada deslucida.
0:06:36 Es de todo modo la descripción del enero.
0:06:43 Él la miró un poco y ya le hizo un comentario, pero no pasó nada.
0:06:50 En el segundo encuentro, el 26 de enero, en un baile,
0:06:55 Virginia llegó en el mismo instante en que Napoleón se retiraba.
0:07:00 Él le dijo, llegáis muy tarde, señora. Y se contestó, sois vos al que se hay que marxáis demasiado.
0:07:08 Eso era muy ingenioso, pero Napoleón la miró.
0:07:13 Y así pasaron los días, se cruzaron, pasaron los meses, se saludaban.
0:07:20 Capoleón por ahí la miraba un poco, se retorcía al bigote.
0:07:26 Pero ya habían pasado cuatro meses desde el primer encuentro y el deseo imperial
0:07:31 no se había manifestado de ningún modo.
0:07:35 Y conociendo la reputación galante de Napoleón III, Virginia se sentía vejada.
0:07:43 Y entonces resolvió jugar fuerte.
0:07:46 En ocasión de un baillongo que había en las tuyerías, era de disfraces al baile.
0:07:53 Entonces se aprovechó para ir medio desnuda, disfrazada de Dios antigua, por no decir otra cosa.
0:08:02 Y se armó un verdadero tumulto, ¿no? Todos se empujaban para negar, etcétera.
0:08:08 Y el emperador, Albert, tomó inmediatamente una determinación.
0:08:14 Bueno, esta determinación posistía en invitar a una reunión nocturna en Vilnet-Litham,
0:08:24 donde había un lado, un parque y una isla.
0:08:28 Es un lindo lugar para invitar a ella.
0:08:30 Desde luego iba también la emperatriz, la emperatriz en Virginia, la mujer de Napoleón.
0:08:34 Pero ya se ha hecho una fiesta nocturna.
0:08:36 Hay un parque, hay un lago y en el medio del lago una isla,
0:08:40 siempre es posible ausentar, si encontrar un usual cómplice,
0:08:45 donde cosechar el beso que crece en la tercera emperación.
0:08:48 El caso es que en determinado momento Napoleón le invitó a pasear en volte.
0:08:54 Caliaron a Remma y volvieron tres horas después.
0:08:58 Al día siguiente todo París sabía que el emperador se había convertido en el amante de Mal.
0:09:10 Entre abrazo y abrazo la Condesa de Castiglione trataba de inducir en Napoleón III una simpatía para la causa de Italia.
0:09:23 Incluso que en un bici en los cronistas, que son todos un poco maleficientes,
0:09:27 eso resentía un poco su eficacia erótica,
0:09:30 porque a veces estaba más pendiente del desempeño político de Napoleón que del desempeño amoroso.
0:09:39 El caso es que todas las noches una carta cifrada iba en camino a Turin.
0:09:46 Incluso se había hecho amante de un tipo de correo para que no le revisara la correspondencia.
0:09:53 Trataba de una mujer multidadosa según se ve.
0:10:00 Pero a partir de entonces la Condesa sabiéndose amante oficial empezó a comportarse con la mayor excentricidad.
0:10:09 Hizo fotografiar sus pies, sus pantorrillas, sus manos y sus hombros.
0:10:16 El pintor Baudry, la pintora es nuna, y después tuvo cegos del cuadro y lo destruyó.
0:10:25 Creo que eso ocurrió después, cuando comprendió que el cuadro no lo envejecía y lo es así.
0:10:33 Sí que se convirtió en una especie de Gloria and Greg inverse, como todos nosotros porque lo destruyó.
0:10:41 Pero destruyó hasta el cuadro.
0:10:47 Usaba, usaba las negras porque decían que contrastaba con la blancura de su piel.
0:10:53 Cardaba mucho tiempo en vestirse.
0:10:57 Por ejemplo, desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde.
0:11:04 Es un poco demasiado.
0:11:08 Solía concurrir a las fiestas con escotes absolutamente indecorosos.
0:11:19 Un día se hizo notar la propia hembratriz eugenia.
0:11:23 Me dijo, mire.
0:11:27 Y ella le dijo, uno tiene que mostrar su cara allí donde la tuviera.
0:11:38 Tampoco era muy ingenioso, pero cuando hay un escote así cualquier cosa resulta interesante.
0:11:50 El emperador parecía muy entusiasmado.
0:11:54 La llevó a Compeán, que era un lugar donde la corte se trasladaba durante un mes del año.
0:12:00 Sí o sí, el emperador tenía unos, los llamaba celes.
0:12:04 Dividía este mes del año en 4 semanas y cada semana llevaba una serie distinta.
0:12:09 La serie diplomática, la serie artística, etcétera.
0:12:14 Y a mí ya la llevo, creo que todo el día.
0:12:16 Fueron muy felices allí en Compeán.
0:12:19 Tan felices que ella se guardó un camisón.
0:12:22 De acuerdo porque le pareció que aquella noche había sido una de las noves de Compeán.
0:12:29 Había sido especialmente señalada y se quedó con el camisón.
0:12:34 Pero un día el romance con el emperador terminó agrujamente.
0:12:39 Napoleón III era inflexible con las indiscrecas y rompió con ella.
0:12:47 Me dijo, no quiero ver, te dices así en comentarios, te dices, uff, usted no sabe lo que me dijo ayer Luis.
0:12:53 Luis Napoleón.
0:12:57 Y ya se fue.
0:13:00 Como un tren de ajuitalia, pensó que la ruptura era pasajera.
0:13:05 Que en realidad empezaba una desgracia que la perseguiría siempre.
0:13:08 En Italia ella se negó a continuar la vida en común con su marido.
0:13:15 Que lo solo la creo con tu gringo.
0:13:18 Y mientras tanto, Luis Napoleón se hizo cargo del ejército.
0:13:21 Y empezó la guerra contra la autora.
0:13:28 Que decir, le salió bien el asunto a la Marquiosa.
0:13:31 Hubo un momento en que ella dudó de que Napoleón tomara partido por la causa italiana.
0:13:37 El 16 de enero de 1350 yolcio Napoleón sufrió un atentado cuando se dirigía a la ópera.
0:13:46 Venía por el volevar de los italianos.
0:13:48 Tres explosiones destruyeron la carroza.
0:13:51 Hubo muertos y heridos.
0:13:53 Pero el emperador y el emperatriz resultaron ineso.
0:13:57 Incluso asistieron a la función del agosto.
0:14:00 Cuando Virginia en Italia le doy la noticia, creyó que Napoleón jamás intervendría en favor de los italianos.
0:14:09 Pero, finalmente, lo que ella deseaba sucedió.
0:14:14 Empezó la guerra.
0:14:16 Fue una guerra muy, muy, muy cruensa.
0:14:19 Muy cruensa.
0:14:20 Una guerra terrible.
0:14:24 Tan terrible que en aquí los años se tuvo la idea de fundar la Cruz López.
0:14:36 Ahí estaba el amigo Anfil Man que fundó esa organización para socorrer justamente a las víctimas de la guerra.
0:14:47 La guerra que había en ese momento era esa.
0:14:49 La guerra donde estuvieron las batallas aquella, de magenta, de solferino.
0:14:56 Unos lugares, magenta y solferino, unos lugares donde india una sustancia que creo que se llama asucina,
0:15:04 de donde viene la palabra fucsia para designar ese color.
0:15:11 Pero resulta que ese color también tiene otro nombre.
0:15:15 Esos que totalmente magenta o solferino.
0:15:19 Que son nombres de los lugares donde aquella sustancia cundía,
0:15:25 y donde tuvieron lugar unas batallas terrible, morían en gente como Morda.
0:15:32 Después vino la paz de Villa Franca y sucedió algo que la condena no esperaba.
0:15:39 La paz fue apresurada.
0:15:40 En realidad los crucianos estaban por ingresar en la contienda y la polión se apresuró a firmar una paz cualquiera, cualunque.
0:15:47 En realidad los citarians no pudieron unir, venencia siguió en el poder de los altríacos,
0:15:52 hubo alguna clase de liberación de la Lombardía, pero mucho lo cambiaron.
0:15:55 Así que fue una especie de desencarte.
0:16:02 La castiglione volvió a París para ver si recuperaba sus privilegios perdidos.
0:16:10 Pero ya no fue lo mismo.
0:16:13 En Beaudot se murió el marido, que poco ha tenido que hacerme en esa charla,
0:16:19 aquí en la Universidad de Morón.
0:16:23 Pero Beaudot era lo mismo.
0:16:25 Volvió y quiso ser la regna de París, pero no lo logró.
0:16:31 Una noche en 1669 entró por la puerta de los inferadores a un bailongo que había en las curlerías y la chara.
0:16:40 ¿Eso fue elito? No, es que se llevaba así.
0:16:42 Tome el cero.
0:16:44 Estaba disfrazada de reina de Estruria, pero igual la echaba.
0:16:50 Digo porque a mucha gente que cree que disfrazarse uno de reina de Estrugja garantiza la entrada de cualquier bailongo.
0:16:58 Calló como ustedes saben en 1870, el segundo imperio, Calló Luis la Polión, la batalla de Cedón.
0:17:06 Se hundió de la casa, yo viviendo en París, pero no salía nunca.
0:17:12 Solo recibía algunos pocos amigos que sabían una contraseña.
0:17:18 Siempre se daban las que se han.
0:17:20 Allí probablemente ocurrió el episodio del cuadro destruido.
0:17:26 Después retiró todos los espejos de su apartamento.
0:17:31 Dicen que tenía un coche listo que nunca usó.
0:17:37 Humbió en 1899 y nadie se acordaba de ella que ni siquiera los italianos tomaron en cuenta los servicios de Almoda que ella había tratado de hacer a su parte.
0:17:53 Ni siquiera se acordaron de aquellas cartas que con enorme riesgo enviaban a ella a los que luchaban por la causa de los italianos.
0:18:05 Esa es mi historia de la bellísima grizina con de ella de Castilión.
0:18:13 ¿A quién quiere dedicarlo?
0:18:17 Es una historia triste como todas las historias.
0:18:19 No hay historia tan alegre.
0:18:21 Es algo que uno las cuente por la mitad.
0:18:23 Es difícil una historia alegre dejando en tanto y en tanto el tiempo siempre es más fuerte que la belleza, que el amor y que la pasión incluso.
0:18:31 Me permito dos tipos dedicándose a usted en la autoriza.
0:18:35 El primero de ellos es la relación exáctituca, la belleza que usted marcaba en este hombre.
0:18:42 La mujer no lo quisiera, quería que le juzgue la mujer más linda del mundo.
0:18:46 Quien dar que cuenta que el valor no está en tener la mujer más linda del mundo sino en ser deseado por la mujer más linda del mundo.
0:18:53 Entonces aquellos que valoran más el deseo que la posición son los primeros dedicando.
0:18:58 Y lo segundo ya que hablamos de esa gente que luchaba por la unidad de la patria.
0:19:02 Recuerdo una frase del amigo Abelardo Ramos que decía que somos un país porque no tuvimos el coraje de ser una nación.
0:19:10 Entonces a San Martín, a Bolívar, a Artigas, aquellos que tuvieran después de la patria grande.
0:19:16 Os preguntábamos con qué ilustrar esta charla acerca de la belleza sonidexta.
0:19:24 Y recordando las cartas que enviaba ella a Cabur y el romance que tuvo con el empleado de correos.
0:19:33 Hemos resuelto a mueblar la charla con el tango Cartas Fiejas, tango bellísimo.
0:19:41 Y escucharemos en la versión que realizó Karina de Orléguez con las guitarras de Juárez, Soria y Salmón.
0:19:51 Adelante de Orléguez.
0:20:03 Cartas Fiejas, aventuras del pasado De un pasado que nunca volverá
0:20:13 Me pregunto para qué la seguridad de Juárez ha dado
0:20:19 Para qué pida tu venta recordar
0:20:23 Ilusiones que no fielon la fregancia
0:20:27 Que cenaba el corazón primaderal
0:20:31 De la nombia que tuvimos, de la infancia
0:20:35 De la única que nos hizo mal
0:20:39 Para esta fiesta nadie sabe la historia
0:20:45 Y aquí dentro hay el cerrado que papá de la serán
0:20:51 Que mujer exiera buena, mujer exteramana
0:20:55 Y que nunca pude amar
0:20:59 Cartas Fiejas, cuán su amor entre mi mano
0:21:05 Cuán cobre, cuán camcita que nunca volverá
0:21:09 Y el embargo del ingrasa que amezca
0:21:13 No hay una caca que le cuesta con el sol al
0:21:21 Esta caca dice a un guía que pasaron
0:21:25 Esta ojo y a un amor que regresó
0:21:29 Cuá eran los ojos que rieron y choraron
0:21:35 Todo dice en esta caca de vación
0:21:39 Ya el mío cazo con la tienda encanestida
0:21:43 Quiero ver que en una ombresa tanto amor
0:21:48 Es mi cama de igual modo que en la vida
0:21:52 Me acompañó y se aburrió el corazón
0:21:56 Para esta fiesta nadie sabe la historia
0:22:02 Y aquí dentro hay el cerrado que papá de la serán
0:22:08 Que mujer exiera buena, mujer exteramana
0:22:12 Y que nunca pude amar
0:22:16 Cartas Fiejas, cuán su amor entre mi mano
0:22:20 Cuán cobre, cuán camcita que nunca volverá
0:22:24 Y el embargo del ingrasa que amezca
0:22:28 No hay una caca que le cuesta con el sol al
0:22:40 Hemos circuitado Cartas Fiejas
0:22:45 La caca de Orlegi y el acompañamiento de guitarras
0:22:49 De Juárez, Soria y Salmone
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