Transcripción automática
0:00:00 La conjura de Quevedo, frasco de Quevedo, de más o menos, es una gran poeta, parece que intervino en varias millones diplomáticas.
0:00:11 Era estilla, Quevedo fue estilla.
0:00:15 A comienzo de siglo XVII, Quevedo conoció a la corte de Madrid al Duque de Osuna y se hicieron amigos.
0:00:24 Un poco más tarde, Quevedo acompañó a Ápoles al Duque si había sido nombrado a Irina de Nazcole,
0:00:30 en la época en que España exerciaron niños sobre el Duque de Osuna.
0:00:35 Cuenta que Quevedo se convirtió en el primer asurante del Duque de Osuna.
0:00:39 Quevedo y el de Osuna, socios en asuntos políticos, también no eran a la hora de retirse las nenas que conocían.
0:00:47 Ambos tenían tal fama de mujeriego y de efectivo son sus conquistas,
0:00:54 que los napolitanos repetían por esos tiempos un versito no muy ocurrente.
0:01:01 Decía, entre Quevedo y el de Osuna no me han dejado ninguna.
0:01:15 Si está el de Osuna y Quevedo, no insiste porque sino, tío.
0:01:27 Bueno, pero Quevedo quería un triunfo militar y político considerable
0:01:31 para ganarse los halagos al Rey Felipe III.
0:01:34 Entonces comenzó a pensar junto con el Duque en tomar el poder en Venezuela nada menos.
0:01:41 Sin consultar desde luego al Rey de España, Quevedo reunió los mercenarios,
0:01:46 eran venecianos exilados, aventureros, entre.
0:01:53 Quevedo entró en tratativas con el Papa para colocar una escuadra con edificia junto a la escuadra española
0:02:00 que estaba al mando de Quevedo.
0:02:02 Cuentan que el poeta quería instalar al Duque de Osuna como nuevo duques veneciano.
0:02:08 El plan trazado por Quevedo consistía en aprovechar una gran fiesta tradicional,
0:02:14 la fiesta que se llamaba el desposorio del mar, en la cual todo el gobierno veneciano defilaba por los canales.
0:02:21 Entonces mediante un ataque suero prescivo con cientos de hombres disfrazados,
0:02:25 ya que el despido se hacía con disfrazes, Quevedo prezaba tomar prisioneros a los miembros del gobierno.
0:02:33 Bueno al comienzo parecía andar todo bien, los agentes napolitanos informaron a Quevedo
0:02:40 que ya se habían distribuido los disfrazes en denencia y que el pueblo se preparaba inocentemente para fiesta.
0:02:48 Pero Quevedo ignoraba que el duques tenía por costumbre ubicar una red despía por todos lados,
0:02:55 incluso en lugares inauditos, y sucedió algo notable.
0:03:01 Antes de decir lo que sucedió, retrocedamos algunos años para descubrir una característica veneciana.
0:03:08 En la antigua venecia había florecido el mercado de esclavas y algunas que eran muy bonitas,
0:03:14 ganaban dinero para sus dueños, brindando servicios íntimos.
0:03:18 En el año 1287 el Consejo Supremo decretó la pena de azotes para las mujeres que practicaron la prostitución en casa de sus amos.
0:03:29 Antes de dicho prohibición, estas mujeres comenzaron a reunirse en otros lugares,
0:03:34 o sea, posadas en tabernas, lo que dio origen a la famosa comunidad de cortesanas de venecia.
0:03:42 Poco después se consideró que lo mejor era confinar a estas mujeres en una zona de refringida,
0:03:48 hemos hecho muchas veces a lo largo de la historia.
0:03:51 Tras muchas búsquedas se estableció esa zona en la barriga de la Castelleta.
0:03:58 Castelleta que queda como quien sale en la estación para Tíaso San Marco,
0:04:04 por ahí al llegar a la mitad, dobla a la izquierda como quien va para una iglesia que se llama
0:04:10 la Nuestra Señora del Huerto, pero se llama Initaliano.
0:04:15 Yo conozco el camino porque lo hice para sacarme una foto al lado del castel.
0:04:21 Bueno, y por ahí está el casteletto, no lejos del leileto.
0:04:27 Bueno, este barrio debía cerrarse durante la Semana Santa, las Pascas de Resurrección y los días dedicados a la vez.
0:04:36 Seis gendarmes armados custodiaban casteletto, eran conocidos como los gendarmes de la noche y el amor.
0:04:44 En 1416 se dictó una ordenanza para que las micheltas pudieran ser reconocidas fácilmente.
0:04:51 Se las obligó a que siempre usaran una blusa amarilla, sólo por menciosos, si tenemos a tres cortesanas famosas.
0:05:02 Cornelia Fripo, Julio Lomardo y Ángela del Moro, más conocida como la Suafeta.
0:05:09 Ellas llegaron a posiciones importantes, si me permiten, les sirvo así, junto a la corte de un cal.
0:05:19 Acotemos que en venía en ciudad, es decir, el siglo XVII, se vendían libremente proyectos que servían a los coraceros
0:05:28 de guía de la vida amorosa de la ciudad.
0:05:31 En una de estas guías aparecían los nombres de las mujeres, incluyendo el precio y la calidad de sus prestaciones.
0:05:39 Pero el barrio de las prostitutas creció, hubo que tomar otro, el nuevo casteletto, que se ha llamado.
0:05:45 Al gobierno le convenía a estas zonas incitas, allí, muchos concurados hablaban sobre sus culturas osanias y planes,
0:05:55 mientras armaban a las prostitutas.
0:05:59 Pero sucedía que el gobierno subsidía a muchas damas para que informaran al gobierno de posibles conjugueses.
0:06:07 Y los hombres de Equvedo, que llegaron junto al cogeta, fueron a ver a las muchachas de casteletto y hablaron hasta por los codos.
0:06:16 Y no unas, sino 14 muchachas, se presentaron ante los funcionarios del DUS para contar acerca de la visita de mercenarios y brazados para tomar presos a los poderosos.
0:06:27 Es decir, que ya sabían todo.
0:06:29 Y sucedió lo siguiente.
0:06:31 Los hombres de Equvedo no pudieron intervener, los venezianos los estaban esperando.
0:06:36 Francisco de Equvedo era uno de los extranjeros y brazados, y pudo ver cómo cayeron todos sus compañeros y supo que habían sido delatados estén.
0:06:45 Y que a él también lo habían delatado como uno de los jefes.
0:06:50 El DUS que no se lo anotaba, se puso precio a sus cabezas.
0:06:54 Pero alcanzó a rajar, que veron.
0:06:56 Los soldados de Venecia lo buscaron por todas partes.
0:06:59 Y que veron que si había ido al bailólogo y brazado de mendigo, sottuvo ese papel.
0:07:05 Dice la crónica que caminaba torpemente, dormía con un ojo abierto en un umbral, comía sobras.
0:07:14 Y observaba con rostro ajeno la búsqueda de desenfrenada de las tropas.
0:07:20 Y lo estaba buscando a él.
0:07:22 Citaron como mendigo dos meses en un mismo lugar.
0:07:25 Y pasó el advertido.
0:07:27 Después de este tiempo, cuando las inagaciones fueron menos intensas, se puso a caminar.
0:07:33 Es decir, llevó a una población cercana y pudo embarcarse hacia el sur.
0:07:39 En el 618, aunque la expedición fue pasiva,
0:07:44 recibió el habito de Sanctea, como premio a su trabajo en la Policía.
0:07:50 Incluso a ese trabajo pasivo en Venecia.
0:07:54 Que veron, recordó siempre a Venecia.
0:07:57 En el lince de Italia escribió,
0:07:59 Venecia ni siquiera de creer ni siquiera de olvidar.
0:08:03 Su disfraz de mendigo, según le contó al Duque de Osuna,
0:08:07 sólo pudo funcionar en una ciudad que era propiedad de disfraz.
0:08:12 Facultada para disimular una desmesura en el vestido, porque la ciudad misma era un disfraz,
0:08:20 tras el cual sólo había un mar.
0:08:24 Es una linda historia, que ve a los espías.
0:08:28 Cómo los descubren, los espías por abrir la boca ante las prostitutas del castelo.
0:08:38 Todos tenían órdenes de oírlo.
0:08:41 Esto nos deja una moraleza, evidentemente.
0:08:44 Nuestro es el propósito de haber traído aquí esa historia.
0:08:50 Especialmente para los barones jóvenes de nuestra obviad.
0:08:54 Si alguna vez vamos a Venecia con la idea de apoderarnos de los funcionarios del gobierno italiano,
0:09:01 para luego instalar aquí una República propia,
0:09:07 pidémonos de no pasar por el casteleto y mucho menos de hacer comentarios acerca de nuestros propósitos
0:09:14 ante las prostitutas de esa variada.
0:09:19 Porque es clásico, es clásico.
0:09:21 Lo que todo aquel que se apresta a tomar el poder en Venecia, se lo cuenta las prostitutas del castelete.
0:09:28 Incluso hay más gente intereslada en contarle a las prostitutas cómo piensa apoderarse del gobierno venezlano
0:09:38 que en tener sexo con ellas.
0:09:41 De suerte que cuando vieron señor, las damas preguntan,
0:09:46 ¿el señor viene a por sexo o a contarme cómo se apoderará de Venecia?
0:09:53 O a las dos cosas.
0:09:56 Porque algunos mientras tienen sexo le cuentan sus planes para apoderarse de Venecia porque parece que eso los estimula.
0:10:11 Bueno, ¿a quién quiere dedicar esto?
0:10:13 No la pueden trabajar en el casteleto de Venecia.
0:10:16 Ayer cada vez no me sumo a su dedicatoria porque no me gustan las alcavulles.
0:10:20 Entonces no.
0:10:22 Pero aquí a qué veo.
0:10:24 Ah, bien adecuito.
0:10:26 En todas partes.
0:10:28 Si claro que no vas a recibir, no, ahí con el simostía.
0:10:31 Claro, esto es lo que dijo.
0:10:33 Y a él, la famosa queja de que qué miedo, que hasta por las conspiraciones me conozco.
0:10:43 Bueno, es el pueblo de compañeros también que el lucho tuvo una por el hombre.
0:10:48 Hemos ido a la discoteca a buscar discos de quevedo.
0:10:54 En cambio nos contaron cuentos de quevedo.
0:10:59 Pero hemos encontrado el veintiuno que se llama por Diosero en conmemoración de esta prolongada impostura de Don Racistro.
0:11:12 Que tuvo que ser disfrazado en Maldivor durante dos largos meses.
0:11:18 Claro, con inteligencia es obtener el tiempo necesario.
0:11:22 En general uno tiende a escaparse al otro día.
0:11:28 Al tipo de dos meses más ya.
0:11:30 O sea, a mí me gusta ir a un lugar e ir a saber el reportaje de momento.
0:11:35 Y la otra moral es que cuando no se quiere ir a un lugar lo mejor es disfrazarse en Maldivor durante dos meses.
0:11:43 Se lo digo yo que siempre quiero irme de los lugares.
0:11:48 El tango por Diosero es un tango de Guillermo Barbieri de enorme dificultad.
0:11:53 Entendemos la atención sobre unos arpegios iniciales que son imposibles de cantar.
0:11:58 Y que cantan es de Casocarlo Garrel sin despegarse.
0:12:13 Cuántas veces te da sol y te está al mirar los por Diosero.
0:12:18 Quieres tu en mi pez, tu en el pelo que no puedo generar.
0:12:22 Sin bien ser cual lo que dices con los tus acuerdos.
0:12:25 El dolor de carros miembros justo a mí me lo cortan.
0:12:29 Los por templos por un bello que te parezca me quebran.
0:12:32 Porque te entienden tu diario para algo que así te dará.
0:12:36 Que pareces que mi pez, yo te lo pretendo que mirar.
0:12:39 Por lo que tiene tu dolor, tu dolor te compre de tu edad.
0:12:44 Márnala y maleta el tecido curó el.
0:12:48 El dicero y el cifrador se va.
0:12:51 Y apenas los te pregunto dónde está la almaridad.
0:12:58 Dónde se hayan que cual frija.
0:13:01 O qué de gran pesa te cuelga.
0:13:05 Si a los que altan el tren y el veloz.
0:13:09 No te decirás bien.
0:13:11 Pero a todos lo que faltan.
0:13:13 Y que nada mismo duera.
0:13:14 Y que nada después de un buque de la vida en tu hogar.
0:13:18 Que no saben de goitas que las frases con suela.
0:13:21 Cual es tanto más acaso que la misma caridad.
0:13:25 Mientras digo más pregunto si no clavarán mis vidas.
0:13:29 Las clavarán el inforzo y lo que calcían más y más.
0:13:32 Pues comprendo que la vida puede haber una caída.
0:13:36 Y pasar noche a pargo junto a un mí te lo cuelga.
0:13:41 Márnala y maleta el tecido curó el.
0:13:44 El dicero y el cifrador se va.
0:13:48 Y apenas los te pregunto dónde está la almaridad.
0:13:55 Dónde se hayan que cual frija.
0:13:58 Oje de grandes plantas de fuego.
0:14:01 Pues si a los que altan el tren y el veloz.
0:14:05 No te decirás bien.
0:14:13 Hagan dado Carlos Barberi por Dios Quiero.
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