Transcripción automática
0:00:00 Bueno, vamos a hablar hoy de la decadencia de Paulina Bonaparte, la hermana de Napoleón.
0:00:08 Que como hemos dicho aquí varias veces, era muy generosa en amores.
0:00:13 Marcaba 1.34 la mesa.
0:00:16 Tuvo dos maridos, Leclerc, que era militar mariscal de Napoleón o general de Napoleón,
0:00:25 y Camilo Borgesse, que era un italiano.
0:00:28 También se consigna...
0:00:31 Un momento, me están llamando por teléfono.
0:00:33 No puede interper, pero va a matar el teléfono.
0:00:35 A ver, momento.
0:00:36 Ese es el torrino laringólogo.
0:00:37 Ese es el torrino laringólogo.
0:00:40 Me dice que no...
0:00:42 Que está barato.
0:00:47 Bueno, ¿qué le estaba diciendo?
0:00:49 Ah, que se casó con dos, pero tuvo 22 amantes en 28 años de vida amorosa.
0:00:56 No parecen tantos.
0:00:57 No es uno por año menos.
0:00:59 Pero igual, no parecen...
0:01:00 No, no, no es una buena, buena, reconezcó.
0:01:01 Siendo que es una persona, Paulina Bonaparte,
0:01:04 primero que como se ha dicho marcaba 1.34 la mesa.
0:01:07 Después de decir que era muy generosa en amores.
0:01:11 Aquí hemos contado infinidad de suceso, que la involucran.
0:01:17 Y uno de ellos también, ha tenido un novio en cada esquina.
0:01:20 22 y 28 años, yo conozco muchachas que todavía no tienen esa edad.
0:01:25 Y que ya han pasado largamente los 22, los 44.
0:01:30 Encerquen así que igual.
0:01:33 Lo que sucede es que Paulina era poco cuidadosa en esos asuntos.
0:01:38 Entonces, toda la veía no se protegía de la mala disencia y el escándalo.
0:01:45 La estrella de Paulina se apagó cuando comenzó la decadencia del imperio Napoleónico, evidentemente.
0:01:52 Entonces, usted es la hermana de Napoleón.
0:01:55 Y a Napoleón lo derrotan en Báterlo y lo mandan a Santa Helena, le va a empezar a ir mal.
0:02:02 Pero bien, dicen los cronistas que cuando los ejércitos imperiales abandonaron los territorios pisados por Napoleón,
0:02:10 del mismo modo los hombres comenzaron a abandonar los lugares en los que Paulina permitía que pusieran sus manos.
0:02:19 Agotada, además por algunos excesos, Paulina había perdido las bellas formas que tantos habían deseado.
0:02:29 Se pierde la belleza por algunos excesos.
0:02:34 Y ya se sabe cuáles son, en este caso.
0:02:37 Es decir, una mujer que tiene muchos novios o que se dedica al acto amoroso con demasiada frecuencia, se pone fea.
0:02:45 No, para mí no.
0:02:47 Pero en aquel tiempo creían eso.
0:02:49 Creían que los hombres se morían y las mujeres se ponían fea.
0:02:52 Al contrario, los hombres resistan y las mujeres se enveyecen.
0:02:56 Se optimiza toda la maquinaria.
0:02:59 Exactamente, pero en aquel tiempo creían lo contrario.
0:03:02 En 1814, Napoleón había sido confinado a la isla de Elba.
0:03:07 Salió de Asid para recuperar el imperio en aquellos famosos 100 días y después vino la batalla de Báterlo.
0:03:14 Luego de esa batalla, Napoleón fue a parar para siempre a la isla de Santa Elena.
0:03:19 Cuando Napoleón partió para Santa Elena, Paulina se refugió en Roma con permiso del Papa.
0:03:27 Esta vez, la extraordinaria vida que había llevado gracias a su hermano se le había terminado.
0:03:33 Cuentan que durante los 100 días hubo un fulgor afectado, una especie de intento de pasto imperial,
0:03:40 que desde luego se clausuró después de Báterlo.
0:03:44 Pero, durante aquel tiempo, Paulina había sentido una necesidad enfermiza de divertirse.
0:03:50 Organizaba entonces, estoy hablando de los 100 días,
0:03:53 bailongos de disfrazes, amó a tres hombres que vinieron a ser sus últimos amantes.
0:03:59 Se llamaban Dishom, Cambron y Diro.
0:04:02 Cuando Paulina debió abandonar Francia para recluirse en Roma, se angustió mucho.
0:04:08 Estaba sola, nadie le daba bolilla y ni siquiera podía disfrutar de la vida con su hogar,
0:04:14 que ella estaba casada en ese entonces con Tamilo Borges, el tano.
0:04:18 Pero él estaba alejado de ella, un poco cansado de las infidelidades de Paulina.
0:04:25 Además, Paulina sentía una especie de duelo por lo que ella llamaba el martillo del emperador,
0:04:31 duelo que le impedía parecer en bailongos y fiestas que tanto le gustaba.
0:04:36 En diversas ocasiones, incluso cuando Napoleón fue enviado a Santa Elena,
0:04:40 ella les pidió a los ingleses, que eran los que lo tenían preso, ir a la isla a cuidar a su hermano.
0:04:47 El 11 de julio de 1821 envió una nota al primer ministro británico.
0:04:54 La pobre no sabía que Napoleón llevaba muertos ya dos meses.
0:04:58 Y no se enteró hasta el 16 de julio y cayó desvanecida.
0:05:03 A partir de entonces, sólo empeoró su estado de salud.
0:05:07 Parece que Paulina estaba tuérculosa, desesperada por conseguir alguna compañía a la que fuere,
0:05:14 decidió intentar una reconciliación con Camilo, su último esposo.
0:05:19 Camilo estaba en Florencia, con otra, estaba con otra amiga.
0:05:25 Entonces Paulina le mandó una carta.
0:05:28 Dice así.
0:05:30 Ah, pues no, es la carta tradicional, eh.
0:05:33 Estoy decidida a probar que es vuestro amor lo que quiero.
0:05:37 Linda voz tiene.
0:05:39 Si conserváis por mí un poco del antiguo afeto y si soy capaz de soportarme, espero
0:05:45 y creo que cuando esté tranquila junto a vos recuperaré la virtud.
0:05:49 A sed de milo que queráis, Camilo, estoy dispuesta a retirarme del mundo si ya no puedo conveniros.
0:06:00 Cuando esta carta llegó, Borgesse, estaba dele que dele con la duquesa lante de la rovere,
0:06:08 que le pidió que no contestara la carta, al menos no en ese momento.
0:06:13 Entonces Camilo se hizo el que no había recibido la carta y continuó su gestión amorosa
0:06:21 ante la duquesa.
0:06:23 Ante la falta de respuesta Paulina, que no podía estar sola,
0:06:27 decidió recuperar a su marido como fuera, escribió a varios cardenales que eran amigos de ella
0:06:35 y a uno de ellos, Agustín Ribarola, que ahora juega en Colón de Santa Fe.
0:06:39 No, señor, no es el mío.
0:06:41 El pirulo Ribarola le contó su deseo de volver con Camilo y le pidió el siguiente favor.
0:06:48 El cardenal debía hablar con el Papa León para que el Papa le hablara al príncipe y lo convenciera
0:06:54 de que era su obligación regresar junto a su esposa para vivir en buena armonía
0:06:58 y ofrecer un ejemplo edificante.
0:07:01 El Papa escuchó al cardenal y ordenó a Borgesa que retomara el vínculo congiugal.
0:07:09 Sí, para un príncipe romano era imposible renunciar a la antonía del Papa.
0:07:15 Aquella orden lo obligó a Borgesa a renunciar a su vida idílica en Florencia junto a la hermosa langa.
0:07:24 Borgesa aceptó la orden del Papa con una sola condición,
0:07:29 que Paulina renunciara a la banda de comediantes, decía él, los amantes de Paulina.
0:07:35 Borgesa no sabía que Paulina estaba enferma.
0:07:40 Cuando se encontraron, Borgesa se vio bajar de la carroza a una dama roída por la enfermedad
0:07:47 que caminaba con lentitud y había perdido ya todo su encanto.
0:07:52 Y entonces el fastidio de Borgesa, por la orden del Papa, se diluyó.
0:07:57 El marido engañado quedó instantáneamente conmogido.
0:08:01 Abrazó a Paulina, decidió quedarse junto a ella y la cuidó hasta el final.
0:08:08 Cuentan que el 9 de junio de 1825 Paulina se sintió mal.
0:08:14 Llamó a su cabecera al príncipe Borgesa y a su hermano Jerónimo, el hermano de ella, no el hermano de Borgesa, el menor de la Jerónimo.
0:08:22 Pidió un espejo. Después de contemplarse largamente, suplicó que durante el velorio le pusieran un velo para que nadie viera su rostro.
0:08:32 Borgesa se lo prometió. Los dos testigos de ese momento no se movieron de allí hasta que Paulina murió unos minutos más tarde.
0:08:41 La decadencia de una belleza es más triste que la decadencia de un imperio.
0:08:51 Que una mujer tan solicitada por todos los hombres terminara suplicando un abrazo.
0:09:00 Y tal vez el que ha sido más deseado, terminará padeciendo más los años en que ese deseo desaparece.
0:09:16 Dedicamos esto justamente a los que han perdido la posibilidad de ser deseados.
0:09:22 Y también al príncipe Borgesa que era un tipo medio antipático pero que después se redimieron quedándose junto a Paulina.
0:09:31 Un caballero.
0:09:32 Un caballero.
0:09:33 Y las cosas que le habrán pasado con Paulina.
0:09:37 Paulina se daba vuelta pero literalmente.
0:09:40 El tipo se daba vuelta y Paulina arreglaba con uno.
0:09:50 Hemos ido a la discoteca y allí estaban en la discoteca antiguas novias nuestras.
0:10:02 Que ya no pueden ser deseadas.
0:10:04 ¿Y qué sean? Mirando disco.
0:10:06 Estaban esperándonos a nosotros que ya no podemos ser deseados.
0:10:11 Y ese encuentro es el más triste de todos.
0:10:16 El encuentro de dos que se han deseado y ya no pueden encontrar ninguno de los dos el deseo propio ni el deseo de no.
0:10:26 Y si no hay encuentro peor que ese.
0:10:29 No me plauda porque si no sigues porque estoy triste.
0:10:35 ¿Cómo puede ser eso?
0:10:39 Bueno en la discoteca tienden a ver a un tango cualquiera que tiene.
0:10:43 ¿Y bueno? Porque lo vieron así.
0:10:44 Lo vieron así y se tomó nostalgia.
0:10:48 ¿Y si entienden nostalgia?
0:10:49 Y ciertamente.
0:10:50 ¿Va para todo?
0:10:51 Me siento nostalgia.
0:10:53 Y ciertamente.
0:10:54 ¿Va para todo?
0:10:55 Me siento nostalgia.
0:10:56 Incluso hay cosas que nunca vivido.
0:10:59 Señores escucharemos.
0:11:01 Debe ser la mejor versión que yo conozco de nostalgia.
0:11:04 Es la de Schabler.
0:11:21 Quiero emborrachar mi corazón para apagar un loco amor.
0:11:26 Que más que amor es un suferiz.
0:11:29 Y aquí vengo para eso.
0:11:31 Con aburrar antiguos besos en los besos y otras bocas.
0:11:36 Si su amor fue sorreo un día por el amor.
0:11:40 Y si no hay encuentro peor que ese.
0:11:42 No me plauda porque si no hay encuentro peor que ese.
0:11:45 Y aquí vengo para eso.
0:11:46 Con aburrar antiguos besos y otras bocas.
0:11:49 Si su amor fue sorreo un día por el que causa.
0:11:53 Siempre mía de sacro el preocupación.
0:11:58 Quiero por los dos la copalzar para olvidarme obstinación.
0:12:03 Y más la vuelvo a recordar.
0:12:08 Nostalgia.
0:12:11 Me sorrisas loca y sentir junto a mi boca como un fuego.
0:12:15 Su respiración.
0:12:19 Agústia.
0:12:22 Desentirme abandonado y pensar que he transulado.
0:12:25 Pronto, pronto.
0:12:27 Volví a hablar al amor.
0:12:30 Eres malo.
0:12:32 Yo no quiero rebasarme.
0:12:34 Pedirme, dí donarme.
0:12:36 Dicirle que no puedo.
0:12:40 No más vivir.
0:12:43 Desde mi triste soledad de verdad.
0:12:47 La rosa muerta de mi juventud.
0:12:56 Quime cuando mi olor no tan gogría.
0:12:59 Quizás a ti se hiera igual o algún amor se cuida en tal.
0:13:05 Lloran mi alma de pantocer.
0:13:07 Con la triste en esta noche el nore que negra y se me estrella.
0:13:14 Si las copas están con suelo.
0:13:16 Aquí estoy con mi de veros para ovarlo de una vez.
0:13:23 Quiero emborrachar al corazón para después poder brindar.
0:13:30 Por lo fracaso del amor.
0:13:35 Y al final de la noche.
0:13:38 Escuchar su risa loca.
0:13:40 Desentirme junto a mi boca.
0:13:43 Tomar fuego, su respiración.
0:13:48 San Pucía.
0:13:51 Desentirme abandonado y pensar que he transulado.
0:13:55 Pronto, pronto.
0:13:57 De hablar al amor.
0:14:00 Eres malo.
0:14:03 No quiero rebajarme ni pedirle mi torale.
0:14:07 Ni decirle que no puedo más vivir.
0:14:15 Desde mi trícate, le daré caer la rosa muerta de mi juventud.
0:14:30 Charlo en la venganza será terrible nostalcias.
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