Transcripción automática
0:00:00 El artículo de hoy se denomina la disciplina de las vírgenes.
0:00:08 Contaremos qué sucedía en las primeras épocas del cristianismo con las primeras vírgenes consagradas.
0:00:17 Los padres de la Iglesia ciertamente creían que los hombres eran primordialmente espirituales y que las mujeres eran carnales.
0:00:29 No han sido los únicos en creerlo.
0:00:32 Hasta no hace muy poco pensadores ilustres como Don José, Don Ortega y Gazet decían cosas como,
0:00:39 es decir, no digo que estén madres, digo que comparten la visión de los padres de la Iglesia.
0:00:45 Lo que decía aquí es muy detrás de esto.
0:00:48 Don Ortega es esto.
0:00:50 Hay en la mujer, aún en el acto más espiritual de la mujer, hay algo eternal.
0:01:01 Y en el acto más carnal del hombre hay algo de espiritualidad.
0:01:08 Ortega decía que el hombre tenía el centro vital de su persona en el pensamiento y la mujer en la central.
0:01:26 Y citaba o inventaba primero que los hombres más espirituales que habían existido en la historia del occidente
0:01:43 tuvo que decir en el occidente.
0:01:45 Eran altos y flacos.
0:01:47 Y pensó desde luego en el Cristo y en el Joste.
0:01:51 No pudo decir Oriente.
0:01:53 Porque el Buda no era...
0:01:55 No, claro, sí, claro, con el Comune.
0:01:57 Pero el Buda era gordo.
0:02:01 Es esto, no es un capricho de Ortega.
0:02:05 No hay centro cierta de la ciudad.
0:02:09 Mucho más tomado del presento científico, algo que se describió otro ensayo que hemos citado algunas veces aquí,
0:02:20 que yo no la precocio, me lo recordo.
0:02:22 Pero en el que se hablaba de ciertos valores que todas las personas tenían.
0:02:30 Que era un cierto endomorphismo, que sería la tendencia a lo redondo, a lo carnal.
0:02:38 Un mesomorphismo que era una cosa plética y de móvulo.
0:02:42 Y un ectomorphismo que gala flacura y lo cuesta.
0:02:45 Y que todos teníamos un poco de cada cosa.
0:02:48 Y que los ejemplos extremos, por ejemplo, alguien que tuviera nueve de endomorphismo,
0:03:00 que he dicho de vez en vez, y uno y uno, ese estaba loco, ese y uno.
0:03:06 En general, éramos una mezcla de eso.
0:03:08 Ahí yo creo que acertaba, Jassi, y pedía a él, con toda inteligencia, a los psicólogos,
0:03:16 que tuvieran en cuenta el cuerpo en la hora de analizar las mentes.
0:03:22 Y yo creo que ahí llegue, ah, y ciertamente una relación entre un cuerpo injunto y una forma.
0:03:34 Pero en todo caso, todas estas, todos estos, pensares modernos, y aún postmodernos,
0:03:45 no implicaban el considerar a la mujer como un ser de segundo hogar.
0:03:53 Pero los padres de la Iglesia creían que los hombres tenían el patrimonio del Espíritu
0:04:01 y que las mujeres que aspiraban a la santidad, debían enfrentarse a problemas muy difíciles de sortear.
0:04:08 Para poder alcanzar la espiritualidad, tenían que renunciar a aquellas cosas que las definían como mujeres.
0:04:14 Así, al elegir una vida espiritual, debía trascenderse el género del cual era por definición sexual y reproductivo.
0:04:26 San Jerónimos fue contundente y escribió lo siguiente.
0:04:30 Si esa desea servir a Cristo más que al mundo, dejará entonces de ser mujer y será llamada hombre.
0:04:38 A partir de entonces se desarrolló una disciplina conventual que no luchaba solamente contra la tentación lucidiosa,
0:04:49 sino también contra todo lo que definía a una mujer como tal.
0:04:54 Las primeras vírgenes cristianas debieron someterse a unas serratones que directamente las corría de género.
0:05:04 Una vez que una mujer había tomado la decisión de no casarse carnalmente, debía hacer un ritual público para certificarlo.
0:05:12 La exigencia de ser rico pareció desde el año 300 en el Concijo de Elvira en España.
0:05:18 Y más tarde Jerónimo explicó que una virgen debía presentarse ante su obispo,
0:05:24 quien le cubriría la cabeza con un velo de novia para presentarla como una casta virgen a Cristo.
0:05:31 Perculiano dijo que la virgenidad física no era suficiente, la mujer también necesitaba modestia.
0:05:39 Ambrosio, o sea, ambrosio al maestro de San Agustín, llegó esa lógica al extremo cuando dijo que sin modestia la virgenidad ni siquiera existía.
0:05:49 La virgenidad podía ser violada por una unidad aluculiosa.
0:05:55 La rigidez de perculiano fue tal que llegó al extremo de afirmar que cuando una virgen desnuraba su cabeza,
0:06:03 inmediatamente dejaba de ser casta por completo.
0:06:07 Una virgen no solo debía estar velada, sino que debía evitar despliegue esos sentosos estilos y riqueza, debía ilunir,
0:06:18 incluso un asetismo ostentoso, puesto que tales extremos también podían atraer la atención hacia ella.
0:06:27 El temor de los padres a la influencia de las comidas para incitar la sexualidad era enorme.
0:06:34 Las primeras reglas para las virgenas explicaban que debían adunar todos los días, no llenar nunca el estómago,
0:06:42 y los alimentos que comían debían ser refrescantes, como por ejemplo vegetales o hierbas suaves.
0:06:49 Nada de chivichurris.
0:06:51 El vino estaba prohibido desde luego porque acaloraba velozmente.
0:06:58 El agua era la bebida más segura.
0:07:01 Jerónimos esperaba que sus prohibiciones fueran observadas,
0:07:04 hasta el punto en que en la comunidad todas las virgenas eran mujeres pálidas y delgadas, de tanto a llunar.
0:07:12 Y como estaba prohibido todo lo que fuera sensorial, y carnal,
0:07:16 una virgen consagrada no debía bañarse.
0:07:20 Un baño no solo podía calentar la sangre, sino que además podía violar el pudor.
0:07:26 Además, un baño podía ser indicio del orgullo de una dama por su avariencia.
0:07:33 Y eso era inaceptable.
0:07:35 Jerónimos aseguraba que la virgen perfecta, mediante una escualidez deliberada,
0:07:42 se apreciaba en deteriorar sus buenas apariencias naturales.
0:07:47 A la vez que debían apartarse de las cosas mundanas como la comedia de los baños,
0:07:54 las virgenas debían ser indiferentes a la propiedad personal.
0:07:59 Paralelamente a las listas de conductas prohibidas,
0:08:03 los padres también crearon un programa de actividades recomendables para las casas de mujeres célibres,
0:08:10 puesto que creían que las actividades espirituales y las carnales no podían coexistir.
0:08:19 Recomendaron que las virgenas llenaran su tiempo con actividades espirituales.
0:08:24 Jerónimos puso énfasis en el estudio,
0:08:27 como serente pasar tiempo que podía reemplazar a la pasión carnal
0:08:32 e instalar en su lugar una pasión espiritual.
0:08:35 Él recomendaba la lectura de las escrituras y de padres como cipriano, anastasio e hilario.
0:08:42 Pero el estudio no debía servir para enorgullecer sino para exhibir los conocimientos en una disputa.
0:08:51 Una virgen no debía ser el opuente,
0:08:54 su conocimiento debía ser estrictamente privado como el de los cangrejos.
0:09:00 Además de estudiar, una virgen debía reializar consecuencias de luego.
0:09:07 Jerónimos recomendó un sitio diario de oraciones a las tres, a las seis y a las nueve de la mañana
0:09:12 y a las tarde seis y a las media noves.
0:09:16 Las recomendaciones de oración, de ambrosio, no frantas precisas, pero desde luego serían frecuentes.
0:09:23 Pero cumplir con todo esto no era suficiente.
0:09:25 Cada asunto debía acompañarse con el debido espíritu.
0:09:29 Cualquier desdén era pecaminoso.
0:09:32 Otra exigencia era el silencio.
0:09:35 Los padres de la iglesia consideraban que una boca abierta en el hablar
0:09:39 revelaba a una mujer abierta al mundo.
0:09:42 Hablar era una acción no pasiva y por tanto considerada como no femenina.
0:09:48 En consecuencia, las virgenes que tenían que ser no sexuales también tenían que ser calladas.
0:09:56 Últimos detalles.
0:09:58 Se observaba todas estas reglas de una virgen podía tener la esperanza de realizar una vida espiritual.
0:10:04 Pero aún así, esa realización no estaba garantizada.
0:10:10 Los padres tuvieron el cuidado de opacar la importancia de la integridad estrictamente física.
0:10:16 La verdadera vicinidad podía perderse accediendo a cualquier gesto femenino.
0:10:22 Una mirada, un utensilio utilizado con delicadeza, una belleza ostensible,
0:10:30 alguna sicalamiento, un grico agudo o una lágrima fácil
0:10:36 eran suficientes motivos para que la promesa del cielo fuera rotundamente negada.
0:10:42 Este es el final de este informe.
0:10:46 Que nos metes, de luego. Muchísimo miedo.
0:10:54 Miedo de que las cosas no sean cambiadas.
0:10:58 Ese es el miedo que nos metes.
0:11:02 Y de luego tiene su gracia, toda extravagancia, todo pensamiento poco razonable
0:11:14 que tiene un costado gracioso.
0:11:16 Pero este no.
0:11:20 Esta clase de pensamiento ha producido muchas detrás.
0:11:30 Redenburg, a este hombre que había visto en la santidad mucho de sensualidad
0:11:35 y que decía que el cielo era un cielo de palabras y un cielo de sensualidad.
0:11:40 Hay otra cosa que decía Redenburg, que era un señor sueco, bastante razonable al menos hasta aquí.
0:11:47 Aquí en un día se le apareció Dios mismo.
0:11:50 Dijo que convido a visitar el cielo.
0:11:54 Y lo visitó el cielo y me dijeron que escribió con unas memorias de viaje,
0:11:58 de lo más aparte y también de lo más razonable.
0:12:01 Una cosa que siempre me ha gustado es que en ese cielo no entraban los estúpidos.
0:12:07 En el cielo de Redenburg no había lugar para los estúpidos.
0:12:10 Él tenía una especie de limbo en el que eran muy felices.
0:12:15 No era que no entraba, nada estaba cerrado.
0:12:18 ¿Tú no estaba donde ha sido?
0:12:20 No estaba donde era feliz.
0:12:22 Y sucedía que los estúpidos, como suceden de luego,
0:12:25 no eran felices allí donde la excelencia hace su clase de fientos.
0:12:38 Está bien, está bien el desierto.
0:12:42 Es griego, gente cuesta y que...
0:12:47 que ha puesto absolutamente juntos los placeres del cuerpo y del estero.
0:12:58 No sé porque Platón fue el primero que estableció esta división.
0:13:04 Y aquellas damas que con su nula capacidad hacen tan hermoso el cuerpo.
0:13:26 Hoy veremos un bals en la voz de Carlos Ardell,
0:13:31 que se llama la Virgen del Pérdora.
0:14:31 Pregúrate tu infinita, donde se puede entrar,
0:14:35 porque ya que el tanquista no lo quiero volverá.
0:14:39 Pregúrate tu finita, donde se puede entrar,
0:14:44 porque ya que el tanquista no lo quiero volverá.
0:14:48 Pregúrate tu finita, donde se puede entrar,
0:14:52 porque ya que el tanquista no lo quiero volverá.
0:14:56 Pregúrate tu finita, donde se puede entrar,
0:15:04 El templo parece cuándo reza,
0:15:07 cuándo está un mamis de la ropa de Perón.
0:15:11 Y con el recio, mi guiapio con manchila,
0:15:15 un mamarillo de la ropa del canto.
0:15:19 Si eres tu mirada dulce, tío, pero brilla,
0:15:23 que la agua pura, caricia de amor.
0:15:27 Por ella un perico, y un chico por su nombre,
0:15:32 por ella un cantó, por ella una veneración,
0:15:36 un prego la frijita, y un castellano,
0:15:48 A cantado Carlos Gardel, la Virgen del Perdón.
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