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27 de Junio de 2006

La epidemia de convulsionarios

Transcripción automática

0:00:00 la epidemia de convulsionarios, que será esto, diga usted, y vamos a hacer alguna ver, alguna aproximación, disculpenme porque haber dicho esto, haber,
0:00:15 es como dicen hoy en día, la persona es presa en cosas y en el mismo tiempo cortas el sueño.
0:00:27 ¿Usted se acuerda de los cuáqueros?
0:00:29 Sí, aquello que temblaban.
0:00:31 Aquello que temblaban.
0:00:33 El primer recuerdo de un cuáquero es esa caja de avinas que algunos recordamos de la idea, el cuáquero, no va a ser.
0:00:42 Pero los cuáqueros eran una especie secta formada con el nombre sociedad de los amigos en Inglaterra por George Fox,
0:00:52 y que careció de jerarquías e ilusíáticas, careció de sacerdotes y bueno, todas esas cosas.
0:01:06 Incluso de sacramentos, nada de casamiento, nada de autismo, tenemos que ver.
0:01:12 Y primero, por si bien, hasta que después el amigo William Penn consiguió que Carlos II, el Rey restaurado, le dio un secuero, le diasignó a la América
0:01:26 una tierra que se abrió el tobicoreo de la penchilana, ahí no lejos de la zapalache lo que se fue.
0:01:33 Y esto fue en el año 1680. Al año siguiente, cundó la ciudad de Filadencia y ahí se instalaron los cuáqueros.
0:01:42 Y quedaban los cuáqueros, los tembladores porque, en que otra frase, parecía que de vuelto entraman en un estado de comunión con Dios, en un estado de miséisismo de éxplosis,
0:01:55 que los hacían temblar hasta la fea.
0:01:58 Entonces, temblaban ahí, así como los temblan de esfrío, y los temblaban de miséisismo.
0:02:06 Por eso les llamaron los tembladores. Pero pasó aquí, ¿no?
0:02:11 Todavía está Filadencia, todavía está los penagons, pero si esto resumo, se llama pen, me parece,
0:02:18 que me parece que en Filadencia, ayer se han digo que había la película Pequeño, Gran hombre, Misuri, bueno, eso no me acuerdo otras,
0:02:27 eso debe ser descendiente de Vuelanpeña, el cundador de Filadencia, ¿no?
0:02:34 Que era una ciudad ejemplar, hace mucho, ahora se creo que ni siquiera es la capital de Pensilania, sino que es Javitsburg,
0:02:45 la capital de Pensilania, digo que vamos, por ahí aparece uno que se conozco que la salta.
0:02:50 Bueno, ¿por qué me habla el temblador ahora?
0:02:54 Porque un poco más tarde, en Francia sucedió algo que no se parece en absoluto, pero que de algún modo,
0:03:04 lo que contaremos es el nuevo 1730, y según el conozca, a pesar del inmenso progreso de la ciudad filosófica,
0:03:13 si del ambiente nacional, el conozco, se dio este caso.
0:03:17 El caso lo fue conocido como Epidemia de Sonderal, ya que en el pequeño cementerio, así llamado Sonderal,
0:03:27 tuvieron los buenos prosochos.
0:03:29 Parece que había un diálogo, lo llamado Alonso Adepari,
0:03:32 y fue el involuntario estigador de esta misteriosa epidemia de la que hablan hemos.
0:03:39 Alonso Adepari era hijo y un consejero de parlamento, y se había convertido prácticamente en una C,
0:03:46 llevaba una vida humilde y solitaria, completamente consagrada al sacrificio de Dios.
0:03:53 Vivía en una casita en la calle Sonmarcel, junto con tres personas piadosas que se habían vinido a ella.
0:04:00 Rodeado, y una gran veneración, un techino con venerarila, al calculo de Dios,
0:04:07 es la única forma de estar uno rodeado por la venera.
0:04:10 Últimamente encontramos mucho, la palabra rodeado siempre malo usada.
0:04:15 Bien, Sonmarcel de París murió a los 37 años a causa del agotamiento físico producido por sus alteridades.
0:04:23 Imagínense el tipo de agua, se surcía con un látigo, no sé,
0:04:27 y lo que decía el Valero bajo el cobro de agua.
0:04:30 Invento, no lo sé realmente, pero realmente esa vida, esa alteridad es lo líquida.
0:04:38 Sus restos en esto citaron en pequeños son el serio de Sanderal.
0:04:43 Allí pusimos más personas pobres, empezaron a acudir para el regrile de honores.
0:04:47 ¿Qué te pasa? Vamos a ver, la tumba culada.
0:04:52 Cuenta la clínica que en aquel cementerio comenzaron a producir, y si usted no lo va a tener rodón, algunos milagros.
0:04:59 El primer caso fue el de una mujer que tenía una parálisis en un brazo tenia.
0:05:05 Resuante la tumba de Francois, se recostó sobre ella
0:05:10 y se levantó curada.
0:05:15 Después se repitieron esas curas milagrosas, ¿no? La de esta mujer.
0:05:18 No, pero claro, las llevé en curada, muy difícil curar una enfermedad de la que ya no padecía.
0:05:25 Pero otras personas con otras enfermedades también recibieron cura.
0:05:29 Las úlceras cicatrizaban, los humores malignos desaparecían, los ciegos recuperaban la vista
0:05:36 y los parálisis sus movimientos, ¿verdad?
0:05:40 Allá por mi en 331, cuando al diálogo venerado llevaba ya muerto cuatro años,
0:05:46 comenzaron a acompañar a los milagros otros extraños ucesos.
0:05:51 Un día parecía que se dio un enfermo y se tendió como la costumbre sobre la loja de mármol de la tumba.
0:05:58 En ese momento experimentó sacudidas por todo el cuerpo
0:06:03 y después de haberse agitado y retorcido por horas,
0:06:07 incluso delante de una multitud de su prefecta, se levantó el tipo declarándose curado.
0:06:13 Me he curado, hijo, y se fue lo más fresco.
0:06:18 Desde entonces cientos de mil de personas con algunas enfermedades
0:06:22 llegaron a la caquilla tumba y comenzaron a convulsionarse
0:06:27 y después salían los enatarios en verdad en ese caso.
0:06:32 Había un estado convulsivo, medio parecido al baile de San Vito.
0:06:37 Llegó a producir su nopilendia entonces de convulsiones y delígios, delígios ecstácticos,
0:06:43 no, en toda la capital de Francia.
0:06:45 Multitudes llegaron hasta el cementerio y después regresaron a sus hogares,
0:06:49 saltaban los pimiendo, arrojándose al cielo y incluso rodando por la bella largotrecho.
0:06:56 Ponerle una cuadra y media.
0:06:59 Pero eso era un largotrecho.
0:07:02 ¿Para más rodando? Con la caldad.
0:07:04 Imagínense, la gente le daba el tipo que fue al cementerio y vuelve,
0:07:08 pero la gente venía el tipo rodando una cuadra y... ¿qué es esto que llegue ahí dando vueltas?
0:07:14 Es el tío.
0:07:16 El tío rodaba el que fue al cementerio San Navarro para ver si se curaba la escadartena.
0:07:22 Lo sacaron rodando.
0:07:24 Todos se disfrutaban los lugares que rodeaban el atumbo, imagínense,
0:07:28 pues también el privilegio de entender sobre la losa, la losa que llegaba hasta Tana.
0:07:35 Llegaron hasta los otros que junto a San Navarro,
0:07:38 cruzadas y taberdas, para los que se acercaban hasta allí,
0:07:41 y debían esperar el turno para entrar en aquel estado delirante.
0:07:45 Pronto aquel cementerio que había rotado por miles de conviccionarios,
0:07:49 que se entregaban a ritos desalabables.
0:07:52 Tantaban sus alabaldas dando vueltiritas, otros se araníaban,
0:07:57 las mujeres, a veces en el estado delirante, excitación,
0:08:02 hacían movimientos obcegos y se hacían patear.
0:08:06 Por favor, señor, por qué no me acomodaban las palzadas.
0:08:11 Algunas personas, incluso tocaban las údicas de los vecinos,
0:08:16 olababan los trapo que habían servido de apósitos a las oligas,
0:08:20 en un agua que luego bebían.
0:08:23 Sí, una cosa.
0:08:26 Las convicciones habían agregado los cocorros grandes.
0:08:30 Entre los festaciados se aplicaban violentos golpes de martillo,
0:08:36 que según parece debían ayudar al trabajo milagroso del día con lo muerto,
0:08:40 para curar los males.
0:08:42 Es decir, ya gente que no se contentaba con revolcarse,
0:08:45 y gemir y al dar tomando un té de úlcia,
0:08:52 sino que se hacía andar con un martillo.
0:08:57 Para mí se la supo.
0:08:59 Cuenta el historiador que al espera de algún proigio,
0:09:02 la mitad de la población de país se cometía esa especie de iniciación compulsiva.
0:09:07 Y nadie hacía nada para detener aquella locura.
0:09:10 Cada habitante de la capital seguramente tenía algún pariente sometido,
0:09:16 aquí se lo que se lo podía considerar es una secta por el carácter general del fenómeno.
0:09:22 El exceso de la situación fue tal que se fue asustar al Drey,
0:09:25 que era el concierto que dijo el de Ciencio.
0:09:28 Parece que Luis andaba en aquel...
0:09:30 Se estaba enamorada de una muchacha que se llamaba Gabriel de Món.
0:09:34 Tenía 22 años y era hermosa.
0:09:36 Gabriel, era hija de burgueses de indolos de caballo.
0:09:40 Y a veces llegado hasta el parácio de los saques,
0:09:43 invitaba una fiesta junto a su familia.
0:09:46 Cuando el Drey la vio,
0:09:48 la convenció de que se quedara en una porcenta del palacio a pasar algún tiempo.
0:09:53 Los padres naturalmente aceptaron dejarla orgullosos del ingreso de su hija a la corta de París.
0:10:00 No bien, Gabriel le instaló en Versailles, Luis quiso seducirlas, pero algo se le impidió.
0:10:06 Gabriel le, curiosa, había visitado el cementerio de Sonaral
0:10:10 y había quedado presa del delirio general.
0:10:13 Se escapó todos los días del palacio y se contagiaba de bailes y contersiones,
0:10:18 y contersiones, no contersiones.
0:10:21 Desenfrenadas y se entregaba.
0:10:24 ¿Qué se daba?
0:10:26 Las filaciones que no valen la pena de escribir.
0:10:30 Se hacía dar aquellos ocorros grandes,
0:10:33 martillazos, pinchazos, etcétera.
0:10:36 A poco tiempo, Luis vio que la hermosa de la Tesa había enamorado
0:10:39 si había transformado en un sangre sagrable y descuidado.
0:10:44 Y aquí esa destrucción de una belleza lo enojo.
0:10:50 Y emperado acerca de lo que sucedió en Sonaral decretó algo notable.
0:10:56 Vandó a cerrar el cementerio y sobre la puerta se escribió los híberes.
0:11:01 Por orden del Drey quedan su primera los milagros en estos lugares.
0:11:06 Es lo de nada.
0:11:09 La prohibición de los milagros es una actividad muy sábana.
0:11:15 Además, Luis hizo vigilar la salida de la mina,
0:11:18 le brindó todos los filados y después, bastante recuperada, la envió junto a su familia.
0:11:26 El cielo del cementerio de Sonaral no marcó el fin de las manifestaciones histéricas
0:11:33 ni tampoco el fin de los milagros.
0:11:35 Cuando los milagros están prohibidos, se hacen más todavía.
0:11:39 Durant unos 10 años más, estas convulsiones ya tuvieron lugar en casas particulares,
0:11:45 todas las que acaban prohibidas en el público.
0:11:48 Un agente se hiciende a su casa, cierrita de la fosa de Fadaz de París,
0:11:54 empezó a venderse, primero la tierra de la heredia,
0:11:59 pero es tierra cualquiera que los falsarios y mercatifles hacían circular a presos altísimos.
0:12:07 Pudieron escucharse todavía por mucho tiempo más,
0:12:10 que mil los gritos y acitaciones desde los interiores de muchas viviendas de París.
0:12:15 ¿Cómo todavía solo ocurrió pero con otro día?
0:12:18 A mediados del siglo XVIII, hombres como Sastelíes comenzaron a hablar de su gestión y de contagio mental.
0:12:26 Y ya no se atribuían aquellos sexos a progresas de diablo, sino más bien a los de los que podré hombro que tenía uno en el maro.
0:12:39 Llegamos para terminar que el Reino Lucín, para evitar tales sugestiones, ordenó lo siguiente.
0:12:47 Se prohíbe a todas las personas que pretendan sufrir ataques de convulsiones, dar espectáculo en público
0:12:54 y tampoco asumirlo en casa, en su habitación o en otro lugar, bajo pega de encasegamiento por partudales reposo general Caneco.
0:13:04 Un gesto del solidarismo es importante.
0:13:08 ¿Cómo? ¿Yo quiero estar loco o qué pasa?
0:13:10 Pero venía en su casa, podía estar loco.
0:13:12 Yo ni en mi casa, yo no soy dueño.
0:13:16 Me iba a decir otra cosa, me iba a utilizar otro verbo.
0:13:22 Una convulsión tranquilo, mía.
0:13:25 Pero ya había el rey decía, ¿qué? ¿Uno se tomó? ¿No se tomó? ¿Lo tomé?
0:13:29 ¿Sien fue el convulsionado?
0:13:33 Usted cómo explicaría alrededor del punto de vista psicológico, está en línea, está en línea de ponerse a temblar una vez tomado contacto con la tierrita de la tumba de Javán Sual de París.
0:13:49 Usted sabe, Alejandro, que la isqueria como formera ha tenido siempre la capacidad de imitar a otra actitud formera de esta.
0:13:58 Atención, Nico Artassa.
0:14:01 Ah, por imitador, claro.
0:14:04 Pero usted verá que en nuestros días, donde parece estar de moda, el ataque de pánico va a suicar mucho.
0:14:14 ¿El ataque de pánico?
0:14:16 Sí, el ataque de pánico.
0:14:18 ¿Como el chip de chip?
0:14:21 Sí, se ha puesto de moda porque yo...
0:14:26 Porque la estructura es disteña y las copias de la enfermedad del momento.
0:14:30 ¿En aquel momento?
0:14:31 ¿Ahí?
0:14:32 Disculpe una de las acercanías de la palabra.
0:14:34 La enfermedad, además, estaba...
0:14:37 ¿Era con la?
0:14:38 Era la atilecia.
0:14:40 Ah, era la atilecia que tenía esas características convulsivas.
0:14:43 Y no es casual que más o menos un poquito tiempo después de lo que usted nos está narrando,
0:14:47 empezó el estudio de las paralisis hiscéricas, las cegueras hiscéricas y las convulsiones hiscéricas.
0:14:54 Sí, digamos, ligado a esta capacidad de misteria de imitar a las enfermedades.
0:14:58 En estos momentos era la pinesia la...
0:15:00 Y ahora, ¿cuál es la enfermedad de moda?
0:15:02 El pánico de pánico.
0:15:04 El ataque de pánico.
0:15:05 ¿Cómo se manifiesta?
0:15:06 Yo digo para estar a la moda, ¿no?
0:15:09 Usted siente con especie de tachicaria.
0:15:13 Era miedo en alguna situación, era miedo.
0:15:15 Lo que yo se llama el pichiruci.
0:15:17 El pichiruci.
0:15:18 Es exactamente el famoso pichiruci de la guerra.
0:15:23 Traspilación.
0:15:25 El pichiruci durante un tiempo.
0:15:27 Sí, el carros pichiruci, el médico.
0:15:30 Sí, el olasco le puso el pichiruci.
0:15:33 El canton olasco.
0:15:34 El canton olasco.
0:15:35 El canton olasco.
0:15:36 El calificado.
0:15:39 Le puso el pichiruci.
0:15:40 Esa es la verdad que yo me pude no le puedo decir cómo.
0:15:43 Era un melancuré.
0:15:45 Después me tenía que llegar a la presidencia.
0:15:48 Y si aún la mina que estaba ahí dando con usted la darda ahí,
0:15:51 ¿qué haces?
0:15:52 ¿Cómo puede proceder el primeros auxilio?
0:15:55 La atención, amigas.
0:15:56 ¿Qué tiene que hacer?
0:15:57 Tiene que ayudarla a recuperar un ritmo respiratorio.
0:16:02 ¿Me contamos acá?
0:16:03 Lo que hay que hacer es hacer el fuerte ritmo respiratorio o...
0:16:06 Lento, no.
0:16:07 Lento.
0:16:08 Lento.
0:16:09 Si quiero, voy a acelerarlo y lentificarlo porque lo que se trata es de dar su atención
0:16:14 a otro punto que lo sea.
0:16:15 O que no sea uno.
0:16:17 No a otro punto, tanto que señor.
0:16:19 Me pudo haber agarrado pánico hacia aquí.
0:16:21 Claro, un momento.
0:16:23 ¿Cómo diferenciamos el ataque de pánico del pánico propiamente?
0:16:28 El místico.
0:16:29 Por ejemplo, a mí me acuerde un tipo con un cuchillo y un castoro que digo,
0:16:34 ¿Pero es un ataque de pánico?
0:16:39 No es una buena manera de curarse el pánico ficticio y le incurrir en pánico verdadero.
0:16:44 Está muy bien como el...
0:16:46 Sí, sí, arroce.
0:16:47 Ya usted ha hablado de estado.
0:16:49 Lo que pasa es que el pánico, eso que se llama, el otro también es verdadero, pero
0:16:54 sus causas son interiores.
0:16:56 El hecho de que lo venga persiguiendo un día con usted con un...
0:16:59 Es realmente el interiore.
0:17:00 Realmente es el interiore.
0:17:05 Bueno, muchísimas gracias doctor.
0:17:07 Gracias por la visita.
0:17:10 Si quieres la vacia en las manos.
0:17:12 Bueno, no está esperando un par de veces.
0:17:14 Bueno, gracias por el ser.
0:17:16 ¿Aquí en dedicar a esta pequeña resleña de tembladores o de convulsivos o de...
0:17:24 etiléctricos, de...
0:17:27 a bandales.
0:17:28 Bueno, déjame que le diga entonces a Zarco, Tabrón y a Erquina, que es la época que empezaron a estudiar con la Zanao
0:17:35 y todas las muchas que sufrieran de este tipo de cuestiones.
0:17:39 Bueno, y ¿con qué le parece que podríamos amueblar esta pequeña charla que usted ha venido en Alpecia?
0:17:47 Y yo creo que no está mal ese vasocito que tanta corcini que se llama precisamente temblando,
0:17:54 que es un vasocito cuáquero ciertamente, un vasocito de pensiluario de Pilar Elfíaz Ores Carisbra.
0:18:03 Adelante de mi nacida.
0:18:24 El patio de su rancho acomodado y aunque guapo pa' todo me percibía no pude hablarla y me quedé temblando.
0:18:39 Es salvo al como nunca la había visto, vestido el idiamico de Zaracoa, con el pelo volocauto de los tofos era una virgen de en contra de la casa.
0:18:54 Mi hija ni yo ninguno dijo nada, con sus tofados un pernillo quemando,
0:19:08 dejó de como que tenía en la mano, me atinó a hablar y se quedó temblando.
0:19:17 Era el recuerdo del amor primero, amor nacido en nuestra fe en mi feana, como estas flores rústicas del tanto que las esperan los que la mañaran.
0:19:32 Amor que salvo, pudo el patrón de su rancho, patrón al sentillo y en la corteza de lumbos del patio se frito,
0:19:59 con la punta del cuchillo me digo el nacimiento de su amigo como quien les confía de una granza,
0:20:11 conmiendo recuerdo que su cioneta es de las ujas de mi otro cantante.
0:20:18 No sé qué me pasó, monseada caballo y salida rompiendo arriba en la puerta, con un solo recuerdo,
0:20:35 con recuerdo, con emociones que en la lista del poncho está que envuelza, linda está con la tarde y en la vida el pato de su rancho acomodando
0:20:47 y aunque guapo, como me sentía, no pude hablarla y me está temblando.
0:21:00 Agatado Ignacio Corosini temblando.

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