Transcripción automática
0:00:00 ¿Cuál fue el rey de la muerte de la mujer?
0:00:02 Uviquiéramos en Francia en el año 1770, por favor.
0:00:07 Por entonces el rey era Luis XV y su favorita de ese momento era Madrándi Vagre.
0:00:13 A la corte de Versalles, ya había llegado desde Austria, la delfina María Antonieta,
0:00:19 como sabemos, estaba prometida, aquí en Pocosadio después llegué Luis XVI,
0:00:24 pero el rey que había seguido haciendo, Luis XV.
0:00:26 Dicen que Luis XV en ese entonces agotado por todas las excesos,
0:00:32 ya no poseía el ardor que antes había complacido a las ramas.
0:00:38 A veces sufría unos cansancios que ni los mejores a provinciacos podían visitar.
0:00:45 Madrándi Vagre, que tenía un temperamento exigente por no decir otra cosa,
0:00:51 ordenaba a los cocineros que prepararan unos platos que según pensaba ella,
0:00:58 iban a favorecer mucho al rey.
0:01:01 Dice el cronista que a veces es la misma, hacía las minutos,
0:01:06 y le encajaba a Luis unas trufas, unos pimientos,
0:01:11 una yema de huevo con cognac y miel y alcazofas, alcauciles.
0:01:20 Las virtudes eróticas de alcauciles eran famosas en el siglo XVIII.
0:01:27 Incluso muchos muchachos no se atrevían a probar la alcazofa por temor a cometer abusos.
0:01:39 Los vendredores las ofrecían con pregones subidos de toro.
0:01:47 A ver, a ver, a los alcauciles, para comer.
0:02:02 Ahora, estas comidas no daban muy buenos resultados
0:02:05 y muchas veces, riquísimos a costarse bañar y sin fiesta.
0:02:09 Al poco tiempo, Madrándi Vagre empezó a andar con un tal tejidón
0:02:16 que tenía a su cargo la dirección de los asuntos exágeos.
0:02:21 María Antonieta odiaba a Madrándi Vagre.
0:02:26 No soportaba que en Versalles tuviera tan asentada aquella institución de las favoristas.
0:02:32 María Antonieta era de la Casa de Agustria y, digo, a Serreina,
0:02:39 no estaba muy agusto con la idea de que su esposo le engañara en una forma casi ilegal.
0:02:46 Casi legal.
0:02:49 Pero más allá de eso, María Antonieta no podía soportar que la diva de Reign,
0:02:54 que tenía el privilegio de estar junto al rey,
0:02:56 a su vez engañara al rey con aquel tal tejidón.
0:03:01 La cosa no terminaba ahí.
0:03:03 Además de odiarla por favorita y por infiel,
0:03:08 parece ser que la diva Reign era anti-austríaca.
0:03:12 Era un nuevo motivo de odio para María Antonieta.
0:03:15 Lo era anti-austríaca, hasta el punto que hizo que Equisión descuidara el nombramiento
0:03:23 de un embajador en la Corte de Reign.
0:03:25 La indignación de María Antonieta se perfiló de un modo sutil.
0:03:29 Decidió ignorar por completo la existencia de Madrándi Vagre en la Corte.
0:03:35 Así en los salones, en los pasillos, jamás le dirigía la menor mirada.
0:03:40 Cuando la favorita trataba de atraer su atención,
0:03:44 con una frase pícara, con una divinanza o con una risa,
0:03:51 María Antonieta miraba picamente al techo.
0:03:54 Y llegó incluso a estar junto al delfín, a la alfina,
0:04:00 a pocos pasos de la diva Reign y entregarse a unos manoseos eróticos
0:04:08 como si estuviesen solos.
0:04:10 Estaba ella con el escondido Rey y estaba cerca a Madrándi Vagre.
0:04:16 Y ella empezó a manosear al Rey como si no hubiera nadie,
0:04:19 como para hacerle sentir que era lo mismo que si no estuviera.
0:04:24 Ahora, esta indiferencia molestó muchísimo a Madrándi Vagre.
0:04:29 La favorita fue en busca del Rey y le declaró que no podía aguantar la actitud de María Antonieta.
0:04:36 Le dijo, me veo reculizada diariamente.
0:04:42 Debeis obligar a esa pequeña peli roja a que me dirija la palabra.
0:04:48 Todas las cortes nos ha hecho.
0:04:50 Decí un siglo de estimación pública.
0:04:53 El Rey se indignó también y prometió ayudarme.
0:04:56 En verdad, para unas favoritas, era terrible que no se la reconociera como tal.
0:05:01 El acceso a la cama real las convertía en una especie de reina oscura,
0:05:09 pero que solo se legitimaban con la aceptación de los demás.
0:05:16 Dice el pronesta en cuanto a esta aseveración de María de Madrándi Vagre
0:05:24 conforme a la cual María Antonieta era una pequeña peli roja, que en verdad era una calumnia.
0:05:31 Parece que en aquel entonces no estaban en absoluto de moda las peli rojas y sí las rubias.
0:05:38 Y María Antonieta era rubia y para desacreditarla,
0:05:42 Madrándi Vagre le había llamado pequeñas peli rojas.
0:05:46 Para lograr que María Antonieta le diera boliza a Madrándi Vagre Luis XV le dijo al coccionario,
0:05:52 mirá, hermano, hay que tratar de que madr. delfina
0:06:02 trate a las personas de la corte con la misma diferencia, dice una cosa general.
0:06:10 Pero es que Madr. Luis se presentó entre el mismo coccionario, dijo, mire, aquí no es que toda.
0:06:18 Se trata de que María Antonieta me dirija la palabra, por lo menos una vez.
0:06:23 Usted haga que me dirija la palabra una vez y si ella estoy cumplida.
0:06:28 Muy bien, el coccionario se comprometió a intentarlo y fue a buscar a María Antonieta.
0:06:33 Le dijo, mire, ¿por qué no le hablas la ocasión una vez que se dio?
0:06:37 Y la delfina dijo, nunca hablaré con esa mujer.
0:06:43 El coccionario se sintió desconsolado.
0:06:46 Le explicó a María Antonieta que si sostenía su indiferencia, la ira de la favorita crecería
0:06:53 y esto podría llevar al rey a tencer las relaciones con Austria, pero los argumentos no hicieron efecto.
0:06:59 Al día siguiente María Antonieta pasó por delante de la favorita con la boca ostinadamente cerrada.
0:07:08 Así como Jorge Luz.
0:07:13 Los amigos de la Liga Reym y hasta funcionarios austríacos ya no sabían qué inventar para que María Antonieta le hablara.
0:07:22 Así que se encontraban asolas, supuestas casualidades, llevaban a la delfina a situaciones protocolares
0:07:30 en las que ineludiblemente debía saludar a aquella dama tan importante para el rey, pebanada.
0:07:36 En tanto María Antonieta se iba ignorando y despreciando a Madame Duvalier, algo sucedió al este de Europa que hizo que las cosas cambiaran.
0:07:46 Catarina de Rusia, Federico de Prussia y María Tereza de Austria, la mamada de María Antonieta, estaban,
0:07:55 después de algunas invasiones, por repartirse Polonia.
0:07:59 Ahí estaban los Zasburgo, los Pogenzonen y la Zarina de Rusia repartiéndose Polonia.
0:08:14 María Tereza de Austria estaba un poco preocupada.
0:08:18 Sabía que era lo que estaba pasando entre su hijo y la favorita del rey y eso complicaba sus intenciones de agarrar un pedazo de Polonia.
0:08:28 Sucesaría que Francia, a través de Rusia, se tenía buenas relaciones con Barsovia.
0:08:32 Si seguía aquel maltrato a la favorita por parte de María Antonieta, era probable que la diva de Rym convenciera al rey entre Caricia y Caricia
0:08:45 de que defendiera Polonia en contra de los austriagos.
0:08:49 Quiere decir que María Antonieta no estaba haciendo un buen papel diplomático en París.
0:08:55 Fue entonces para poder tomar su parte del territorio polaco sin que Francia no pidiera, María Tereza, la mamada de María Antonieta, hizo lo siguiente.
0:09:04 Resolvió comprar la neutralidad y el silencio del rey de Francia en el asunto polaco, obligando a su hija a mostrarse amable con Madame Duvalier.
0:09:12 Al poco tiempo María Antonieta recibió de su madre esta curiosa carta.
0:09:22 Una palabra sobre el vestido, sobre una vagatina, tanto cuesta, debéis dar ejemplo y acatar los deseos de vuestro rey.
0:09:32 Si se os exige su unización, ni yo ni nadie os aconsecaríamos de esta forma.
0:09:39 Pero una frase banal, alguna mirada, no por la dama, sino por vuestro país.
0:09:47 Firmado, mamá.
0:09:49 María Antonieta quedó estupefacita.
0:09:59 No estaba acostumbrada a que su virtuosa madre le aconsejase dirigir la palabra a una mujer viciosa.
0:10:06 Desconcertada, María Antonieta se habló.
0:10:09 Y el 1 de enero de 1772, durante una recepción, se aproximó a la diva Reyn y le dijo, ¿cuánta gente?
0:10:26 El efecto causado por esa palabra fue extraordinario. La corte se revolucionó.
0:10:32 Todos corrieron como ratones asustados. Muchos parcieron al galope para anunciar el cruce en otros departamentos.
0:10:39 Luis XV, luto de alegría, abrazó a María Antonieta con exusión.
0:10:44 Los correos se informaban a Europa entera cerca del acontecimiento.
0:10:48 Madame diva Reyn había triunfal.
0:10:51 Luis XV, tranquilo, junto a la que amaba, se desentendió de los problemas tarjinos, no prestó mayor interés al asunto polaco.
0:11:00 Algunos dicen que supo de la mediación de María Teresa y según el cronista, profundamente conmovido por la habilidad de la emperatriz, dejó que Austria ogracia su antojo.
0:11:10 Además, Madame diva Reyn, reconocida al fin, dejó de hablar mal de Viena en el Cátre del Rey.
0:11:18 Poco después, María Teresa de Austria se apoderó de la Galicia Oriental y de unas regiones en donde vivían dos millones y medio de espolacos.
0:11:28 Las malas relaciones entre la diva Reyn y María Antonieta volvieron a deconarse, pero esa es su historia.
0:11:38 Me gustó este episodio. Es un lindo episodio.
0:11:45 Se trataba solo del dirigir de la palabra al amante. Después le fue muy mala la diva Reyn.
0:11:53 Acá que dice que esa es otra historia, ya le puedo participar que cuando Luis XIV se miró, calcule.
0:12:02 Claro, quedó de protegida.
0:12:04 La otra ya no era la de la fina, era la Reina. Y esta ya no era la favorita de Reyn y granadies.
0:12:11 Así que tal como todos ustedes irán conjeturándoles por muy mal, la pobre Madame diva Reyn.
0:12:20 ¿A quién dedicar esto?
0:12:23 A todos les ha ido muy mal después. No ven esta historia les hablan los hechos.
0:12:26 A todos les ha ido muy mal después. No ven esta historia les hablan los hechos.
0:12:27 A todas las historias, todas las heredadas.
0:12:29 Sí, no solo la propia María Antonieta.
0:12:32 Se traban la horma de sus zapatos.
0:12:35 Pero a quién quiere que le diga esta historia? A ver si aparecen algunos.
0:12:41 Cuando a Pobre Luis XIV estaba ya medio Chacabuco.
0:12:46 Me he encontrado por los excesos.
0:12:48 En aquel tiempo se creía que el exceso de actividad veneria perjudicaba, como ahora.
0:12:54 Que se sabe que hace bien.
0:12:56 Que se sabe que hace bien. Yo recibí la dieta en el doctor Cornillo.
0:12:59 Ay, le he indicado ahí.
0:13:01 Dice que entre esto y comer espinaca no sabe con qué es el que.
0:13:11 Cauté puedo perder entre 300 y 600 calorías.
0:13:15 Sí, depende con qué.
0:13:16 Sí, sí, gracias.
0:13:18 Bueno, hemos ido a la...
0:13:27 Le voy a comprar el caucil.
0:13:31 A comprar al cachófone.
0:13:34 Y hemos encontrado este disco, ¿eh?
0:13:37 Que tiene mucho que ver con...
0:13:39 Con el caucil.
0:13:41 Con el caucil.
0:13:43 Y hemos encontrado este disco, ¿eh?
0:13:46 Que tiene mucho que ver con esta cerril negativa de María Antonieta.
0:13:53 A dirigirle la palabra a Madame.
0:13:56 Se llama Nunca Le Dije Nada.
0:13:58 Y es una vez la milonga de Omar Moreno Palacio.
0:14:01 La canta nada menos que suma paz.
0:14:03 Adelante, señor.
0:14:13 Con un rosa color cielo
0:14:25 puesta de sol su pollera
0:14:29 yo te vi aquí a mi manera
0:14:33 y fue mi mayor amado
0:14:37 el perfume de tu pelo
0:14:41 la híjita lineada en el corazón de su mirada
0:14:48 la tristeza de tu llanto
0:14:51 pensar que te quise tanto y nunca te dice nada.
0:15:11 Capaz de montar un trueno
0:15:15 por un porrón de ginebra y dormir con cien culebra
0:15:23 sin que me mezcle el veneno
0:15:26 mi sangre no tiene freno
0:15:30 pa' cualquiera, tropeada
0:15:34 hago patancia con nada
0:15:39 al diablo más que entra el nudo yo
0:15:41 que juítan corajudo y nunca te dice nada.
0:15:47 Estrania filosofía
0:16:06 la de mis noches, sirena
0:16:09 oigo un amor que confeña
0:16:13 me dice yo soy María
0:16:17 rellido en mi fantasía
0:16:21 por la paz que tan deseada
0:16:24 que ajiganza una encordada
0:16:29 un triste canto me llega
0:16:32 y su deserto santo me da y nunca te dice nada.
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