Transcripción automática
0:00:00 Vamos a hablar hoy acerca de la fuga de Francisco Duque de Renzon y Enrique de Navarra.
0:00:09 Y para eso tenemos que hablar de lo que hablamos el martes.
0:00:13 El martes contamos la historia de una conjura contra el rey de Francia, Carlos IX, aquel de la noche de San Bartolomé,
0:00:19 y hacemos un resumen de lo publicado.
0:00:22 El rey tenía entre otros hermanos, tres, que son Enrique, Enrique Carlos, su hermano Enrique, Margot y su hermano Francisco,
0:00:34 también llamado Hércules, el más híjido de los barbados.
0:00:38 El marido de Margot, Enrique Navarra, que era protestante, tuvo la idea de conspirar contra el rey, de leponarlo,
0:00:45 y ubicar en el trono Francisco, llamado Hércules.
0:00:51 Pero la conjura salió mal, y entonces Enrique Navarra y Francisco de Alonso, llamado Hércules,
0:00:57 fueron encerrados en sus apocentros, vivían en el lube, y vigilados severamente.
0:01:03 Había que evitar que estos tipos se entran en contacto con nosotros y volvieran a copiar.
0:01:08 Muy bien, les estaba prohibidos salir solos.
0:01:11 En realidad no los mataron porque eran de la familia.
0:01:14 Hubiera copiado cero, ¿no?
0:01:16 Si me daba cerrado.
0:01:17 Como uno era curiado, y el otro era hermano menor.
0:01:20 Se cierran en sus apocentros y nada más.
0:01:27 Les estaba prohibidos salir solos, unos exbirros anotaban todas sus palabras.
0:01:33 Ese encierro estaba luego inspirado por Catalina de Métis, la reina madre.
0:01:42 Era madre tanto del rey como de uno de los conjugados, el Duque de Alonso, Francisco.
0:01:50 Bueno, al ratito, lo más de estenciado, se murió el rey Carlos IX y subió al trono
0:01:56 el otro hijo, Enrique III, que junto con su madre mantuvo la vigilancia sobre Enrique
0:02:03 de Navarra y el principal ejército de Alonso.
0:02:08 A pesar de esta vigilancia constante, Catalina de Métis vivía en fiesta.
0:02:14 Acá en estante tenía miedo de que los dos cuneados consiguieran huir, unirse a los
0:02:20 protestantes y preparar un nuevo golpe.
0:02:24 Ahora contra el nuevo rey Enrique III, que también era Carlos IX.
0:02:28 Como conocía lo justo que Enrique de Navarra por las mujeres, tuvo la idea de entregarle
0:02:33 a Madame de Zobel, a fin de retenerlo en la corte, incluso a ver si la típale sacaba
0:02:41 alguna cosa.
0:02:42 La joven, que era de temperamento galante, por no decir otras cosas, aceptó el papel
0:02:48 que se le asignó.
0:02:50 Se acercó Enrique de Navarra y cuenta la crónica que iniciaron unos encuentros amorosos de
0:02:57 padre y señor nuestro.
0:02:59 De ese modo, Enrique siguió detenido sin saberlo por su suegra, pero quedaba el otro concurrado,
0:03:08 Francisco Lluque D'Arenson.
0:03:11 Y Catalina pensó también en mandarle alguna mujer para retenerlo en la corte.
0:03:16 Le pidió consejo al rey Enrique III acerca de quién podría cumplir aquel papel y Enrique III
0:03:23 tuvo una idea impresionante.
0:03:26 Dijo, mandémosle a la misma mía, a Madame de Zobel.
0:03:31 Mandá la misma mía aquí, que le manda a Enrique.
0:03:36 Así lo retenemos a los dos aquí y al mismo tiempo lo separamos.
0:03:40 Y se van a obrinar.
0:03:44 Entonces Madame de Zobel aceptó también el papel llamante de Francisco Lluque D'Arenson
0:03:52 y ahí nomás se anotó.
0:03:55 Cuentan que entonces esta chica se entregaba en forma alternada a los dos cuñados con
0:04:02 todas las señales del amor sincero.
0:04:04 Nada, bueno, estamos aquí y que va a ser.
0:04:09 Pero para que el plan funcionara les hizo saber a cada uno que su amor era compartido.
0:04:16 No jugó el amor sincero pero no ocultó la existencia del otro sino no tenía gracia el asunto.
0:04:23 El amor de Enrique de la Barna y de Francisco D'Arenson por Madame de Zobel aumentaba cada día.
0:04:34 Ellos pasaban del prezar, recíproco, a unos hoyos declarados que en verdad no les permitían distinguir
0:04:42 las razones políticas que los unían.
0:04:45 Y ahí se llama fuerte la pasión que los separaba.
0:04:50 Madame de Zobel aumentaba esa enemistad del modo más tremendo.
0:04:57 Delante de uno alagaba a los arduores del otro.
0:05:01 ¡Ay, Enrique, si se supiera como un abre ganzuado!
0:05:07 También llamado El Kil.
0:05:11 Hubiera sido mucho mejor.
0:05:13 ¡Ay, Enrique, si se supiera como un abre El Kil!
0:05:24 Como dijo Vicente, bien.
0:05:27 Todo iba tal como lo deseaba en Elrique III y su mamá catalín.
0:05:32 Él de Navarra y D'Arenson llegaron a odiarse.
0:05:36 Ahora bien, al rey su madre creceron que entretenido por el amor y los celos,
0:05:41 los vigilados ya habían renunciado a cubarte, a conspirar y a todo.
0:05:45 También creía eso Madame de Zobel, la aflamante, que se captaba de las pasiones despertadas.
0:05:54 Pero estaban todos equivocados.
0:05:56 El 15 de septiembre de 1575, ayudado por sus amigos de la corte, Francisco D'Arenson,
0:06:03 cambió sus ropas tradicionales y disfrazado de coco liche,
0:06:09 consiguió salir del lube sin ser reconocido.
0:06:13 Marichó a pie hasta la puerta del centro de Amoré y allí lo esperaba una carroza
0:06:19 y lo condujo a D'Arenson, una ciudad que era de su patrimonio.
0:06:23 Fue recibido con cúbido por todos los caballeros de su partido, los propietarios.
0:06:28 Muchas horas después, Enrique III y Catalina fueron a buscar a Francisco y no lo encontraron.
0:06:34 Lo buscaron por todas partes, especialmente en las habitaciones de las ramas, pero no encontraron nada.
0:06:40 Y el rey furioso ordenó que se lo llevaran vivo o muerto, el hermano.
0:06:44 Pero bueno, nadie logró atrapar a Francisco jamás.
0:06:48 En medio de aquel trastorno Madame de Zobel tuvo miedo de ser castigada por haber dejado escapar a uno de sus amantes.
0:06:56 Pero Catalina no hizo ningún reproche.
0:06:58 Tenía que a los frente a la favor hiciera la jugada enrique de la barba.
0:07:03 Y bueno, por lo menos ya que tenía la suerte de que todavía siguiese en el lube de Enrique era preciso que se conservara allí.
0:07:12 Catalina mandó llamar a las cortesanas más aislpadas y le hizo ordenó que le enseñaran a Madame de Zobel
0:07:20 unas caricias fuera de la ovrigal.
0:07:23 Yo dice, señas lejas, mena, algunas caricias fuera de la ovrigal.
0:07:31 Madame de Zobel resultó una alumna muy aplicada.
0:07:36 Al cabo de unos días estaba en condición de demostrar su nuevo repertorio enrique de la barba.
0:07:43 Pero no pudo ser porque Enrique también se había rajado.
0:07:48 En 3 de febrero de 1776, después de haber adormecido durante unos meses la desconfianza de Catalina del Rey,
0:07:56 obtuvo permiso para ir a casar a un bosque vecino y no lo vieron nunca más.
0:08:02 En realidad, por país no apareció hasta 20 años después.
0:08:07 En la noche de aquel 3 de febrero, Enrique III se enteró de que su cuñado había encontrado caballos y amigos durante la casería.
0:08:17 Y que se había marciado al galopio a recugirse a Vendón.
0:08:21 Esta vez, la señora de Zobel creció un morirso de vergüenza.
0:08:26 Imagínense que le plantaron los dos amantes y le plantaron.
0:08:29 Estuvo varios días encerrada en sus capocentros, temiéndole noco de Catalina.
0:08:35 Pero la reina madre mantuvo la calma otra vez.
0:08:38 Poco más tarde, desde lejos, Enrique de Navarro y Francisco de Alenzón por separado,
0:08:44 iniciaron la lucha contra el reglado Enrique III, pero esa ya es otra historia.
0:08:49 La nuestra de hoy termina aquí, cuando se le rajaron los dos enamorados a madame de Zobel.
0:08:56 ¿Le gustó eso?
0:08:59 ¿A quién quiere dedicarse?
0:09:00 A los dos que se jugaron.
0:09:02 A los dos que se piantaban.
0:09:05 Yo pensé que le iba a gustar madame de Zobel.
0:09:08 Sí, los dos que se piantaban.
0:09:14 Bueno, uno de los llegó a ser rey.
0:09:17 Cuando le dije cuándo.
0:09:19 Pero estuvieron que morirse todos los...
0:09:22 ¿Lo pasó?
0:09:23 Incluso, Faso.
0:09:27 Hemos ido a la discoteca y tenemos jugo en misterio en nuestra madre, ¿no?
0:09:36 Y el amor de la madre, porque se jugó en misterio, porque el amor, aún en este caso, aún en este amor de Fingillo, quizá de madame de Zobel, tiene algo en misterio.
0:09:51 Fíjese que esa jugaba al amor Fingillo pero al mismo tiempo compartía.
0:09:57 Es una posibilidad.
0:09:59 Yo creo que es una posibilidad, pero no todos creen eso.
0:10:03 Creer eso y al mismo tiempo, eh, tratar de que no suceda, es raro que realmente cuando no creen eso es porque no me importa.
0:10:14 Aquellos que creen que se puede amar a más de una persona, porque no les importa si quien está con ellos ama más de una persona.
0:10:23 En cambio, cuando uno está interesado en que la persona que tiene su lado lo ama solamente a uno, entonces empieza a creer otras cosas.
0:10:32 Y se cree que no, que el verdadero amor consiste en amar a una sola persona que es uno.
0:10:42 Hasta que no se supe ese, ese pensamiento, eh, de creer que el amor verdadero solamente lo siente, lo quisieren a uno.
0:10:52 Eh, no tendrían que dejar que los muchachos lleguen a la calle a levantarme.
0:11:00 Recién cuando acepten que es posible de ser una persona decente y que, sin embargo, no estar enamorada de el Eur, ¿no?
0:11:07 Entonces, ahí puede empezar a ir a los países.
0:11:14 Escuchemos entonces, jugo y misterio, esta bella composición de Gasol Piazola y de Horacio Ferrer, que pertenece, como ustedes saben, a la uperita María de Buenos Aires.
0:14:09 Hemos escuchado Pugue y Misterio de Piazola y Ferrer de la obra María de Buenos Aires por Aztor Piazola.
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