Transcripción automática
0:00:00 El Amigo Jacob Burhart
0:00:17 Hablaremos de la jactancia en Grecia.
0:00:21 ¡Pá!
0:00:24 El Amigo Jacob Burhart
0:00:28 que tiene su extensísimo libro acerca de la cultura griega,
0:00:33 no solo de la cultura sino de la historia.
0:00:37 Y la vida en Grecia.
0:00:39 La cotillana también.
0:00:41 Dice que los Ateniences del siglo V a.C. hablaban maravillas de la ciudad en la que vivían
0:00:48 y se atribuían todas las virtudes posibles.
0:00:52 Y dice Burhart, resulta incomprensible que pensarán eso sin riburizarse
0:00:59 cuando todo estaba repleto de testigos venales y de psicofantas.
0:01:05 ¿Quién es la palabra psicofanta?
0:01:09 Que quiere decir falso de la torre o de la torre.
0:01:16 Simplemente de la torre.
0:01:19 Y proviere de lo siguiente.
0:01:21 En una época en Atenas se había prohibido la exportación de higües.
0:01:27 No se podían exportar higües.
0:01:29 ¿Fíjese?
0:01:30 Da cierta ternura pensar en una economía tan sencilla.
0:01:34 Estuvieran mirando una higuera para ver si vendían higües a los persos.
0:01:43 Y entonces habían estipulado también una recompensa
0:01:48 para quienes denunciaran a los que vendían higües a los extranjeros.
0:01:55 Y a esos denunciantes se los llamó psicofantas,
0:01:59 siendo que higo, en griego es zico, como lo sabe cualquier zico.
0:02:08 Se creía también que en Atenas estaban todas las virtudes posibles.
0:02:18 Que había una nobleza de alma y una honradez superlativa.
0:02:26 Todos creían ser dueños de una hospitalidad particular
0:02:30 que no se registraba en otros lugares, etcétera.
0:02:33 Era un lugar común hablar constantemente de los inventos que se habían producido en la ciudad.
0:02:38 Decían, ya en aquellos tiempos, que los Atenenses habían enseñado la humanidad
0:02:44 a servirse el agua de los manantiales, a sembrar los cereales,
0:02:49 que se habían plantado por primera vez allí el olivo y la higuera
0:02:53 y que además el derecho, la justicia, los ejercicios físicos,
0:02:57 el enganche de las caballerías a los carros y el colectivo
0:03:02 habían sido inventos Atenenses.
0:03:05 Todos los oradores tenían en reservo un buen número de lugares comunes
0:03:11 para la redacción idealizada de todo lo Atenianse.
0:03:16 Ahora bien, más allá de cuestiones sociológicas,
0:03:19 se ha dicho que podía notarse entre algunos individuos de Atenas
0:03:25 una falta absoluta de modestia.
0:03:28 Los filósofos, sofistas, poetas, pintores y gente hábil de toda índole
0:03:35 tenían la capacidad de hacerse valer sin reserva
0:03:40 y como veremos exageradamente.
0:03:43 Ahora, lo importante es, según Burhart,
0:03:45 la opinión pública exigía una jactancia
0:03:49 porque les parecía que quien no pregonaba sus virtudes
0:03:57 era porque no las tenía.
0:03:59 Y decían, el sabio debe presumir de sabio
0:04:02 y el dichoso para que los dioses vean su gratitud debe decirse dichoso.
0:04:09 ¿Eso garantizaba alguna convivencia?
0:04:11 Siempre se hace, los sabios hacían bromas, los ricos se reían.
0:04:14 Sin embargo, consecuencia de esto fue también el porte suntuoso y refinado
0:04:23 con el que algunos se distinguían notablemente del vestir general de la población,
0:04:27 en el que prevarecía una sencilla.
0:04:30 Los sofistas gorgias e hipias vestían de púrpura.
0:04:35 Gorgias llevaba diademas de oro y una corona delfica.
0:04:40 Simóniles escribía en sus epigramas acerca de poseer una memoria insuperable
0:04:52 y hablaba de su fama, de la fama que había adquirido por cantar
0:04:58 con gran excelencia en una disputa coral.
0:05:03 El pintor Parracio tituló su autorretrato Dios Hermes
0:05:09 y en sus propios versos se llamaba a sí mismo
0:05:13 descendiente de Apolo y príncipe del arte.
0:05:17 También se mostraba insistentemente como aquel de los griegos que había ganado el primer puesto en todo
0:05:22 y como aquel que había alcanzado los límites a los que podía llegar el arte.
0:05:29 Parracio, igual que Gorgias, también se vestía de púrpura e iba coronado.
0:05:35 Hay una historia entre Parracio y su amigo, el pintor Theuxis,
0:05:41 que también tenía lo suyo.
0:05:43 El que Theuxis regalaba sus obras porque de ese modo se elevaba por encima de la Vanáusia.
0:05:55 La Vanáusia es la que profesan los que trabajan con sus manos, eso es lo Vanáusico.
0:06:03 Los griegos tenían horror a lo Vanáusico y les parecía que la nobleza justamente consistía en no trabajar con la mano.
0:06:11 Entonces los pintores siempre eran tenidos un poco en menos, los pintores y escultores, porque trabajaban con las manos.
0:06:19 Una vez, Filippo de Macedonia encontró a su hijo Alejandro tocando la cítara
0:06:23 y resulta que tocaba muy bien y le dijo no debe estacar tan bien,
0:06:29 debe estocar un poco peor porque el príncipe, el hombre noble, no debe rebajarse a esas tareas vanáusicas.
0:06:38 No debe ser un virtuoso, claro, eso lo contigo como profesional.
0:06:41 No, solo puede ser un aficionado.
0:06:45 Hasta hoy ya es.
0:06:46 El caso es que este era Theuxis, el pintor.
0:06:51 Y se presentaba en Olimpia con un traje en cuya tele iba entretejido su nombre con letras de oro.
0:07:01 Un día Theuxis pintó unos racimos de uva y muy orgulloso de su obra invitó a su colega, Parrasio, para que viera el cuadro.
0:07:10 Parrasio tuvo que admitirle estupenda calidad de las uvas pintadas,
0:07:14 pero la humillación que padeció Parrasio aumentó cuando entraron al trasero unos gorriones
0:07:20 que se posaron sobre las uvas dibujadas y comenzaron a picotear.
0:07:25 El colmo del realismo.
0:07:28 Tiempo después, Parrasio le pidió a Theuxis que lo visitara.
0:07:32 Y Theuxis se presentó sabiendo que el otro le había estado preparándolo una venganza para demostrar su superioridad artística.
0:07:41 Y en un momento Parrasio le dijo, sí, tengo una obra de nueva, si querés te la muestro.
0:07:49 Está colgado, el cuadro está colgado allá en el fondo, el fondo de Galpón.
0:07:57 Sí, está tapado por una cortina, le dijo.
0:08:00 Acercáate y mirálo, si querés.
0:08:02 Y el otro fue, extendió el brazo para correr la cortina, pero no pudo.
0:08:07 Y es que la cortina estaba pintada.
0:08:10 Entonces Theuxis abatido se fue del lugar.
0:08:14 Aquello revela también una idea del arte pictórico que no es la que corresponde a nuestros tiempos.
0:08:22 Otro pintor polígnoto decía, más fácil será que alguien me critique que no que me iguales.
0:08:29 ¿A qué le hace acordar esto?
0:08:33 A la publicidad.
0:08:35 Ya hablaremos.
0:08:37 Claro, con una ventaja, pero bueno.
0:08:40 Había un tejedor de alfombras que se jactaba en Delphos, de que los dioses habían dado a sus manos una gracia divina.
0:08:47 Borger dice que este carácter lo demostraron también algunas figuras aisladas de la tragedia.
0:08:54 En la obra de Sophocles, el Ajax, en tanto personaje, no?
0:09:00 Este Sophoclet.
0:09:02 Se jactaba de tener una fuerza extraordinaria.
0:09:06 Y cuando Ajax marchó a la guerra, su padre le dijo que siempre aspirara a vencer con la ayuda de los dioses.
0:09:16 Y Ajax le contestó así.
0:09:18 Con tal ayuda de los dioses, puede adquirir fuerza, incluso uno que no vaya.
0:09:23 Yo me creo capaz de adquirir fama aún sin ellos.
0:09:27 Y aquello provocó el odio de Atenea, la diosa, que vino a confirmarse cuando en una ocasión Ajax desestimó la ayuda de la diosa,
0:09:40 jactándose de que el enemigo no podía pasar por donde él estaba.
0:09:44 Y le tocó la locura, aquello que más podía destruir a un ser verdaderamente extraordinario.
0:09:51 Y en adelante los actos de Ajax fueron los de un hombre perdido y despreciable.
0:09:57 Sin embargo, esto contrasta con la idea que todos tenemos de los griegos
0:10:04 y que encuentra su mejor corporización en la existencia de dos palabras.
0:10:13 Y los híbris y su afrocina.
0:10:16 La híbris es el exceso.
0:10:19 Y es un pecado en sí mismo.
0:10:20 Y es un pecado en sí mismo y es el peor pecado.
0:10:22 Y si uno revisa los mitos griegos, descubre, si uno revisara los mitos griegos,
0:10:29 descubriría que el subjuntivo no va muerto,
0:10:36 pero que casi todos los castigos que los dioses propinaban a los mortales provenían de haberse jactado estos.
0:10:48 Ciertamente, fíjese que no hay un delito, estaba pensando en Faetón, el hijo de Apolo que le robó el carro.
0:10:54 Y el asunto no está tanto en el robo del carro, sino el hecho de manejarlo mal, aproximándolo justamente al sol para de arretir, sí que sé yo.
0:11:01 Lo mismo que ahí, caro, y dégalo.
0:11:03 El problema no es haber safado tanto del haberinto, sino haber pretendido llegar más arriba de lo que le correspondía como ser humano.
0:11:09 Y tal vez eso formaba parte de las recomendaciones ideológicas de los pensadores.
0:11:17 Y Búrger nos enfrenta con la realidad de unos chantapufis que andaban por ahí y siendo, a mí presenté mechagillo, fulano de tal, el emperador del Tango.
0:11:29 Tiene que ver con la publicidad, tiene un poco que ver, tiene que ver con la espantosa práctica de algunos deportistas,
0:11:43 de postularse como superiores, de hablar bien de sí mismos, etcétera, etcétera.
0:11:50 Se parece bastante.
0:11:52 Con la publicidad ocurre un fenómeno que ya hemos señalado algunas veces aquí.
0:11:56 Por suerte, la gente ha aprendido a escuchar los avisos publicitarios y ha aprendido a interpretarlos.
0:12:05 La gente sabe que no son ciertos, lo sabe positivamente.
0:12:12 De modo tal que no comete las imprudencias que cometería si crecerá que son ciertas las cosas que dicen los publicitarios.
0:12:23 Si usted crecerá que cuatro gotas de glostora rinden 100 admiradoras y lo crecerá firmemente, sería un personaje patético.
0:12:34 Se pone 8.
0:12:36 Y saliendo a la calle, si dónde estás la sien admiradora, enseguida irían que osco a quejarse al tipo que le vendió la glostora.
0:12:42 Y yo, no, escúchame, no consigo ni media novia.
0:12:45 Pero, si vos fueras a decirle eso al que os quiero, que sería un reclamo aparentemente legítimo, te va a decir, pero es una propaganda.
0:12:54 No es engenua, claro.
0:12:57 Que es mentira.
0:12:59 Los griegos nos han regalado la opción de entender que así como eso funciona para un grado de exactancia, por ejemplo, la publicidad, eso funciona en general.
0:13:07 Es que esa forma de la publicidad se ha trasladado al lenguaje todo de la comunicación.
0:13:16 Y entonces cuando escuchamos estas cosas que decimos nosotros, pero también las que dicen en el programa que viene en el anterior y lo que es peor en el noticiero,
0:13:26 de esto o de cualquier radio, y sabemos que no es cierto en una de ellas.
0:13:30 Que son cosas que se dicen.
0:13:33 Y he hecho el reclamo y dije, bueno, pero es así.
0:13:39 Sólo cuando uno llega al límite de la vergüenza que produce la comprobación directa sobre uno o algún amigo de ese tipo de discurso,
0:13:47 es que advierte aquella cosa que uno toma en broma de los orientales, así donde desaparece la palabra yo en algunas lenguas.
0:13:54 Y se suplanta por esta humilde basura que está frente a usted.
0:13:58 No es poco astuto.
0:14:00 Justamente mejor decirlo así.
0:14:04 Hay algunos bolleros digitales.
0:14:09 Estaba pensando Alejandro que es muy curioso porque el siglo V, Antecristo en Grecia, conocido como el siglo de Pericles, el siglo de Oro,
0:14:19 tiene una consecuencia curiosa que tanto nos recuerda la patria.
0:14:22 A Pericles los jugaron por mal gobierno.
0:14:24 Fue el tipo que condujo ese siglo y los jugaron por mal gobierno, lo echaron y se acordaron después.
0:14:30 Digamos que los hijos, además, que funcionaban también como esta especie de cosa,
0:14:35 el cambio se convirtieron en un símbolo y vamos a llevar esto no solamente a Cartago ya mucho tiempo después,
0:14:41 sino a la propia revolución de Mayo, que daron como símbolo de eso que hay que alcanzar.
0:14:45 Las brevas están maduras, dijo Saavedra.
0:14:47 Digo que uno termina repitiendo cosas y no sabe que los hijos le producen boqueras, aún cuando se trate de esto.
0:14:53 Pero pensaba sobre todo en lo que usted comentaba, bueno, Gorgias y algunos otros amigos,
0:14:58 en Grecia circulaba esta cosa de decir, bueno, a ver por qué los sabios van a la casa de los ricos,
0:15:03 se andan detrás de los ricos y los ricos no andan chupando las medias a los sabios.
0:15:07 Y la respuesta era porque los sabios saben lo que le falta, los ricos nunca lo van a entender.
0:15:12 Y uno se imagina que un sabio probablemente teniendo una vida amorosa y una vida de los sentidos, plena,
0:15:20 tienda a callarse la boca y decir, quiere un poco más de luz, por ejemplo, si se le acerca,
0:15:24 o bien como le dijo el mismísimo muchacho este a Alejandro Magno,
0:15:29 bueno, y usted tiene ese, yo soy Alejandro Magno, no me temes, usted es malo, no, no soy malo,
0:15:34 ¿por qué voy a temerle, tonto, córrese de ahí y deje un poco de luz?
0:15:37 No me quites el sol.
0:15:38 No me quites el sol, finalmente. Digo que un sabio seductor y humilde, tranquilo,
0:15:44 que haya la diferencia entre un compadre y un compadrito, tendría al lado un rico que,
0:15:49 frente a la mención de una mujer diría, anda, ¿qué me van a hablar de amor?
0:15:54 ¿Y qué me van a hablar de amor? Es el tango que vamos a escuchar, que es también una forma de alcance,
0:16:00 muy suave, es decir, a ver, ¿qué me van a hablar de amor?
0:16:03 Con todo lo que ya dove por ahí.
0:16:05 Bueno, yo quisiera agregar una historia que tiene como protagonista a diógenes
0:16:14 y que recuerda probablemente sea falsa, otro diógenes, diógenes la Erzo.
0:16:18 Sí, sí, la Erzo.
0:16:19 Entonces él dice que un rico, pongamos por caso, perro, invita a diógenes a su palacio
0:16:30 y va a diógenes el can, aquel que se jactaba, pero mejor dicho aquel que despreciaba los ricos, etcétera, etcétera.
0:16:39 Entonces entra diógenes al palacio del perro y le dice, mira, como no era perro.
0:16:49 Mira, estas alfombras son torgullo, perro, bueno, mira como las pisoteo yo con mis pies desnudos.
0:16:57 Mira como pisoteo tu orgullo, perro, y perro le contesta, sí, con otro orgullo.
0:17:06 Quiere decir que hay un orgullo de las ropas tejidas de oro y hay también un sentimiento contrario
0:17:19 que también genera un orgullo, el orgullo de andar descalzo, la anti-etiqueta.
0:17:26 No sería extraño, digamos, ni sería alocado pensar que uno bien podría dividir el mundo o al menos al club de los amigos entre aquellos que tienen un tipo de orgullo y otro.
0:17:35 Y creo que uno podría elegir bien por ahí.
0:17:38 Está bien, eso no significa que la respuesta de perro, que no sería perro, crezo es mejor.
0:17:50 Crezo es mejor.
0:17:52 Es crezo. La respuesta de crezo es ingeniosa, pero no es que todos los orgullos son iguales.
0:18:04 Hay algunos que es preferible elegir.
0:18:08 ¿Qué me van a hablar de amor, esa jactancia que acabo de hacer Barton a una señoría, ante una dama del público?
0:18:18 ¿Lo escucharemos por Horacio Molina?
0:18:21 Muy bien, nuestro querido Horacio Molina.
0:18:47 Yo comprendo que en la vida se cuidan los zapatos andando de rodillas.
0:18:56 Por eso me están sobrando los consejos que en las cosas del amor, aunque tenga que aprender, nadie sabe más que yo.
0:19:09 Cuando ves siempre en amores que me van a hablar de amor.
0:19:18 Si ayer la quise, qué importa, qué importa si hoy no la quiero.
0:19:27 Era sus ojos de cielo, el arla más linda que ya estaba mi sueño.
0:19:35 Era su amor, pero un día se fue de mis cosas y entró a hacer recuerdo.
0:19:44 Después rodeen mil amores que me van a hablar de amor.
0:19:54 Muchas veces el invierno me echó desde la ausencia el lazo del recuerdo.
0:20:04 Siempre me he soltado como un potromal, tomado por Vaquiano y porque yo.
0:20:12 Que anduve enamorado, corte como una rosa las cosas del pasado.
0:20:20 Y ahora que estoy viviendo en otra aurora, no me vengan a explicar que aunque tenga que aprender, nadie sabe más que yo.
0:20:33 Cuando ves siempre en amores que me van a hablar de amor.
0:20:41 Si ayer la quise, qué importa, qué importa si hoy no la quiero.
0:20:51 Era sus ojos de cielo, el arla más linda que ya estaba mi sueño.
0:20:59 Era su amor, pero un día se fue de mis cosas y entró a hacer recuerdo.
0:21:07 Después rodeen mil amores que me van a hablar de amor.
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