Transcripción automática
0:00:00 Bien, la juventud de Luis XV. Hoy hablaremos de los primeros tiempos del matrimonio de Luis XV, un verdadero degenerado en su momento, pero que en su juventud hubo un señor magiontino.
0:00:14 Así que nos ubicamos el 5 de septiembre de 1725 en Francia, el rey de Huixquínzca, el bien amado, la se ha casado con la colarchita María Lechínzca.
0:00:25 María que era hija de un tipo, a mi lado, Lechínzca, que había sido rey de Polonia, pero que lo habían destronado, y vivía entonces en Francia más bien pobre, pero pobre y todo María era princesa, así que era interesante casarse con ella.
0:00:43 Durante tres meses después del caso de Luis XV y su esposa, la colarchita, vivieron en Francia en plena luna de Míral.
0:00:51 El rey parece que iba todas las noches al departamento de la reina, donde pasaban escandalosas madrugadas, que se enaban de admiración y de estupor a la gama de honor, y a los pajes que espiaban por los capices.
0:01:09 Algunas muchachas parecen que, ante los rumores de las situaciones reales, trataban de seducir a Luis XV, pero el soberano, que amaba mucho a su esposa, se mostraba iliferente, y esta frialdad molestaba a la corte porque era inconcebible que el rey de Francia no era amante.
0:01:28 Algunos se disforzaban por empujar al rey hacia ciertas muchachas, hacia ciertas pupillas viciosas, dice el crónico.
0:01:38 La pupilla viciosa es un lindo título para una revista de fotografía pornográfica.
0:01:49 Se abrió el número 7 de la pupilla viciosa, con fotos de Rolón juntando moleras de un dosentado.
0:02:02 Se agota y sube.
0:02:05 Compren al porque se agota.
0:02:08 Se está agachado.
0:02:10 Cuando junta 45 guitas están cansadísimos.
0:02:14 Se estrambra.
0:02:17 Pero estas empresas, me refiero a la empujada de Luis, hacia ciertas muchachas, fracasaban, porque cuando alguien llamaba la atención del rey hacia alguna chica, Luis miraba con desfres, y hoy yo aseguraba que la reina era más hermosa.
0:02:31 Hay que decidir que también María, la pola quita, estaba muy enamorada de su marido, así que era una historia maravillosa.
0:02:38 En la corte vivían dos personajes que eran de temer.
0:02:41 El Duque de Borbón, el primer ministro, y la amante del Duque de Borbón, la señora de Peré.
0:02:48 Como Luis y María, la reina era muy joven, aquellos dos personajes, el ministro Duque de Borbón, su amante, dominaban Francia.
0:02:59 El primer ministro siempre ha tenido Francia, cuando los reyes eran jóvenes, mucha influencia, incluso a veces cuando los reyes eran perezosos, como el caso de los tres, en el tarde, el vicevilleno.
0:03:11 El caso es que el Duque de Borbón y su amante se enriquecestían de la manera más inescrupulosa.
0:03:17 Traficaban, por ejemplo, con el trigo.
0:03:20 Hacían disminuir el valor legal de la moneda para favorecer a Londres, y recibían dinero de Londres por favorecer a la política inglesa más que a la francesa.
0:03:30 El Duque de Borbón, que era el ministro del Príncipe con D, era también desagradable de aspecto.
0:03:36 Era cierto, un poco jorobao y maldado.
0:03:41 Maldado no forma parte de su aspecto, me parece.
0:03:48 Los animales se dividieron.
0:03:50 Sí, pero no.
0:03:52 Sí, no, no tienen.
0:03:54 El maldado, ese maldado es un habilitado que no tiene que ver con el aspecto.
0:04:01 O quizás sí, es inevitable que la malevolencia se encarne de Londres.
0:04:09 Así como se encarna la estupidez.
0:04:12 Un imbécil suele tener cada indésil.
0:04:23 El caso es que en diciembre de 1825 la corte sabía de Contempleau y fue a pasar el invierno a Bresales.
0:04:30 Y la señora de Pré aprovechó esa ocasión para tratar de influir sobre la reina María de la Polaquina.
0:04:39 Quería servir sobre la reina para aumentar su peso en el reino y para permitir a su amante, el primal ministro, traficar un mayor beneficio.
0:04:49 Parece que al año el Duque y su amante dejaron hambrientos a todos los franceses.
0:04:55 En la Isle de France el verano había sido lluvioso. La Isle de France es el departamento que se había parido.
0:05:01 Y el trigo es casado.
0:05:06 En lugar de traer trigo de otras regiones, el Duque y su amante enviaban los granos de Anglaterra y había hambre en París y sus alrededores.
0:05:15 Cuando las panaderías, como esta en donde estamos hoy transmitiendo, tuvieron vacías y el precio de la reina triplicó, lanzaron al mercado el trigo que lo tenían guardados y se ganaron en su estupidez 9 millones de libras.
0:05:28 La reina mientras tanto María sin conocer las intrigas, libre daba a esta pareja de desalmados todo su apoyo.
0:05:36 Pero hubiera en la corte otro personaje también ambicioso que conocía las estrategias del ministro y su amante.
0:05:44 Se trataba del cardenal de Sluerri. El cardenal era maestro del rey, había sido el preceptor del rey Naldo.
0:05:53 Sluerri era un hombre inteligente, íntegro, dotado en un sentido político muy fino.
0:05:59 No era un cardenal, pero algunos cardenales eran libertinos. Era un hombre de costumbre salsqueras, con decido que tenía una sola amante.
0:06:10 Desgraciadamente, el sistema educativo que había empleado con el rey dejaba mucho que desear. Lo único que le había enseñado era a jugar a los naipias.
0:06:19 Se pasaban enseñando a las clases de escolazo, truco de magia, manejo de las cartas.
0:06:25 De vez en cuando, por ello enseñaba un poco de religión y otro poco de ortografía.
0:06:31 Pero el caso es que el joven soberano creció en una ignorancia asombrosa.
0:06:35 No podemos decir algunas cosas las ignoraba, otras no las sabía, había algunas que ni siquiera sospechaban.
0:06:43 En la primavera del 1825, el duque de Borboni suamado, o sea, el ministro y esa mujer, la madame de Pré, decidieron desembarazarse del cardenal plebiscino.
0:06:53 Les molestaba su presencia junto al rey, no era un peligro constante.
0:06:58 Pero, este, les falló. Lo que hicieron era su vez.
0:07:03 Bueno, eso lo dijeron a María, las polakistas, a recorrecer que la ciudad tenía a media edad.
0:07:08 Incluían sobre ellas.
0:07:10 Dicen que, a ver qué me contaron, qué es el cardenal plebiscino, tiene muchos vicios, no se entiende.
0:07:16 Quienes, el otro, qué se dio.
0:07:19 Dicen, ¿por qué no le contás al rey? Le dicen, a ver qué se dio.
0:07:23 Y el cardenal plebiscino, le atajó a la polaquista justo cuando la polaquista iba a contarle al rey.
0:07:31 Y la conversó.
0:07:33 Me dijo, no, qué se dio, qué dice, qué dice.
0:07:37 Y, pero, le contó las intrigas, el primer ministro hizo amante, el asunto del trigo, qué hizo eso.
0:07:47 Y la reina se hizo parte de ahí, de Flere.
0:07:52 Y empezó a influir sobre el rey, al revés.
0:07:56 Todo era corte, empezó a mirar mal al primer ministro, se hicieron amigos de Flere, y finalmente el rey desperró a la señora de Plie, de Plie, y a su anuncio, a Norman Dí, a la reina.
0:08:11 Lo ha hecho, lo ha hecho.
0:08:12 Ella se suicidó después, en el postre.
0:08:14 Hay otro que la cuenta distinta, tiene su gracia también, en su recorrecer. Me parece recordar.
0:08:22 Flere empezó a influir sobre María, pero María no podía influir sobre el rey.
0:08:29 El rey seguía siendo amigo de su primer ministro, de Warbone y de los demás.
0:08:34 Entonces, Flere dijo, María dice, no te acuesto con el rey, hasta tanto él no siente nuestros consejos.
0:08:45 Le sorprendió a Flere y a su cariño de Warbone.
0:08:48 Y ella estuvo ahí sin acostarse con él, hasta tanto él.
0:08:56 Hasta que un día le preguntaron por qué y que se lo quedó.
0:08:59 Pero es una mentira, no puede ser.
0:09:02 Digo, no.
0:09:04 Bueno, no digo para eso, no se diga, no se diga.
0:09:07 Pero se dio como a veces la política de un Estado tiene que ver con la negativa de una mujer a cumplir con el dedito con sí.
0:09:15 Bueno, qué tal.
0:09:20 Entonces, lo que hizo Luis Fim, fue nombrar las leyes primer ministro, pero no era honesto.
0:09:26 Pero sí, pero también era muy ambicioso.
0:09:30 Mira, rey, ya que es que yo el primer ministro ahora quedó ese tranquilo y a gobernarlo, usted dedica eso a otro.
0:09:36 Eica eso a su mujer, por ejemplo.
0:09:38 Y eso hizo el rey.
0:09:40 Tuvo con María Mieschizas en 1727, una hija en 1728, y del fin en 1729.
0:09:48 Con lo que le asumó en 1730.
0:09:51 Madame Adelaide en 1732, Madame Victoria en 1733, Madame Sofia en 1734,
0:09:59 Pérez a felicidad en 1736 y Luz a María en 1737.
0:10:03 Como se ve Luis continuaba profundamente enamorada de María.
0:10:07 Menos tuve el 31 de la vez peleada.
0:10:15 Y no le era en cien.
0:10:18 Hasta que un día, en una cena,
0:10:25 él estaba haciendo la minuta siempre,
0:10:28 que tomó una copa, brido y cebrindo, por una vez la desconocida, dijo el rey.
0:10:34 No dijo por qué.
0:10:36 Le dio a tirar la copa, le rompió, metió esos curts.
0:10:39 Quienes, quienes, quienes, y ella.
0:10:42 Una joven encantadora, que tenía aspectos sensual,
0:10:47 dice el crónico acá, aspectos sensual, y tobillos prometedores.
0:10:51 Tobillos.
0:10:53 ¿Tobillos prometedores?
0:10:55 ¿De qué manera puede prometer un tobillo?
0:10:58 Es cosa que no sé, pero a poco que no se ponga a pensar,
0:11:02 descubrirá que un tobillo promete una pantorrilla,
0:11:06 promete una rodilla, la rodilla promete muslos.
0:11:11 Bueno, así no sigue las promesas hasta el final.
0:11:14 Bien claro se ve lo que prometían los tobillos de aquella desconocida,
0:11:19 que se cumplan.
0:11:21 Según los análisis históricos, no sé por qué análisis,
0:11:24 pero qué dice algo así.
0:11:26 La muchacha era juguetona, divertida,
0:11:29 y conocedora del arte de la voluptuosidad,
0:11:32 sin exagerarlo en el mano a mano.
0:11:35 No sé lo que se nos recarará el mano a mano,
0:11:39 más allá que su bonito tango de celerón y flores.
0:11:43 Esta chica, esta desconocida, se llamaba Luisa Julia de Melville,
0:11:48 y era la hija mayor del varón de Nestle.
0:11:51 Era una joven chica que tenía 22 años,
0:11:53 y el varón de Nestle creo que tenía 5 hijas.
0:11:58 En realidad la vía llevada a la sasiana al cardenal Florin,
0:12:03 y no lo había hecho de forma inocente,
0:12:06 porque había razón de estado que le llevaron al cardenal a postular a esa chica.
0:12:13 Sabiendo que los chins se tomarían algún momento, un amante,
0:12:16 más tarde o más temprano,
0:12:18 prefirió acelerar el asunto y meter en la cama real
0:12:21 a una mujer incapaz de ponerlo en peligro a él y a sus manecos en la corte.
0:12:25 Además, se esperaba que la muchacha ocupase todo el tiempo libre del Drey
0:12:29 para poder continuar él mismo como primer ministro,
0:12:31 dominando los asuntos públicos de Francia.
0:12:34 Parece que Luisa y Echense eran su cuantos,
0:12:36 muy tímidos como hemos dicho.
0:12:38 Cuando se gestó el primer encuentro con esta chica,
0:12:41 el Drey la saludó con la cabeza así,
0:12:43 se sentó y la dijo una palabra,
0:12:46 y al rato se fue completamente sonrojado a sus aposentos.
0:12:51 El segundo encuentro fue casi burlesco.
0:12:56 Luisa Melillo esperaba en un cuarto contigo
0:12:58 y Luis permaneció en su sillón sin moverse durante cuatro horas.
0:13:02 La mira estaba en la pieza del lado y el tipo no era.
0:13:05 Entonces, el ayudante,
0:13:08 Vacheler, es Vacheler,
0:13:11 se acercó al Drey, lo tomó por las axilas
0:13:16 y lo condujo hasta la puerta de la habitación de la mena.
0:13:20 Golpeó la puerta, no con el pie probablemente,
0:13:23 porque si lo tenía tomado de las axilas,
0:13:25 no se ve como el Vacheler iba a golpear la puerta.
0:13:31 Cuando Luisa apareció, lo presentó,
0:13:34 primero lo ha resoltado al Drey, lo que sé,
0:13:37 bueno, en pocos minutos se hicieron amantes.
0:13:40 Las relaciones fueron secretas durante tres años, secretas.
0:13:43 Pero una noche mientras el Vacheler
0:13:47 ya va a la medida, los aposentos del Drey,
0:13:51 a ella se le cayó el rey, lo que se cubría acá,
0:13:54 la vieron y ya se enteró todo el mundo.
0:13:57 Y todo el mundo se enteró también la reina,
0:14:00 y la pena de María la Exigencia fue inmensa.
0:14:03 El rey pidió perdón, suplicó, pronuvo respuesta.
0:14:06 Se dio suplicando, y al cabo del tiempo ya no suplicó más.
0:14:10 La reina, en ese momento, estaba embarazada
0:14:14 y esperaba que el nacimiento la reconciliara con su marido,
0:14:17 pero no hubo caso.
0:14:19 No hubo caso porque el rey se enojo en aquella noche de suplicar.
0:14:24 Se enojo, y fue la última vez que suplicó, y se fue.
0:14:32 Después de haberme sido su hija,
0:14:37 le preguntaron, bueno, y si viene otra vez, ¿cómo se llamará?
0:14:43 María Séptima, por el número, se teme.
0:14:47 Y le dijo, no, se llamará María Hultr.
0:14:52 Se había enojado, y no, por largo tiempo no.
0:15:00 Bueno, mientras tanto, el amigo Fleve,
0:15:05 ejercía una teoría implacable, ¿no?
0:15:10 Pero a Luis no le fue muy bien,
0:15:12 porque no se había hecho nada,
0:15:15 y no se había hecho nada.
0:15:18 Y, bueno, se había hecho un nuevo amante, la señora Melina.
0:15:23 Y entonces sucedió lo que a veces se hacía con las amantes de los Reyes de Sarge.
0:15:28 A la hora que la insistencia de ella empezó a organizar las simpáticas orgias.
0:15:35 ¿Las orgias?
0:15:38 Bueno, la medida de Luis, que había llevado mucho, ¿no?
0:15:42 Claro, entonces, iban todos ahí, las damas se les daban,
0:15:49 y los señores les daban su inclinación.
0:15:52 No hubieran una incresimiento a través de juegos,
0:15:56 de circunstancias, de cercan vientos, y no.
0:16:00 Pero lo que pasó es que se lo agradezaban, porque Luis era muy elemental en eso.
0:16:05 Y, entonces, al menos en esa época de su vida, después no le juro.
0:16:09 Pero bueno, esas eran las orgias que se lo organizaban a Luis.
0:16:14 Pero la señora Melina fue en decadencia, el rey la trataba mal,
0:16:20 le regalaba cosas baratas, la mina andaba y era el amante del rey,
0:16:24 andaba toda, hizo una croca con la ropa remendada.
0:16:30 Me imagino que se le quejaría, ¿sí, Luis?
0:16:32 ¿Soy el amante del rey o con qué soy?
0:16:35 Ya no me acaba de pasura con los ruleros y, bueno,
0:16:39 el rey no le concedía ni la más elemental galantería.
0:16:44 La trataba como si fuera su marido, realmente.
0:16:51 En 1737 el rey Luis, que no perdió una sola oportunidad, ya ahí le había empezado a gustar.
0:16:58 Se contagió la viruela por encontrarse con la hija de un carnicero.
0:17:07 Bueno, lo curaron con el plato de pepinillo y fricciones con babosas trituradas.
0:17:16 A finales de 1738, un poco ingenuamente,
0:17:22 el amante del rey, la señora Melina, llamaba la corta a su hermana,
0:17:26 Paulina, felicidad que era diez años menor que ella.
0:17:30 Era su hermana.
0:17:32 Luis quien se la enamoró, se hicieron amantes, un día de carnaval, ¿no?
0:17:36 Luis apareció junto a la mera vestido de morciélago y ella de pastoras.
0:17:42 ¡Pastora de morciélago!
0:17:45 En 1741 Luis tuvo un hijo con Paulina, que es como el nombre de Condé de Luis.
0:17:51 Bueno, pero se murió la Paulina.
0:17:55 Se le agarró una fiedre, que se murió.
0:17:58 Entonces el rey que había conjeturado que era el cinco, la hija de el señor Benesio,
0:18:07 le pareció que las hermanas tenían cien,
0:18:10 se encantó y buscó a la tercera hermana, que era la duquista de Lorazüez.
0:18:18 Bueno, se hizo amante de ella, se hizo amante de ella, hasta que se cansó.
0:18:29 Ella se cansó.
0:18:31 Y la primera señora Melina quiso retomar su privilegio, que soy yo, pero no.
0:18:45 No pudo, trató de meterse mucho en política para hacerse lo importante, para traer al rey.
0:18:50 Se hizo la que se ocupaba de asuntos políticos,
0:18:53 no entendieron en la cama sus enemigos, el rey la desperró, entró en conventos,
0:18:58 y van, no importa.
0:18:59 Entonces el rey se puso con la cuarta hija,
0:19:03 que era, estaba casada, con un marqués, el marqués estaba con.
0:19:10 Y estaba todo fenómeno, hasta que el marido medio se emperó,
0:19:15 y le dijo a la mujer, muy celosa, el marido se me atlaba a curar.
0:19:18 Y digo, si seguís andando con el rey, te voy a romper la cabeza.
0:19:24 Y como el tiempo parecía que era medio loco, no se fue de Benesio.
0:19:27 La mena se capó.
0:19:28 Y entonces el rey entró con la tinta, la última,
0:19:31 la última esmanita de las hijas de Benesio,
0:19:36 que era la viuda del marqués de la Qrunel,
0:19:41 y que fue posteriormente una de las más famosas amatéreus pinces,
0:19:48 la senella tovó.
0:19:49 Pero eso ya lo contaremos otro día.
0:19:53 Estas son las historias de la juventud, de los químicos.
0:19:56 En general nosotros conocemos que hemos hablado de las historias de Madurez,
0:20:00 digamos, de sus últimos días, la compadur, que se usaba.
0:20:05 Estas, la de la polaquista, la de la señora Melí, sus cuatro hermanas,
0:20:10 son historias del juventud.
0:20:12 Después el tipo lo hacía un verdadero degenerado.
0:20:17 ¿Qué es lo que hace más daño?
0:20:19 Un inespero o un divertido?
0:20:30 ¿Y a quién dedicaré esto, Rodán?
0:20:35 Si te me permites, Alejandro, ya que hemos hablado de la malevolencia encarada,
0:20:39 de la posibilidad de que se enoce la malevolencia,
0:20:42 la algo que me permito dedicarle a Oscar White,
0:20:44 pensar en el retrato de Doria Andrei,
0:20:46 digamos, algo muy fuerte y atilado al respecto.
0:20:49 Porque la malevolencia pasara por encima del sujeto
0:20:53 y tomara como víctima su retrat.
0:20:56 Exactamente, y se notaba mucho.
0:20:58 Y el otro...
0:21:00 Y el otro dedicando a Luis, no de general,
0:21:05 sino por esta actitud que tuvo sabiendo
0:21:08 que la dignidad le pone un límite al pedido.
0:21:11 Y tú no tienes que saber cuándo yo lo suplico más.
0:21:14 Sí, está muy bien.
0:21:15 A todos los que han suplicado por última vez.
0:21:19 Cómo es lo que fue?
0:21:20 Ojo.
0:21:22 Siempre y cuando la última vez no ha sido la primera.
0:21:25 No, un poco hay que...
0:21:27 Un poco hay que...
0:21:28 Un poco hay que ser, un que te cuesta.
0:21:31 Pero la gente que suplica poco está bien.
0:21:34 No solo por dignidad, Roland,
0:21:36 sino por preservación de aquel ante quien se suplica.
0:21:41 Sí, correcto.
0:21:44 No debes, al muy grato, recibir una suplica por hora.
0:21:50 Se tiene una amante, la deja o algo.
0:21:54 Y a la hora de haberla dejado usted
0:21:57 o de haberle visto que usted no la amaba,
0:21:59 lo que sí es la lucha.
0:22:01 Habla...
0:22:03 La amante que dejaste haciéndola.
0:22:08 ¿Reconsidera cuál que tú, o Roland, te lo suplica?
0:22:13 No, no, no, no, mejor.
0:22:16 A la otra hora,
0:22:18 ¿Quién tiene la amante de especia?
0:22:22 ¿Reconsidera cuál que tú, o Roland, te lo suplica?
0:22:28 La amante de especia.
0:22:30 ¡Va, va, va!
0:22:34 Pero usted no le debe decir basta.
0:22:36 ¿Y a quién le debe decir basta?
0:22:39 Tiene que decir, bueno, no te lo suplico más.
0:22:42 Ya es hora de decir algo.
0:22:44 La amante que te lo suplica así un se ve.
0:22:46 A mí me cae simpático a estas donas de Rí.
0:22:50 A pesar de que no le dio una buena educación al Rey,
0:22:54 por lo menos trabajaba por el bienestar de Francia,
0:22:56 no como los otros dos a toda la...
0:23:01 Me pareció pierno y responsable
0:23:05 que un hombre encargado de la educación de un niño
0:23:08 le enseñara a jugar las cartas y hacer truco con los nalpes
0:23:11 y barajar y todo eso.
0:23:13 No me hace acordar si tomó la educación que me importe un miagüello.
0:23:19 Mis tías me enseñaron a leer,
0:23:21 me recomenten y mi madre trataba de cucharme el gusto
0:23:27 por algunas cosas de la inteligencia del espíritu
0:23:29 y con mi abuelo me enseñaron a las palabras toda la entidad.
0:23:32 Todo el tiempo me enseñaba cómo corrobar a las demás.
0:23:36 Me enseñaba cuentos puercos y versos terminados
0:23:40 en obscenidades.
0:23:43 Y se moría de risa por el escándalo general.
0:23:47 Era un hombre que le gustaba escandalizar
0:23:49 antes que ninguna otra cosa.
0:23:53 Así que se pareció a plebir.
0:23:57 ¿Con qué tango podríamos amoebrar estas historias de un Rey humilde?
0:24:01 Rey humilde, pero se cargó a cinco hermanos una tras la otra.
0:24:06 ¿Habéis tenido así de tímulo?
0:24:08 ¿Qué opina a usted, o lo como psicoanalista,
0:24:11 acerca de la insistencia en una estirpe?
0:24:17 A la hora del comercio carnal.
0:24:22 Sí, mire, estirpe es ella, es una hermosa progresión.
0:24:28 Pero si da el caso el tiempo que anda primero con una,
0:24:31 poco no, tras el día.
0:24:33 ¿Tiene que ser hermana?
0:24:39 ¿Puede?
0:24:42 ¿Sí se da?
0:24:43 Bueno, se da.
0:24:48 Hemos elegido un Bals que nos gusta mucho.
0:24:53 El Bals no nos veremos más cuyo título.
0:24:56 Hablo evidentemente, a la vez pedida del Rey a Madan de Meli,
0:25:04 una vez que la descubrieron con cartas comprometedoras
0:25:07 que sus enemigos habían puesto en el Egochillo de la Dama.
0:25:11 El Rey, que habrá dicho, no nos veremos más.
0:25:15 Y no debemos, de todos modos,
0:25:18 esto es para reemplazar a otro disco que teníamos,
0:25:21 y que sea reto.
0:25:24 El disco que teníamos previsto, que hacía mención a la juventud de Luis,
0:25:32 se rompió.
0:25:34 Teníamos que no nos veremos más y buscamos la conciencia de nadie,
0:25:38 que no nos veremos más y esta charla.
0:25:40 El momento en que Luis lo estudió a Madan de Meli.
0:25:44 No me meto en tango cualquiera.
0:25:53 ¿Qué ninguno es?
0:25:56 En alusión a la cantidad de amantes que tenía Luis XV
0:26:00 durante los primeros tres años hace unos años.
0:26:02 Cuando le preguntaron cuántas amantes tiene el Rey,
0:26:05 cuántas amantes tiene el Rey,
0:26:07 ninguna, o sea, los contestanos, como hemos dicho,
0:26:09 están ahora un poco preocupados.
0:26:11 No gustan ejercicios.
0:26:12 Pero lamentablemente no tenemos el tango ninguna.
0:26:14 El día que me quieras.
0:26:16 El día que me quieras, bueno,
0:26:18 fue lo que le dijo a la cuarta hermana, el Rey,
0:26:25 pero él le dijo, el día que me quieras,
0:26:27 no será nunca, porque mi marido es muy celoso.
0:26:29 O sea, no es contar.
0:26:31 Pero no tenemos tampoco el día que me quieras.
0:26:33 Así que escucharemos al trigo argentino,
0:26:35 y de usted, su corazón y demás,
0:26:37 en el servicio de Oval, que se llama,
0:26:39 no lo veremos nada.
0:26:41 ¡Perdonado!
0:27:05 Y el amor de la mujer y el orgullo,
0:27:10 y el amor de la mujer y el orgullo,
0:27:13 y el amor de la mujer y el orgullo,
0:27:16 y el amor de la mujer y el orgullo,
0:27:33 y de esta mi otra vez,
0:27:35 que no quiero comer,
0:27:37 no lo veremos nada.
0:27:40 No le haré nada,
0:27:42 pero la idea no vendrá jamás.
0:27:46 Con ventre nos vamos,
0:27:48 con la naturaleza,
0:27:50 con la naturaleza,
0:27:52 con la luz,
0:27:54 con la luz de todas las especies,
0:27:59 con el amor de la mujer y el orgullo,
0:28:02 y la gente en la vida,
0:28:05 amor que nunca le da,
0:28:08 no sabe ni nada.
0:28:15 De esta mi otra vez,
0:28:17 que no quiero comer,
0:28:19 no lo veremos nada.
0:28:21 Con la conservación,
0:28:23 con la ilusión,
0:28:24 no vendrá jamás.
0:28:29 No lo veremos nada.
0:28:44 Con un querer,
0:28:47 porquirse en la primaviada,
0:28:50 y del placer,
0:28:53 que trae las cosas del avión,
0:28:56 y no cantar,
0:28:58 que no se puede bajar,
0:29:03 hacia la ausencia,
0:29:07 sin dormir.
0:29:27 Con ventre nos vamos,
0:29:30 con la naturaleza,
0:29:34 amor que se ve en tu vida,
0:29:37 un alfumier de vida,
0:29:39 que todas las especies,
0:29:42 hoy por distintas juezas,
0:29:46 nos echa la vida,
0:29:49 amor que nunca le da,
0:29:52 no sabe ni nada.
0:29:59 De esta mi otra vez,
0:30:01 que no quiero comer,
0:30:05 Con la conservación,
0:30:07 con la ilusión,
0:30:09 no vendrá jamás.
0:30:22 No lo veremos nada.
0:30:25 Con la conservación,
0:30:27 no vendrá jamás.
0:30:30 No lo veremos nada.
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