Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Será Terrible desde el auditorio de Radio Nacional en Maipú 555, mañana estaremos en Chíbilcoy y el jueves haremos el último programa aquí en Maipú 555.
0:00:17 No porque termine el ciclo, sino porque nos trasladamos.
0:00:20 Nos trasladamos al Multiteatro, esto será a partir de lunes en corrientes 1283.
0:00:28 Hablaremos de la llegada de Catalina de Medici y Zafrancia.
0:00:32 Así que ubiquemos en Francia en 1530, el rey era Francisco I y estaba en persistente beligerancia con España.
0:00:41 Así que andaba buscando con quién aliarse en contra de Carlos I de España.
0:00:49 Cada vez que se encontraba con algún rey trataba de hacer una coalición para combatir a España.
0:00:55 Y por ahí se le ocurrió incluso aliarse con el sultan Solimán, Solimán el magnífico.
0:01:01 Pero le pareció que era una salida al menos poco católica.
0:01:05 Entonces buscó una potencia cristiana.
0:01:08 Y buscando una potencia cristiana se encontró nada menos que con el Papa.
0:01:14 En esos tiempos el Papa tenía poderes temporales también, ya que tenía tropas, bienes y algunos territorios.
0:01:22 Se le ocurrió entonces acercarse al Papa y para lograrlo con mayor énfasis,
0:01:31 resolvió casar a su hijo Enrique de 13 años, que era en ese momento el delfín.
0:01:37 Ya que otro hijo, no me acuerdo cómo se llamaba, posiblemente Francisco, seguramente Francisco,
0:01:46 murió como solía morir muchos jovencitos
0:01:51 por tomar agua después de agitarse mucho.
0:01:54 Y un juego de pelota.
0:01:56 Cada vez que iba un juego de pelota se moría.
0:02:01 El caso es que resolvió casar a su hijo Enrique con una pariente del Papa Clemente VII.
0:02:09 En realidad la familia de Clemente eran los médichis.
0:02:12 No iba a ser la primera vez que una médichis iba a casar, no iba a ser la única vez.
0:02:19 Una médichis iba a casar con un rey de Francia, porque recuerdo otro Enrique, más ilustre que este,
0:02:24 que fue Enrique IV. Enrique de Navarra.
0:02:27 ¿Qué caso con María de Medici?
0:02:30 El caso es que Catalina de Medici tenía tres años menos que el delfín, es decir, tenía diez.
0:02:38 Y el Papa afirmaba que era delicada, inteligente y bella.
0:02:44 Entonces Francisco, que era además un rey muy galante, Francisco, era un hombre que tenía muchas amantes.
0:02:57 ¿Le gustaban las artes de la seducción?
0:02:59 Me gustaba también la música.
0:03:01 Era un verdadero sinvergüenza.
0:03:06 Bueno, hizo su petición convencido de que esa unión era sumamente conveniente para Francia,
0:03:14 redactó una carta de petición que fue llevada al Papa.
0:03:18 El rey no creía en las profecías, porque en verdad cuando nació Catalina,
0:03:22 los astrólogos reunidos en torno a su cuna habían declarado,
0:03:26 será la causa de grandes calamidades.
0:03:30 El primer séptimo, contento de poder casar a su prima con el hijo del rey de Francia,
0:03:35 aceptó la petición, dijo que entregaría a Catalina con una dote estupenda,
0:03:40 más tres perlas de valor incalculable, que eran tres ciudades,
0:03:45 probablemente Genoa, Milán y Nápoles, aunque no sé cómo haría el Papa para ceder un Nápoles que no le permitía.
0:03:51 De manera que es muy probable que estemos ante una perla falsa.
0:03:57 De todos modos lo doy como un rumor.
0:04:01 Se arregló todo, pasaron tres o cuatro años para que la gente llegara a una edad,
0:04:06 no para que la gente, para que la chica, Catalina llegara a una edad más conveniente, imagínense.
0:04:11 Sí, por eso.
0:04:12 Yo creo que si la gente se casa en una chica de diez años.
0:04:14 No solo va a ser fruto de grandes calamidades, sino que la casa de nenes.
0:04:18 En septiembre de 1533 Catalina salió de Florencia, viajó a Francia, junto con su primo, el Papa.
0:04:25 Un viaje muy movido, imagínense.
0:04:28 Catalina llegó a Marsella, y ahí ella estaba esperándola a Enrique.
0:04:33 A ella le pareció encantador, ella siempre estuvo enamorada de su marido, y sufrió mucho por eso.
0:04:40 Porque la verdad es que él no estuvo nunca enamorada.
0:04:43 El príncipe miró con melancolía aquella muchacha baja, de rasgos ordinarios, ojos altones.
0:04:51 Enrique, que era un poco pelandrón, hizo una mueca muy expresiva de asco.
0:04:57 El Papa había mentido.
0:05:00 De Linda, Catalina no tenía nada.
0:05:02 Y el casamiento tuvo lugar días después, en presencia de toda la corte, ahí mismo, en Marsella.
0:05:08 El Papa clemente bendijo a los esposos, y durante la ceremonia Enrique se dio cuenta de algo más intranquilizador.
0:05:17 Catalina se parecía al Papa.
0:05:19 Es horrible cuando nuestra novia se parece a algún pariente varón.
0:05:24 O al Papa en general.
0:05:25 O al Papa en general.
0:05:27 Esta comprobación, esta, terminó de tristecerlo por completo.
0:05:33 Después de la ceremonia hubo un gran banquete, seguido de un bailongo de disfraces,
0:05:38 lentamente la fiesta fue transformándose hasta desembocar en una estupenda orgía.
0:05:43 Qué bien.
0:05:44 Los recién casados aprovecharon aquella ocasión para abandonar la reunión,
0:05:49 en una maniobra totalmente equivocada.
0:05:51 Se dirigieron a una habitación, pero en realidad Enrique tenía un solo deseo que era dormir.
0:05:56 Ya se estaba acomodando para el apoliso, cuando se abrió la puerta de la pieza,
0:06:01 y entró el rey Francisco I, que en toda clase de amenazas,
0:06:05 obligó a su hijo a cumplir con el débito conjugal.
0:06:11 Bueno, claro, Francisco estaba interesado en la consumación del matrimonio para recibir
0:06:15 todos los regalos que le había prometido el Papa.
0:06:19 Y el Papa también estaba interesado en esta consumación,
0:06:22 pero por otros motivos quería estar seguro de que la unión fuera indisoluble,
0:06:27 y de que Francisco I no ha dujer arrasones en ese sentido para llegar al caso de volver a Catalina.
0:06:34 Es que el Papa, a pesar de sus gondadas, las palabras y sus bendiciones,
0:06:39 ya tenía pensado no cumplir ni por casualidad con las promesas hechas a Francia.
0:06:46 Las señales de que el matrimonio había sido consumado no le bastaron al Papa.
0:06:53 Pensó que era necesario un hijo, y para mayor seguridad se quedó en Marsella,
0:06:57 hasta tener pruebas de que Catalina estuviera embarazada.
0:07:01 A partir de entonces multiplicó sus consejos en este sentido.
0:07:07 En fin, Catalina estaba contenta, deslumbrada por los misterios que el matrimonio le había revelado,
0:07:14 y Enrique suspiraba con los consejos del Papa, que cada tanto le golpeaba la puerta,
0:07:22 y le gritaba, Crecer y Multiplicar.
0:07:26 Qué impresión verlo en la cama y en la puerta.
0:07:28 Es más que raro un Papa dando ese tipo de consejos todo el tiempo.
0:07:31 Un Papa que da consejo, mire.
0:07:34 El Papa esperó algunos meses, pero se cansó y se fue de Marsella por otros problemas.
0:07:39 Pero antes de embarcar, se fue a visitar a Catalina, y le dijo,
0:07:43 a una niña animosa, nunca le falta posteridad.
0:07:46 Francisco, que creía de buena fe en el Papa,
0:07:54 se puso a esperar a que le dieran género a Milano y en la ciudad que fuere.
0:07:59 Pero el Papa no cumplió con la entrega de estos territorios,
0:08:04 y no cumplió de la manera más indudable.
0:08:08 Se murió.
0:08:10 Y cuando uno se muere, viene otro, con ideas contrarias,
0:08:14 y al que no se le puede reclamar ciudades,
0:08:16 que nos prometió con tal de casada su prima con el Príncipe de Francia.
0:08:20 Cuando Francisco se enteró de este desesto, se entristeció mucho,
0:08:25 dijo, me dieron la mujer, pero desnuda.
0:08:28 En cuanto al pobre Enrique, desconsolado, al ver que su casamiento
0:08:33 con una florentina fea no servía, ni siquiera para bien del país,
0:08:37 se amorgó todavía más, y luego viendo que aquella melancolía
0:08:41 no servía tampoco para nada, se alejó de su esposa
0:08:44 y comenzó a tener amantes.
0:08:46 En realidad, su principal amante fue Diana de Poitiers,
0:08:50 de quien sí estaba enamorado.
0:08:53 Nunca Enrique amó a Catalina, y ella sufrió mucho.
0:08:57 Cuando lo espiaba incluso, dormía arriba,
0:09:02 justamente arriba de la habitación que usaban Enrique
0:09:05 y su amante Diana de Poitiers para refocilarse.
0:09:11 Y había construido un agujero para espiarlos.
0:09:14 Un bichadero.
0:09:15 Sí, un bichadero desde arriba, y ahí ella misma era testigo
0:09:18 de su propio infortunio.
0:09:22 Y sufría porque lo amaba, además.
0:09:24 Era muy fea, pero hay un detalle.
0:09:28 Dicen que tenía lindas piernas.
0:09:33 No es poco.
0:09:34 Le gustaba montar a caballo, y no montaba como las mujeres,
0:09:39 sino que montaba como un hombre para que pudieran verle las piernas.
0:09:43 Pero como al subir a los caballos puede una fotografiar
0:09:51 a los asistentes, resolvió inventar una prenda
0:09:56 que entonces no tenía mucho uso, quizá no existía,
0:09:59 para poder montar de esa forma.
0:10:02 Y es así como nacieron las bragas.
0:10:05 Es así como nacieron las bragas.
0:10:07 Las damas montaban, les llaman, a mujer hiega.
0:10:10 Sentándose y sacando las patas para el lado derecho.
0:10:14 A ver, no, a palado izquierdo, al mismo lado que monta.
0:10:16 Es difícil subirse al caballo y quedar colgando en ese lado.
0:10:19 Pero más difíciles quedan colgando de los ojos.
0:10:26 Ahí te quiero ver.
0:10:27 Qué sé yo.
0:10:29 Pero mire usted, así que las bragas...
0:10:31 Sí, las bragas son 10 en un invento de Catalina, de me decís.
0:10:35 Esto es lo que queríamos contar.
0:10:37 ¿Cómo llegó Catalina?
0:10:40 Que era muy mala, por otra parte.
0:10:41 Era muy mala.
0:10:42 Era una madre dedicada, y por eso puede a los sumos
0:10:45 merecerse alguna dedicatoria, Alejandro.
0:10:47 Sí, sí, fue madre de uno, dos, tres reyes.
0:10:52 Fue regente, por lo menos, de uno, de Carlitos, no ve, Carlitos, al octavo, no ve.
0:10:58 Delrique III también.
0:11:00 Delrique III y de Francisco II.
0:11:05 Pero si fue la regencia fue sobre el Carlos.
0:11:07 Fue madre también de Margo, que estuvo casada con elrique IV,
0:11:12 y que fue también reina.
0:11:15 Pero ella es una rey.
0:11:16 No está mal para una muchacha fea de Florencia.
0:11:19 Pero junto con ella, creo que deberíamos homenajear a otras Catalinas más simpáticas.
0:11:24 Por ahí como nuestra Catalina.
0:11:26 La lemanota es a la Rusia, que supo hacerla suya.
0:11:29 Con Francisco de Miranda, amante de Miranda.
0:11:32 Amante de Miranda.
0:11:33 Y su familia.
0:11:34 Miranda andaba buscando aliados para la causa latinoamericana.
0:11:39 Pero, pero tenerlo en...
0:11:42 Conoció a Catalina.
0:11:43 En su guerrero de baile, igual que la almirante Potión,
0:11:45 que ni tanta tristeza que fue una...
0:11:47 Esa Catalina no gusta más.
0:11:48 O Catalina, la de la canción que tenía la rutina.
0:11:50 O mejor aún, esa Catalina, Martir, que nadie recuerda,
0:11:53 la que, amablemente, el tipo le dice,
0:11:57 Sebastián, un par de mates, Catalina,
0:11:59 la mina jabonera, el isocasio, etc.
0:12:01 Y que después se le diga a 34 puñadas.
0:12:03 Pune a las efectivamente.
0:12:04 Para todas esas Catalinas.
0:12:05 Ya todas las Catalinas que nos escuchan.
0:12:06 Catalina suya en el día de hoy, que es precisamente...
0:12:10 No sé qué día es hoy.
0:12:11 No dice el día de la estadística.
0:12:12 El día de la estadística.
0:12:13 Hay muchas catalinares.
0:12:14 Muchísimas personas se llaman Catalina,
0:12:16 dice una estadística.
0:12:17 Bueno, ehh...
0:12:20 Fuimos a la discoteca,
0:12:21 se explicamos todo esto al discotecario,
0:12:24 y nos dio un disco que se llama Catalina.
0:12:27 ¿Y qué manera se podía llamar?
0:12:29 Se lo resolvió fácil, esta vez.
0:12:30 Ehh...
0:12:31 Le escucharemos en la versión de Don Miguel de Molina.
0:12:34 Esa es la bellísima canción.
0:12:42 Catalina fue a la fuente, a la fuente del ferre.
0:12:48 Catalina, Catalina y Rey.
0:12:52 A de ver a Guademario,
0:12:55 porque se corría desde Catalina.
0:12:59 Catalina y Rey.
0:13:01 Catalina de la fuente,
0:13:05 trajo un beso y un amor.
0:13:12 Y la cara de una rosa,
0:13:15 y de bonita que volvió.
0:13:18 Catalina sí, Catalina no.
0:13:21 Catalina sí, a ver mi corazón.
0:13:28 Catalina se ha contrao,
0:13:31 un panero carmeré,
0:13:33 y Catalina,
0:13:35 a lo que ha carmeré.
0:13:37 Un cubón de péssilo pelo,
0:13:40 y una cantadía lele,
0:13:43 y Catalina y no.
0:13:45 Catalina y ti.
0:13:47 Catalina, Catalina,
0:13:51 quien se ha visto y quien se vio.
0:13:58 Tan bonita y tan concuesta,
0:14:01 ah, sonaba tu balcón.
0:14:04 Catalina sí, Catalina no.
0:14:07 Catalina, mía de mi corazón.
0:14:14 A la fuente, Catalina,
0:14:17 no ha vuelto más bebe.
0:14:20 Catalina y Catalina y Rey.
0:14:24 Si no sale de su casa,
0:14:27 aunque se muera desde Catalina.
0:14:31 Catalina y Rey.
0:14:34 Ya pues contraje de luto,
0:14:38 y a enterra su porano.
0:14:45 Y se le ha puesto la cara,
0:14:49 como rosa de pasión.
0:14:52 Catalina sí, Catalina no.
0:14:55 Catalina, mía de mi corazón.
0:15:04 La enterraron por la tarde,
0:15:11 ah, dían la cuesta de sol.
0:15:19 Y los alamos del tío,
0:15:22 repetían la canción.
0:15:29 Catalina mi.
0:15:32 Catalina mía de mi corazón.
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