Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Arrible, estamos hoy en unos de los últimos programas
0:00:07 en vivo de este año, aquí en El Galponsito si alguien cierra la puerta y están los de
0:00:13 la fiesta del canal rural que la están pasando genial y se va a ir el público de aquí.
0:00:18 Y la semana que viene, Marte Simiárcoles, estaríamos aquí en El Galponsito en vivo
0:00:23 y otro tanto ocurrirá en la última semana del año, también Marte Simiárcoles, 29 y 30,
0:00:30 los esperamos en Gorriqui 5963.
0:00:33 Hablaremos esta noche de la llegada de la Inquisición a Portugal.
0:00:42 Y hablaremos porque la aparición de los tribunales inquisitoriales en Portugal ocurrió de un
0:00:49 modo muy particular en dos sentidos. Fue un hombre solo el que lo hizo y su método fue
0:00:58 muy extraño. Vamos a ver lo que sucedió. No bien terminemos con las peregrinaciones
0:01:06 a la fiesta de Arlado que terminan todas con la puerta abierta.
0:01:17 De los comienzos del siglo XV, el Papa Bolifacio Noveno estaba intentando inútilmente instalar
0:01:25 la inquisición en el Reino de Portugal. Había nombrado a un dominico llamado Vicente de
0:01:33 Lisboa, inquisidor general. Pero a Vicente de Lisboa no le fue bien. El rey de Portugal,
0:01:43 Juan I, escribió al Papa para decirle que el establecimiento de la inquisición en su
0:01:51 Reino se oponía al bienestar de sus fasadios, a sus propios intereses y al interés de la
0:01:58 religión. Dijo además que había notado en el trabajo de Vicente de Lisboa algunas
0:02:05 anomalías. El Papa Bonifacio atendió los reclamos de Juan I y revocó los poderes que
0:02:14 había concedido a los inquisidores. Autorizó incluso a un tal marco que era Uvispo de
0:02:24 Cinegalia para absolver a los que Vicente de Lisboa había acusado. Reubicó en sus cargos
0:02:34 a todos los que el tipo había echado. Bueno, mucha gente se vio libre del temor de que
0:02:40 les confiscaran sus fienes. Después de aquel intento, el Papa siguiente, Clemente VII,
0:02:47 también intentó que la inquisición tuviera residencia fija en Portugal. Pero no hubo
0:02:55 caso. Unas disputas entre la curia romana, siempre más cerca de España, y la corte
0:03:02 de Lisboa, impedían que el Santo Tribunal llegara a Portugal. Tiempo más tarde, casi
0:03:14 a mediados del siglo XVI, el rey de Portugal era Juan III y fue durante su reinado cuando
0:03:22 se produjo el hecho que vamos a contar ahora. Es decir, Juan III tenía una hija que era
0:03:29 María, María de Portugal. Fue la primera esposa del Príncipe de Asturias, Felipe, que
0:03:35 luego sería Felipe II. Es aquella muchacha, ya hemos contado acá su historia, murió
0:03:40 a los 18 años y no pudo ser reina de España. No será mucho pedir que dejemos de ir y venir
0:03:53 en el año 1539. Esto es lo que ocurrió. En el año 1539 se presentó en Lisboa un legado
0:04:01 del Papa. Había llegado hasta así, y II decía, para establecer la inquisición sobre
0:04:08 cimientos inquebrantables. El legado, que se llamaba Saavedra, presentó al rey, Juan III,
0:04:18 la credencial del Papa Pablo III. Llevaba otras cartas de Roma para los principales dignitarios
0:04:25 de la Corte. Sus patentes de legado estaban firmadas, selladas y contenían amplios poderes
0:04:35 para nombrar un inquisidor general y todos los jueces del Santo oficio. Lo curioso es
0:04:41 que Saavedra en realidad era un impostor.
0:04:48 Ningún Papa lo había enviado allí y había falsificado todos y cada uno de los documentos
0:04:56 que llevaba. Saavedra había aprendido el arte de la falsificación en Roma y se había
0:05:03 perfeccionado en Sevilla. Desde allí había llegado a Lisboa, junto con dos cómplices
0:05:09 que se hacían pasar por clérigos. Saavedra ganó rápidamente el favor y el respeto de
0:05:17 Juan III. El rey pensaba que ya que no se podía contrarrestar el avance de la inquisición
0:05:25 que se había instalado casi todos los países, aceptó la carta de este tipo. Y el impostor,
0:05:32 que más que nada quería vivir cortesanamente y chupar de ojo en los boliches, comenzó
0:05:37 a edificar la burocracia de la inquisición en Portugal. Y al principio le fue bien. Saavedra
0:05:45 tuvo su servicio a más de 120 ayudantes. Para enfrentar los gastos, recibía de Juan
0:05:52 III y del gobierno de Sevilla por donde antes se había pasado, sumas cuantiosas en nombre
0:05:59 de la Cámara Apostólica de Roma. Cuenta uno de los cronistas de esta historia, en este
0:06:04 caso es Volter, que el plan que se habían propuesto a aquellos impostores lo habían
0:06:10 concertado con el artificio más deslumbrante. Una razón los ayudaba. Un inquisidor nunca
0:06:18 puede ser falso del mismo modo que un asesino tampoco puede ser. Y sucedió entonces que
0:06:24 Saavedra, además de vivir bien, hizo lo que hubiera hecho la inquisición. Ser la inquisición.
0:06:34 La impostura de Saavedra residía solo en ser un hombre cualquiera que no había obtenido
0:06:40 permiso de nadie. Pero por lo demás, hacía todo lo que un inquisidor debía hacer.
0:06:48 Cuando el rejo antecero preguntó un día a Saavedra por qué había llegado a Portugal
0:06:53 sin que el Papa se lo hubiera advertido antes, el falso legado le contestó que una cosa
0:07:00 tan apremiante como establecer la inquisición no podía esperar. Le dijo también que debía
0:07:06 considerarse muy honrado de que directamente llegara un legado del santo padre. La cuestión
0:07:13 fue que Saavedra nombró un gran inquisidor, envió a recolectar diezmos por todo el reino,
0:07:19 además mandó a la hoguera, entre Asaña y Asaña, mandó a la hoguera a doscientos
0:07:26 tiempos. Unos meses más tarde el engaño se descubrió en Sevilla. El marqués de Bilanova,
0:07:36 de Banca Rota, se llamaba, de Barca Rota, había sospechado todo este asunto, empezó
0:07:45 a preguntar en Roma, le dijeron que nadie había enviado a Lisboa legado alguno. El marqués
0:07:52 de Bilanova fue a buscar a Saavedra con 50 hombres armados hasta su casa. Lo atrapó
0:08:00 y se lo llevó a Madrid. Hechas algunas investigaciones se informó de todo a Juan III. Se hizo comparecer
0:08:08 a Saavedra ante el arzobispo de Toledo. Y el arzobispo asombrado por la audacia increíble
0:08:16 del falso legado lo condenó a ser azotado y a diez años de galeras. Esta sentencia
0:08:24 implicaba una muerte segura. En las galeras no se podía estar más que un par de años
0:08:32 hasta morir o morías de hambre o apestado o hundido por algún bar con enemigo. Juan
0:08:39 de Tabera envió la sentencia al Papa Pablo IV para que fuera confirmada. Y entonces sucedió
0:08:46 otro hecho increíble. El Papa, orgulloso de que por fin se habían podido instalar los
0:08:55 tribunales del santo oficio en Portugal, no confirmó la sentencia, sino que confirmó
0:09:01 a Saavedra como legado papal en Lisboa. Pablo IV advirtió que no podía dejar de reconocer
0:09:09 en la historia sucia de aquel bribón la mano de Dios y un milagro de su providencia.
0:09:18 Y se citó para el caso un diálogo en el que participaba Jesús. Juan le dijo a Cristo,
0:09:26 Señor, hemos visto a un hombre que no es discípulo vuestro, que expulsaba los demanios
0:09:31 del cuerpo en vuestro nombre y hemos impedido que lo hiciera. Y Jesús respondió, no lo
0:09:38 impidáis porque el que hace milagros en mi nombre no dirá mal de mí y el que no está
0:09:45 contra nosotros con nosotros está. Así que déjalo. En el año 1545 Saavedra fue absuelto
0:09:54 y encargado de la Inquisición portuguesa. Cuando los españoles establecieron en América
0:10:00 llevaron rápidamente allí a la Inquisición y una de las primeras decisiones de Saavedra,
0:10:06 la legitimado, fue introducir en las colonias portuguesas de América los tribunales del
0:10:12 Santo oficio. Esta era una extraña historia de la llegada de la Inquisición a Portugal
0:10:20 que quería contarles. Es extraordinaria porque es un impostor, pero tan buen impostor que
0:10:27 resulta confirmado en su cara. Esto debe llamarnos a la reflexión actual. No sé qué resultará
0:10:39 de esa reflexión, pero a mí me parece que un buen impostor es mejor que un mal legado
0:10:49 legítimo. Un buen novio clandestino es mejor que uno malo con el que está de acuerdo
0:11:00 de toda la familia. Así que busquemos la legitimidad no tanto en los sellos del Papa, sino en lo
0:11:13 bien que uno regrese a su trabajo. Bueno, en este caso el trabajo es un trabajo detectable.
0:11:19 Es el trabajo de Inquisidor. Y encima después de Vino América.
0:11:24 Sí, es que todas esas comisiones inquisitoriales siempre tienen buena… Siempre progresan,
0:11:39 siempre van hacia adelante, tienen muchos postulantes. Y ser alcahuete es algo inherente
0:11:45 a la condición humana que es muy tentador. Cuando usted pone un cartel y se necesita
0:11:49 alcahuetes, aparecen desde abajo de las piedras, gente que tiene una fuerte vocación. O inquisitorial
0:11:58 o de chupamedia o de hortiva. Es que eso fue lo que pasó con Savela. Pero en este caso
0:12:08 Savela lo que nos enseña es el arte de la impostura, que consiste en ser más perfecto
0:12:17 que el de Gisquina. Una buena falsificación es lo que se llama la falsificación ascendente,
0:12:26 que es donde el ofrito falsificado es mejor que el de Gisquina. Bueno, no sucede muy
0:12:35 frecuentemente, pero es deseable que aún no le den una falsificación mejor que la
0:12:41 original. Hemos ido, en este caso, a la discoteca, explicamos esta historia y este hombre no
0:12:53 sabía muy bien qué decir. ¿Y quedó conmovido por la historia?
0:12:58 No, pero nos digo que si necesitáramos a alguien que nos contara qué es lo que andan
0:13:02 diciendo de nosotros por ahí, él podría anotarse.
0:13:07 Me imagino que iba a ser el primero.
0:13:11 Bien. Y nos dio esta canción que se llama Una Casa Portuguesa, que es la casa en donde
0:13:18 funciona desde luego la inquisición. Esa es el sentido metafórico de este vellofado
0:13:25 que escucharemos ahora por Amalia Rodríguez, que es la mejor cantante de canciones portuguesas
0:13:33 del mundo. Una Casa Portuguesa ahora mismo.
0:15:55 Era Amalia Rodríguez, en la veganza será terrible una casa portuguesa.
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