Transcripción automática
0:00:00 El de hoy será un pequeño informe histórico acerca de la locura por el Bals.
0:00:08 Desde luego nos vamos a describir las características musicales del Bals
0:00:14 y vamos a indagar en sus orígenes.
0:00:17 Creo que sí, es con Bals es...
0:00:24 Ejemplo de Bals...
0:00:26 Pero esas no eran los Bals que bailaban al Viennese.
0:00:33 Saberán un buen verano.
0:00:35 Hablaremos hoy del Prenési y la locura que se vivió en Viena
0:00:39 en los momentos de apogeo de Bals, allá en principios del siglo XIX.
0:00:45 Con el Bals cambió incluso la fisonomía de la ciudad de Viena
0:00:50 y junto con el deseo ferviente de bailar se produjeron algunas cirgostasias extrañas.
0:00:57 El cantante irlandés O'Kelly, que fue amigo y a veces intérprete de Mozart,
0:01:04 escribió acerca de lo que vivió en Viena tempranamente, ya a fines del siglo XVIII.
0:01:11 Decía que la afición de las damas por bailar el Bals era tan bestial
0:01:17 que no soportaban el menor obstáculo a su placer preferido.
0:01:21 O sea, esto, bailar el Bals.
0:01:23 Le gustaba más que cualquier otra cosa.
0:01:25 Tomanle el peso.
0:01:27 Hasta tal punto era así que las mujeres que se encontraban en estado interesante,
0:01:30 por no decir otra cosa, participaban de los bailes con tanto puror
0:01:35 que existían unas recámaras junto a los salones para el caso
0:01:40 en que llegaran a dar a luz súbitamente.
0:01:43 Eso ha ocurrido que en el medio de un balsa la señora descubría
0:01:49 que no podía ya diferir el momento del nacimiento de su hijo
0:01:55 y entonces le decía a su compañero de baile,
0:01:58 un momentito, este muchacho, que voy a dar a luz y vengo a seguir.
0:02:04 Si me disculpa, voy a dar a luz por no decir otra cosa
0:02:09 y espéreme ahí entre las patas del payaso.
0:02:12 Vio que siempre hay un payaso.
0:02:15 Los detractores del Bals parecen una orquesta.
0:02:20 Decían que se había dotado el baile nuevo con tanto entusiasmo
0:02:25 que nadie notaba hasta qué punto era pernicioso para la salud.
0:02:29 Se decía por entonces que bailar el Bals toda una noche
0:02:32 provocaba vértigo, debilitamiento de la vista,
0:02:37 causidades que pudieran incluso conducir a gangrenas intratables.
0:02:42 Por eso se bailaba el Bals toda la noche.
0:02:46 Para que la sociedad se apartara de que estos peligros
0:02:50 se insistía en los riesgos mortales del Bals,
0:02:54 que parece también una letra.
0:03:01 Está bien, en los riesgos mortales del Bals.
0:03:03 En los riesgos mortales del Bals.
0:03:07 Bueno, me gustó.
0:03:10 Se insistían en esto teniendo en cuenta cómo se bailaba entonces.
0:03:13 Supongo que entre Bals y Bals el baile aún había un locutor que decía
0:03:19 Señor Milonguero, baile con cuidado.
0:03:25 El Bals ha corado ya muchas víctimas.
0:03:29 No sé a usted una más.
0:03:32 Fue un mensaje de la institución donde se bailaba.
0:03:36 De club atlético bien.
0:03:40 Pues bien, entonces se bailaba de siguiente modo.
0:03:45 Los salones eran de una gran longitud.
0:03:48 Y las parejas lo recorrieron a toda la velocidad posible.
0:03:53 Daban la vuelta, naturalmente, lo bailaban el Bals.
0:03:56 Todos ustedes saben bailar Bals.
0:03:58 Cada Bals les permitía recorrer siete u ocho veces el perímetro.
0:04:06 Y a toda carrera, cada pareja trataba de adelantarse a las demás.
0:04:10 Y no era raro afirmar el cronista que un accidente mortal
0:04:14 pusiera fin a aquellos bailes insensatos.
0:04:18 En medio de un baile, una vuelta, además se daba vuelta a la derecha
0:04:22 y a la izquierda, que es como la manera difícil.
0:04:27 Pero la de la izquierda, si uno no es hurdo, es muy difícil.
0:04:32 Y ahí era donde algunos diestros se pialaban.
0:04:36 Y quedaban clavados y se escrachaban contra el piso y morían.
0:04:42 Hay que decirlo.
0:04:44 Venecían lisa y llanamente.
0:04:47 Y los iban sacando.
0:04:50 No es la primera vez que hay un finado en el baile.
0:04:53 Y, en el finado, uno está acostumbrado por los bailes a los que uno va,
0:04:59 en que el finado más bien encuentra...
0:05:06 ...con entrada a muerte por una pelea, no tanto por el baile mismo.
0:05:10 Acá se ahorraba la pelea.
0:05:12 Directamente el hombre en medio de un Bals se quedaba seco.
0:05:16 El Bals eclipsó a las otras danzas y me permiten la inadecuda metáfora visual,
0:05:22 que se bailaban en el imperio de los Austria.
0:05:26 Allí estaban las sardas, las sardas húngaras de...
0:05:33 Por ejemplo, el Minouet, las masurcas polacas, el Landler-Pirolès.
0:05:42 En la época del Congreso de Viena, ya en 1815 calculó yo,
0:05:47 que el Minouet tan célebre en el siglo anterior como danza de salón,
0:05:51 estaba prácticamente olvidado.
0:05:53 Cuentan que el sar de Rusia, Alejandro, cuyas aventuras en el Congreso de Viena hemos contado,
0:05:59 quiso ver bailar un Minouet, sólo por curiosidad.
0:06:03 Dijo, hay que ganar ver un Minouet.
0:06:05 Y entre todos los miembros del Congreso, sólo se encontró a uno,
0:06:10 que era capaz de ejecutar las figuras del Minouet.
0:06:14 Y se trataba del Conde de la Gare-Jamboná, que maravilló a todos los espectadores.
0:06:21 Eso es al menos lo que cuenta el Conde, que anotó en sus memorias el triunfo cortesano,
0:06:27 que sumó con aquella demostración.
0:06:29 Parece que no sólo logró felicitaciones principias, sino decenas de amantes maravilladas por sus movimientos.
0:06:36 ¿Por qué? Porque nadie bailaba ya el Minouet.
0:06:38 Todo el mundo bailaba el Valls.
0:06:40 Y el asunto fue que el Valls cobró dimensiones de verdadero fenómeno social.
0:06:44 Algunos se preguntaban si sería un narcótico, un excitante,
0:06:48 otros se estaban fascinados por las nuevas posibilidades galantes que ofrecía esta danza,
0:06:52 porque podía apretarse el cuerpo de la pareja,
0:06:56 y en contraste, también, sí,
0:06:59 ah no, en contraste con las lanzas antiguas en que se guardaban distancias doradas al sol.
0:07:08 Los filólogos encuentran la etimología de Valls.
0:07:12 Bueno, no pesemos, quiere ser vuelta.
0:07:14 En 1780, por primera vez, se aplicó la palabra Valls a una danza,
0:07:20 que apareció en el escenario de la ópera de Martín y Soler, cosa rara.
0:07:24 ¿Y Soler el moroteo?
0:07:27 Sí, la cosa rara.
0:07:29 Esto fue durante el reinado José II.
0:07:32 El calificativo viene después, no ya cuando se hizo famoso Johann Strauss.
0:07:38 El Valls modificó la fisonomía de Vienna,
0:07:43 porque hubo que satisfacer aquel desmesurado afán de danzar,
0:07:49 la mucha edumbre de bailarines y el espacio que exigía que lo aile,
0:07:54 el Valls no es como el Tueste, que lo baila y en su lugar, que se yo.
0:07:58 No, no. El Valls necesita espacio lo mismo que el Paso Doble.
0:08:02 Pero más, porque el Paso Doble es derecho, te va hasta la punta y vuelve,
0:08:08 puede ser un sanón finito, en un pasillo se puede bailar el Paso Doble.
0:08:14 Pero el Valls no.
0:08:16 Y entonces hubo que construir enormes salas rodeadas de anexos para recuperar la fuerza.
0:08:23 En los salones vieneses retirados al Valls, con jardines y pasillos,
0:08:29 solían reunirse 50.000 personas.
0:08:34 ¡Tanto, mira!
0:08:35 Como para encontrarse ahí, ¿eh?
0:08:38 ¿Cómo hacían para encontrarse?
0:08:40 ¡Es posible!
0:08:41 El cálculo de los organizadores.
0:08:43 Sí, sí, sí. Después estaba el de la Policía, que las se descienda.
0:08:48 Eran construcciones magníficamente decoradas.
0:08:52 Un pionero de los salones de danza fue Sigmund Wolfson, que levantó el salón a Polo.
0:08:59 Era el mejor de todos. Yo iba siempre a la Polo.
0:09:02 Wolfson era médico y se había hecho rico con la fabricación de brazos artificiales.
0:09:09 Brazos artificiales Wolfson.
0:09:12 Las guerras de esos tiempos habían favorecido aquel comercio,
0:09:16 pero más ganó con los que pagaban por acostarse en su lecho de salud.
0:09:22 Había inventado el lecho de salud, que era una cama que provocaba fantasías amorosas,
0:09:28 sueños dulces y la cura de la gota, por añadir dura.
0:09:32 Era en realidad una cama eléctrica que se calentaba y con algunos movimientos
0:09:37 provocaba ciertos escozores placenteros, y uno no tenía, digamos, mucha silencia.
0:09:43 Hay gente que al segundo alquinaso del colectivo ya se siente en el paraíso.
0:09:57 Bueno, Wolfson fue cubierto de honores por el Imperador Francisco
0:10:03 y tuvo licencia para construir el más importante salón de baile,
0:10:07 que era este que ya acabo de decir, el Apolo.
0:10:10 Había estatus de diosas griegas, mulsas, genios, bosques artificiales,
0:10:16 bosques, sabrías, no, artificiales, grutas para los enamorados, y cascadas.
0:10:25 No sé para qué, pero había cascadas.
0:10:28 En la noche de inauguración, la fila de carrozas para llegar hasta el ingreso
0:10:32 era de siete kilómetros, andas llevando.
0:10:35 Bueno, y por ahí pasaron más tarde todos los asistentes a que el Congreso de Vien
0:10:40 en 1815 cuando se disputaban de Europa que había dejado en Apoleo.
0:10:44 Pero Wolfson terminó mal, ganó mucho dinero, pero con su prodigalidad y su amor al lujo
0:10:50 terminó por gastar más de lo que había ganado.
0:10:53 En 1819 tuvieron que rematar la sala al Apolo con todo su contenido
0:10:59 para pagar las leudas de Wolfson.
0:11:02 Pero como muchos deseaban guardar un recuerdo del lugar, que se usó un asillo,
0:11:06 un taburete o algo, las leudas se cancelaron rápidamente.
0:11:11 Sin embargo, Wolfson murió en la miseria, mendigando a los 85 años de edad,
0:11:17 para decir que ganaba algunas monedas invitando a los caminantes a bailar el golf con él.
0:11:24 Existieron otros lugares, ¿no?
0:11:28 También otras atracciones, además del baile, con el Tivoli para los que descansaban del baile
0:11:33 y había peleas de gaso, riñas de gaso.
0:11:37 Terminaron de bailar un balcito y te jugaba unos mangos a las riñas de gaso.
0:11:42 También había riñas de pavos, ¿no?
0:11:46 Como no podía ser de otra manera.
0:11:48 Como en todo baile, como en todo baile.
0:11:50 En el salón Monshine, aunque multitudinario,
0:11:55 la gente no iba allí, ¿no?
0:11:57 Entonces no, en el salón.
0:11:58 Al salón Monshine, la gente no iba porque, mejor dicho, no iban los macanudos,
0:12:02 era un salón de mala fama.
0:12:04 Había muchachas ligeras de cascos.
0:12:09 Me culpen, no le voy.
0:12:11 Yo ahí no le voy.
0:12:12 Que en la mitad del balcito arrastraban a un lugar más apartado para bailar otras danzas.
0:12:18 Así que bueno.
0:12:21 En aquel tiempo las prostitutas tenían una vida muy difícil en Viena
0:12:26 porque la policía las perseguía.
0:12:29 Toda mujer sorprendía, sorprendía llamando la atención a algún hombre,
0:12:33 aunque si este no manifestaba ningún fastidio,
0:12:36 era detenida, rapada y obligada a barrer las calles con grisos en los pies.
0:12:42 Qué horror.
0:12:43 Un tal Moravets construyó un salón llamado Sofía.
0:12:47 A ver este.
0:12:48 El edificio era tan extraño que la policía prohibió la entrada por temor
0:12:52 a que el techo se cayera sobre los danzantes.
0:12:55 Este techo se abría cada vez que empezaba una pieza de waltz
0:12:58 y dejaba caer lluvia de rosa sobre los asistentes.
0:13:03 Qué buena idea.
0:13:04 Qué buena idea para los lugares donde vamos nosotros a bailar.
0:13:08 Yo voy a un galpón ahí cerca de la estación Casero.
0:13:12 Hemos abierto unos agujeros en la chapa.
0:13:16 Entonces van unos muchachos desde arriba y uno por cada agujero
0:13:20 tiran ramos de flores.
0:13:22 A ver este rostro.
0:13:23 Cuando empieza, claro, empieza una cumbia.
0:13:26 Miramos una flor.
0:13:28 Por ahí no se abren los ramos y le caen la cabeza.
0:13:30 ¿Algúo? ¿Qué hacen?
0:13:32 Porque nosotros lo que tenemos dicho no sigas asomado por el agujero.
0:13:36 Sigue mirando ahí.
0:13:38 Un día se cayó uno.
0:13:40 Uno que tiraba la flor se cayó él.
0:13:43 ¡Ay, se me viene esa flor que flor es!
0:13:45 Y bueno, el otro se lo dijo.
0:13:50 Digamos para terminar que la asistencia a los bailes comenzó a placaar.
0:13:57 Quiero decir que comenzaron a ir menos gente.
0:14:00 No que la gente que iba a empezar a adelgazar.
0:14:04 Cuando los salones más enormes comenzaron a hacer anfitriones y otros asuntos
0:14:09 alquilarse no a los políticos, para actos políticos.
0:14:13 Y entonces eso espantó la clientela porque ya se acercaba el 1848,
0:14:19 que el año de las revoluciones en muchos países europeos.
0:14:22 Muchos oradores se encontraban en los salones, la acústica favorable
0:14:26 y todo el espacio que necesitaban para reunir a sus partidarios
0:14:32 y empezaron los tumultos.
0:14:34 En el salón Odeón, por ejemplo, habló un sacerdote silencio escomulgado
0:14:40 Johan Ronge, que atacó violentamente al Papa.
0:14:44 Y el día siguiente ya no estaba Ronge, estaba la orquesta de Johan Strauss.
0:14:52 Pero el salón fue incendiado por unos católicos fanáticos
0:14:56 y poco noticiados porque no sabían que ya no estaba Ronge.
0:15:00 O sentían odio por el edificio, como algunos asuntos me pidieron al menos.
0:15:07 Y quemaron el edificio y los bailarines, imagínense, tuvieron que salir rajando.
0:15:13 Así que empezaron a no ir a esos salones, pues no, no voy a bailar a la enramada
0:15:20 porque a ver si vienen en...
0:15:22 O que te quemáis.
0:15:24 Claro, que te quemáis.
0:15:26 Así que, sin embargo, el balcillo teniendo éxito,
0:15:37 pero ya reservado a la nobleza, a los salones de palacio, los habitantes de palacio, los macaninos.
0:15:44 De todos modos, se siguen bailando balces hoy todavía.
0:15:48 Quizá no balces bienes, otros balces, pero balces bienes también.
0:15:52 Y los casamientos suelen poner un balcillo en éxito,
0:15:57 entonces la novia baila primeramente con el novio, después con el padre o no sé quién.
0:16:02 Y después, todos los pelafustanes, amigos y macanudos,
0:16:08 se van turnando y bailan con la novia en una cosa patética, verdaderamente,
0:16:16 en que nadie da dos vueltas completas sin tropesar.
0:16:20 El peor siempre es el novio, que no tiene más remellos que bailar, aunque no sepa.
0:16:27 Bueno, sería que en los cursos prematrimoniales le enseñaran al tipo a bailar el balz.
0:16:32 Y entonces el tipo arranca por el costado con una especie de patada,
0:16:37 y la novia lo mira y los dos hacen algo,
0:16:42 y uno, desde una mesa conjetura que se así baila en el balz,
0:16:46 ese matrimonio no tiene futuro.
0:16:55 Quien no puede lo menos, no puede lo más.
0:16:58 ¿A quién dedicar esta charla acerca del balz?
0:17:02 Es una cosa que nos infatiza mucho.
0:17:05 Incluso el balz ha ingresado en la música argentina,
0:17:09 bajo la forma de lo que se llama el balcicito, creo que es un balz.
0:17:15 Y que dedicaría esta charla, primeramente, a esto,
0:17:17 que ha sido el más grande compositor de balzes,
0:17:22 de la historia de la música argentina.
0:17:25 Yo que tenía la suerte de fratarlo y hasta de cantar con él,
0:17:30 no puedo menos que acordarme de su figura.
0:17:34 También al dueño, al pobre Bolson,
0:17:40 que tuvo que terminar su vida, jeteando por la calle,
0:17:43 me digando, y eso por no cuidar.
0:17:46 Este programa también tiene un sentido edificante,
0:17:48 aunque no parezca, y quiere dejar enseñanzas en los niños.
0:17:52 ¿Qué aprendió el niño que escuchó este programa?
0:17:55 Bueno, que si pone el día de mañana un galpón,
0:17:59 un lugar enorme para bailar balzes,
0:18:03 y si hace rico, después debe tratar de no malgastar ese dinero,
0:18:07 para no terminar como Bolson en la calle, me digando.
0:18:12 Esto es lo que aprendió todo el niño que ha escuchado este programa esta noche.
0:18:16 Y entonces mañana la Argentina estará llena de salones
0:18:20 para bailar el balz,
0:18:22 y entre muchos años estará llena de niños millonarios.
0:18:30 Un país de niños millonarios, ciertamente, tiene futuro.
0:18:33 Hemos ido a la discoteca, le hemos leído este informe,
0:18:41 y aquí no saben quién nos han ofrecido.
0:18:44 ¿Quién le han ofrecido?
0:18:45 Un balz.
0:18:47 El discotecario que es muy imaginativo,
0:18:50 nos ofreció un balz de Johann Strauss.
0:18:54 Al continuado vamos a hablar de los dos Strauss,
0:18:58 hasta que no de los tres,
0:19:00 y el otro no tenía nada que ver con este.
0:19:03 El pueblo de Richard Strauss,
0:19:05 cuyos enemigos lo jorobaban,
0:19:08 y le decían para Richard Wagner,
0:19:10 y para Strauss Johann.
0:19:13 Así que también se lo dedicamos a Richard Strauss,
0:19:17 condenado a ser confundido con sus ilustres homónimos.
0:19:22 Él era quizá más ilustre.
0:19:26 Vamos a pasar, o escuchar, el balz Vida de Artista,
0:19:32 que seguramente habrá sido bailado en el Salón Apolo,
0:19:37 y en el Monsang, y en todos los estados.
0:19:41 El intérprete será, nada menos que la orquesta imperial vienesa.
0:19:46 La orquesta imperial vienesa, cuida.
0:19:50 Imperial vienesa solo puede ser la orquesta de Valges,
0:19:53 y también una panadería.
0:19:56 Pero en este caso, como no creemos en la versación musical de los panaderos,
0:20:03 queremos que se trata de un orquesta.
0:20:06 Así que adelante con Vida de Artista,
0:20:09 no sé si es de los más lindos balzes de Strauss,
0:20:12 pero sí de los más breves,
0:20:14 porque como estamos seguros de que todos ustedes van a bailar,
0:20:16 no queremos que se produzcan aquí colapsos mortales,
0:20:20 así que dura apenas tres minutos.
0:20:22 Adelante, muchachos.
0:20:52 La orquesta imperial vienesa
0:20:54 es una de las más grandes y más importantes
0:20:57 de la Orquesta imperial vienesa.
0:20:59 La orquesta imperial vienesa
0:21:01 es una de las más grandes y más grandes
0:21:03 de la Orquesta imperial vienesa.
0:21:05 La orquesta imperial vienesa
0:21:07 es una de las más grandes y más grandes
0:21:09 de la Orquesta imperial vienesa.
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