Transcripción automática
0:00:00 Bueno, vamos a hablar entonces de como habíamos prometido de alguna cosa.
0:00:07 Aquí hemos hablado algunas veces de lagón, la idea de los griegos,
0:00:12 o sea, la lucha exenta de enemistad, esa es la lucha agonal.
0:00:19 Y ahí viene la palabra agonía, que en su primera acepción es lucha.
0:00:24 ¿Están en agonía? Están en lucha contra quien? Bueno, contra la muerte, ¿qué quiere?
0:00:28 En general, claro.
0:00:31 Pero esta lucha, así sin enemistad, se daba en ámbitos como la gimnástica, la música, la laboratoria.
0:00:40 Algunos se han preguntado, dado que el agón poseía un carácter rúdico,
0:00:47 es decir, en general se trataba de juego.
0:00:50 Si esa especie de conducta, de dejarle enemistad en una lejanía,
0:01:04 si puede aplicar a la guerra, o mejor dicho, o sea, si la guerra puede ser en determinadas situaciones,
0:01:11 o si era en algunas sociedades antiguas, también un agón.
0:01:17 Y entonces había para con el enemigo unos protocolos, unas formas.
0:01:25 Ya haber un reglamento, haber unas costumbres que había que cumplir, parece un poco agonal.
0:01:36 A ver si vamos a ponernos en claro.
0:01:42 Por ejemplo, si usted considera que un ataque por sorpresa proporciona una victoria que usted no desea por ser deshonrosa,
0:01:53 ya le está poniendo a la guerra unas reglas, unas reglas de honor, unos límites.
0:02:00 Y en algunas sociedades esos límites fueron bastante definidos y se tradujeron en actos contantes y sonantes.
0:02:10 Y en el caso de la guerra moderna, que no se conoce,
0:02:14 las emboscadas, las expediciones de rapiña y todas las formas de la guerra moderna que conocemos
0:02:21 no pueden valer como formas agonales de lucha.
0:02:24 Pero han existido enfrentamientos, incluso mortales, en los cuales las reglas competitivas
0:02:31 eran tan notables que hacían prevalecer el juego y los gestos honoríficos por encima del resultado de la contienda.
0:02:39 Y en el caso de la guerra moderna, que se ha hecho en el caso de la guerra,
0:02:46 es importante ganar la guerra como ser honrado en ella.
0:02:53 En la antigüedad había hasta tiempos medievales,
0:02:56 si hacía la guerra para obtener mediante la prueba de perderla o ganarla,
0:03:02 una decisión casi de valor sagrado.
0:03:05 La voluntad de los dioses, aquí hemos hablado de esto, la hordalía,
0:03:10 se elegía el poder de las armas y el desenlace era como si pusiera en claro la sentencia de la divinidad.
0:03:20 Hemos ganado la batalla y hemos demostrado entonces que los dioses nos dan la razón.
0:03:27 Era una broma cruel decirle a usted hace unos minutos a ya Dios que elija lo suyo, pero...
0:03:31 Así es, para que el arbitrio divino pudiera desenvolverse a la perfección,
0:03:36 desarrollaban entonces los enfrentamientos con reglas propias del vagonal
0:03:41 y existían convenios sobre el tiempo, sobre el lugar de la batalla.
0:03:46 Era muy extraño pensar en invasiones sorpresivas.
0:03:49 Viejas fuentes nórdicas describen como en algunos casos el campo de batalla
0:03:57 se acercaba con estacas o con ramas de avellano.
0:04:01 En Grecia la guerra entre tres ciudades, que eran Eubea, Cálsis y Eritrea,
0:04:10 que tuvo lugar en el siglo séptimo antes de Cristo,
0:04:13 transcurrió, según dice la tradición, en forma de competición con reglas.
0:04:18 Y el que ganaba esas competencias era el vencedor de la guerra.
0:04:26 En esa competición estaban prohibidas todas las armas,
0:04:30 digo las armas arrojadizas, que permitían matar a distancia, exactamente.
0:04:35 Sólo se permitían la espada y la lanza.
0:04:38 Maldito sea, dice un personaje de Rotham, el que inventó las armas capaces de matar a distancia,
0:04:45 porque ahí se terminó el valor de eso.
0:04:47 Lo curioso de esta disputa era que el espacio circuncrito a los enfrentamientos
0:04:53 estaba demarcado de tal forma que aquel que se retiraba, aunque fuera unos pasos de límite impuesto,
0:05:00 quedaba imposibilitado de dar muerte o de recibir cualquier agresión.
0:05:05 Árbitros de estas tres ciudades observaban la lucha como si se tratara de una prueba gimnástica.
0:05:13 Bueno, en la Edad Media también ocurrieron cosas parecidas.
0:05:18 En la Batalla de Cresí en el año 1346,
0:05:22 parece que hubo pocos días antes un intercambio de cartas en las que el rey de Francia, Felipe VI,
0:05:31 daba a elegir al rey de Inglaterra, Eduardo III, amigo de este programa.
0:05:38 Estamos en la Guerra de los 100 años, probablemente.
0:05:41 Dos lugares y cuatro días para enfrentarse.
0:05:45 Antes de la Batalla.
0:05:47 Mira, soy el rey de Francia.
0:05:52 ¿Cuándo le queda bien?
0:05:54 Y a tal punto eran respetados los deseos del desafiado,
0:05:58 como si se tratara de un duelo singular.
0:06:02 Y los dos ejércitos entrenaron y se fortalecieron en campamentos vecinos
0:06:08 sin molestarse hasta el día pactado para la lucha.
0:06:15 Una costumbre que procede también de este concepto,
0:06:19 como considerar la guerra como un noble juego de honor,
0:06:23 era el intercambio de cortesías con el enemigo.
0:06:27 Es decir, la victoria era deseada en tanto que era noble.
0:06:33 Y en las guerras feudales chinas enviaba al enemigo una jarra de vino
0:06:37 que se bebía en recuerdo de las muestras de honor del pasado de paz.
0:06:43 Existían saludos recíprocos con toda clase de demostraciones de afecto,
0:06:51 que incluían banquetes comunes, regalos de armas.
0:06:55 En la época feudal china se podía hablar de victoria
0:06:58 cuando de esta victoria salía incrementado el honor del vencedor.
0:07:04 Y eso no se lograba tanto con la ventaja,
0:07:07 lograda, sino más bien con la moderación que el vencedor tenía en su triunfo.
0:07:14 Cuentan que dos nobles, llamado Qing y Qing,
0:07:18 estaban frente a frente con sus ejércitos.
0:07:21 Bueno, se habían colocado en situación de batalla.
0:07:24 Por la noche llegó al campamento de Qing,
0:07:28 un mensajero de Qing,
0:07:32 diciendo que debía prepararse para la lucha.
0:07:35 Los capitanes de Qing observaron que el mensajero no tenía la mirada firme,
0:07:41 ni su voz tampoco resonaba con seguridad,
0:07:44 y dedujeron entonces que los Qing tenían miedo y estaban en dificultad.
0:07:50 Por lo tanto instaron a Qing a atacar rápidamente.
0:07:54 Pero Qing no aceptó la propuesta de sus hombres.
0:07:57 Su ejército permaneció quieto,
0:08:00 y el enemigo que efectivamente estaba medrentado
0:08:03 pudo retirarse sin ser molestado,
0:08:06 porque el honor impedía atacar a los débiles.
0:08:10 Entre los guerreros chinos,
0:08:13 el vencedor renunciaba a levantar cualquier monumento triunfal sobre el campo de batalla.
0:08:21 Otra historia, un ejemplo antiguo de enfrentamiento noble,
0:08:26 en el Japón, allá por el siglo VIII, ya de la Era Cristiana.
0:08:30 Sin embargo, los nombres son chinos.
0:08:34 El caso es que el príncipe Kenshin estaba en guerra
0:08:39 con otro príncipe feudal llamado Jingheung.
0:08:42 Kenshin se enteró de que un tercero,
0:08:45 que no estaba en guerra abierta con su enemigo Jingheung,
0:08:48 le había cortado a su enemigo el abastecimiento de sal para las tropas.
0:08:54 Kenshin ordenó inmediatamente a sus súbditos
0:08:57 enviar abundante sal al enemigo con una carta en la que decía
0:09:03 los esperamos para luchar cuando estén bien alimentados.
0:09:07 Y Kenshin perdió a aquella guerra.
0:09:12 Leo, un fragmento de Borges.
0:09:19 Magnus Barford en el año 1102
0:09:22 emprendió la conquista general de los reinos de Irlanda.
0:09:26 Se dice que la víspera de su muerte recibió este saludo
0:09:31 de muy jertaj, Rey Endublin.
0:09:34 Dice así, que en tus ejércitos militen el oro y la tempestad,
0:09:41 Magnus Barford, que mañana en los campos de mi reino
0:09:46 sea feliz tu batalla, que tus manos de Rey tejan terribles
0:09:51 la tela de la espada, que sean alimentos del cisne rojo
0:09:56 los que se opongan a tu espada, que te sacien de gloria
0:10:00 tus muchos dioses, que te sacien de sangre,
0:10:04 que seas victorioso en la aurora, Rey que pisas Irlanda,
0:10:10 que de tus muchos días ninguno brille como el día de mañana,
0:10:15 porque ese día será el último, te lo juro Rey Magnus,
0:10:20 porque antes que se borre su luz te venceré y te borraré Magnus Barford.
0:10:28 Todo esto que hemos examinado muestra ciertamente
0:10:32 la existencia de un espíritu agonal, de un espíritu en que el honor
0:10:36 tiene un papel primordial, etc.
0:10:39 Pero no debemos creer que las cosas eran así,
0:10:43 porque estas son excepciones.
0:10:46 En la antigüedad se mataba y se traicionaba y se massacraba
0:10:50 con la misma brutalidad que ahora.
0:10:53 Hay sin embargo un detalle de su pertición que hemos señalado al principio
0:10:57 que es la de creer que la guerra más bien consistía
0:11:00 en una revelación del poder de los dioses.
0:11:02 Uno iba a la guerra y se triunfaba, era porque los dioses le asignaban a uno razón
0:11:06 y esta idea fatalista de la guerra sí establecía una singular diferencia.
0:11:12 De modo tal que las ventajas no se obtenían con acciones de guerra
0:11:15 sino más bien con triunfos que eran consagrados en una batalla
0:11:18 y recién después se obraba en consecuencia.
0:11:22 Hoy en día consiste la guerra justamente en apropiarse de lo que uno quiere
0:11:26 del menos costoso de los modos.
0:11:29 Es una forma distinta hacer la guerra.
0:11:32 No es decir vamos a pelear y el que gana se queda con la ciudad de Tebas.
0:11:36 No, es decir me meteré en Tebas e iré ganando casa por casa
0:11:41 tratando incluso de no encontrarme contigo
0:11:43 para que no metí estiros.
0:11:46 Y en algún momento me encontraré doño de Tebas.
0:11:54 Estaba pensando Alejandro, ciertamente es una historia
0:11:57 porque creo que en los que se dedican a la profesión militar
0:12:00 me ha tocado durante muchos años estar en algunos escenarios modernos
0:12:04 de combate con la pretensión del periodismo, digo en Angola, en Irán o en Nicaragua
0:12:08 y en cada una de esas ocasiones me ha tocado conocer por lo menos a alguien
0:12:11 que añoraba los tiempos en que la guerra no era una cruz y sucesión
0:12:14 de asesinatos y miserias y bajezas, pero decían que finalmente
0:12:18 el resultado, en esos casos específicos, iba a llevar a una especie de buen tiempo
0:12:24 en el que valía la pena eso.
0:12:26 Y aún así a mí me costaba creerlo, sobre todo viendo las tropas
0:12:28 que comandaban estos hombres después.
0:12:30 Pensaba después en institución del duelo, que durante tanto tiempo
0:12:33 nos ha permitido pensar que en la confrontación a muerte existe algún tipo de regla
0:12:37 y pensaba después en algunos hombres, Manuel Belgrano, que tenía alguna idea
0:12:41 acerca de la nobleza y a veces evitaba los fusilamientos masivos,
0:12:45 incluso en campañas que exigían no dejar enemigos detrás,
0:12:48 pensaba en gente que intentó respetar las reglas del combate
0:12:51 cuerpo a cuerpo y desprecear la distancia, como Harl, el combate de Hastings
0:12:56 allá por 1666, escupiendo su enemigo.
0:12:58 Escuchaba por el invadio en Inglaterra, Guillermo del Conquistador.
0:13:01 Y perdiendo después la misma batalla.
0:13:03 Pensaba en Polonia, si no me equivoco, el 1 de septiembre de 1900,
0:13:06 el 1 de septiembre de 1939, con un general y su estado mayor cargando a caballo
0:13:10 con uniformes de gala contra la tercera división Páncer y muriendo masacrados.
0:13:14 Pensaba en el combate de San Lorenzo, donde el comandante de la fuerza enemiga
0:13:18 fue ascripto al servicio al general Sir Martin y terminó con él en Mendoza
0:13:22 porque la causa que los uniera superior a la que los había enfrentado.
0:13:25 Pensaba en Martiñano Chilaber, que combatiendo del lado de Rosa siendo antirrosista
0:13:29 le fue ofrecido al indulto, por Urquiza, su amigo de toda la vida,
0:13:32 y él preferió morir fusilado antes que renunciara su palabra de honor.
0:13:36 Y pensaba después en la desafortunada frase que dice que la victoria no la ha derecho
0:13:40 y en nombre de la cual se mandó a masacrar a miles de paraguayos y a miles de argentinos.
0:13:45 Pero finalmente pensaba que quizás en todos los compromisos de cualquier orden
0:13:49 que asume un nombre, está esa especie de juego entre lo real, lo mítico y lo simbólico
0:13:54 porque finalmente ir a la guerra y no tener ni siquiera una remota noción de honor
0:13:59 y como pensar que la seducción en el terreno del amor se parece a los chistes chuscos
0:14:04 de un teatro de revistas y en ese caso mejor que ir a la casa de la amada
0:14:08 sería que el señor se fuera directamente al maipo.
0:14:11 Mejor que el teatro maipo de revistas.
0:14:14 Omenajeamos aquí al teatro maipo que omenajea su vez una batalla,
0:14:25 llena de honor precisamente.
0:14:27 ¿Y qué resulta de esta interacción de los teatros de revistas, las calles, las batallas, llenas de honor?
0:14:35 El tango.
0:14:37 Y escucharemos entonces un tango que se llama maipo, estupendo tango de Eduardo Arolas
0:14:43 en la interpretación genial de Aníbal Troilo y Roberto Grela.
0:18:25 Era Aníbal Troilo y Roberto Grela en la venganza.
0:18:35 Será terrible maipo.
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