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22 de Septiembre de 2008

La misteriosa muerte de Juana de Navarra reina de Francia

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de la misteriosa muerte
0:00:04 de Juana de Navarra.
0:00:06 Juana de Navarra, reina de Francia, así que nos ubicamos en Francia
0:00:10 a comienzo del siglo XIV hace mucho.
0:00:12 El rey era Felipe el Hermoso, Felipe IV el Hermoso, así llamado,
0:00:17 porque era lindo.
0:00:20 Se había casado con Juana de Navarra.
0:00:23 Uno de los asuntos más recordados
0:00:28 de esta reina eran sus encuentros amorosos en la Torre de Nesle.
0:00:34 Parece que a Juana lo aburría, la aburría un poco su esposo,
0:00:39 que era hermoso pero aburrido.
0:00:41 Y entonces, mientras el tipo se iba todas las noches
0:00:45 para ocuparse de asuntos de Estado, imagínense,
0:00:48 Juana se levantaba en medio de la noche y miraba el río,
0:00:52 ya que la Torre de Nesle, si no, recuerdo más,
0:00:55 estaba en la Torre, en la isla de San Luis,
0:00:58 ahí cerca del Sena, rodeada del Sena, mejor dicho.
0:01:03 Se levantaba en medio de la noche y miraba el río por su ventana,
0:01:07 y así veía pasar a los remeros,
0:01:10 cuya musculatura la hacía soñar.
0:01:13 Remeros de noche, cuya musculatura
0:01:16 pudiera ser observada desde una Torre, es muy difícil.
0:01:21 Pero Juana veía un remero y ya se ponía a soñar,
0:01:27 a soñar justamente con remeros,
0:01:29 con remeros en camiseta, por no decir en remera.
0:01:32 Con los brazos musculosos.
0:01:35 Musculosos, lustrosos.
0:01:38 Un día dejó de soñar,
0:01:40 dejó de soñar porque empezó a encontrarse con remeros
0:01:43 con tantos disonantes.
0:01:45 Así que algunas noches, Juana abandonaba el lubre,
0:01:49 empezaba el Sena y iba a la Torre de Nestle.
0:01:53 Había hecho instalar allí una salita con alfombras orientales,
0:01:59 bien provista de vino,
0:02:01 y dos o tres veces por semana la reina se entregaba los remeros
0:02:06 Señor, en sensuales orgías, por favor,
0:02:10 que según la crónica se iniciaban con respeto
0:02:15 por tratarse de la reina en la iglesia.
0:02:18 Puedo dejar el abrigo a cargo.
0:02:20 Puedo hacer una reverencia, puedo sacármelo, tenso.
0:02:26 Entraba el tipo ahí al galoppe,
0:02:29 dándose palmas en el costado como si fuera un caballo, no.
0:02:33 Una orgía correcta era.
0:02:35 Empezaba correcta.
0:02:37 Después, después ya del segundo,
0:02:39 su majestad, su majestad, tu majestad.
0:02:44 Che majestad.
0:02:47 Ya que está, majestad.
0:02:49 Ya que está.
0:02:53 Había extravagancias amatorias y desmayos por amor.
0:03:00 Pero aquellos amores cuentan,
0:03:02 solían terminar en crimen.
0:03:08 Cuando la reina se calmaba, por decirlo así,
0:03:12 hacía llamar a sus soldados
0:03:15 y metía a sus amantes,
0:03:17 que en general estaban borrachos y desmayados,
0:03:21 en unas bolsas
0:03:24 que convenientemente dotadas del astre
0:03:27 eran arrojadas al río.
0:03:29 Se sentía culposa, ella de acuerdo.
0:03:32 Claro, tenía miedo que los remerones
0:03:34 hubieran diciendo,
0:03:36 que no sabe con quién estuve anoche.
0:03:38 Entonces, lo metía en una bolsa
0:03:40 y tiraba las bolsas al río.
0:03:42 Y se dice que uno de los amantes
0:03:44 logró sobrevivir
0:03:46 y por eso se supo de este pasatiempo de la reina.
0:03:49 Él contó todo,
0:03:51 incluso que lo había metido en una bolsa.
0:03:53 Estos rumores llegaron a Felipe.
0:03:55 Che, vamos a ver.
0:03:57 Así, así.
0:03:59 Que la reina, que la bolsa, que los remera.
0:04:03 Pero el rey fingía ignorar los hechos.
0:04:06 Ya, no sé nada, no sé nada, no sé nada.
0:04:09 Y bueno, y ahí, así se permanecía.
0:04:12 Pero una vez sucedió otra cosa que
0:04:17 Felipe, no sé si pudo silenciar.
0:04:20 Si bien la reina Juana se mezclaba
0:04:23 en asuntos de Estado,
0:04:25 en cambio no permitía que el rey
0:04:27 se inmiscuyera
0:04:29 en la administración del Condado de Champán
0:04:32 que Juana regía con su madre.
0:04:37 Y se encargaba de ella de cualquier asunto.
0:04:40 Ahora bien, Juana sospechaba
0:04:43 del tesorero del Condado de Champán,
0:04:46 que era Juan de Calé.
0:04:48 Pensaba que el tipo la estaba afanando,
0:04:51 que malversaba los fondos del Estado.
0:04:53 Enterado de la sospecha,
0:04:55 Juan de Calé huyó de Champán
0:04:58 y se refugió en la Corte Romana.
0:05:01 Juana, entonces, muy furiosa,
0:05:03 acusó a un tal Guilau
0:05:05 que era obispo de todo allí
0:05:07 y miembro del Consejo
0:05:09 de haber facilitado la huida de Juan.
0:05:11 ¿Se entiende?
0:05:12 Ahora, aquí la se ofendió.
0:05:14 Dijo, ¿cómo?
0:05:16 Yo no tengo nada que ver con eso,
0:05:19 pero Juana lo expulsó
0:05:21 del Consejo Real.
0:05:23 Algunos días más tarde,
0:05:25 la mamá de Juana,
0:05:27 Blanca de Artois,
0:05:29 murió misteriosamente.
0:05:31 ¿En una bolsa con lastre?
0:05:33 No, mucho más misteriosamente.
0:05:36 Y el pueblo,
0:05:38 fue un rumor,
0:05:40 según el cual parece que
0:05:42 Guilau era el que había matado
0:05:45 a esta señora,
0:05:47 a la mamá de Juana,
0:05:49 Blanca de Artois.
0:05:51 Y parece que
0:05:55 Guilau se dedicaba a cuestiones
0:05:57 de brujería.
0:06:00 La reina Juana, entonces,
0:06:02 declaró estar segura de la culpabilidad
0:06:04 de Guilau
0:06:06 y ordenó a los jefes de la Guardia
0:06:08 que se lo vigila, era muy rigurosamente.
0:06:10 Así lo hicieron.
0:06:12 Ya estaban por terminar
0:06:14 esta vigilaria, esta investigación,
0:06:16 cuando la reina Juana
0:06:19 murió ella misma,
0:06:21 a los 36 años de edad.
0:06:24 Entonces, Felipe Lermoso,
0:06:26 muy afligido, el rey,
0:06:28 acompañó los restos hasta la capilla,
0:06:31 sordo a los gritos de la multitud
0:06:33 que acusaba a Guilau.
0:06:35 Fue Guilau, fue Guilau,
0:06:37 que las mató al primera madre,
0:06:39 para ella, que sé yo.
0:06:41 Pero el rey no escuchaba a los rumores,
0:06:43 escucha, no escucha, no escucha.
0:06:45 Pasaron cuatro años y un día de 1308,
0:06:47 un viejo miseablemente vestido
0:06:49 se presentó en el lube,
0:06:52 pidió hablar con el confesor del rey
0:06:54 y fue recibido.
0:06:56 Y aquí no era el confesor del rey.
0:06:59 Que era un mendigo.
0:07:01 Estaba miseablemente vestido,
0:07:04 así que no creo que fuera
0:07:07 el ministro de Educación.
0:07:10 Pidió hablar con el confesor del rey
0:07:13 y fue recibido, el confesor,
0:07:15 naturalmente un cura.
0:07:17 Entonces, el extraño visitante habló.
0:07:19 Le dijo, soy acá un ermetaño
0:07:22 y dijo que deseaba hacer algunas revelaciones
0:07:25 sobre la muerte de la reina Juana.
0:07:32 Empezó a contar.
0:07:34 Contó que la reina había muerto por arte de magia
0:07:37 y de brujería y sortilegios
0:07:39 y que conocía a quien le había embrujado
0:07:42 puesto que él había sido cómplice
0:07:45 y el culpable había sido...
0:07:48 Guilau.
0:07:49 ¿Lo que todos habían dicho?
0:07:51 Espantado, el confesor del rey pidió más detalles.
0:07:54 Pero como se había visto mezclado en el treatment,
0:07:56 dijo haber recibido la visita
0:07:58 una noche del obispo en la cabaña,
0:08:01 donde él vivía, en la choza, porque diga.
0:08:04 El obispo le había entregado un frasco
0:08:07 y había ordenado al anciano
0:08:09 ir a París para envenenar a los tres hijos del rey.
0:08:12 Él rechazó la propuesta, dijo el ermetaño,
0:08:15 yo le dije que no imagínese.
0:08:17 Entonces, Guilau lo insultó,
0:08:20 lo amenazó y se marchó.
0:08:24 Unos meses más tarde, Guilau volvió a visitar al ermetaño.
0:08:28 Pero esta vez se encompañía de una bruja,
0:08:30 Marguerón de Belébilecht.
0:08:33 Después de amenazarlo otra vez,
0:08:35 lo obligaron a participar de una espantosa ceremonia
0:08:38 de magia negra.
0:08:40 Guilau había modelado una pequeña muñeca
0:08:43 parecida a la reina, encendió varios sirios,
0:08:46 pronunció frases incomprensibles
0:08:48 que eran repetidas por la bruja
0:08:50 y luego obligaron al ermetaño
0:08:52 a atravesar con una aguja a la muñeca.
0:08:55 A la mañana siguiente la reina murió
0:08:58 de una extraña enfermedad.
0:09:01 Bueno, el confesor le contó a esto al rey
0:09:04 y Felipe el Hermoso, entonces,
0:09:06 hizo detener a Guilau y también a la bruja.
0:09:09 Ah, le creyó, muy bien.
0:09:11 Pero estos negaron los hechos citados,
0:09:13 que no eran nada mas mentiras de este aca el ermetaño.
0:09:16 Se inició un proceso que fue larguísimo,
0:09:19 pero luego de ocho años debieron ponerlos en libertad
0:09:23 por falta de pruebas.
0:09:25 Dice Rán Tom que la duda siguió viviendo
0:09:28 en el espíritu del pueblo.
0:09:30 Algunos dicen que Felipe tuvo que ver en esa muerte,
0:09:33 que yo sospechaba de...
0:09:35 Para mí fue el rey.
0:09:37 ¿Qué me viene con todo esto de un ermetaño?
0:09:40 Fue el rey.
0:09:42 Para mí fue así.
0:09:44 El rey se enteró de que la mina andaba con todos los remeros,
0:09:51 La vía le quedaba.
0:09:53 Y primero mató a la madre porque ya se la tenía jurada.
0:10:03 Otros dicen que con la muerte de Blanca y Juana Felipe
0:10:06 también se adueñaba, sin obstáculos,
0:10:08 de Champagne, que hemos dicho que era un condado,
0:10:11 que manejaba la mujer y él no.
0:10:13 También se dijo que Felipe no se animó a encarcelar a Guilard
0:10:17 por miedo a las brujerías,
0:10:21 y entonces por eso tuvo libre tanto tiempo.
0:10:27 Yo lo que digo es que Felipe murió.
0:10:31 Murió peor que todos los otros.
0:10:33 Víctima de la maldición de los templarios.
0:10:37 Por esos tiempos,
0:10:39 los templarios habían sido abolidos como orden,
0:10:44 y Felipe condenó a la Uguera,
0:10:47 al jefe de los templarios, que era Jacques de Mollet,
0:10:50 el último maestre de los templarios.
0:10:52 Y este no tuvo mejor idea que maldicirlos a todos desde la Uguera.
0:10:57 Y el primero que maldijo fue a Felipe.
0:10:59 Yo cuando era en la Uguera ya medio ardiendo.
0:11:02 ¿Estás jugado?
0:11:03 Sí, está jugado.
0:11:04 Dice, más o menos,
0:11:05 yo lo maldijo al rey, al papa,
0:11:07 y a sus descendientes,
0:11:08 hasta la séptima generación, qué sé yo.
0:11:13 Los descendientes fueron malditos también.
0:11:16 Todos los descendientes de Felipe murieron misteriosamente jóvenes.
0:11:19 Felipe murió también.
0:11:21 Y fue así hasta que se terminó la dinastía de los capetos.
0:11:24 El papa Clemente también maldito murió poco después.
0:11:28 Con esta maldición en mente,
0:11:30 y pensando en apoderarse de los tesoros de los templarios,
0:11:35 Felipe no tuvo tiempo de vencer.
0:11:40 Y no se podía vencer a su esposa y no mataron.
0:11:43 Pero ¿quién fue él que mató a Juan Ana?
0:11:45 ¿Quién fue él?
0:11:46 No, nunca se supo.
0:11:47 Yo vengo a traer esta inquietud.
0:11:51 ¿Quién fue él?
0:11:55 Y potesis del rey es muy lógica,
0:12:00 pero inconsistente.
0:12:03 No hay pruebas que lo comprometan al rey.
0:12:06 ¿Usted qué dice?
0:12:08 Yo creo que ninguno de los implicados.
0:12:12 Ahí nos vamos a acercarnos.
0:12:15 Para mí se suicidó la regna.
0:12:20 O la mató...
0:12:22 Bueno, ¿qué quedamos?
0:12:24 No sé, la verdad es que no sé.
0:12:26 A mí me llama la atención tanto énfasis en los remeros,
0:12:31 tanto lastre de remero.
0:12:33 Hay un remero que aquí quiere distraer.
0:12:36 Yo buscaría entre los remeros.
0:12:38 Para mí fueron los remeros.
0:12:40 Te sabe que el poder corporativo que tiene los remeros,
0:12:44 acordante, en ese tiempo también, es muy grande.
0:12:46 Y vos, ¿tócaso un remero?
0:12:48 Y te la juramos, ¿eh?
0:12:50 Fuiste.
0:12:51 Yo no dejaría totalmente liberado del caso...
0:12:56 ¿Aguilar?
0:12:57 ...alermitaño.
0:12:58 ¿El ermitaño?
0:12:59 ¿Qué se presentó a ella hacerse en el rey?
0:13:02 Se presentó a ella hacerse el pobrecito.
0:13:04 Y a distraer la atención hacia tercera persona cuando...
0:13:06 Sí, señor, el teniendo el aspecto del loco.
0:13:08 Me debo de esta.
0:13:09 Para mí fue el ermitaño.
0:13:10 Pero para usted fueron todos.
0:13:13 Es que ahora el señor me abrió los ojos.
0:13:14 Durante mucho tiempo viví a un nubilado.
0:13:18 ¿Sabe quién?
0:13:19 Para mí fuiste.
0:13:27 Sí, fui yo.
0:13:31 ¡Fui yo!
0:13:32 La odiaba.
0:13:34 Ella me rechazaba.
0:13:36 Se acostaba con todos los remeros de la cuenca.
0:13:42 Pero no lo hacía conmigo.
0:13:45 Yo era el pobrecito ermitaño.
0:13:49 Y le golpeaba la puerta tratando de entrar a la orgía.
0:13:53 ¡Permiso, permiso!
0:13:56 No me gritaban.
0:13:57 ¡Estoy ahí aquí con mis remeros amigos!
0:14:00 ¡Y tú eres el pequeño Joe!
0:14:05 Marche preso, Joe.
0:14:08 Así que la maté.
0:14:10 Claro que la maté.
0:14:12 Tomé entre mis manos su cuello y...
0:14:16 Y la cuchise.
0:14:20 ¿Usted con sus decimales se está involucrando?
0:14:24 ¿No es que lo sabían ya?
0:14:25 No lo sabíamos.
0:14:27 ¡Tiramos la...
0:14:29 Fue una pregunta al aire y usted se hizo cargo.
0:14:33 ¿Ahora usted qué declaró va a ser el declaro culpable?
0:14:37 Esos crímenes que se resuelven 200 años después.
0:14:40 ¿Para qué lo resuelven?
0:14:45 Yo voy a dedicar esta charla a Juana de Navarra.
0:14:49 A mí me gustan las reinas que se hacen amar por remeros
0:14:53 en una torre junto al Sena.
0:14:58 Mientras el radio ocupa los asuntos de Estado.
0:15:03 Yo peché el discotecario durante un largo rato.
0:15:08 Especialmente cuando me dio el disco que decía,
0:15:10 Amémonos.
0:15:14 Me lo dio mientras enarcabaras cejas.
0:15:16 ¡Sugestivamente!
0:15:18 En la discoteca está solo este hombre.
0:15:20 No hay compañía, no hay nadie.
0:15:25 El caso es que vamos a escuchar el Vals a Mémonos
0:15:28 en la versión de Don Antonio Tormo,
0:15:30 un Vals compuesto para dedicar a Juana de Navarra
0:15:35 y a todas las reinas que, en torres convenientemente ubicadas,
0:15:38 se hacen amar por los remeros.
0:16:03 Buscaba mi alma con la pancualba
0:16:08 Buscaba yo la vida en que me intenté
0:16:13 Buscaba con su labio dulcemente
0:16:18 En el febril sonrío y amor
0:16:22 Buscaba yo la mujer repálida y ver
0:16:27 Que el sueño me visita desde niño
0:16:32 Para partir con ella mi cariño
0:16:37 Para partir con ella mi dolor
0:16:42 Como en la terrazo me va de mi cuerpo
0:16:47 Sin ver a Dios se siente su presencia
0:16:52 Yo presentí en el mundo tu existencia
0:16:57 Y como a Dios sin verte te adoré
0:17:11 No preguntaba ni sabía tu nombre
0:17:16 En donde encontrarla lo ignoraba
0:17:21 Pero tu alma cerca de mi alma
0:17:24 Estaba más tiempo y siempre mi reficio
0:17:30 Amemos uno muy bien que en este mundo
0:17:35 Donde las reinas tan tasen el alma
0:17:40 O en las que tienes que pisar los que se aman
0:17:45 Y en el mundo se que el mundo amó
0:17:50 Amooo
0:17:56 Esen toco el pensamiento
0:18:02 En la fragancia del enerdo perdido
0:18:07 Amar a maleje barerito
0:18:12 Con un dar los celetes del corazón
0:18:17 Es tocar los inteles de la gloria
0:18:22 Es ver tus ojos y escuchar tu acento
0:18:27 Desde el alma lleva el firma anenso
0:18:32 Y es el novio a tu pie de adoración
0:18:44 Amooo
0:18:50 Antonio Tormo en la venganza será terrible a mémonos

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