Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de la misteriosa muerte de Juana de Navarra, Juana de Navarra, reina de
0:00:10 Francia, así que nos ubicamos en Francia a comienzo del siglo XIV hace mucho. El rey
0:00:15 era Felipe el Hermoso, Felipe IV el Hermoso, así llamado porque era lindo. Se había
0:00:23 casado con Juana de Navarra. Uno de los asuntos más recordados de esta reina eran sus encuentros
0:00:33 amorosos en la torre de Nesl. Parece que a Juana lo aburría, la aburría un poco su
0:00:41 esposo que era hermoso pero aburrido y entonces mientras el tipo se iba todas las noches para
0:00:47 ocuparse de asuntos de estado, de maquinería, Juana se levantaba en medio de la noche y
0:00:53 miraba el río, ya que la torre de Nesl, si no, recuerdo más estaba en la torre en la isla de
0:01:00 San Luisa, cerca del Sena, rodeada del Sena, mejor dicho, se levantaba en medio de la noche y miraba
0:01:07 el río por su ventana y allí veía pasar a los remeros cuya musculatura la hacía soñar.
0:01:15 Remeros de noche cuya musculatura pudiera ser observada de una torre es muy difícil,
0:01:22 pero Juana veía un remero y ya se ponía a soñar, a soñar justamente con remeros,
0:01:30 con remeros en camiseta por no decir en remera, con los brazos musculosos, lustrosos. Un día
0:01:40 dejó de soñar, dejó de soñar porque empezó a encontrarse con remeros con tantos isonantes,
0:01:46 así que algunas noches Juana abandonaba el logre, atravesaba el Sena e iba a la torre de Nesl,
0:01:54 había hecho instalar allí una salita con alfombras orientales, bien provista de vino y dos o tres
0:02:04 veces por semana la reina se entregaba los remeros en sensuales orgías que según la crónica se
0:02:15 iniciaban con respeto por tratarse de la reina y, me acuerdo, puedo dejar el abrigo a cargo,
0:02:22 puedo hacer una reverencia, puedo sacarme los bienzos. Entraba el tipo ahí al galope,
0:02:30 dándose palmas en el costado como si fuera un caballo, ¿no? Una orgía correcta era.
0:02:37 Empezaba correcta, después no, después ya del segundo, su majestad, su majestad, tu majestad,
0:02:44 su majestad, su majestad, su majestad. Ya que estás, majestad.
0:02:54 Había extravagancias amatorias y desmayos por amor, pero aquellos amores cuentan,
0:03:05 solían terminar en crimen. ¿Cómo?
0:03:08 Cuando la reina se calmaba, por decirlo así, hacía llamar a sus soldados y metía a sus amantes,
0:03:20 que en general estaban borrachos y desmayados, en unas bolsas que convenientemente adoptadas
0:03:29 delastre eran arrojadas al río. Se sentía culposa ella después.
0:03:35 Claro, tenía miedo que los remeros no hubieran diciendo,
0:03:38 ¡Ay, a qué no sabe con quién estuve anoche! Entonces, lo metía en una bolsa y tiraba las bolsas al río.
0:03:44 Pero parece que uno de los amantes logró sobrevivir y por eso se supo de este pasatiempo de la reina,
0:03:52 que contó todo, incluso que lo había metido en una bolsa.
0:03:56 Estos rumores llegaron a Felipe, que la reina, que la bolsa, que los remeros.
0:04:06 Pero el rey fingía ignorar los hechos y decía, ¡Ay, no sé nada, no sé nada, no sé nada!
0:04:13 Y bueno, y así permanecía. Pero una vez sucedió otra cosa que Felipe, no sé si pudo silenciar.
0:04:24 Si bien la reina Juana se mezclaba en asuntos de estado, en cambio no permitía que el rey se inmiscuyera
0:04:32 en la administración del condado de Champang que Juana regía con su madre.
0:04:40 Y se encargaba ella de cualquier asunto. Ahora bien, Juana sospechaba del tiso oro de el condado de Champang,
0:04:49 que era Juan de Calde. Pensaba que el tipo la estaba afanando,
0:04:54 que malversaba los fondos del estado. Enterado de la sospecha, Juan de Calde huyó de Champang
0:05:01 y se refugió en la Corte Romana. Juana entonces muy furiosa acusó a un tal Guilard, que era obispo de Trague,
0:05:10 y miembro del consejo de haber facilitado la huida de Juana. ¿Entienden? Ahora, Guilard se ofendió.
0:05:17 Dijo, ¿cómo? Yo no tengo nada que ver con eso, pero Juana lo expulsó del consejo real.
0:05:25 Algunos días más tarde, la mamá de Juana, Blanca de Artois, murió misteriosamente.
0:05:34 ¿En una bolsa con láctreo, no?
0:05:36 No, mucho más misteriosamente. Y el pueblo empezó un rumor, según el cual parece que Guilard
0:05:46 era el que había matado a esta señora, a la mamá de Juana, Blanca de Artois.
0:05:56 Y parece que Guilard se dedicaba a cuestiones de brujería.
0:06:04 La reina Juana entonces declaró estar segura de la culpabilidad de Guilard
0:06:09 y ordenó a los jefes de la Guardia que se lo obigila, era muy rigurosamente. Así lo hicieron.
0:06:15 Ya estaban por terminar esta vigilancia, esta investigación, cuando la reina Juana murió ella misma,
0:06:26 a los 36 años de edad.
0:06:28 Entonces, Felipe Lermoso, muy afligido, el rey, acompañó los restos hasta la capilla,
0:06:34 sordo a los gritos de la multitud que acusaba a Guilard.
0:06:38 Fue Guilard, fue Guilard que las mató al primer amadre, fuera hija, qué sé yo.
0:06:42 Pero el rey no escuchaba los rumores, los escuchan, los escuchan, los escuchan.
0:06:46 Pasaron cuatro años y un día de 1308, un viejo, miserablemente vestido, se presentó en el lubre,
0:06:54 pidió hablar con el confesor del rey y fue recibido.
0:06:58 ¿Quién habla con el confesor del rey?
0:07:04 Que era un mendigo.
0:07:06 Era un estado miserablemente vestido, así que no creo que fuera el ministro de Educación.
0:07:16 Pidió hablar con el confesor del rey y fue recibido, el confesor, naturalmente un cubre.
0:07:20 Entonces, el extraño visitante habló.
0:07:22 La hija no sabía acá, un ermitaño, y dijo que deseaba hacer algunas revelaciones sobre la muerte de la reina Juana.
0:07:30 Muy bien, empezó a contar.
0:07:36 Contó que la reina había muerto por arte de magia y de brujería y sortilegios,
0:07:40 y que conocía a quien le había embrujado, puesto que él había sido cómplice,
0:07:46 y el culpable había sido...
0:07:49 Guilard.
0:07:50 ¿Los que todos habían dicho?
0:07:52 Espantado, el confesor del rey pidió más detalles, y el ermitaño refirió como si había visto mezclado en el crimen,
0:07:59 dijo haber recibido la visita una noche del obispo en la cabaña donde él vivía, en la choza porquería.
0:08:06 El obispo le había entregado un frasco, y había ordenado al anciano ir a París para envenenar a los tres hijos del rey.
0:08:15 Él rechazó la propuesta, dijo el ermitaño.
0:08:18 Yo le dije que no imagina ese.
0:08:20 Entonces, Guilard lo insultó, lo amenazó, y se marchó.
0:08:27 Unos meses más tarde, Guilard volvió a visitar al ermitaño,
0:08:31 pero esta vez se encompañía de una bruja, Marguerón de Belébilecht.
0:08:36 Después de amenazarlo otra vez, lo obligaron a participar de una espantosa ceremonia de magia negra.
0:08:43 Guilard había modelado una pequeña muñeca parecida a la reina, encendió varios sirios,
0:08:50 pronunció frases incomprensibles que eran repetidas por la bruja,
0:08:54 y luego obligaron al ermitaño a atravesar con una aguja a la muñeca.
0:08:59 A la mañana siguiente la reina murió de una extraña enfermedad.
0:09:05 Bueno, el confesor le contó esto al rey, y Felipe Lermosón, entonces, hizo detener a Guilard y también a la bruja.
0:09:13 Alegría, muy bien.
0:09:14 Pero estos negaron los hechos citados, que eran nada asomentira de este acá, el ermitaño,
0:09:19 se inició un proceso que fue larguísimo, pero luego de ocho años debieron ponerlos en libertad por falta de pruebas.
0:09:28 Dice Raron Tom que la duda siguió viviendo en el espíritu del pueblo.
0:09:33 Algunos dicen que Felipe tuvo que ver en esa muerte, y yo sospechaba de él.
0:09:38 Para mí fue el rey.
0:09:40 ¿Qué me viene con todo esto de un ermitaño?
0:09:44 Fue el rey. Para mí fue así.
0:09:46 A ver, dígame.
0:09:47 El rey se enteró de que la mina andaba con todos los remeros, y dice...
0:09:54 La había liquida.
0:09:56 Y primero mató a la madre porque ya se la tenía jurada.
0:10:06 Otros dicen que con la muerte de Blanca y Juana Felipe también se adueñaba, sin obstáculos, de champagne, que hemos dicho, que era un condado,
0:10:14 que manejaba la mujer y él no.
0:10:16 También se dijo que Felipe no se animó a encarcelar a Guilar por miedo a las brujerías, y entonces por eso tuvo libre tanto tiempo.
0:10:30 Yo lo que digo es que Felipe murió.
0:10:34 Murió peor que todos los otros.
0:10:36 Víctima de la maldición de los templarios.
0:10:41 Por esos tiempos los templarios habían sido abolidos como orden, y Felipe condenó a la Uguera al jefe de los templarios, que era Jacques de Molé, el último maestre de los templarios.
0:10:56 Y este no tuvo mejor idea que maldicirlos a todos desde la Uguera.
0:11:01 Y el primero que maldijo fue a Felipe.
0:11:03 Yo cuando uno está en la Uguera ya medio ardiendo.
0:11:05 ¿Está jugado?
0:11:06 Está jugado.
0:11:07 Y seman se dice, yo lo maldigo, maldijo al rey, al papa, y a sus descendientes, hasta la séptima generación, qué sé yo.
0:11:16 Los descendientes fueron malditos también.
0:11:19 Todos los descendientes de Felipe murieron misteriosamente jóvenes.
0:11:22 Felipe murió también.
0:11:24 Y fue así hasta que se terminó la dinastía de los capetos.
0:11:28 El papa Clemente también maldito murió poco después.
0:11:32 Con esta maldición en mente y pensando en apoderarse de los tesoros de los templarios, Felipe no tuvo tiempo de vengarse de su esposa y no lo mataron.
0:11:46 Pero ¿quién fue él que mató a Juana de la Uguera?
0:11:49 No, nunca se supo.
0:11:51 Y yo vengo a traer esta inquietud.
0:11:54 ¿Quién fue él?
0:11:57 La hipótesis del rey es muy lógica, pero inconsistente.
0:12:05 No hay pruebas que lo comprometan al rey.
0:12:08 ¿Usted qué dice?
0:12:10 Yo creo que ninguno de los implicados.
0:12:14 Ahí nos vamos acercando.
0:12:19 Para mí se suicidó la reina.
0:12:22 O la mató...
0:12:24 Lo que quedamos.
0:12:28 A mí me llaman la atención tanto énfasis en los remeros, tanto lastre de remeros.
0:12:36 Hay un remero que aquí quiere distraer.
0:12:39 Yo buscaría entre los remeros.
0:12:41 Para mí fueron los remeros.
0:12:43 Te sabe que el poder corporativo que tiene los remeros al conciente en ese tiempo también es muy grande.
0:12:49 Y vos tocas un remero y te la juramos.
0:12:54 Fuiste.
0:12:56 Yo no dejaría totalmente liberado del caso al ermitaño.
0:13:03 ¿En el ermitaño?
0:13:05 Que se presentó hacerse el pobre insecto.
0:13:08 Y a distraer la atención hacia terceras personas cuando tenía el aspecto de loco.
0:13:12 Para mí fue el ermitaño.
0:13:14 Pero para usted fueron todos.
0:13:16 Ahora el señor me abrió los ojos.
0:13:18 Durante mucho tiempo viví o nubilado.
0:13:21 ¿Sabe quién? Para mí fue usted.
0:13:24 Sí, fue yo.
0:13:35 Fue yo. La odiaba.
0:13:38 Ella me rechazaba.
0:13:40 Se acostaba con todos los remeros de la cuenca.
0:13:44 Pero no lo hacía conmigo.
0:13:49 Yo era el pobrecito ermitaño.
0:13:53 Y le golpeaba la puerta tratando de entrar a la orgía.
0:13:57 Permiso, permiso.
0:14:00 No me gritaban.
0:14:02 Estoy aquí con mis remeros amigos.
0:14:05 Y tú eres el pequeño Joe.
0:14:10 Marche preso, Joe.
0:14:12 Así que la maté.
0:14:14 Claro que la maté.
0:14:16 Tomé entre mis manos su cuello y la cuchise.
0:14:23 Usted con sus decimales se está involucrando.
0:14:27 ¿Cómo? No es que lo sabían ya.
0:14:29 No lo sabíamos.
0:14:31 ¡Adición!
0:14:33 Fue una pregunta al aire.
0:14:35 Usted se hizo el cargo.
0:14:37 Ahora usted qué declaró va a ser declarado culpable.
0:14:40 ¿Qué se resuelven esos crímenes en 200 años después?
0:14:44 ¿Para qué lo resuelven?
0:14:49 Yo voy a dedicar esta charla a Juana de Navarra.
0:14:53 A mí me gustan las reinas que se hacen amar por remeros
0:14:57 en una torre junto al Sena.
0:15:02 Mientras el rey se ocupa de los asuntos de Estado.
0:15:07 Yo sé del discotecario durante un largo rato.
0:15:11 Especialmente cuando me dio el disco que decía a Mémonos.
0:15:17 Me lo dio mientras enarcaba las cejas subjetivamente.
0:15:22 La discoteca está solo este hombre.
0:15:24 No hay compañía, no hay nadie.
0:15:28 El caso es que vamos a escuchar el Vals a Mémonos
0:15:32 en la versión de Don Antonio Tormo,
0:15:34 al compuesto para dedicar a Juana de Navarra
0:15:38 y a todas las reinas que en torres convenientemente ubicadas
0:15:42 se hacen amar por los remeros.
0:16:05 Buscaba mi alma con la cual tu alma
0:16:10 Buscaba yo la virgen que mi frente
0:16:15 Logaba con su labio dulcemente
0:16:20 en el que brilizó Dios y amor.
0:16:25 Buscaba yo la mujer repálida y ver
0:16:31 Que el sueño me visita desde niño
0:16:35 Para partir y con ella mi cariño
0:16:40 Para partir y con ella mi dolor
0:16:45 Como en la sácaras o en la edad del templo
0:16:50 Sin ver a Dios se siente su presencia
0:16:55 Yo presentí en el mundo tu existencia
0:16:59 Y como a Dios sin verte te adoré
0:17:14 No preguntaba ni sabía tu nombre
0:17:19 Que en donde me encontraría no lo ignoraba
0:17:24 Pero tu alma cerca de mi alma estaba
0:17:29 Más bien presente y bien potenciado
0:17:34 Amemos uno muy bien que en este mundo
0:17:39 Donde el alma tan pase de la mano
0:17:44 Antes de ir a intensar los que se aman
0:17:49 En el mundo se que cumbre a un cielo
0:17:54 Amor
0:18:00 Es en papá el pensamiento
0:18:06 En la fragancia del edad perdido
0:18:11 Amar a amanez y barerito
0:18:16 Con un dar de dos celestes corazón
0:18:21 Es tocar los índices de la gloria
0:18:26 Es ver tus ojos, es escuchar tu asiento
0:18:31 Desde el alma llevar el firme a mentos
0:18:36 Y es enmovir a tus pies
0:18:42 Te adoras yo
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