Transcripción automática
0:00:00 Bien, hoy tenemos un episodio extraño que es el de la muerte del mariscal Ney, que era amigo Napoleón.
0:00:07 Así que esto sucedió muy poco después de la caída del Imperio Napoleónico.
0:00:15 Vamos a retroceder un poco para ubicar a Ney hasta el momento del agujero con la partista.
0:00:23 Cuando el Imperio fue estaurado, Napoleón se preguntaba cómo iban a tratarlos sus antiguos compañeros de armas.
0:00:34 Varios generales republicanos lo tupeaban y pocos se hablan de la etiqueta de una nueva corte.
0:00:41 Y para resolver el problema tuvo una idea. Ascendió a 18 de sus mejores amigos,
0:00:47 y eran también fieros generales a una nueva categoría, la categoría de mariscal.
0:00:54 Los asendidos quedaron encantados y comprendieron que su título estaba avalado por la señal de respeto que se exigía de ellos
0:01:03 y siguieron hacer juego con un interés infantil.
0:01:07 Y entonces sí lo trataban, en vez de decir que hacía Napoleón, que sea su majestad o lo que sea.
0:01:16 Entre esos maricales estaba Michel Ney, que era un asesiano, bravo entre los bravos, un tipo de mucho coraje.
0:01:25 Napoleón había hecho mucho para traerse a Michel Ney con la intención de dirigir a su gusto al mariscal,
0:01:33 lo había hecho casarse con Aglès o Guyet, así se llamaba, que era amiga de Napoleón. Aglès o Guyet se llamaba.
0:01:43 Y lo que emperador lo sabía era que Ney, a su vez, se forzaba para que su esposa enamorara a Napoleón,
0:01:51 tenía la intención de transformarla en una favorita y entonces ganar influencia sobre Napoleón.
0:01:58 Así que durante algún tiempo Aglès se agitaba ante Napoleón, mostraba su pecho hasta el límite de la decencia, justamente.
0:02:08 Pero el emperador no cayó en la trampa. Un cronista dice que en verdad la mujer del marical Ney estaba mal elegida para hacer delagrado de Napoleón,
0:02:18 parece que era notablemente fulera. Y así el marical Ney tuvo que contentarse con su puesto de mariscal y no tuvo ninguna influencia extra sobre Napoleón.
0:02:30 De todas maneras cumplió con sus obligaciones, incluso hasta el heroís.
0:02:34 Salvó, por ejemplo, a 60.000 soldados de una masacre en la vida de Rusia y señó buena parte de los triunfos anteriores a 1802,
0:02:44 y cuando Napoleón cayó tras la batalla de Bácarlo, a Ney también lo acompañó la de Gracia.
0:02:52 El 3 de agosto de 1815, después de un intento de confabulación contra el rey Luis XVIII, Ney fue arrestado.
0:03:00 Lo trasladaron a la Cáncer del Lí, de París, donde llevaban a los que después llevaban a matar generalmente.
0:03:08 Un consejo de guerra se reunió para juzgarlo por traición a la pátria.
0:03:13 Y los pares de Francia lo condenaron a muerte.
0:03:16 El funcionario Koji fue a contarle a Ney el resultado del juicio a la Cáncer del Lí.
0:03:24 Reynoso, con un informe, empezó a leer las primeras líneas en las que aparecía una enumeración de típulos y dignidades del condenado.
0:03:36 Ney lo interrumpió a los gritos y dijo, bueno, va, te dice, maestro, decir solo,
0:03:42 Michelle Ney, que dentro de poco se le polvo, ¿cuándo me matará?
0:03:46 Y mañana 9 dijo, el funcionario se la tomó.
0:03:51 A las cinco de la mañana lo despertaron para que saludara a su familia.
0:03:56 Lo visitó justamente a Gle, junto con sus cuatro hijos. Se decidieron para siempre.
0:04:02 A las ocho y media, Ney subió al Koji, que lo trasladó hasta donde estaba el pelotón de fusilamiento.
0:04:09 Ney se negó a arroizarse, apartó incluso al hombre que quiso ventarle los ojos.
0:04:18 Se quitó el sombrero con la mano izquierda, puso su mano derecha en el pecho y dijo soldados, directo al corazón.
0:04:26 Y el pelotón abrió fuego.
0:04:29 Conforme a los reglamentos militares, el cuerpo permaneció expuesto durante un cuarto de hora.
0:04:36 Luego lo llevaron a los piscos de la maternidad, lo dejaron así hasta el día siguiente,
0:04:41 cuidados por las hermanas de la caridad, encargadas de las plegarias para los muertos fusilados.
0:04:46 Más tarde lo enterraron en el sermentario de Perlachez.
0:04:51 La noche de la ejecución, el par transoabilar, que había levantado el acta de acusación sobre Ney,
0:05:00 dio un banquete a sus amigos para festejar la muerte en condenado.
0:05:05 Mira vosotros vosotros.
0:05:07 Se va a festejar ya enfusilado a Ney.
0:05:12 En un momento la puerta de salón se abrió y un sirviente anunció en voz alta y clara,
0:05:18 después de golpear el suelo, como si usan, pum, pum, pum, el mayor engojilano de tal.
0:05:25 Bueno, volvió y dijo ha llegado el mariscal Ney.
0:05:29 Y panzó a velar y quedaba la fiesta, causó desmayado y se rompió el marte de un golpe.
0:05:35 Debieron hospitalizados.
0:05:38 Cuando recobró el sentido fue para escuchar cómo el sirviente se había equivocado.
0:05:42 En realidad el visitante se llamaba Michel Ney y había confundido el nombre con total inocencia.
0:05:51 No obstante, el mariscal Ney habría podido asistir a la volada,
0:05:57 afusidad por velar, según algunos, porque al parecer no había muerto.
0:06:08 Nos trasladamos al Estado Carolina del Sur, a la aldea de Ronsville, en Estados Unidos.
0:06:16 Una mañana de 1821, mientras se preparaba el alumnado para entrar a clase,
0:06:23 descubrió al maestro Pierre-Souard Ney, que se hacía en el umbral de la escuela, desmayado.
0:06:33 Tenía un diario en la mano y en el diario Sia, muy ovo, en la isla de Santa Elena.
0:06:42 Un médico reanimó al maestro que salió corriendo y se encerró en una habitación.
0:06:47 Al rato, oyeron un grito, cuando el médico y los alumnos lograron forzar la puerta,
0:06:52 se encontraban con el maestro otra vez tiró al suelo, pero esta vez con el pecho de sangrenzado
0:06:58 se había ensartado un cuchillo. En el mango de aquel cuchillo había un águila y una flecha.
0:07:04 Mejor dicho, una fecha, en 1814.
0:07:07 Aunque la herida era bastante espectacular, pudieron salvarlo.
0:07:13 Y una vez curado, el maestro contó que había intentado matarse porque el emperador había muerto
0:07:19 y con esa muerte se escumaba su única esperanza de regresar a Francia.
0:07:24 Y se presentó, dijo.
0:07:26 En realidad no soy Pierre Schwarz-Neil, soy el Mariscal Michel Neil, duke de Helsingen y príncipe de la Moscova,
0:07:38 segundo hombre del imperio, y contó más.
0:07:42 Aseguró haber llegado a los Estados Unidos en 1816 y dijo que rápidamente había comenzado a trabajar como profesor.
0:07:51 Dijo también lo que había sucedido en la ejecución.
0:07:56 El supuesto mariscal dijo que pertenecía a la misma locia que Wellington, que era masón en una palabra.
0:08:04 El duke inglés que, a la vuelta de los gorgones, era el verdadero amo de París.
0:08:10 Y que le pidió ayuda a Wellington, como compañero de locia, para que el fusilamiento fuera una falsa.
0:08:17 Entre los francmasones se dispuso que la ejecución fuera trucada.
0:08:22 Además, dijo el maestro, que ahora se había revelado como el mariscal Neil,
0:08:28 que así todos los hombres del pelotón habían servido con él y aceptaron pibiar los disparos.
0:08:34 En prisión había conseguido esconder una pequeña vejiga con sangre de caballo
0:08:41 y cuando gritó directo al corazón, como hemos dicho al principio, estas echadas,
0:08:47 apretó el puño y la vejiga estalló y lo cubrió de sangre.
0:08:52 Muy bien, dijo, siguió diciéndome.
0:08:55 Creé que no me moerjo.
0:08:57 Un oficial inglés empató un pañuelo en la sangre y le explicó a un camarado francés que quería un subeño.
0:09:03 En el hospital de la maternidad se produjo una sustitución.
0:09:07 Pusieron el cuerpo de un hombre muerto el día anterior, que convenientemente se me parecía.
0:09:13 El maestro dijo que en los Estados Unidos no tuvo el valor de renunciar a su apellido
0:09:19 y que sólo se había cambiado el nombre.
0:09:22 Confesaba tener que los borbones se enteraran de su existencia,
0:09:25 inexorablemente calcular a este hombre, enviarían asesinos.
0:09:31 Y sostuvo ese temor incluso en tiempos de los oleados
0:09:36 y se quejaba por no poder regresar a su país.
0:09:39 Piagnei continuó su vida como maestro.
0:09:44 Algunos emigrados franceses de la época Bonapartista lo visitaban a menudo
0:09:50 y entonces se la aprovechaba para contar con todo detalle historias redelicas e intimidades del emperador.
0:09:56 Murió finalmente en noviembre de 1646 a los 77 años.
0:10:02 Hasta tal punto se me creyó que en la láfiga del cementerio donde está enterrado puede leerse
0:10:09 a la memoria del pie Nishelme, nativo de Francia y soldado excelente de Napoleón Bonaparte.
0:10:18 Pero la verdad es que el maestro era un impostor y un loco.
0:10:26 En verdad el fusilamiento de Nishelme fue tan preciso como el que recibió Valkyera.
0:10:34 Me encajaron seis balas en el pecho, tres en la cabeza y una en el brazo.
0:10:40 Me encajaron.
0:10:42 El impostor aseguraba que un oficial inglés, buscador de reliquias, había mojado un pañuelo en su sangre y era cierto.
0:10:49 Lo que no dijo y lo que aseguran todas las crónicas es que otro inglés
0:10:53 expolvió a su caballo para hacerlo caminar un buen rato sobre el cadáver.
0:10:57 Así que la sustitución era imposible.
0:11:00 El cuerpo que velaba las monjas fue visitado por nobles, generales, oficiales, embajadores y hasta por el propio rey de Francia que lo conocía bien.
0:11:08 El maestro había asegurado que vivía terrorizado por los monárquicos y que solimpedía regresar y ese peligro era falso.
0:11:16 Después de la revolución de 1830, todos los compañeros del emperador fueron rehabilitados y el propio Ney había sido reintegrado por el rey Luis Felipe a los registros de la Elección de Honor.
0:11:29 Incluso su viura, la fulera Agláe, recibía una pensión del ingeniero.
0:11:37 Además, se había inaugurado un busco de Ney en Verságesis.
0:11:46 El falso Ney había sido en realidad un oficial inglés.
0:11:53 Era sin embargo fervoroso admirador del verdadero Maizcalne.
0:11:57 Era un oficial que había sido herido en Waterloo y le habían practicado una trepanación.
0:12:03 Y esta trepanación le había causado algunos trastornos mentales.
0:12:07 O sea, cuando uno le trepando en el mar a usted, se le mezclan los poros.
0:12:13 Y el parecido físico que él creía tener con el héroe francés lo había inclinado a esta ilusión.
0:12:18 Tan lejos había llegado esa ilusión que famosos oficiales como Lemanovsky, de quien hemos hablado, que era de la Legión de Caballería Polaca,
0:12:26 se reunía con él para recordar buenos episodios de los tiempos impereales.
0:12:31 Hasta su muerte, el bueno de Lemanovsky no sólo creía que era Ney,
0:12:39 sino que pensaba que no había evadido el pelotón, sino que había resucitado.
0:12:44 Así que un hombre capaz de creer en resurrecciones puede tranquilamente creer que uno es el Maizcalmisioneo,
0:12:53 o el mismo Napoleón Bonaparte.
0:12:56 Quiere decir que hemos paseado a ustedes por convicciones bien distintas.
0:13:01 La primera por la muerte directa del Maizcal, la segunda por la huida del Maizcal y la sustitución,
0:13:13 y la tercera por la comprobación de que el hombre que decía haber sido sustituido por otro en realidad era un impostor.
0:13:22 Pero cuál será la verdad?
0:13:24 Vendrá caso en el programa siguiente.
0:13:27 Una nueva rectificación.
0:13:30 En realidad, el loco era acronista.
0:13:34 Así estábamos y bien.
0:13:37 La verdad es que el Maizcal no era ni siquiera el de Carolina del Sur, sino un tendero de loce.
0:13:50 No lo creemos tampoco.
0:13:53 No porque esta verdad no administra rectificaciones, sino porque en el programa que sigue,
0:13:58 mayormente no se ocupan de esta clase de azucos.
0:14:02 Así que bien podría parecer el Maizcalmisioneo, disto y coleando, sin que nadie lo mencionara.
0:14:09 La verdad está bien.
0:14:11 Sin embargo, nosotros, que estamos tan locos como aquel oficial inglés,
0:14:16 a quien le habían trepanado los esos.
0:14:19 Me está de gusto.
0:14:24 El caso es que dejamos esto librado a la sagracidad de los investigadores.
0:14:33 Seguro que van a llamar muchos, que van a decir para mí,
0:14:36 la cosa había cuenta de cómo funciona el sistema jurídico argentino.
0:14:41 Es por pálpito.
0:14:44 Las culpabilidades argentinas se hacen llamando a la radio y por pálpito.
0:14:57 Bueno, al Maizcalmisione, vayas a saber cualquiera que lo hacía.
0:15:01 Cualquiera de ellos.
0:15:04 Sobre todo el que salvó los 60.000 tipos.
0:15:06 Ah, el que salvó los 40.000 tipos.
0:15:08 A la mujer, el pobre, que era medio culera, ¿no?
0:15:11 Y trataba de hacerse favorita de Napoleón y no conseguía ni espor.
0:15:18 Igual lo hacía en el 6 de setor fíjate.
0:15:21 Bueno, hemos ido a la discoteca a buscar discos.
0:15:26 Si mantendríamos que haber buscado discos de fred,
0:15:31 pero yo no creo mucho en la fred, le juro.
0:15:40 Entonces, si hemos buscado discos del Maizcalmnei,
0:15:44 de personas que mueren en circunstáceas extrañas,
0:15:48 o que parecen que mueren pero no mueren,
0:15:50 o peor, que parecen que no mueren pero mueren,
0:15:53 o que ni mueren ni dejan de morir, etc.
0:15:56 Y tenemos la misma obra que se llama Valada para mi muerte.
0:16:00 Es una obra de Astropia sola y de Horacio Ferrer,
0:16:04 aquí en la Provecho para Saludar en este mismo acto,
0:16:07 como Ferrer no escucha el programa porque se acusan las llenas.
0:16:11 Muy bien, Valad.
0:16:13 Sus amigos se lo comunican en la versión del propio Astropia
0:16:16 con el recitado de nuestro bueno Horacio.
0:16:20 Así que escucharemos, Valada, para mi muerte,
0:16:22 que con toda seguridad por Horacio,
0:16:24 que es amante de lectoria francesa,
0:16:27 ha dedicado al Maizcal tomando él mismo.
0:16:33 El puesto de este Maizcal,
0:16:38 con su puesto para morir,
0:16:40 parece que es muy codiciado.
0:16:42 Así que será el propio Horacio que recitará esta muerte
0:16:46 como propio cuando en realidad seguramente
0:16:49 estaba hablando de este Maizcal.
0:16:51 Adelante, Don Astor, adelante, querido Horacio.
0:16:54 ¡Moriré en Buenos Aires!
0:17:00 Queda de maravillada, guardaré malosamente
0:17:05 las cosas que te pide.
0:17:09 Dice que es mi aposía de adiós y de bala,
0:17:15 mi cabazo, mi caldo, mi cuneado, el estribo,
0:17:21 le pondré por los hombros y abrido toda la vida.
0:17:26 Mi penultimo busquen quedarán de ver,
0:17:31 llegará tan dame el suelo, mi guarde enamorado,
0:17:37 yo estaré guardo en punto cuando sea una se.
0:17:45 Hoy, tu Dios me deja despogliar,
0:17:49 a mi olvide por tantas veces,
0:17:53 sé que en nuestra esquina vos ya estás,
0:17:56 solo te diste a cada pie,
0:18:00 abrazando fuerte que por rectos,
0:18:03 oigo guardo en ciertas partes,
0:18:06 hazle a Dios a los que hablan.
0:18:11 ¡Alumnia!
0:18:16 ¡Déjame a su cien, mi amor!
0:18:20 ¡Déjame a su cien, mi amor!
0:18:24 ¡Déjame a su cien, mi amor!
0:18:41 No iré en buenos altos, será de madrugada,
0:18:46 que es la hora en que mueren los que saben morir.
0:18:51 Lo tarán de silencio, la boca verba con nada,
0:18:55 y la celberza que nunca yo te pude decir.
0:19:00 Andaré tan desquadra, y allá en la Plaza Francia,
0:19:05 como son las jugadas de mi calzano malena,
0:19:10 de tibetan de duro, de solucionada,
0:19:15 y se me irán a este cuardo en un cincuenta,
0:19:20 que pierde moriré en los altos,
0:19:25 serán las jugadas,
0:19:28 guardaré a los que saben morir.
0:19:32 Y con algo de vivir,
0:19:35 mi fe tenía cohesía de adiós,
0:19:38 y de balas,
0:19:40 ni cabaco, ni canto, ni cuneado de estímulo.
0:19:45 Me pondré por los hombros y amigos toda el alma,
0:19:49 y el último winch y quedará sin darme,
0:19:53 llegará maldugamente mi cuarta enamorada,
0:19:56 y hoy os la relojaré con un cuento,
0:19:59 y la celberza,
0:20:01 y la celberza,
0:20:04 y la celberza.
0:20:15 Hemos escuchado a Astor Piazola y Horacio Carrer,
0:20:19 interpretando balada para mi móvil.
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