Transcripción automática
0:00:00 Bueno, lo haremos tal como hemos prometido de la noche de boda de Luis XIII de Francia, que es el rey,
0:00:05 es el de los tres moqueteros.
0:00:07 O sea, es un rey un poco pavo, como sabe cualquiera que haya visto la película 100 veces.
0:00:13 Era el hijo de Enrique IV, un rey muy querido, muy galante,
0:00:17 y ciertamente uno de sus rasgos más conocidos es aquel que señala
0:00:22 sus
0:00:23 dificultades amatorias, por no decir otra cosa.
0:00:27 Ya aquí hemos recorrido algunos asuntos respecto a su vida, etcétera, etcétera,
0:00:32 pero hoy vamos a remitirnos al episodio del casamiento entre Luis y Ana de Austria
0:00:39 a comienzos del siglo XVII.
0:00:42 En agosto de 1612, María de Medici, la mamá de Luis,
0:00:47 aquella mujer de Enrique IV, firmó con Felipe III de España un contrato de matrimonio
0:00:52 para unir a su hijo Luis con la pequeña Ana de Austria.
0:00:56 De Austria, en realidad porque era de la casa de Austria, que era la que reinaba en España,
0:01:02 pero era de España.
0:01:03 Es la casa de los asburgos, llamada también la casa de Austria, que reinó en España,
0:01:08 hasta 1700, que cuando vinieron los borbones, que son los que reinaban ahora.
0:01:13 Luis III sí era borbon, pero bueno, eso es otra cosa.
0:01:16 El caso es que tenía 14 años esta chica, y Luis parecía prestar poca atención al
0:01:22 asunto.
0:01:24 Estaba muy dedicado a la cría de pájaros, no se interesaba en los preparativos de aquella
0:01:30 unión.
0:01:31 Sin embargo, un tiempo después Luis fue obligado a subir a la carroza, que lo conduciría hasta
0:01:37 donde estaba su esposa, y lo hizo sin ningún entusiasmo.
0:01:41 Al llegar a Poitiers, sonrió por un instante porque le anunciaron que su madre acababa
0:01:46 de contraer baricela, motivo por el cual el casamiento se iba a demorar un mes, así
0:01:51 que se puso muy contento.
0:01:53 Pasó el mes, hubo otro viaje.
0:01:56 Luis preguntó algunos detalles sobre la apariencia física de su esposa.
0:01:59 No la había visto nunca, como ocurría tantas veces en aquellos matrimonios arreglados.
0:02:05 Nadie le pudo decir mucho, y una mañana se hizo conducir a un castillo a cinco legua
0:02:11 de bordó donde Ana se había detenido a pasar la noche.
0:02:15 Y sin dejarse ver por los españoles, Luis entró ahí en la mansión, se asomó a la
0:02:24 ventana y vio pasar a la novia por ahí.
0:02:27 La vio, ¿verdad?
0:02:28 Pasó.
0:02:29 Ah, ah, lejó.
0:02:30 Y de mí se volvió.
0:02:35 Se volvió, pero a la mañana siguiente fue y alcanzó el mismo la carroza en que viajaba
0:02:43 Ana.
0:02:44 Y se puso a la par, asomó el melón y le hizo señas.
0:02:53 Se hizo señas el mismo con el dedo.
0:02:55 Se señalándose.
0:02:56 Se señalándose bastante ordinario para ser el rey de Francia, ¿no?
0:03:00 Gritando que era el rey, además le habrá dicho, ¡eh!
0:03:05 Soy yo el rey del caso de Ana.
0:03:08 Una cosa así tipo bambino veira.
0:03:11 Que se o un rey así.
0:03:15 No digo que fío bambino.
0:03:18 A mí no me voy a ir hasta aferno menos porque es el fútbol.
0:03:19 El fútbol sí requiere.
0:03:20 Claro, pero para la ventana.
0:03:21 Que él quiere va a decir, usted cuando encuentra un tipo, un jugador, me voy a abrazar y regresar
0:03:25 lo dice, querido señor Víctor Nicolás Cocó, que bien cantado de salud.
0:03:33 ¡Ya se ve el Víctor!
0:03:35 Bueno, pero este era rey, ¿no?
0:03:41 Después de aquel salud se la tomó.
0:03:45 Nada, vio que era linda, era muy linda.
0:03:48 Esa misma noche hubo una fiesta, una fiesta de recepción dada por María de Medici,
0:03:52 la reina madre, la madre de Luis III.
0:03:55 Luis pareció bastante intimidado por su esposa o su futura esposa y no se atrevió a dirigir
0:04:00 de la palabra.
0:04:01 Al día siguiente, peor, peor.
0:04:04 Y empezaron a circular por la ciudad frases muy burlonas respecto a la timidez del rey.
0:04:10 Por ejemplo, que soy yo.
0:04:13 Al fin, la noche del 23 de octubre en el 612, 12 solamente.
0:04:20 Siempre exagerado.
0:04:22 Sí, casi tresera.
0:04:25 Se preparó todo para el encuentro íntimo, bueno, a decirlo así, ¿no?
0:04:29 La noche de boas.
0:04:30 El rey estaba tan pálido que algunos amigos, el señor de Gramón y todos esos nobles
0:04:37 amigos de él, le contaron anécdotas picantes para estimularlo.
0:04:42 En aquel tiempo no había vídeos.
0:04:46 Suponiendo que los vídeos sirvieran para estimular, ¿no?
0:04:49 Pero entonces te contaban historias picantes.
0:04:51 Yo le contaba, resulta que había un japonés.
0:04:57 Y, bueno, se redactó un comunicado acerca de la noche de bodas y todo tenía que ver
0:05:04 con la necesidad imperiosa de María de Médichis de certificar de algún modo que la unión
0:05:12 con Ana de España se había consumado.
0:05:14 Imagínense, si en España se enteraban de que el rey Naldo no cumplía con el débito
0:05:19 con su hogar, por ahí decía, bueno, te vuelvas a mi hija y la voy a colocar en otro lado.
0:05:25 Y dígale al rey que haga lo mismo, ¿no?
0:05:32 Bueno, después de la cena el rey se fue hasta su cámara donde la reina madre, la madre
0:05:41 de él, ¿no?
0:05:42 Lo esperaba para conducirlo hasta los aposentos de Ana de Austria.
0:05:47 Y María de Médichis, la mamá, dijo y está consignado, ¿eh?
0:05:51 Todo esto está notado.
0:05:52 Palabra por palabra.
0:05:54 Hijo, hijo mío, empezó bien.
0:05:59 Hijo mío, no es suficiente con haberse casado.
0:06:02 Tenéis que ir a visitar a la reina que os espera y le hizo un gesto como explicándole,
0:06:12 Luis...
0:06:13 Así era el...
0:06:18 Luis contestó que solo aguardaba órdenes y dijo, voy, si él yo os place, a verla con
0:06:27 vos.
0:06:28 Y entonces fue acompañado de la vieja y se presentó ahí en los aposentos de Ana
0:06:33 con dos nodrisas, los señores de Suba, un gobernador llamado Errard, que era médico
0:06:40 de cámara, el marqués de Rambullier, los caballeros del guardarropa que llevaban la
0:06:44 espada del rey.
0:06:46 Señor de Berignan.
0:06:50 Al aproximarse a Ana, que ya estaba en el lecho, ya estaba en la cama la mena.
0:06:56 María de Medici habló así, hija mía, he aquí al rey que os entregó, recibidle
0:07:06 a vuestro lado y amadle, os lo ruego.
0:07:10 He hizo el mismo gesto que le había hecho allí.
0:07:16 No se hablaban igual en aquel día.
0:07:19 Bueno, el rey se metió en la cama y ahí nomás saludó.
0:07:24 Todos los presentes le desearon buena fortuna, dieron media vuelta y se las tomaron.
0:07:28 Dos horas más tarde Luis III se reapareció y le comunicó al médico Errard que se había
0:07:35 reunido con Iberia en más de una ocasión.
0:07:40 Así dijo, exactamente así.
0:07:42 Y esto quedó consignado en el documento.
0:07:45 Fue enviado a España para que vieran los españoles.
0:07:47 Le decía, bueno, listo el pollo.
0:07:51 Firmado Luis III.
0:07:53 Fue distribuido también ese documento entre los miembros del cuerpo diplomático para
0:08:00 que supieran, pero la verdad es que la intimidad de la corte no creyó en el éxito de aquella
0:08:07 noche y se temió por la continuidad de las relaciones con España.
0:08:12 Al día siguiente de la supuesta consumación, iba a decir consumición.
0:08:17 Se lo hubiéramos aceptado.
0:08:21 Ana y Luis se contemplaban con aire aturdido y parecían muy tristes.
0:08:27 Por la noche Luis III no pidió ser acompañado a la cama de la reina, cosa de la que muchos
0:08:32 se asombraron.
0:08:33 A partir de entonces Luis y Ana sostuvieron una distancia extrema.
0:08:38 No se cruzaban en ningún sitio y eso trajo enormes complicaciones para la alianza entre
0:08:43 los dos países.
0:08:45 Mientras tanto los funcionarios del palacio contaban a los españoles felicidades inexistentes.
0:08:52 Le enviaron a Felipe III, el rey de España, documentos precisos acerca de los pasos del
0:08:57 rey, que hablaban de un entusiasmo, de una donceliez perdida.
0:09:05 Y en una oportunidad sucedió algo curioso.
0:09:08 Los funcionarios franceses supieron de la visita de enviados de la Corte Española, que seguramente
0:09:14 auditarían acerca de asuntos amorosos.
0:09:17 María de Mélix sostuvo entonces una ficción que convenció a los españoles de la fogosidad
0:09:24 de los recién casados.
0:09:26 Todos los cortesanos franceses con aire desentendido se acercaban a los embajadores de España
0:09:33 y les sugerían que la ausencia del rey y de la reina se debía, que se llama la,
0:09:39 conflagración constante de sus cuerpos.
0:09:44 ¿Qué quiere, messiéndose?
0:09:47 Se la pasan todo el día conflagrando.
0:09:51 Conflagrándose el une al otro.
0:09:55 Y la verdad es que por ahí se iban a casar pájaro, este nada.
0:09:59 Luis iba a casar pájaro y la reina a otro lado, de paseo por el campo.
0:10:03 Así que bueno, digamos para terminar que Luis III no manifestó el deseo de encontrarse
0:10:07 íntimamente con su esposa hasta cuatro años más tarde.
0:10:13 Fue juntando fuerza.
0:10:16 Y durante todo ese tiempo debió mentirse a la Corte Española para el que el conflicto
0:10:20 no está allá.
0:10:21 Como saben ustedes, tampoco es seguro que haya existido una verdadera intimidad entre
0:10:27 Luis III y su mujer.
0:10:29 Tanto es así que se duda de la paternidad de sus dos hijos, de Luis XIV y del hermano
0:10:35 Felipe, llamado también, messiéndose, señor.
0:10:42 Uno dice no, fue este, fue el otro.
0:10:45 Hay un famoso estudio en donde están las diferencias entre Luis III y su supuesto hijo Luis XIV,
0:10:51 que parece que no tenían ninguna semejanza, pero cualquier padre puede hacer si es lo
0:10:57 suficientemente tendencioso, un estudio de cómo no se parece al hijo o cualquier hijo
0:11:04 de cómo no se parece al padre.
0:11:10 La historia termina aquí.
0:11:11 Nunca se supo.
0:11:12 Hoy en día creo que hay incluso un criterio mayoritario en el sentido de que Luis XIV no
0:11:17 era el hijo de Luis III.
0:11:22 Llegó años entre la noche de bodas y la segunda noche en mucho, ¿no?
0:11:28 Digo, a la hora de buscar dedicatorias.
0:11:30 Yo si le dedicaría esto a la pobre princesa de Austria, que era linda, estaba bien dispuesta,
0:11:36 es también la de los tres mosqueteros.
0:11:38 Aquella que tuvo un entre vero con el duque de Buckingham, que le regaló unos diamantes,
0:11:47 bueno el que haya leído los tres mosqueteros se debe haber olvidado convenientemente.
0:11:55 Bueno y nada más.
0:11:57 Yo puedo aportar, si lo comento a usted que si con la lista debería hacerlo, ya que
0:12:04 vino en reemplazo de rolón, dicen que cuando era... ¿tenemos tiempo?
0:12:10 ¿Algo?
0:12:11 En verdad no, pero...
0:12:12 No, cuando era chico Luis XIII era muy malcriado por el padre, Enrique IV, que era un simpático
0:12:22 degenerado, ¿no?
0:12:24 Y entonces Luis III se le enseñaba malas palabras, todo eso, y estaba bien.
0:12:32 Pero además las cortesanas, las cortesanas, no, las chicas de la corte de Enrique IV se
0:12:40 divertían con el pibe y lo toqueteaban, le hablaban, le explicaban el sexo, pero además
0:12:49 se mostraban desnudas.
0:12:51 Claro, con clase práctica.
0:12:53 Luis Vito Chiquito.
0:12:55 Y según me dijo Rolón a mí, un día que le estaba desembarracho, eso puede ser que
0:13:04 haya influido en ese disgusto de Luis, que además era un tipo muy... ya después de
0:13:10 la adolescencia fue un tipo muy pacato, se escandalizaba enseguida de cualquier cosa,
0:13:16 Puede ser eso, doctor, buenas tardes.
0:13:17 Sí, puede ser, bueno, sí, puede ser, claro que sí, tu una mala experiencia.
0:13:23 El psicóanálisis es esto.
0:13:25 Es cierto que le acabo de mojar.
0:13:30 No, no es eso, señor, hemos explicado.
0:13:32 ¿Qué le dice que un padre le enseñaba malas palabras al hijo y enseguida el psicóanalista
0:13:36 le dice por eso...
0:13:37 Ahora eso es una cosa.
0:13:39 Ahora es así.
0:13:41 Le dio un dijo, fue a la discoteca a buscar algo, le dieron música para ilustrar esta
0:13:47 charla.
0:13:48 Fui a la discoteca y me contó, le conté esto, yo le conté esto y él no sabía que
0:13:55 discodarme.
0:13:56 Algo, algo de espira o...
0:14:01 No, y finalmente dice, bueno, después de todo, ya que estamos hablando de noches de
0:14:07 bodas, tiene este tango que es muy lindo y es verdad que es un hendo tango, se llama
0:14:12 viejas alegrías, son alegrías de 1612.
0:14:18 Así que son viejas ya.
0:14:21 Yo creo que si yo estuviera hoy melancólica, melancólico, que tal, melancólica, soy una
0:14:28 señora que acabo de entrar, le diría que no hay otras alegrías que las viejas.
0:14:37 Pero en realidad yo creo que no hay otras alegrías que las actuales, porque las viejas
0:14:44 alegrías son en general, vienen acompañadas con la certeza de que ya no son.
0:14:52 Una vieja alegría recordada produce tristeza.
0:14:58 Eso decía Lord Byron cuando decía que la tristeza era más fuerte que la alegría, porque decía
0:15:04 el recuerdo de una tristeza es triste, pero el recuerdo de una alegría es triste también,
0:15:11 porque calculamos que esa alegría ya se ha desvanecido.
0:15:14 Así que la tristeza tiene mucha más solvencia que la alegría.
0:15:19 Estamos celebrando el carnaval en este programa.
0:15:25 Y lo estamos celebrando con la mayor pertinencia, porque estamos diciendo que...
0:15:35 La alegría es efímera y que tiene menos fuerza.
0:15:39 Entonces no hay que dejarla pasar.
0:15:42 Hay que sumarse a la primera comparsa que pasar.
0:15:46 Yo no dejo nunca una comparsa que pase sin seguirla y la alegría puede continuar.
0:15:54 Ninguna alegría que pasa frente a mi casa deja de ser saludada por mí.
0:16:01 Saludo a todos porque sé que no pasa mucho.
0:16:03 No, hasta ahora nunca.
0:16:07 Estoy en la puerta con la mano así.
0:16:12 Dispuesto a sacudirla ante el paso de la primera alegría.
0:16:17 Señores, escucharemos viejas alegrías en la versión de Charlo.
0:16:34 No hay silencio, no hay cruel.
0:16:38 Gelando, frecuendo, se entro bien.
0:16:43 La tristeza de pensar no más o más.
0:16:47 La primera cana me insacre al dame dolor.
0:16:53 Mite Dios en dubias de vivir.
0:16:58 Veo un terror intenso de morir.
0:17:02 Veo un campo su espejo van surtiendo de la ser.
0:17:06 Todas mis andanzas como de un amanecer.
0:17:14 Son mis viejas alegrías.
0:17:19 La tesor que ni me nombran.
0:17:23 Son mis moras dos cuantas horas mías.
0:17:27 Mores saliendo de las sombras.
0:17:32 Son mis viejas alegrías.
0:17:37 Son las bocas que he besado.
0:17:41 Son la aroma de otros días.
0:17:44 Son imágenes sombrías del espejo evocado.
0:17:54 Tuve a cada instante un nuevo amor.
0:18:00 Me hice bachiller del dolor.
0:18:05 Pajar a los pies que con mi aspirino y tu borrón.
0:18:09 Siempre al sosu vuelo procurando una emoción.
0:18:15 Puede tener rollo hasta el rosa.
0:18:20 Le dejo mal viento y al final.
0:18:24 Hoy que cruzo el todo tormentoso de mi edad.
0:18:28 He quedado preso en mi propia soledad.
0:18:36 Son mis viejas alegrías.
0:18:42 La tesor que ni me nombran.
0:18:46 Mores dos cuantas horas mías.
0:18:50 Mores saliendo de las sombras.
0:19:01 Son las bocas que he besado.
0:19:05 Son la aroma de otros días.
0:19:08 Son imágenes sombrías del espejo evocado.
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