Transcripción automática
0:00:00 La obstinación de Piero de Merigiz es el tema de esta noche. La obstinación de Piero de Merigiz es el tema de hoy.
0:00:12 Vamos a ubicarnos en Florencia, a fin de siglo XV. En 1492 había muerto Lorenzo el Magnífico.
0:00:27 Tenía tres hijos, Lorenzo, un gran gobernante de Florencia.
0:00:31 El mayor de estos hijos, Piero, heredó el banco y asesaba que los médicos eran banqueros y también el poder político.
0:00:39 Y asesaba que los médicos cortaban el vacadado en Florencia.
0:00:42 El segundo hijo era cardenal Giovanni. Tenía sólo 17 años, pero cuando uno es médico, puede ser cardenal a los 17 años tranquilamente.
0:00:52 Y el último era juliano, que tenía 13, y no participaba para nada, al menos todavía en asuntos políticos.
0:00:59 Dice la crónica en referencia a Piero, que rara vez un heredero fue tan poco digno de recibir una herencia tan importante.
0:01:07 En vida de Lorenzo, cuando eso refería a sus hijos, decía que uno era bueno el otro sabio y otro loco.
0:01:14 El loco parece que era Piero.
0:01:16 En cuanto llegó al poder, Piero, que carecida, como se ha dicho, completamente de dotes políticas, se hizo tirada, no hay nada más, que era más fácil.
0:01:26 No comprendía nada de las artes y despreciaba a los artistas, no como diciendo que esto en esto consiste a la tiranina, sino agregando otros datos.
0:01:38 Trataba a los artistas que se habían quedado en el palacio, como si fueran friados, y antes que a ellos prefería a su pala frenero español,
0:01:48 un hombre que tenía el médico de correr tan rápido como un caballo a Galope.
0:01:54 Uno de los artistas despreciados por Piero fue Miguel Ángel.
0:01:59 Un día, un mensajero de Piero llamó a Miguel Ángel y lo invitó, de parte de nuevo, señor, a ir rápidamente al palacio.
0:02:08 Esto sucedió el 24 de enero de 1494.
0:02:12 El invierno había sido más duro de lo acostumbrado y había nevado muchísimo.
0:02:17 Sorprendido al verse llamado con tanto apuro cuando decía que hacía dos años que Piero no se ocupaba de él, Miguel Ángel fue corriendo al palacio.
0:02:26 En cuanto llegó fue llevado ante Piero que estaba al delante de una ventana.
0:02:34 Cuando el escultor preguntó qué trabajo se le reclamaba, Piero señaló la nieve y dijo, quiero que me hagáis un muñeco de nieve.
0:02:45 Estupo esfacto, Miguel Ángel miró a su señor y vio que en su rostro no había la más mínima señal de ironía ni de burla.
0:02:55 Verdaderamente querían un muñeco de nieve.
0:02:58 Y Miguel Ángel hizo el trabajo.
0:03:01 Hizo el muñeco y el muñeco duró en pie cuatro días.
0:03:04 La obra más jugada de Miguel Ángel.
0:03:09 Dicen que Piero de Medi, si era un hombre de hizo luto, si gastaba fortunas en diversiones,
0:03:16 que según algunos eran resabios del paganismo más orgiático.
0:03:23 Eso era la diversión que le gustaban a Piero de Medici.
0:03:29 Y fue por esos tiempos que empezaron a caer sobre Piero las profecías más funestas.
0:03:35 Por ahí aparecían los primeros sermones de Gabonarola, que anunciaba que Dios castigaría esa ciudad impilla
0:03:43 y con ella toda Italia entregada a un Papa Indigno, era el Papa Bolla, ¿no?
0:03:48 Y hasta Cerdote Simóníacos.
0:03:50 Muchos profetizaban que no sería necesario el pueblo del cielo para llevar adelante la venganza divina.
0:03:57 Porque en aquel entonces Carlos VIII, el rey de Francia, avanzaba con sus tropas hacia la región.
0:04:05 De este modo, en tiempos de Piero de Medici, una atmósfera de terror pesaba sobre la ciudad.
0:04:11 Incherumbres espantadas se aglomeraban en las iglesias, los confesionarios estaban atestados y los penitentes enloquecidos.
0:04:19 Todos lamentaban y lloraban sus culpas, los humanistas...
0:04:24 En fin, ahí estaba Sandro Botticelli haciendo votos, no volver a pintar a Afrodita y a las gracias, lanzando, quiero decir, figuras paganas.
0:04:35 Botticelli asustado y dijo, bueno, juro que no voy a pintar más figuras paganas, no hay cosas que me vaya a limfiar.
0:04:43 Mientras tanto, Piero, mitad de genioso, mitad escéptico, mandaba a todos al demonio cuando le hablaban de la Valse francés o del peligro que corría su poder.
0:04:54 Estaba a tiempo a otros asuntos.
0:04:56 Así, apuestas a favor de la velocidad de su parafrenero y jugaba casi todas las noches a un divertido azar amoroso.
0:05:09 Como en el juego del gallo ciego, perseguía en el salón con los ojos vendados a varias damas y se quedaba esa noche con la que conseguía atrapar.
0:05:20 Cuando descubría su vista, daba muestra de su enojo, de su entusiasmo, según quién hubiera sido capturada.
0:05:28 Bueno, me parece que es una conducta absolutamente lógica.
0:05:31 La de Piero de Macy al observar quién había sido la capturada.
0:05:40 Si querían que hubiera sido un caballero, de decir, he tenido suerte siempre.
0:05:46 La poesía es más por dentro.
0:05:48 No, de un último aspecto.
0:05:50 Primero, de decir, siempre he tenido suerte y pues debe tener la precaución previa y dirá que hay damas tan dispuestas.
0:05:56 Así de ese jueguito elegir las lindas a todas.
0:05:59 Para que en todo caso el azar solamente cubra los matices, pero que no sea una elección dramática.
0:06:10 Hay que hacer bien la lista de un mal a la vida en que estemos entre un ángel y el leviatán.
0:06:18 Bueno, ya estamos.
0:06:22 Ah, esta es linda, esta manera y aquella lo es de la otra.
0:06:31 Pues sí que prefiere.
0:06:33 Un juego poco dramático, un juego finalmente un poco aburrido, un tanto fetal,
0:06:38 con la certeza de encontrarse con damas apetecibles,
0:06:41 un juego interesante, pero interesante puntualmente por el riesgo de encontrarse con un palafrenero, por eso.
0:06:53 Yo prefiero un galo ciego aburrido,
0:06:59 pero un galo amoroso se aburrida.
0:07:04 No, porque a mí me gusta mucho el amor del galo ciego, a mí también.
0:07:11 Los signos que anunciaba muerte y devastación se manifestaban cada día.
0:07:16 Para muchos los franceses eran invencibles.
0:07:19 Hubo un hombre que llegó hasta Piero con sus temores.
0:07:23 Un tipo llamado Cardiere, era músico de la corte en tiempos de Lorenzo,
0:07:27 y a su muerte había quedado a las órdenes de Piero.
0:07:32 Una mañana, Cardiere, pálido y descompuesto, le contó a Miguel Ángel que andaba por ahí,
0:07:38 y Lorenzo se le había perdido.
0:07:40 Y no, Lorenzo, no, no, Lorenzo de Mérici, se le había parecido la noche anterior
0:07:44 con el mismo aspecto que tenía de ser enterrado,
0:07:47 cubierto con un sudario, conveniente método robo.
0:07:51 El espectro le había dicho, o mejor dicho, le había ordenado que fuese a ver a Piero,
0:07:57 él dijo, Lorenzo, y le dijera que el momento estaba cerca y que sería expulsado de Florencia.
0:08:03 Cardiere le produjo a Miguel Ángel si había que creer en la palabra del espectro.
0:08:07 No se había, curioso, ¿eh?
0:08:09 No se había que creer en la aparición del espectro,
0:08:13 sino se había que creer en la palabra del espectro.
0:08:16 Cardiere no dudaba que el espectro se le había parecido.
0:08:19 Y por un momento pensó que era un invento, un sueño, una alucinación.
0:08:24 Lo que les llamaba la duda era la veracidad de aquel espectro.
0:08:30 Qué lindo, eh, tener esa clase de dudas y no.
0:08:35 Uno llega a un punto de suplicismo en que se le apareciera el mejor de los espectros,
0:08:40 hecho y derecho a las dos en la mayoría, con 100 escribanos,
0:08:46 verificando la aparición tampoco creíamos.
0:08:49 Uno pensaría que no sólo alucinó al espectro, sino también los escribaban.
0:08:58 El caso es que le consultó a Miguel Ángel.
0:09:01 Y Miguel Ángel le dijo que debía hacer lo que la aparición había ordenado.
0:09:07 Pero Cardiere dudó un poco por el terror que le había causado la aparición
0:09:12 y un poco por el temor de gritar a Piero, ¿no?
0:09:16 Luchaba entre dos temores.
0:09:18 Miedo que el espectro se enojara, si no cumplía, y mucho más miedo, me imagino yo,
0:09:25 a que Piero se enoje, que Piero, que estaba vinito y colea, ¿no?
0:09:29 Se enojara en virtud del mensaje, ¿no?
0:09:32 Bueno, unos días más tarde Cardiere fue desesperado a ver a Miguel Ángel.
0:09:36 Lorenzo se le había presentado otra vez, parecía que no había ido también.
0:09:40 Le había repetido sus prediciones siniestras
0:09:42 y le había reprochado severamente que no hubiese ido a advertir a su hijo.
0:09:46 Cardiere contó que Lorenzo le puso su mano helada sobre la cara.
0:09:50 Esto es demasiado, ¿no?
0:09:52 Y el Ángel le recomendó a su amigo que esta vez fuera, ¿no?
0:09:55 A ver a Piero, y Cardiere cumplió.
0:09:57 En la corte se burlaron de las locuras del músico.
0:10:01 Ni siquiera la descripción que hizo del espectro como vio a los socientes.
0:10:05 Todos dijeron que era una ocurrencia de borracho
0:10:08 y en definitiva se le dijo que si Lorenzo tenía que decirle algo a su hijo,
0:10:13 no iba a describirse un personaje tan insignificante como Cardiere.
0:10:17 Yo no lo hubiera dicho una cosa tan ofensiva,
0:10:21 pero sí que la había más directa para que un espectro se comunique con su hijo,
0:10:27 esa para ser sería el hijo, era el plan del Vídeo.
0:10:30 ¿Por qué, demonios?
0:10:32 Un espectro va a tener una...
0:10:35 va a seguir un camino tan lleno de dilación.
0:10:41 Aquí estoy otra vez, tercerizando un deseo, ¿no?
0:10:44 Sí, estoy otra vez y acuerdo con este desgraciado de Piero, ¿no?
0:10:49 Lo que al me alarma muchísimo, de la clara.
0:10:52 Bien, Lorenzo se apareció por tercera vez ante el músico,
0:10:56 esta vez para decirle que no se molestará más que su trabajo se estaba hecho.
0:11:00 Cardiere y Miguel Ángel, que sí le creó a Sonino,
0:11:03 hicieron las valies y se plantaron para Lorenzo.
0:11:07 Se plantaron de Lorenzo, se difurrándose.
0:11:12 Sabiendo que se venían los franceses, no sé si...
0:11:16 no sé si creyendo en las previsiones, pero haciendo las suyas propias.
0:11:21 Y salió lo que...
0:11:23 hasta que efectivamente cayeron los franceses sobre Piero y el propio pueblo de Florez.
0:11:29 Cuando Carlos VIII de Francia se instaló con su campamento frente a Ares.
0:11:36 En la Florencia, Piero abandonó la ciudad y fue a ver directamente a Carlos VIII
0:11:41 para negociar la posibilidad de conservar su poder.
0:11:45 Ofreció a los franceses la entrega de algunas plazas y el pago de 200.000 lucados.
0:11:49 Cuando el pueblo le supo esto, se subió.
0:11:52 Se aquearon el Palacio de los Menchis, se devastó el jardín de los dioses
0:11:57 donde estaban las mejores esculturas del renacimiento.
0:12:01 Piero pasó al exilio disfrazado para que no lo mataran
0:12:05 y así fue.
0:12:09 Carlos se hizo con Florez, en cierto, y en otro tiempo se fue.
0:12:13 Los Méndices recuperaron el poder algunos años más tarde,
0:12:16 pero no fue Piero en quien se depositó ese poder.
0:12:19 Despreciado por su propia familia, se alejó del poder,
0:12:24 pero siguió disfrutando hasta su muerte de aquellos juegos que tantas vivían.
0:12:29 Esa es la historia del Piero de Méndices.
0:12:32 Esa es la historia de aquella aparición de Lorenzo el Magnífico,
0:12:38 las tres apariciones.
0:12:41 Hace muchos años había en la televisión una serie de media hora,
0:12:48 como se acostumbraba entonces, que se llamaba La Espada de la Libertad.
0:12:54 El personaje central era un pintor lorentino.
0:12:58 Yo recuerdo ahora que pintó hera.
0:13:02 No sé si era un pintor histórico, quiere decir, un pintor existente,
0:13:08 o una creación de Leonista, pero en aquella serie aparecía Lorenzo el Magnífico,
0:13:20 aparecía... Yo no lo recuerdo al Michelangelo, pero sí a Leonardo.
0:13:29 Y a otros pintores lorentino, a Rafael, Rafael era el urbino,
0:13:35 pero aparecían por ahí, y hay alguna cosa.
0:13:39 Y desde luego los personajes históricos.
0:13:44 No sé si era Rafael, Rafael está más hita.
0:13:49 Se llamaba La Espada de la Libertad.
0:13:54 Y tenía una música.
0:13:59 Mira, era así.
0:14:19 No es muy florentino, ni muy...
0:14:34 Si alguno se acuerda a esa serie, pero tiene algún dato, que me lo recuerde.
0:14:44 ¿A quién quiere dedicar estas apariciones espectrales de Lorenzo el Magnífico?
0:14:52 Bueno, 3 dedicados a Alejandro.
0:14:55 Pero eso que protegeó, permítanme al Michelangelo muy joven, y a muchos artistas.
0:15:04 Era probablemente un tirano también, pero por lo menos un tirano con buen gusto, no como pier.
0:15:10 El amigo Cardar era el hombre que tuvo la oportunidad de comprobar que después de esto hay algo más.
0:15:18 Pero que hiciste en esta ocasión?
0:15:24 No es posible, usted sabe que no es posible comprobar.
0:15:29 Si usted se le aparece un fantasma, usted mismo, que es más creyente que yo.
0:15:34 Si no, no sería psicólogo.
0:15:39 Usted mismo, si esta noche se le apareció a Lorenzo el Magnífico, para decirle,
0:15:43 mira, hay algo después de la muerte.
0:15:46 Sí, pero es un piñano.
0:15:49 He tenido una alucinación.
0:15:51 Y ya no después de la sierra.
0:15:54 No hay manera, no hay manera.
0:15:56 Pero, como usted me creía, como usted por ahí tuvo ese momento de ser, ¿no?
0:16:01 Después al otro señor, el que marcaba uno tres cuartos de la lucha.
0:16:05 Para el primero español de Piero de Médici, que le ganaba un caballo galón.
0:16:09 Hay que ser, eh.
0:16:11 Más admirable que el propio Michelangelo.
0:16:14 Y después a las chicas, al legado del mar.
0:16:17 A los otros de Piero.
0:16:19 Y a las chicas que participaban de ese jueguito que hacía...
0:16:23 A las chicas de Piero.
0:16:26 Están perfeidas.
0:16:27 Pero, eh, usted sabe que enamorarse es un poco jugar al galo cielo.
0:16:32 Y el amor dura hasta que termine el juego solamente.
0:16:38 Salvo una vez.
0:16:41 El que...
0:16:43 La vez que usted dice que usted justo en la oscuridad pesca a la que era.
0:16:48 Quizá alguna vez en la vida, los uno o dos, si somos más de uno.
0:16:57 Sucede que usted se saca la venda.
0:17:00 Y veis que la que pescó en la oscuridad, la que lo apasionó en la oscuridad, es...
0:17:10 Ensembir todas las luces del cuerpo y del alma.
0:17:15 Tal de si hable como era el oscuro.
0:17:20 Pero a veces no.
0:17:21 A veces nos hemos que marquestar toda la vida jugando al gallo ciego.
0:17:25 Y nos vamos de desengadión, desengad.
0:17:28 Desengayo que comparten en general las muchachas que atrapamos.
0:17:35 Pero con una vez que esté por un segundo allá atrapado a la que era,
0:17:43 A lo que usted no querrá pretender que la que era, si quiere, después con usted.
0:17:49 La que era es...
0:17:50 Vuelve al grupo.
0:17:51 Como se dice, Sara, el grupo usted sigue jugando al gallo ciego con otra.
0:17:55 El que usted interesa atraparnos está.
0:17:57 Pero usted, como decía Oscar, va y quiere repetir la experiencia.
0:18:00 Y por eso juega al gallo ciego con más entusiasmo que antes.
0:18:04 Y dice mejor que antes.
0:18:07 Para ver si puedes repetir aquella captura afortunada.
0:18:12 No es posible, dice.
0:18:14 Quizá no hay ninguna captura afortunada.
0:18:16 Pero es necesario creer que sí es posible para poder seguir jugando al gallo ciego.
0:18:21 Si se cree que el gallo ciego es ese.
0:18:24 Usted cree que está jugando a alguien que ya no juega hace mucho.
0:18:29 Pero usted debe creer que sí está jugando.
0:18:32 Hay gente.
0:18:35 Y ya usted está hablando ahora con uno de ellos.
0:18:38 Que ya juega al gallo ciego solo.
0:18:46 Y el gallo ciego es el nombre del tango que escucharemos ahora en la versión estupenda de Roberto Vrela.
0:21:46 Podemos ver una Intrage.
0:21:51 Hemos acusado a Roberto Greta interpretando de Bardi y Laggio Ciego.
0:22:21 Hemos acusado a Roberto Greta interpretando de Bardi y Laggio Ciego.
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!