Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de la rebelión de Jun Xiuquan.
0:00:05 En 1651 se inició en la China una revuelva que duró hasta 1864 y que fue, según los cronistas,
0:00:16 la guerra civil más sangrienta que el mundo haya conocido.
0:00:20 En aquellos años y por el enfrentamiento que contaremos, murieron en China más de 20 millones de personas.
0:00:28 El asunto empezó a causa de un libro corto, distribuido en Canton en 1836 por la Sociedad de Opúsculos Religiosos de la China.
0:00:41 Su título era, Las palabras de névolas para aconsejar al mundo.
0:00:47 El autor a Liang Fa, un chino convertido en cristianismo, que había sido pastor asistente del inglés Robert Morrison, el primer misionero protestante que trabajó en China.
0:01:00 Aquel librito, Las palabras de névolas, etc., fue impreso y distribuido con la mejora de las imprensiones.
0:01:09 Así, el señor Liang Fa resumía los mayores sucesos del antiguo y el nuevo textamento, habían inventado esos sípios, algunos milagritos con personajes signos,
0:01:24 convertidos para dar énfasis a las características de un grivelo edificante.
0:01:31 La mayoría de los destinatarios signos del libro se limitaron a rechazarlo.
0:01:38 Seguramente consideraban las palabras ayer critas como propias del demonio tranquejo.
0:01:45 Pero para un hombre llamado Jun Xiu Yuan, el contenido de aquellas páginas se convirtió en la base de su rebelión.
0:01:54 Jun le hizo el libro por primera vez cuando fue a Cantón para rendir exámenes oficiales que constituían el primer paso de su carrera de mandarin.
0:02:06 Y luego echaron.
0:02:09 Al año siguiente intentó dar el examen otra vez pero fracasó.
0:02:13 Muy decepcionado, odió al gobierno Manchu y sufrió una crisis nerviosa y aparecieron delirios.
0:02:22 Durante ese periodo dijo tener numerosas visiones.
0:02:27 En todas estas visiones se le aparecía el dios de los cristianos para ordenarle que repudiara a Confusio y todos los ritos tradicionales de la China.
0:02:37 También dijo haber participado de un viaje trascendental.
0:02:42 Parece que numerosos ángeles bajaron del cielo para colzarlo a las alturas.
0:02:47 Y al llegar a las puertas del cielo le dieron la bienvenida a unas hermosas dulceis.
0:02:53 Luego se encontró con Dios que lo aconsejo.
0:02:57 Al regreso de aquel viaje, Jun Xiu Yuan estaba convencido de que él mismo era un segundo Salvador.
0:03:06 Nada menos que el hermano menor de Cristo.
0:03:10 Que el hermano menor de Cristo sea un chino era algo que no había figurado en los sueños del Jesuita más osado.
0:03:24 Durante los años siguientes, con permanición en su aldea natal, ganándose la vida como máe.
0:03:32 Pero sus pensamientos estaban en otra parte naturalmente.
0:03:35 No se iba a conformar con la doce, la mera docencia.
0:03:41 Los desastrosos enfrentamientos en esa época tenían lugar entre el reino medio y las potencias occidentales.
0:03:48 No convencieron de que la China Manchu era un estado corrupto y que necesitaba una limpieza. Necesitaba.
0:03:56 En la certidumbre de que él mismo era el hijo de Dios, el hijo menor de Dios en verdad, resolvió derrocar al emperador.
0:04:05 Dice, si no soy capo de derrocar al emperador siendo el hijo menor de Dios, ¿en qué puede vivirnos?
0:04:15 Los poderes de persuasión de Jun Xiu Yuan eran extraordinarios.
0:04:20 Con su primo, Zhen Kang y un compañero de clase, Feng Yun San, estableció un grupo conocido como los Pai Shan Ti Wui,
0:04:30 sociedad para la adoración de Dios, disculpe la superflagic traducción.
0:04:37 Y hubo muchos convencios.
0:04:39 En el transcurso de los seis años siguientes, Jun viajó por todo el sur del imperio, estableciendo grupos de esa sociedad, la Pai Shan Ti Wui.
0:04:49 A comienzo de 1650, Jun dio la orden de que 10.000 miembros de la sociedad se reunieran en la Tierra del Qien-Qien.
0:04:58 Allí juntaron toda la lita, la ropa y los alimentos que tenían y se entrenaron como una unidad de combate.
0:05:06 Besaviando los heridos Manchues, que exigían que los súbris de los chinos afeitaran la parte de la Antera del Marote
0:05:13 y llevaban el pelo restante en una trenza, los rebeldes se dejaban crecer el pelo, los estaban sueltos y ingresados,
0:05:21 es decir, me estoy requeriendo la obligación de la coleza y la vulneración de esa ley.
0:05:28 Estos rebeldes se van a gloriar del apodo Shan Mao, es decir, lo guerrero del pelo largo.
0:05:36 Poco después de aquella reunión, Hong anuncio solemnmente el alzamiento contra los Manchues,
0:05:44 proclamó el establecimiento del Tai Pien-Qien-Wuoh, el reino celestial de la gran paz como todos sabemos.
0:05:51 Alarmado por estos sucesos, el gobierno del emperador Xian Feng, si se llamaba el emperador, envió a enfrentar la rebelión a unas tropas,
0:06:00 pero los hombres de Hong destruyieron a todos los que enviaban contra ellos.
0:06:07 Allá por 1956 los rebeldes se habían instalado en las provincias de Canton, Guangxi y Linyin,
0:06:14 y habían tomado la capital meridional de Nanking, que según la fama, era justo en la Santipoda de Buenos Aires.
0:06:21 Ya para esos tiempos, al líder Hong le habían desaparecido sus intenciones cristianas.
0:06:29 Más bien se estaba apareciendo al mismo emperador al que le se llama la estrona.
0:06:34 Vestía túnel en la Dragona Marillas, si ha sido el mal al Rey Celestial,
0:06:39 y sus aliados se daban títulos como el Rey de Lete o el Príncipe Leal,
0:06:45 y todos le habían empezado a construir palacios y parques en el recreo,
0:06:50 entonces se manejaban con la misma pompa que el emperador.
0:06:53 Esa pompa incluía arenes, no arenas, arenes.
0:06:59 Arenes en el sentido de corrección de damas.
0:07:02 Hong contaba con 300 mujeres, sí que sé, una tras de la otra.
0:07:09 Al mismo tiempo, la tropa estaba sometida a una disciplina tremenda.
0:07:15 Hombres y mujeres vivían estrictamente separados.
0:07:19 Las relaciones sexuales, incluso en las parecas casadas, se capturaban con la decapitación.
0:07:28 De todos modos, la mayoría de los seguidores de Hong conservaban una creencia messiánica en su líder
0:07:35 y estaban dispuestos a morir con él.
0:07:38 Lejos de así, en la Corte de Pequín, se murmuraba que si continuaban los éxitos del Rey Celestial,
0:07:44 el siguiente ocupante del trono del rago sería el propio Cuncio.
0:07:49 En 1861, la reverió seguía ampliándose más, épisamente en el sur de la ciudad.
0:07:57 Los funcionarios del imperio decidieron atacarla, ya con total determinación,
0:08:05 y aceptaron incluso los favores de mercenarios norteamericanos e ingleses,
0:08:10 los más famosos fueron Frédéric Ward y el ingles Charles Gordon, a quien le decían, el chino.
0:08:17 El chino Gordon, o el gordo chino, tuvieron bajo su mando una tropa que la emperatriz y el gonalda
0:08:28 llamó ejército siempre victorioso.
0:08:31 Ciertamente les fue bien y consiguieron repregar la Rebellona Tarantino, y allí sitiaban la ciudad.
0:08:39 En la ciudad de Nanké, una tabajón refugiado en su parocio,
0:08:45 cuando se inició el sitio, la emperatriz Manchu hizo que lo generales entre los cielos se retiraran de la lucha,
0:08:52 pues le dijo acá, esta ciudad la vamos a tomar nada más que los chinos, la tipa.
0:08:57 Dentro de las murallas, la situación empezó a ser cada vez peor como sucede casi siempre,
0:09:03 cuando hay un sitio, no es que la situación se acabe mejor, no conviene que este sitio.
0:09:10 Y acá en el sitio vuelve, hace de patente, un asunto que rosamos al principio,
0:09:16 de la fuera y de la dentro.
0:09:19 Es necesario saber, dado el sitio de una ciudad, quién está fuera y quién está dentro.
0:09:28 Si la ciudad fuera demasiado grande, por ejemplo la mitad del mundo,
0:09:35 no sería tan sencillo saber quién es esta fuera y quién es dentro.
0:09:40 Y con sólo darse vuelta, los sitiadores podrían convertirse en sitiados.
0:09:46 Pero esta cosa no sucedía en Nanké, entienden bien claro que las tropas de Manchu se estaban fuera
0:09:52 y que las de Kuhl, estaban dentro.
0:09:57 Los víbiles se agotaron, ahora en Kuhl continuaba actuando como si sus fuerzas fueran a alcanzar una victoria segura.
0:10:05 Recorría las defensa, predicaba, distribuía perlas a los obrits que estaban muertos de hambre,
0:10:12 me querían para la que dieran las bajobales.
0:10:15 Fecias sus gastancias, cuando los batallones Manchues avanzaron con más fuerzas sobre las murallas,
0:10:20 Kuhl llegó a darse cuenta de que estaba perdido, dice, sonó perso.
0:10:25 El vigiésimo sexto día de la quinta luna, 12 de mazo de 1964,
0:10:32 Kuhl mezcló veneno con su vino, vivió el contenido de un solo sorbo.
0:10:38 En calidad de verlo en un solo sorbo era el venito.
0:10:41 El venito era que lo habían venenado al vino.
0:10:44 El veneno era de acción lenta, de modo que eso agonía a duro un día entero.
0:10:49 Sus seguidores inmediatos, temerosos del total colazo de la moral entre los defensores,
0:10:55 enterraron el cuerpo de Kuhl en los parques del palacio y trataron de ocultar su muerte.
0:11:01 No, ya estaba evicto y coliando.
0:11:03 El engaño duró 16 días, cuando al fin se supo la noticia.
0:11:09 Empecé a entregarse, los revetes decidieron defender Manquina Muerte y lo hicieron.
0:11:15 Los ejércitos imperiales detonaron una enorme mina que abrió las murallas de una brecha de 60 metros
0:11:21 y por eso en fiero se metieron las tropas.
0:11:24 Ese día fueron muertos 100.000 rebeldes y la ciudad se recuperó.
0:11:28 La tumba del rey celestial fue descubierta, el cuerpo fue sumado para recuperar la cabeza de Kuhl
0:11:35 y pasearla por las provincias que había conquistado durante la rebelión.
0:11:41 De ese modo se trataba de evitar cualquier propaganda que explicara que Kuhl había escapado
0:11:48 para regresar y desentar su venganza contra los Manchugos.
0:11:53 Así que te mostraron la cabeza.
0:11:55 Vente, después no vengan con que resucitó el dos militares.
0:12:01 La corte de Pequín, luego de 13 años de revueltas, recuperó la tranquilidad
0:12:06 y se le pidió a uno de los seguidores de Kuhl, el llamado Frícipe Leal,
0:12:10 que escribiera la historia de lo sucedido para salvar su vida.
0:12:15 Le perdonaron la vida a cambio de la escritura linciosa de la historia.
0:12:25 El relato ha sobrevivido desde luego, no hace tanto,
0:12:29 y ha sido fuente en parte de lo que hemos podido.
0:12:36 Aquí impide dedicarles a esta exelucnante historia de una revuelta en la que murieron nada menos que 20 millones.
0:12:45 A Liam Fah, que llegó tratando de traer palabras de paz.
0:12:52 Sí, se le dieron vueltas.
0:12:54 Especialmente el daño que hacen las palabras de paz.
0:12:58 Llevado el caso de que uno llegue a conocer en guerra solo por detrás de él.
0:13:06 Yo a las 300 concubinas dejó.
0:13:12 Pero mire que no van a recapitar.
0:13:14 Suerte no se dice nada aquí, ¿no?
0:13:18 Seguramente sí.
0:13:21 Y a lo que habrá ido más.
0:13:24 A lo pobre que el pozo y el pozo también que ni casados tenían autorización.
0:13:28 Claro, a lo que los casados...
0:13:30 Y él y la anjia él sí podían hablar, pero va a tener una denda de 300 para cual yo.
0:13:35 Bueno, pero ya dijo menor de Dios, hay que entenderlo.
0:13:40 Bueno, hemos resolvido ilustrar.
0:13:45 Está el helasto con la tilonga que esa mamá no grababa.
0:13:50 Es el lago que la mamá no podrá grabar.
0:13:53 ¿A qué negarlo?
0:13:55 Y en la versión de Horacio salgan y sumran porque está.
0:13:59 Adelante, Horacio.
0:15:14 Y a lo que hay que entenderlo.
0:15:17 Y a lo que hay que entenderlo.
0:15:20 Y a lo que hay que entenderlo.
0:16:35 .
0:16:57 Horacios Algán, y su orquesta interpretando mano brava.
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