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22 de Octubre de 2010

La rebelión de los cairotas en tiempos de Napoleón

Transcripción automática

0:00:00 Quedamos una venganza, será terrible, estamos en Chivilcoy, celebrando los 156 años de esta ciudad, le decimos al público presente que aquí adelante, todo y abajo, casi del escenario, hay unas cajas donde pueden dejar mensajes...
0:00:25 Unos sarcófagos muy simpáticos.
0:00:27 Hay que devolverlos después.
0:00:29 Pueden dejar mensajes allí también pedidos para el sordo Ganse.
0:00:33 Mensajes tales como bravo, bien va, vayase aquí, etcétera.
0:00:38 Denuncias también.
0:00:39 Denuncias. No puede ser como es posible, hay que desgraciadas hoy.
0:00:45 Hablaremos a continuación de la Revelión de los Caerotas en Tiempo de Napoleón.
0:00:52 La Revelión de los Habitantes de El Cairo, cuando Napoleón estuvo en Egipto.
0:00:58 Ya saben que la expedición de Napoleón a Egipto fue muy interesante, hemos contado muchas peripecias, sabemos que anduvo por Alejandría, por El Cairo,
0:01:10 que conoció allí a una de sus amantes más importantes, la bellísima Paulina Fouret, que ya hemos contado su historia.
0:01:20 El caso es que esta expedición se había planteado para disputarle un lugar a los ingleses,
0:01:26 pero también de algún modo formaba parte de ella un interés por el arte y la cultura egipcias.
0:01:33 Dicen que con esa expedición nació la Egyptología.
0:01:37 De hecho, Napoleón estaba acompañado por 160 científicos de distintas disciplinas.
0:01:44 Más allá de la lucha con los ingleses, después del paso por Alejandría, Napoleón tuvo un inconveniente en El Cairo, que es el que contaremos hoy.
0:01:54 Parece que se le ocurrió, a buena parte, presentarse en El Cairo amistosamente.
0:02:03 Contrariamente, lo que había hecho el rey de Francia, Luis Noveno, llamado también San Luis,
0:02:08 que cinco siglos antes se había invadido como cabeza de una cruzada, aquellos mismos lugares,
0:02:14 buena parte, que se decía admirador del Islam, tuvo la idea de ser amistoso.
0:02:21 E hizo su primera proclama en árabe, había sido redactada con ayuda de un orientalista que vivía cerca de la casa.
0:02:29 Napoleón, en aquella proclama, se dijo, discípulo del profeta.
0:02:34 Sitemos a Napoleón, pero no en árabe sino en castellano, lengua en la que nunca pensó.
0:02:39 Dice, egipcios. Le dijo a los egipcios.
0:02:44 Por ahí, andarán diciendo que vengo a destruir vuestra religión.
0:02:51 Mentira. ¿Acaso no hemos destruido al Papa que instigaba la guerra con los musulmanes?
0:02:58 Más tarde, dirigiendo hacia egipcios más notables, Napoleón se presentó como el ser superior esperado de Occidente.
0:03:10 Es una presentación sencilla.
0:03:13 A mí, presenteme sencillo, señor Carriso.
0:03:16 Puglana de tal, la emperatriz del tango.
0:03:19 Y Napoleón dijo, yo soy el ser su plemo esperado de Occidente. Era demasiado.
0:03:26 Tanto es así que los doctores islámicos de la ley consideraron que era un poco impío.
0:03:32 Y adujeron que mezclaba principios republicanos, lo cual no era una buena noticia para ellos,
0:03:37 con dogmas islámicos, pero con grosera falta sintácticas o de vocabulario,
0:03:43 que eran atribuibles al Orientalista de la Casa de Napoleón.
0:03:47 Entonces, sin quedar demasiado convencidos, los notables del Cairo instaron a Napoleón
0:03:55 a que se convirtiera redondamente al Islam, junto con todas sus tropas.
0:04:01 Y que de ese modo a lo mejor le daban crédito.
0:04:04 Y se produjo una disputa muy curiosa.
0:04:08 Napoleón contestó que sí, que era posible, pero había que evitar una práctica que era un poco dificultosa.
0:04:19 Porque él decía que era inconveniente someter a la circuncisión a 35.000 soldados.
0:04:25 Y también era inconveniente prohibir a todo el ejército francés que tomara vino.
0:04:31 Entonces los doctores del Islam se reunieron y estuvieron de acuerdo en aceptar a las tropas francesas
0:04:37 haciendo la excepción de esos dos puntos.
0:04:42 Pero aclararon a Napoleón y a los soldados que los convertidos no podrían gozar
0:04:49 después de muerto de todos los beneficios del paraíso.
0:04:53 Y se está muy bien, pero cuando se mueran no vengan a pedir las principales comodidades del paraíso porque no.
0:05:00 Le íbamos a dejar unas dependencias paradisíacas de goce menor.
0:05:06 Sí, dijo Napoleón, o no dijo nada.
0:05:10 Después no se habló más del asunto.
0:05:13 Pero para mostrarse al pueblo aceptó con gran orgullo el nombre de El Kebir, gran sultano.
0:05:20 Además mandó que le hicieran un vestido turco y los usaba siempre salvo en las representaciones muy republicanas.
0:05:30 Bueno, en realidad de todos los 35.000 soldados de Napoleón, uno solo se convirtió al islamismo,
0:05:38 que era el general Jacques Menouin.
0:05:41 Y es porque estaba enamorado de una muchacha musulmana.
0:05:44 Cambió de nombre, empezó a llamarse Audala.
0:05:47 Pero más allá de estas demostraciones amistosas, Napoleón no pudo impedir
0:05:53 que muchas de las características culturales de los europeos se instalaran y que causaran problemas.
0:06:01 El Cairo empezó a transformarse.
0:06:04 Algunos franceses abrieron unos bodegones, unos boliches, se construyó un establecimiento de juego,
0:06:12 una timba, en el interior los clientes disponían de salones, baños, a la europea,
0:06:17 allí justamente es donde Napoleón conoció a su amante Paulina Fouret.
0:06:23 Las compañías de aficionados montaban obras de teatro, una práctica que el islam casi no conocía,
0:06:30 se organizaban bailongos públicos y continuamente había conciertos militares en la ciudad.
0:06:36 A petición de Napoleón todos los medios de día se tocaban melodías para alegrar a los enfermos en la puerta de los hospitales.
0:06:45 Y ante todo esto los notables del Cairo, los notables del islam, empezaron a molestarse.
0:06:51 Pero había algo peor.
0:06:54 Ante la carencia de mujeres europeas, fíjese que había 350 mujeres europeas que llegaron con la expedición y casi 40.000 soldados.
0:07:06 Entonces los soldados de algún modo se acercaban a las chicas locales, pero eso estaba prohibido.
0:07:17 En caso de relacionarse con un infiel, las chicas locales merecían la muerte por ahogamiento,
0:07:24 esa era la pena.
0:07:26 Bueno, a muchos soldados no le importaba nada y comprometían a las chicas abordándolas si no más y poniéndolas en peligro de ser ahogadas.
0:07:35 Antoine Galan, uno de los expedicionarios, se quejaba por otra cosa, decía, leo a Antoine Galan.
0:07:43 Tengo aquí el manuscrito de Antoine Galan.
0:07:47 Las egipcias son ardientes y libidinosas, pero no conocen los detalles.
0:07:56 Desconocen los preludios encantadores que desprenden tanta magia y multiplican los goces entre dos amantes.
0:08:06 Ellas quieren ir enseguida al asunto.
0:08:09 ¡Yes!
0:08:13 Y señor...
0:08:15 Parece que había soldados en otra orden de cosas, ¿no?
0:08:19 Que organizaban carreras de burros en la ciudad.
0:08:22 Por lo demás, las mujeres francesas que estaban por allí salían a la calle con el rostro descubierto,
0:08:28 andaban a caballo y lo grave era que algunas mujeres del país se empezaban a imitarlas.
0:08:34 Así que imagínense la cara de los doctores del islam.
0:08:37 Otra cosa tiene que ver con la higiene.
0:08:39 Está prohibido enumar a los muertos en el interior de la ciudad.
0:08:43 Y entonces había controles en las casas para asegurarse de que se tomaran recaudos contra la peste.
0:08:50 Y para los musulmanes, esto era una violación inadmisible de la vida familiar.
0:08:55 Las medidas de seguridad también eran mal recibidas porque a veces destruían las puertas de los barrios,
0:09:02 forzaban algunos habitantes a mudarse para encarar obras de fortificación, etc.
0:09:08 Entonces, invasión cultural también.
0:09:12 Los jeques no querían ver a los infieles organizar, por ejemplo, la fiesta de nacimiento del profeta.
0:09:19 El 21 de octubre de 1798 se armó el toletole.
0:09:23 Los ulemas incitaron a la población a sublevarse contra los infieles.
0:09:30 Una multitud atacó las casas europeas y cristianas.
0:09:34 Inmundicia sobre la habilidad de los perros incircuncisos.
0:09:38 Muchos de los que cayeron fueron los sabios y los artistas que no estaban armados, no pudieron defenderse.
0:09:45 Buena parte, ordenó disparar cañonazos sobre los insurrectos.
0:09:50 Más tarde los franceses irrumpieron en la mezquita al azar a caballo y destruyeron todo.
0:09:56 Vivieron alcohol y rompieron las botellas contra las paredes.
0:09:59 Mientras, entre las patas de los caballos, algunos eruditos procuraban salvar manuscritos preciosos.
0:10:06 La rebelión provocó 300 muertos de Lago francés y 3.000 del lado egipcio.
0:10:11 Durante los días siguientes, la represión continuó.
0:10:15 Se decapitó a los principales agitadores y arrojaron sus cuerpos al nilo.
0:10:22 Algunos habitantes por precaución se prendían la divisa tricolor para disimular.
0:10:27 Unas semanas después, en la plaza principal, Napoleón reunió a todos los cairotas y les habló.
0:10:35 Les dijo que quien se levantaba contra él era un perverso del espíritu y se volvió a postular como un amigo de la islam.
0:10:44 Por un tiempo, hubo un poco de orden.
0:10:47 En la navidad de 1798, Napoleón se fue del cairo y viajó a Suez para investigar la posibilidad de abrir un canal.
0:10:56 Pero eso es ya otra historia, canal que efectivamente se abrió pero mucho más tarde.
0:11:01 Esta es la historia de la rebelión del cairo frente a Napoleón.
0:11:09 El discoteque se durmió y entonces tuvimos que elegir el disco.
0:11:17 A mí me parece que se puede ilustrar esta pequeña charla de hoy con una canción criolla que también se refiere a la resistencia
0:11:25 que un pueblo de los arrabares del mundo hizo a una de las naciones centrales del mundo.
0:11:32 Casualmente aquellas que estaban en disputa en aquel momento, a la Inglaterra y a la Francia.
0:11:40 Así que vamos a escuchar un triunfo, un ritmo criollo que se llama triunfo y que se llama la vuelta de obligado.
0:11:50 En homenaje a otros cairotas que también se atrevieron a enfrentarse a las potencias centrales.
0:11:59 Escucharemos Alberto Merlo en este triunfo que se llama la vuelta de obligado.
0:12:05 Aquí está nuestro triunfo, el triunfo que se llama la vuelta de obligado.
0:12:12 Aquí esta noche en Givicoy.
0:12:17 A ver, al menos.
0:12:28 Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera.
0:12:33 Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea.
0:12:38 Porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.
0:12:46 90 buques mercantes, 20 de guerra, 20 de guerra.
0:12:53 20 de guerra.
0:13:04 Vienen pechando arriba las aguas nuestras, las aguas nuestras.
0:13:12 20 de guerra vienen con sus banderas, con sus banderas.
0:13:28 La puja con los ingleses, quién los pudiera, quién los pudiera.
0:13:43 Que los tiro a los gringos, un y gran siete.
0:13:48 Navegar tantos mares, venirse al cueque, que digo venirse al cueque.
0:14:06 A ver, chepaz, cuáles ya hué, gobernadores, gobernadores.
0:14:19 Que no pasen los franceses, paran al norte, paran al norte.
0:14:30 Jango estura del quebracho, de aquí no pasan, de aquí no pasan.
0:14:46 Pazcuáles ya hué los mide, mancillas los mata, mancillas los mata.
0:15:01 Que los tiro a los gringos, un y gran siete.
0:15:06 Navegar tantos mares, venirse al cueque, que digo venirse al cueque.
0:15:16 Y a ver tomarlo en la venganza, será terrible la vuelta de obligado.

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