Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de la risa de los Reyes. Hace poco hemos hablado de una serie de pasiones extrañas de
0:00:12 los Reyes, hoy también nos referiremos a la excavación reales, pero relacionadas con el modo de Reyes,
0:00:19 y más que nada con el modo patológico de Reyes, ya había algunos Reyes que tenían una forma vulgar,
0:00:26 en permisa agresiva, de buscar situaciones graciosas. Por ejemplo, el Reyes de Oro II,
0:00:42 que gobernó entre 1307 y 1327, tenía una fanda esmesurada por parecer chistoso, como tanto de
0:00:51 nosotros. Era un hombre excéntrico que se divertía muchísimo con los disfraces. Solía vestir
0:00:58 sería albañil, en realidad porque le gustaban los albañiles según lo hemos dicho, muchas veces en
0:01:03 este programa. Y también de carretero. No sé cómo se dice uno de carretero, el albañil tiene una
0:01:13 vestimenta adecuada su tarea. Está por ahí nomás, tampoco sé cómo se dice uno de albañil, pero
0:01:20 hasta podríamos pensar que uno puede tocarse con un gorro de papel, ponerse unos guantes y
0:01:30 después no hay ninguna otra cosa, que uniforme tiene el albañil ninguno. Pero el carretero tampoco.
0:01:38 Moci, blancas, bargata de lona, arralos en pantalón, negas, baja de almidón, la camiseta,
0:01:46 prisión. El Puy XIX no desentona la pinta en ningún momento porque en su refintamento sombría
0:01:53 la vestir rana, hay que gritarle a una pularda, durando a 40 al cien. El disfraces de carretero
0:02:00 podría ser. El caso es que el rey Eduardo II se disfrataba y se divertía mucho con esos disfraces.
0:02:08 Y en realidad explotaba de riza este rey cuando sorprendía funcionarios inobles que lo descubrían
0:02:14 manejando un carruaje o en obras en construcción. Vienen al rey y el rey se moría de fecha.
0:02:23 Así mismo Eduardo participaba constantemente de juegas voluctuosas, es decir, orgías. Los cronistas
0:02:31 cuentan que le daba dinero a las personas de su corte para que bailaran encima de la mesa
0:02:39 en una orgía. Bueno, si uno va a una orgía, lo menos que puede hacer es bailar sobre una
0:02:42 mesa. Si vos vas a una orgía y para que uno baila arriba de la mesa hay que darle plata,
0:02:49 no. Esto no es una orgía, eso es una entrega de diploma de la Facultad de Derecho.
0:02:55 Que gracia, tira, va a ir a la mesa en una orgía. Con eso empezamos, y vamos.
0:03:05 Se las traba en calor, no? Claro. Bueno, eso es lo que hacía el rey Eduardo II.
0:03:12 También les pagaba a los nobles para que se casieran de sus caballos de un modo cómico.
0:03:18 Y parece que Eduardo estimulaba una jerarquía en la que dictaminaba cuál de sus nobles
0:03:25 había caído con más gracia. Este es Eduardo II. Se le ha descansado con Isabel, la hija de
0:03:36 Felipe, el hermoso de Fraga. Y papá de Eduardo III, es un señor, este Eduardo II, que además
0:03:44 le está gracias, murió horriblemente. Pero bueno, no importa. Digo, no importa el efecto de esta
0:03:53 historia. Él ya habrá gustado, ya habrá importado mucho.
0:04:02 Otros reyes ingleses tuvieron por divertimiento. El de quitar por sorpresa la cisa del que se iba a
0:04:08 sentar. Es un chiste muy de la televisión, muy parecido a sacarle la mano a que te la va a dar.
0:04:21 Disculpe si la risa me impide continuar. Pues el rey Jorge II molestó a sus amigos
0:04:29 durante diez años con esa gracia. Parece que era lo único que lo divertía. Tenía una melancolía
0:04:35 pertinaz de la que egresaba solamente para reír antes la ausencia frontal de cisa bajo las posaderas
0:04:43 de sus amigas. En realidad, para sacar cillas, desarrolló toda una serie de estrategias.
0:04:50 Por ejemplo, cuando iba a ir y alguien iba a sentarse a su mesa con una señal minúscula,
0:04:56 ordenaba a sus pares que tiraran de finos cilos que estaban atados a la cisa, desde luego y simulados
0:05:03 por cedas y oro peles. Y entonces la cisa parecía que se corría sola y el invitado,
0:05:11 tanto se tratara de un ministro como de un embajador plenipotenciario, caía ante la risa del rey Jorge II.
0:05:20 Todos los ministros alguna vez cayeron sentados ante el rey y deberían soportar carcazadas que,
0:05:26 según parece, duraban horas. Esto ya es extraño porque si bien uno entiende perfectamente
0:05:33 cómo está la gracia ante la caída de un ministro,
0:05:46 tampoco parece que sea como para reír hace horas.
0:05:53 De peor generó... hay alguien que se vengo del rey Jorge II. Parece que uno de las preceptoras de
0:06:01 las princesas, Lady de los Reyes, cometió la usadilla de devolverle la broma al rey. Una vez le
0:06:11 sacó la cisa y el rey se fue al suelo y parece que mi Lady estalló en una risa tal que, no sé cómo
0:06:20 decirlo, se desgració. Se desgració de risa.
0:06:27 Luis XIV también gastaba bromas. Parece que le gustaba regalar cajitas de dulces que se llevaban
0:06:38 dentro un ratón vivo. Se regalaba un tarrito mermelada y adentro metió un ratón vivo.
0:06:48 También echaba cuñados de tal en los dulces de sus nobles, pues que escondía amigos bajo la mesa
0:06:54 para que gritaran en el momento de cortar un pavo.
0:06:59 Y eso le gustó.
0:07:00 Sí, eso le gustó.
0:07:04 Eso fue... sí, sí, se le gustó.
0:07:06 Que está muy bien eso.
0:07:08 Gurtaba el pavo y el amigo gritó.
0:07:17 A Luis le gustaba también cantar canciones obscenas y también le gustaba escucharlas.
0:07:22 En una ocasión, al oír cierta canción que no se repite aquí lamentablemente,
0:07:28 tiene ese informe, Luis XIV tuvo espasmos de risa que lo abudaron y para salvarle la vida tuvieron
0:07:36 que sangrarlo, practicarle una sangría porque el hombre estaba muriendo de risa
0:07:42 después de haber oído una canción obscena. Lo que sería fiesta canción, verdad?
0:07:46 Carlos V de España, mejor dicho Carlos I de España, Carlos V del Imperio, se reíga mucho
0:07:59 provocando la sorpresa que era con gestos de generosidad.
0:08:06 Por ejemplo, por ahí se acaba la espada y empezaba a remar caballeros a las personas que pasaban
0:08:12 y esto le producía mucha gracia.
0:08:16 Y, claro, semejante costumbre provocaba tumultos, tumultos de aspirantes a recibir honores
0:08:23 los cuales se arremolinaban alrededor del emperador gritando a mí, a mí, querían ser armados caballeros.
0:08:32 Lo curioso de esta gracia de Carlos V es que hasta no hace mucho tiempo los descendientes
0:08:38 de esos ennoblecidos sorpresivamente pretendían gozar de nobleza hereditaria.
0:08:44 Y semejante pretensión causó pleitos, demandas, y promovió multitud de investigaciones, alegatos, etc.
0:08:53 En el acuerdo de los áuclias, es decir, en el acuerdo de Canojín, por ejemplo, la risa era cosa difícil.
0:09:00 Los reyes debían ocultar su risa, en realidad.
0:09:04 Antoine de Brunel escribió sobre el hijo de Carlos II lo siguiente.
0:09:10 No hay ninguno que le va a reir que viva como el rey de Francia.
0:09:12 Todas sus reyores y todas sus ocupaciones son siempre las mismas y andan a un paso tan igual
0:09:18 que el día por día saben lo que hará toda su vida.
0:09:20 Los que se le han acercado aseguran que nunca le han visto sonreír y saben que jamás lo hará.
0:09:26 Esta vez, así era Felipe.
0:09:30 Pero el caso más cruel de diversión de un soberano a costa de la resignación de un súbdito,
0:09:36 tal vez fue el de Federico Vigermo I de Prussia, que gobernó allá por 1668 y hasta 1740,
0:09:43 uno de los reyes que gobernó más tiempo.
0:09:47 Federico se divertía groseramente en la mesa con sus oficiales.
0:09:52 El objeto favorito de diversión era un tímido cronista de la Corte,
0:09:58 llamado Jacob Powell von Gundling, a quien los reunidos hacían depositario de bromas
0:10:06 del orden de prender fuego a sus ropas o llevar a un mono vestido con ropajes parecidos
0:10:12 a los de von Gundling, proclamando que el animal era hijo natural de cronista
0:10:19 y obligándolo a abrazarlo y a besarlo delante de los comensales.
0:10:27 También remitían con la firma de Gundling, periódicos y boletines literarios,
0:10:34 unos artículos grotescos que habían sido preparados por los alcahuetes del Rey
0:10:42 en el curso de aquellas trancachelas.
0:10:46 En 1731 el pobre Gundling murió, pero las recaciones del Rey continuaron porque
0:10:53 Federico ordenó que el cuerpo de su cronista fuera conservado en un tonel de vino,
0:10:59 al cual continuaron dirigiendose con irrisión durante unos días el Rey y sus compañeros de
0:11:04 cuerdas. Era impresionante una exquisita sensibilidad. Al final, acatando presiones de clero probablemente,
0:11:15 se dedicó a que Gundling fuera enterrado como cualquier otro de juntos.
0:11:20 Esto sucedía en épocas de ignominia y de brutalidad y de insensibilidad espiritual.
0:11:31 Hoy no podemos concebir que hay encerría de estas cosas y solamente nos reímos de
0:11:40 paradocas, de comparaciones sutiles, de sustituciones inesperadas y de las flores
0:11:49 más delicadas de la inteligencia.
0:11:54 Como puede comprobar cualquiera que examine los recursos humorísticos
0:12:03 acreditados por quienes ejercen esa nobilísima función, la de hacer los reyes.
0:12:10 Así que yo dedico esta charla a nuestros cómigos.
0:12:19 ¿A quién otro quiere usted dedicarle? Le dejo dedicarse a la alia.
0:12:24 No, de las cosas que usted ha contado Alejandro, la gracia que más me simpatía me calcaron
0:12:30 con la de Luis Catorce. La de Luis Catorce. La de Luis Catorce.
0:12:34 La de Luis Catorce. La de Luis Catorce.
0:12:36 La de Luis Catorce, fue una abuela broma.
0:12:42 ¿Qué broma le gusta a usted hacer, por ejemplo?
0:12:45 Me hace muy ocurrente.
0:12:47 No, yo no.
0:12:50 Me gusta mucho pegar cicles en el pelo de las personas.
0:12:56 Le gusta.
0:12:57 Pero le gusta entonces.
0:12:59 Pero no que se lo peguen.
0:13:00 Ah, claro, no se gusta coroal, pero no que te coro.
0:13:06 De acuerdo.
0:13:08 Me gusta pegar cicles en el pelo de las personas.
0:13:12 Pero me gusta un poco, ahora que pienso.
0:13:14 Después, con algún otro amigo, con algún otro humorista, por ahí hacemos la siguiente broma.
0:13:21 Este amigo en Cocheón se pone detrás de una persona y se agacha y yo empuje.
0:13:25 Ah, lo empuje.
0:13:26 Mira qué gracia.
0:13:28 Está insensada, lo cierto.
0:13:29 Pero esto produce mucha gracia también.
0:13:32 A mí no es el que se cae.
0:13:33 ¿No me arriesa usted?
0:13:34 No, no me lo arriesa porque a mí me empujó a usted.
0:13:38 Ah, bien ruso.
0:13:40 Y ahora no le gusta agachar.
0:13:41 Pero usted porque no tiene sentido de ningún humor.
0:13:44 Nosotros lo divertimos mucho.
0:13:46 Ayer que se agachaba atrás.
0:13:48 Sí, cuando no se pidió.
0:13:52 No pegaba cartelitos que decía soy burro o algo en la espalda de la gente.
0:13:57 Ah, eso cierro.
0:13:58 Ah, ¿se en serio?
0:13:59 No, me preguntaba.
0:14:00 Ah, qué estupendo.
0:14:01 Como podría decir, pero no porque no lo entendí.
0:14:03 Claro, usted le pegaba una gracia.
0:14:05 No, no, que gracia.
0:14:06 Para uno se acostumbra, Dios, te le pone un cartelito.
0:14:09 A quien?
0:14:09 A uno pegame.
0:14:10 Por ejemplo, se lo pega en la espalda.
0:14:12 A uno sin que se dé cuenta, ¿cómo pegame?
0:14:15 A quien se quiere que todo le pegue ahora a un cartelito, no entiendo.
0:14:19 Imagínelo, porque yo le pongo un cartel en la espalda, a la espalda.
0:14:22 El cartel dice, pegame.
0:14:24 Como si Tronapi está pidiendo.
0:14:26 Pero gracias que le pidió que usted le pegara una espalda.
0:14:28 Tronapi, le gusta que le pegue.
0:14:30 Ya me parecía.
0:14:36 No le veo la gracia, Rolón.
0:14:38 A conceder a pedidos de Tronapi.
0:14:40 A vos te gusta que te pegue.
0:14:42 A vos te gusta pegar, Rolón.
0:14:45 A ver, mira, que le peguen.
0:14:47 Hemos ido a la discoteca,
0:14:49 donde el discotecario me refirió a algunos cuentos
0:14:55 y me hizo algunas bromas.
0:14:57 Por ejemplo, Juan y Pinchame
0:14:59 se fueron al río Juan,
0:15:01 se hubo quien quedó
0:15:03 y al responder eso,
0:15:05 con todo cierto, Pinchame,
0:15:07 es trajo de entre sus ropas
0:15:09 un alfiler
0:15:11 y me pinchó.
0:15:14 Pues, prorumpió
0:15:16 en unas risotadas
0:15:18 que ocasionaron su muerte muy poco.
0:15:22 Usted había hecho una adaptación
0:15:24 de este chiste, ¿te acuerdas, Palí?
0:15:26 Juan, pero no tenía propósitos humorísticos.
0:15:28 No, sino digamos benéficos.
0:15:32 Es decir, de una señorita de buen ver
0:15:34 Juan y Falte, me ucedo el respeto
0:15:36 se fueron al río Juan,
0:15:38 se hubo quien quedó
0:15:40 y cuando la señorita
0:15:43 contesta con acierto.
0:15:45 Falte me ucedo el respeto
0:15:47 usted se avalanza sobre ella
0:15:49 y la somete a su lujuria
0:15:51 repetidas hoy.
0:15:59 La canción que finalmente elegimos nosotros
0:16:01 pasando sobre el calabro del discotecario
0:16:09 es de lo mejor.
0:16:11 Se llama Viejas Alegridas
0:16:13 y escucharemos
0:16:15 aunque ya la hemos escuchado algunas veces aquí
0:16:17 la estupenda, la insuperable versión
0:16:19 de Charlo
0:16:21 adelante, don Carlos.
0:16:41 La canción que finalmente elegimos
0:16:43 fue la de la canción
0:16:45 que finalmente elegimos
0:16:47 y la canción que finalmente elegimos
0:16:49 fue la canción que finalmente elegimos
0:16:51 y la canción que finalmente elegimos
0:16:53 fue la canción que finalmente elegimos
0:16:55 y la canción que finalmente elegimos
0:16:57 fue la canción que finalmente elegimos
0:19:06 III
0:19:26 fue la canción que finalmente bastante。」
0:19:28 dressed eaten
0:19:30 por esto
0:19:32 fue una canción que finalmente elegimos
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