"No grabo los programas escuchados"; aunque sólo fue esgrima, tuvo la contundencia no de un hueso pelado, sino con carne rotunda y adherida.
¡Ay Mandeb, es tán difícil contradecirlo!,...y es que lleva un glorioso nombre muy bien elegido. "Sigo ejerciendo mi libertad" - lo cito -. ¿ Acto (conciencia) y acción (impulso) es lo mismo ?. ¿Sin conciencia existe la libertad para el hombre como animal humano ? En el animal matar es una ley regulada.
En nosotros, ¿ la palabra será el ala perdida, o garra y dentellada ?
Porque entonces matar es ejercer la libertad, torturar también. Y el liberalismo, el capitalismo y todos los ismos, que le bajan el pulgar al hombre pueblo (aunque nunca del todo porque entonces de qué se alimentaría el vampiro ) también.
Sentí que Ureta no calificó al sitio de intelectual, al contrario : si el sitio además de desplegar su amplia autoridad en el uso de la contrapalabra, expusiera espontáneas ideas sin pulir ( los que leen se encargan en conjunto de hacerlo ), entonces, al pasar por aquí, gente sensible con hambre voraz y fino apetito, se detendría a compartir juego y espíritu, país, a pulir sueño y trabajo con pares, si anónimos porque el prejuicio, la corrupción de la actitud, el ego, la incapacidad de ser amable y amante, suele causarlo la etiqueta.
"No por nada estamos acá gracias a Dolina"- la cita no es suya -...¿ Dolina es el censor, es el rey pródigo ? a un hombre que persigue la pureza de pensamiento y la honradez de acción, me parece infame adjudicarle ese oscurantismo.
Es el sentimiento y la adhesión a él, a su condición, el centro que reúne y da permanencia. La inteligencia no es una virtud el conocimiento sí. Se nace o no inteligente, a veces ese don se destruye, como en un niño desnutrido o maltratado por sus circunstancias ; otras veces el ser de ese niño, el carozo, es poderoso como su destino, y lucha y vence y crece. Dolina dice : lucha pequeño ruiseñor, con la fuerza del águila, porque tu canto vale más que todo, habrá quien espere por él. Repito, no se puede culpar a alguien por su condición innata o padecida, no es obligación la inteligencia, pero sí la ética y la honrada voluntad de crecimiento y humanismo contante y sonante, y entonces el derecho a la oportunidad de cuidar esa inteligencia, de revivirla, de repararla, de hacerla funcionar lo mejor posible, para bien.
Porque si no es así, entonces somos iguales a los modelos de autoridad que asesinaron - y asesinan - en nombre de la "purificación".
El intelecto solo no fue ni será nunca la última y mejor respuesta a la plenitud de la vida, de la comunicación, al sentido y la realización "del encuentro de las mentes".
"La naturaleza no admite copias, sólo originales".
En cuanto a "cómo lo miraban las minitas", no es motivo de admiración : no lo miraban a él, se miraban en su espejo.
He visto mujeres, MIRÁNDOLO y DEVORÁNDOLO, olvidadas de sí mismas, de todos los trajes de luces de él. Sin nada, en un callejón cualquiera, bajo la luz del metafarol de su alma, y el farol del amoroso deseo, no compitiendo sino armonizando con el farolito movido por el viento y sin mentiras.