Angie,...no creo que Alejandro toque de oído, ni que tenga errores conceptuales excepto cuando se arriesga a ellos anteponiendo el valor de la formulación personal, con su carne , y entonces tampoco lo son sino conjeturas abiertas, pero que contienen parte de su ser, de su propia duda, de su sentir humano y falible. Tocar de oído, más allá de aparentarlo, sería un error inconcebible en una persona estudiosa, que cuida su ser pensante; que con preciosismo y "con trabajo de hormiguita" construye su pensamiento. No es un irresponsable de la palabra, sería una contradicción grave porque él habla para ser "escuchado"( en el acto de ser, personal,nos contradecimos y es lógico y natural, pero la coherencia es el ser y no dañamos a nadie salvo y quizá a uno mismo ).
Dolina deja un espacio a llenar en lo que dice; como la disonancia de Chagall. Y cuando da señales paradójicas, es para ver si estamos "atendiendo", si lo seguimos o estamos mirando los carteles o la mosca en la ventana o si su cuello es hermoso ( en el caso de una mujer ) o "cómo hace este tipo para" ( en el caso de un varón.
Él cita "el amor no es un empujón" y, aparentemente está hablando y de hecho está hablando, de las escenas filmadas en que una pareja se va arrancando la ropa, empujando, tirando al otro contra la pared o contra los muebles, como si eso fuera la cima de la pasión y el erotismo... Así, el "toque" de sus ideas, rasga suave, arranca pedacitos del total, pica el boleto allí justo donde estaba el número que podía haber hecho o no, del boleto un boleto capicúa.
No quiero tener razón. Alguien dijo una vez "no quiero la verdad" : tal vez quiso decir, quiero ir a ella, espontáneo, inocente, amoroso...Y en ese camino, ser bendecido, como en un acto amoroso,...por un orgasmo, no un resignado acabar.