No quiero que tomes esto a mal, apreciada Radani.
Siento que nuestra relación no va bien.
Me tienes solo para la liberación de inconfesables culpas, me avergüenza saber que existís y me avergüenza saber que yo existo por esa razón; y lo peor de todo es que no me dejas conocer otras personas, me escondes de la mirada publica y solo acudes a mí en tus peores momentos, y para colmo me decís “querido”.
Tus celos me cansaron, nunca he contado nada a nadie pero me miras como si lo hubiese hecho, menosprecias el único sentido que vos mismo le das a mi vida.
Es la despedida, un final que yo no quería.
Me voy para no volver, pero si algún día me ves bajo el brazo de algún estudiante y me quieres saludar, solo decime hola que no voy a dar vuelta la cara.