No es tan compleja la función nutritiva, ya que el cuerpo mismo habla en caso de ser escuchado y expresa su necesidad. Otra cosa es la curiosidad de la mente; entonces el cuerpo encuentra en ella un obstáculo para su orden natural y su salud.
¿A qué atendemos al nacer?... a la búsqueda de la leche materna; es instintivo, allí no hay aún una mente condicionada, ni estados neuronales alterados.
¿A qué atendemos al crecer, en la infancia?... a lo que recibimos de la familia o a lo que la Naturaleza muestra y ofrece alrededor.
El cuerpo estimulado responde o no al estímulo. La mente estimulada responde o no al estímulo.
Cuando el cuerpo ha recibido en nutrición lo que necesita, queda un espacio ocioso que lo cultural se encarga de llenar a su manera. ¿Hay quien se rebele desde su infancia, que tenga una poderosa voz biológica y lógica, que esté conectado al mismo nivel con su inconsciente y su consciente?... Sí.
Puedo hablar de mí, en tanto que elemento real de un muestreo, elemento que con su existencia asegura la existencia de otros y de muchos otros.
La sensualidad no es ajena a la comida, lo ascético y lo sibarita están conectados con el grado de percepción de los sentidos pero también de la capacidad o gusto por seguir las premisas del pensamiento y no de los impulsos, los que se ven modificados por la reflexión inmediata, que SÍ es innata en el niño natural... Y algo más definitorio : a qué responde el niño, al por qué de su elección.
Soy Naturaleza, vivo por ella, conozco su lenguaje, la conección es fuerte y profunda; soy una criatura humana en un ámbito silvestre, veo todo, pero no tomo todo; la elección del cuerpo es la primera, aún no hay una mente afectada por la civilización ni sociedades extrañas ni tierras lejanas, que no constituyen la materia con que está hecho mi cuerpo. ¿Qué me rodea?... hierbas, frutos, cereales, raíces. Animales con los que la empatía, la colaboración y la curiosidad me vinculan. Más adelante y experiencias mediante, atenderé a los animales y sus productos (huevos por ejemplo) de la manera predominante en mí,... ¿pero, la idea de matar, el "permiso" de matar, estará instalado en todos, será esencial de la especie o de algunos organismos, los cerebros, los centros nerviosos, son iguales?
El sedentario se alimenta de lo que lo rodea. El nómade va en busca de lo que se acabó en su hábitat (clima, agua, alimento). Un niño de barrio, un niño de campo, con tradiciones que se cumplen sin esfuerzo sino naturalmente, no estará preocupado ni acomplejado a la hora de comer. Entonces las prioridades de sus sentidos y sus necesidades físicas ( y psíquicas), se acomodarán. Dirá me gusta o no me gusta, por dos razones : le dan de comer cuando su cuerpo no lo pide y lo fuerzan a aceptar estímulos (olor, sabor) para los que su cuerpo no está dispuesto en el momento y su digamos "principio rector" acompaña el rechazo, porque entra en juego otro aspecto y es el del dominio o la invasión, a su voluntad, a su libertad, a su estado verdadero.
¿Miro al mundo o miro a la Madre Naturaleza, miro a los caprichos sociales hijos del mercado, el dinero y el consumo, miro los placeres distorsionados con mirada crítica o miro dentro de mí, buscando mis propios placeres pero escuchando y actuando al ser que trae la experiencia de su adn y se nutre también y especialmente de inteligencia y criterios de inteligencia, que lo confirman en su individualidad?
No es diferente la comida y sus hábitos, a cualquier otra cosa en la que deba intervenir la voluntad y la razón del ser involucrado en vivir con otros. La comida puede ser un vicio destructivo como cualquier otro agente en lo que llamamos "cultura y civilización". Como puede ser una herramienta filosófica para construir y educar el carácter, así como para desarrollar virtudes, dones o capacidades específicas de su cuerpo, de su "unidad o sistema psicofísico".
Claro que todo cambia ante el animal desnutrido o desesperado por el hambre, ante el organismo y el cerebro, intoxicados, distorsionados, debilitados por la carencia. Pero también por la desmesura y el desorden, de la satisfacción o agresión que se permita a través de lo que incorpora o el organismo genera como compensación de lo que falta.
La criatura humana, el animal humano, no nació con la sofisticación caprichosa de cuerpo y mente, ni proviene el genoma humano de la cocina de un súper chef, de la hegemonía del artificio. Con el cuerpo ocurre como con el alma : lo comprendamos o no, somos lo que comemos, pero también lo que nos obligaron a comer. En ambos casos podemos rebelarnos, podemos reintegrarnos... o no. ¿Qué apetito es el mayor, cuál predomina vitalmente como causa de felicidad o infelicidad, cuál es esencial y definitorio? ¿Elevamos los sentidos o los maltratamos regresándolos al desorden?...¿Elevamos el espíritu junto con su naturaleza o lo disociamos?
Podría llegar un día, en que volvamos a estar solos en medio de la Naturaleza sin nada más que ella, ¿se daría por sí misma la auto-regeneración, sobreviviría el proyecto original de la especie. El placer o displacer no manipulados, deberían ser como en el principio, una lucecita GUÍA; pero no es conveniente para esta triste imitación de vida que es el "mundo".
Pido disculpas por el espacio que he utilizado. :(
Deseo para Barton, el cumplimiento de sus mejores espectativas. :)