Creo que ya he escuchado todos los programas de este sitio, incluso dos o tres veces; por mi trabajo, estoy seis meses en Europa y Dolina es mi mejor amigo; hay un año crucial: el 2007; Rolón ese año tuvo un rol diferente; creo adivinar que compartieron con Dolina una amistad confidencial, la cumbre de las afinidades electivas; de la etapa Pre- Rolónica al Rolonismo de 2007 hay una diferencia abismal en el crecimiento intelectual de Gabriel. Incluso hay marcadores lingüísticos que evidencian que Rolón estaba despuntando como analista, cuestión que antes era más objetivo de cargadas y ahí había una conversación lacaniana entredicha; ese año se fue , como dijo Dolina, a explorar su propia vocación; Dolina le despidió con su corteza dura , sutil, sin fuegos artificiales, pero creo que no dejó de extrañarlo; Barton le contuvo muy bien en el post- rolonismo, fue algo así como el Rolón sin Rolón, incluso confundiéndolo al principio (se le pedía a Barton que diga algo que saque a Dolina de su ánimo reptiliano, siendo que Barton estaba lejos de transitar ese camino que por ejemplo Rolón cumplía extrayendo consignas de las radios). Gillespie no es para contener, sino para dispersar con frescura. De allí que tengo dos años que me encantan, 1994 y 2007: Dolina, Rolón, Gillespie. En la etapa Bartoniana Plus, los enredos entre Dolina, Gillespie y Barton inetrcambiándose personajes y declarándolos condujo a cierta voz en suplantación del contenido. Todo esto siendo Dolina mi mejor amigo cuando empieza la noche en Holanda, cuando amanece en Dinamarca, las noches cuando maúllan los gatos en celo aquí a metros de la Alhambra