En este instante termino de ver el video de la Feria del Libro, con Alejandro y Karina Beorlegui.
Esa canción infinitas veces resonó en mi casa, en mi jardín, en mi vida, cantaba mientras regaba el jardín, cantaba echada sobre el césped caliente mientras mis gatos retozaban conmigo y escuchaban conmigo. Julia Zenko, es la voz para esas canciones, como lo es Ruth Ataguile. Karina Beorlegui canta muy bien los tangos, su estilo es muy preciso; tal vez es la que mejor se identifica con los tangos de Dolina o la que él prefiere.
Su voz, su modo de decir, cambió. Su voz ahora es más potente, más segura; quien conozca de música, dirá que es mejor ahora. Quien conozca de poesía, dirá que antes era mejor. Pero los gustos son infinitos.
Tengo un CD de Karina Beorlegui; a veces, lo escucho, como escucho Tangos del Bar del Infierno ( esa baldosa, como un Mandala ).
Pero la Opereta es sagrada . Estoy en otro escalón de la escalera; en otra etapa del camino; otra es mi percepción; reconozco todas las formas cobardes con que la gente quiere herir en nombre del amor.
Hay una sola cosa en la vida, en la que no cabe la duda : es el amor. No la admite. Así mientras se duda, se desangra de vida, de luz. Se desangra el inocente.
En todo lo demás, se tiene todo el infierno para seguir discutiendo, teorizando hasta que el sol se ponga. Y entonces una sola cosa queda en claro.
Haber escuchado la Obertura de la Opereta en el teatro, fue un tramo del alma muy importante.