Esta noche, 21:30 en Escobar... ¡Ese club y su calle tienen nombres extraordinarios, provocadores ! Convocantes... ¿Tal vez para contrarrestar el lugar...? no creo. Pero, aunque se potencien mutuamente, necesitan el estímulo fantástico de la poesía sin freno : imaginación enamorada. No se debe relativizar la idea.
Esta noche, Dolina, devuélvenos al Jardín.
A.D. solía imaginar, proponía como el demiurgo, que el encuentro de los que se aman, no debía limitarse a caminar en el realismo vulgar del mundo, de modo prosaico... Uno de los dos o ambos, debía hacer magia o algo que pudiese sospecharse tal... Por ejemplo, plegado en el interior de un bolsillo, extraer y desplegar radiante de cariño, ilusión y orgullo,...un Jardín : - Aquí tienes, ¿quieres entrar y pasear conmigo?... Entonces, común pero no vulgar, pobre pero no prosaico, sería como Odín, con su barco plegado en el bolsillo.
Donde está el Amor, está el dios. Y, como un dios, los que se aman quieren agasajarse, elevar lo mortal del otro a la condición de lo intocable... Pero entonces, el amor como energía superior se vuelve irrealizable, el amado, materialmente intocado... Falta algo. Falta el nexo : falta la ruptura del eslabón...
Por eso es un par, lo que no logra uno lo comienza el otro y lo completa el uno. Se genera un salto cuántico sobre la humanidad de la pareja, se la actualiza a partir de su alcance; habrá quien es regresado a los sentidos en su materialidad de hijo y es proyectado ángel hacia el alma. Finalmente - y esta parte es el gran misterio que no tiene garantía - ...lo atraerá, lo envolverá, a su acto de amor, a su medio alquímico - ¿quién a quién? - para el bien del par, no el que más ame, sino el que mejor interprete al dios, para que no mate la humanidad al amor.
Hay mujeres y hombres que colonizan dios por amor al hombre y a la mujer. Y hay hembras y machos que colonizan mundo por otras pulsiones.
Se necesita - es pura lógica - el par adecuado. Alguien, en particular : erotismo y ternura, poesía. Muchos en general : amor fraterno y ternura, política.
-Ha llovido y el Jardín, debe estar brillante y filoso como diamante, como jade... Húmedo y blando, como las flores y las hojas de hierba. El Jardín debe estar vibrante, es decir, como cuerdas dispuestas a la canción. Una alfombra debajo de la amplísima y compacta copa de un árbol : allí nos sentaremos y nos describirás el Jardín.
-Puedes verlo, mira.
-No; sólo tú puedes describir el Jardín.
- ¿Cómo?
- Así - y puso la mano sobre su pecho.