En este tema estoy más de acuerdo con Pacha, mientras que no pensemos que la felicidad es necesariamente un sentimiento o un estado complejo, creo que es más accesible a alguien que ignora aquello que va más allá de sus horizontes inmediatos, y por lo tanto se puede conformar más fácil.
Había un cuento de Voltaire en que opone los dos casos extremos, el de una vieja ignorante, que vive en una choza, pero feliz, porque no conoce lo que se pierde, y el caso de un viejo tan sabio, que desprecia todas las creaciones humanas, por ser imperfectas, por lo que no puede disfrutar de nada, de lo mucho que tiene, y por lo tanto es completamente infeliz.
Voltaire proponía ser menos exigente, y tener, si no la felicidad imposible (sin la ignorancia), por lo menos algunos momentos de disfrute elevado, cada tanto.