Para que no me recuerden con inquina les dejo mi última intervención...
Don Alejandro va a casa de una amiga para echarse uno.
A la hora de los bifes, el pene no le responde, así que, un poco preocupado, le dice a la amiga que lo espere un momento. Va al baño y en la oscuridad busca en el botiquín algo que le ayude a solucionar el problema.
Encuentra una pequeña cajita con pomada, se la unta y, ¡oh maravilla!, le devuelve al instante su vigor juvenil. El tipo vuelve a la cama y le hace el amor a su amiga, quien queda extasiada ante tal vigor. Una vez terminado todo, al hombre le entra la curiosidad de saber qué se había puesto. Se levanta, va al baño, enciende la luz y busca la pomadita.
Después de un buen rato la amiga entra al baño y lo encuentra desmayado en el suelo, con una cajita en la mano en la que se lee: "Pomada Bayer para callos. Se endurece, se seca, se pudre y se cae. Si es BAYER, ¡¡es bueno!!"
De Los placeres de la vulgaridad.
Antonio,
Destino incierto.2011,1500pp.