Bueno Matías, entonces inodoro (al menos rima con decoro).
Por acá solo se asoman ratas sedientas en éste seco verano, en el que debemos regar el pasto al menos 2 veces al día para que no esté tan amarillento. Una que otra cucaracha despistada en las noches de más calor (acá, pasamos rápidamente de los 32 ºC de la tarde a 14ºC en la madrugada) y algunas hormigas buscando provisiones para el invierno.
De bichos, bastante escasandri por acá, al menos en Santiago, porque en el sur hay ciudades donde llueve 200 días al año (Valdivia) y en el norte hay otras en que caen algunas gotas un día cada 10 años (Atacama, Arica).
Por suerte las binchucas no se asoman por la capital, aunque me ha tocado por trabajo subir cerros en donde abundan. A un colega lo han picado al menos 5... más que un colega es un sobreviviente.
Abrazos.