Esa nota de Clarín suena más bien a comentario escuchado en el café de la esquina que una observación técnica. Una nota seria hubiese realizado una comparación con otras netbooks de su tipo, verificando rendimiento y si es un equipo adecuado para el uso al que se va a destinar. Acá las apreciaciones parecen las de un hincha de los ordenadores de escritorio prejuiciado por cualquier portátil.
Si realmente hubiesen querido hacer una crítica menos pelotuda, podrían haber ironizado sobre si un aula tendría suficientes tomacorrientes en caso de que los alumnos olvidaran recargar en sus casas sus netbooks y si ello no afectaría el presupuesto de electricidad de las escuelas (y por ende, la cantaleta de "pagado por el dinero de los argentinos"). Pero no, ni eso se les ocurrió.