Lo que Alejandro dice sobre el amor, tiene una verde puertecita que comunica dos intancias de un mismo, precioso, secreto Jardín, para el que aún no amó.
Es uno de los pocos hombres de letras, y de exposición pública, que dimensiona con el cuerpo la dignidad de lo que sostiene : defiende el amor en un mundo que lo degradó; el mundo alquitranó las alas del ángel del amor, Dolina limpia con primor doloroso de amante, con delicado quebranto, el alquitrán de las alas, sin atreverse a mirar a los ojos al ángel,...pero el ángel sabe.
Trabaja su propia materia, como el labrador desmaleza, siembra, y comparte la cosecha con quien la quiera. El que ha sido herido por el amor, no tiene heridas que corrompen : al que no conoce el amor, ni de esa su herida, le dice que ame, da testimonio de que el amor bendice, que " la vida vale menos que el amor", en el sentido de que el Amor es la vida, y el tiempo que lo resta es existencia. Pero que el camino, no es el que la sociedad dice.
Para el que amó y no fue amado ( leer un capítulo, escribir un capítulo, no es leer y escribir el Libro ) muestra la móvil cortina neutra de la niebla hecha de rocío, que oculta el color del arco iris : el Sol no llega, y tampoco cae en lluvia...¡ pero qué dulce, qué inacabado alimento, es el claroscuro y la promesa de la lluvia !
El que ama, el que llora en su corazón las voces, las caricias que se han ido, encuentra en las palabras y la música y la voz de Alejandro : a alguien que ama, que sabe de qué se trata...
Pero aún la vida, el ángel que mira al hombre que limpia el alquitrán al Ángel, espera con el mismo cuidado, con la misma atención : para quitarle el velo que
también lo recubre,...justamente porque es Alejandro, cuando Alejandro pueda.
Si confía en reparar, en restañar, cómo no confiar en aquello que repara, que restaña. Aún, hay un velo.
Y también nos permite sentirlo. ¿ Hay algo más digno ?