Agradecería no me digan más nada así me puedo ir y todos contentos.
Yo los releo, por eso puedo decir que falta a la verdad Adolfo, y ese es el modo irrespetuoso, no las puteadas. Yo no hago poesía, soy así nomás. Tampoco asisto a talleres literarios : atiendo y me dirijo a espíritus.
No es correcto mencionar a mis alumnos, pero le responderé : cuando tengo un alumno-y me pasó y me sigue pasando, porque esos seres existen como los perros de Braceli- que levanta la mano todo el tiempo y tiene y quiere decir y es por ser más sino porque siente darse, le permito hablar. Y entonces estimulo a los otros a levantar la mano el doble de veces, hasta que llega el día glorioso para mí en que todos mis alumnos levantan la mano y hablan y no tienen miedo de hablar ni creen ya que la condición para hacerlo es el acierto o el consenso, se alivian no sintiendo el peso de la "libertad condicional" y de que el maestro no es el "hermano mayor" que se apropia de lo que no le pertenece. ¿Sabe que hacen otros maestros? : lo ignoran, no le permiten hablar, lo envían al E.O.E como "alumno problemático", citan al padre para decirle que su hijo "tiene un problema con la figura de autoridad", que no se aviene "a ser igual a todos, que le gusta llamar la atención, que molesta a sus compañeros, que pretende ser más que el otro". ¿Sabe qué sucede con ese ser sano y libre que vino a la escuela?...Los compañeros se envalentonan y se burlan de él. Nunca más levanta la mano, no habla, no participa. Su carpeta que era el espejo de sus ansias, está con los ojales de las hojas rotos, las tareas sin terminar, los dibujos no tienen colores. Ha sido dado de alta por el E.O.E., al fin "ha mejorado". Se cita a la familia y se le dice que se pongan contento, el niño "maduró", entró en razón.
Se ha matado algo, alguien, antes de llegar a saber qué, quién era.
La incapacidad del maestro quedó a salvo de ser descubierta y evidenciada por "un inadaptado pedante pagado de sí mismo e irreverente, que no sabe quién es el dueño del aula" y, de paso, le quitó a los demás las ganas de intentarlo.
A menos que se mienta, que se falsee con algún propósito experimental o por divertirse ( una de las formas de internet), se puede conocer a alguien en lo que escribe : así que algo conocemos, algo sabemos amistoso o enemigo o indiferente. Ningún preso organiza los horarios de otro preso. Y ningún hombre libre, sienta a otro en una sillita en un rincón semi iluminado y le dice cuándo y cuánto hablar : ni le concede 30 minutos como premio a su subordinación, de vez en cuando, para pasear solo y tomar un rayo de sol, en el patio del presidio
( recordé a Oscar Wilde ).
Vine aquí por una persona. Encontré otras que me gustaron.
Me voy, sin esa persona. Y sin nadie.
Virginia el jueves, 10 de marzo de 2011 a las 09:27 PM
en La venganza será terrible del 09/03/2011 dijo: