Muy cierto, theflaq. Hermoso programa desde Córdoba. La reflexión sobre el caleidoscopio y los regalos de nuestros seres queridos bien merecía un aplauso. Me dio entre lastima y ternura que el negro hiciera ese silencio esperando una respuesta del publico que nunca llegó.
En el segmento de mensjs y gacetillas Dolina comete el furcio de decir "peronismo" en lugar de "periodismo"; por suerte no estuvo Rolón que se hubiera hecho un festín diciendo _¡qué lapsus !_y largando su típica carcajada. Recordé una explicación mas interesante que leí hace mucho a cargo de Ascención Fumero. La busqué, la encontré y copio:
"—¿Estado civil?
—Cansado.
Freud trató de explicar errores de
este tipo al suponer que en ellos
emergen elementos reprimidos de
nuestra conciencia. Cuando alguien
comete un lapsus como el anterior
estaría abriéndonos una ventana a su
inconsciente, es decir, a sus verdaderos
deseos ocultos. Por ejemplo, la persona
que responde «cansado» a la pregunta
por su estado civil estaría expresando en
realidad algo que es incapaz de
reconocer conscientemente: que se
encuentra harta de su matrimonio. En
este sentido, el lapsus freudiano es un
acto impúdico: nudismo mental. Quien
comete uno de estos lapsus está
mostrando algo que le gustaría ocultar o
incluso que él mismo desconoce. La
explicación de los lapsus lingüísticos es
un buen ejemplo de la concepción del
psicoanálisis de la estructura de la
mente como una especie de campo de
batalla con tres bandos: el Yo trataría de
expresarse de una forma más o menos
razonable, el Superyó procuraría evitar
que se dijesen cosas inapropiadas o
contrarias a las convenciones sociales, y
el Ello, el hombrecillo malicioso, se
colaría por las rendijas para hacer ver a
todo el mundo sus verdaderas
intenciones. Como un exhibicionista,
aprovecharía cualquier descuido del
hablante para proclamar: «No soporto a
mi mujer», y salir corriendo.
El estudio de los errores es una
buena fuente de información sobre el
funcionamiento de cualquier proceso. La
forma como se producen los olvidos nos
dice mucho sobre el funcionamiento de
la memoria y las falacias en que
incurren las personas nos hablan de
cómo hacen para razonar
cotidianamente. En el estudio de la
producción del lenguaje, una de las
fuentes de información más utilizada ha
sido tradicionalmente la de los lapsus
lingüísticos. Las explicaciones de la
psicología científica no son aquí
tampoco tan llamativas como las del
psicoanálisis, pero son la base de
algunos de los principales modelos
teóricos sobre producción del lenguaje,
es decir, sobre cómo hacemos para
hablar. En estos modelos se contemplan
varios niveles o subprocesos que operan
de modo más o menos independiente y
dan lugar a interesantes influencias
mutuas. Por ejemplo, en la producción
errónea de la palabra «cansado»
influiría especialmente el nivel
fonológico, puesto que esta palabra se
parece mucho a «casado», que sería la
producción correcta. Evidentemente, una
persona soltera, por más harta que esté
de su soltería, no dirá que su estado
civil es «cansado» en lugar de
«soltero». El parecido entre el sonido
de las palabras tiene una gran relevancia
en los lapsus lingüísticos y así se ha
demostrado en numerosos estudios (eso
sí, estudios que emplean un adecuado
control experimental y que no se basan
en meras intuiciones realizadas en un
despacho o junto a un diván).
Esto no quiere decir que el nivel
fonológico sea el único que interviene
en los errores lingüísticos. También lo
hace en gran medida el nivel semántico
o del significado. Por ejemplo, si
manipulamos adecuadamente el contexto
de una frase, puede suceder que
cualquier palabra introducida en dicho
contexto adquiera el significado que
propicia la frase. Si decimos: «Entre los
milagros de Jesucristo se encuentra
hacer hablar a los ciegos», usted se dará
cuenta de que es necesario pensar dos
veces esta frase para advertir que el
hecho de que hablen los ciegos no es un
fenómeno particularmente milagroso. En
los errores de comprensión y
producción del lenguaje participan, por
tanto, elementos relacionados con el
contexto y éste se ve influido por las
intenciones del hablante, pero esto no
significa que los lapsus sean
manifestaciones de una voz oculta dentro
de nosotros. Muy recientemente, la
ministra de Agricultura y Pesca del
gobierno de España tuvo la triste misión
de decir unas palabras sobre unos
pescadores desaparecidos en el mar. En
tal circunstancia cometió un lapsus al
decir que aún se albergaban esperanzas
de «encontrar con vida a los cinco
cadáveres» de los marineros
desaparecidos. Evidentemente, en este
lapsus influye su propio pensamiento
sobre la dureza de la situación (factores
semánticos y de expectativas), pero en
ningún modo se le puede atribuir algún
tipo de intención oculta y maligna sobre
el destino de los pescadores"
(Dedicado a mi Doppelganger, emanación de Vishnu y sus 32 avatares)
Saludos y como decía el Agente Cooper (no Bob-Mr C) ¡Viva Perón!
PD: ¡Krank! vi el video de la kreimer que me dejó muy afectada y angustiada ( me tocó profundamente; me volvieron recuerdos de situaciones y sentimientos que me tocaron vivir muy parecidos a los que cuenta en el video.)