¿Esta es la mesa donde, en cierto ágape, a Dolina lo sentaron junto a tres personalidades rusas? Con su gatuna habilidad para el escape, previas inclinaciones de cabeza, se fue : no por no tener nada que decir o no querer, a esta altura ya sabemos que él no habla ruso...
Tal vez no importaba, porque ellos ¡ tampoco hablaban castellano !
A veces cuando emisor y receptor- pendulares- podrían tener algo importante que decir, que un tercero invisible, no desea : entonces Babel, entonces cancha embarrada.
Esta blancura no es esa mesa. Necesito confiar que es la blancura de los manteles de las arañas : ellas los tejen primorosos, según sean para dar cuna y nido a los hijitos, según sean para cazar, según sean para llamar a la pareja.
Completen ustedes con algún "toque". Yo, intento.