Marcela...Yo nunca me manejé con ironía o me valí del cinismo. No es mi modo y fracaso al usarlo. Hay quienes lo exigen y uno puede elegir entre creerlo prepotencia o un juego. Cuando no capto crueldad, opto por lo segundo. Imité, como un niño por dar algo, cuando llega y dice ¿ puedo jugar con ustedes ? - en este caso a los espejos. Y a las escondidas en una sala de espejos.
Sé que desconcierto, pero yo hablo desde el alma, desarmada, descalza : el cuerpo no me viste, no me defiende, y este modo de estar, de no irse, suele irritar. Es curioso, a los animales nunca.
Dios en un nombre, un modo de traer la presencia.
Usted no debe disculparse conmigo, a menos que en su intención haya vivido algo que la avergüence y no lo creo. Tal vez, las letras sean nuestros únicos jueces.
Lo que sí me avergüenza a mí y le pido disculpas por lo que fuere que hice, para alimentar en usted la decisión de decirme "¿alguna vez logró que él también se disculpara con usted?"
Se me ocurre que usted debe escribir, y debe escribir muy bien.
Se me ocurre que debe ser usted muy simpática y cálida.
Cuando se está mucho tiempo sola y en silencio, uno se integra a todo, los integra a todos, los reúne en su balcón terraza y cree que conversa. Y cuando se encuentra con ellos aquí afuera, cree que la conversación sigue.