El guerrero verdadero no abandona el campo si la paga le disgusta y menos si no recibe ninguna.
No tiene franja horaria, no pacta con la conveniencia que debilita. Puede servir porque no tiene precio; no él, lo que hace - o al menos lo cree.
Pero creer es su propio valor transferido a la causa, por encima del descreimiento que como un hongo parásito medra en la humedad de la sangre, de las lágrimas, del sudor de la traición, es una transfusión que ofrenda y nunca una sangría, al sentido de aquello que es depositario del símbolo y la cosa.
El guerrero necesita la batalla no la muerte y, la muerte necesita al guerrero, porque el guerrero es el amador de la vida : y necesita empujarlo a un gesto innoble, fisura que el guerrero dejará pudrir en herida, hasta que la herida no encuentre qué devorar... Entonces, un guerrero de luz : para el que todo importa pero importa menos, que aquello a lo que está unido su ser.
Los campos de batalla del mundo han devenido en elementos ordenados de modo que evoquen parques de diversión, (como las iglesias con horario para sus puertas y límites para sus pórticos, evocan comercios). Se les ha arrancado el aura de la literatura y el arte, a cambio de un surrealista resplandor que puede - y esa es la intención - ser cualquier cosa posible al observador.
El guerrero ( lo concreto) sería instado a empeñar su armadura si no estuviera hecha de abstracciones y si no fuese el Mercado la suprema abstracción. Así que su voluntad se debilita y afantasma, despreciada la pluma que asoma de su pecho - un fractal de memoria que no le sirve a un mundo que existe justamente por su premeditado olvido.
El triunfo final y canalla sería no el descanso del guerrero, sino el olvido del guerrero, olvido de sí, olvido del Sentido en la rendición de los sentidos, subvertida la intuición, persuadida a vivir de rentas.
Debe - si quiere - LVST eslabón de la cadena trófica no perder de vista la sospecha, el vislumbre o la certeza del punto áureo del equilibrio...
A su dimensión le han ido creciendo paredes y se ha ingeniado para moverse en las grietas; algunas son trampas que impiden avanzar, salir al otro lado, "saber" el otro lado, multiplicar ese saber.
Ha traído los límites graves del vasallaje aburguesado como regalo troyano, no obstante ser sin aviso cuando parece perdido en la orgía, en deslumbrante malabarismo LVST el boomerang ... Y la mutua transferencia de un metacuerpo en común que hace saltar de la cama la metavisión antes de que suene el despertador.
He descubierto que mi hipnofobia es hija de una voz irrenunciable (para qué decir el nombre si no hay dos)...
Cómo sabe el sonámbulo que lo es si LVST lo ha matado : tal vez porque ha quedado el miedo a estar despierto.
Sería un fracaso como alegoría la auto-hipnosis o la hipnosis colectiva,... pero sólo los de rica imaginación son conscientes de la parálisis del sueño y pueden observarla y observarse.
En fin, se pueden retener las bridas de un caballito de calesita ( volverá una y otra vez sobre sus giros, sin patas, espoleado por niños sin pies) no las de un caballo vivo.
Los guerreros necesitan esos caballos refulgentes en la noche, híper-veloces en el día (hasta la invisibilidad).
Los caballos necesitan esos guerreros refulgentes en el día, híper-veloces en la noche (hasta la invisibilidad).
¿Quién silba, quien corre? ¿Quién qué, qué quién?... Y dónde la pisada del gato, dónde el gato.
LVST es a la visconversa como decía la Chilindrina. Y a la visconversa irán como hojas en blanco, las mentes y las almas, las pupilas abiertas, mañana a la noche a "Verano de Emociones" ( junto con la más grande migración de panaderos que ocurre cada febrero).
...
Volveré a la escuela en una semana. Pero esta blanca pared, se verá libre de mis graffitis (letras, palabras, que unidas dibujan imágenes),... suavemente,... mucho antes.
No es la pared de un baño o el frente de una propiedad privada o la fotónica curiosidad virtual acicate provocador que empuja a "tocar"... No toco nada que no respete. Claro que lo que eso significa, no será entendido a menos que...