entonces usted no es bueno, pongamos por ejemplo, no quiere bien a un amigo sólo por eso, sino por la esperanza de un premio, y no lo estafa o mata, sólo por el miedo al castigo.
Vamos mijo, nadie es así. De esa sustento ideológico (que ni de lejos llega a filosófico) surge por ejemplo la tolerancia cero, la disminución de la edad para la imputabilidad y tanto autoritarismo que sostiene que el rigor de la pena disminuye el delito.
Esa manera de pensar a la vida como un camino (cuando apenas es, como usted insinúa de soslayo, un errático derrotero) cuyo final es el gran premio o el gran castigo instala la culpa y el perdón como elementos estructurales. Vaya teniendo en cuenta que el perdón exige autoridad del perdonador respecto del perdonado, es decir, otra estructura autoritaria que tenemos instalada como un quiste maligno en nuestra cultura y en la vida personal de la mayoría de la gente.
Por último, pensar que su vida tiene sentido (y es por eso un camino, con un fin en el sentido de término pero también en el sentido de justificación que da sentido a todo lo anterior) es un gigantesco acto de sobervia. Usted es un conjunto de átomos, que se volvieron autoconcientes, y como parte de la naturaleza, algún día volverá a ser átomos sueltos, por muchas justificaciones, reencarnaciones, eternidades y paraísos con los que pretenda conformarse para evitar, siquiera por ratos, la angustia de una verdad insoslayable.
Ripio Suelto el sábado, 12 de septiembre de 2009 a las 08:01 PM
en La venganza será terrible del 11/09/2009 dijo: