La calentura no está en el corazón. Las parejas no se consolidan por calentura. El que obra por calentura no está siguiendo a su corazón.
Si el varón pudiera ser menos animal y más espíritu, seguramente lo demostraría, con conflictos de otro nivel.
Que un animal acceda a la unión física con otro, por calentura, es natural.
Que un sujeto espiritual lo haga, no lo es.
Un gesto de la carne, es insuficiente para el espíritu y viceversa.
Lo que ha nacido de la carne, carne es. Lo que ha nacido del espíritu, es espíritu. No puede juzgarse a uno por el otro.
El amor, el amor a la vida, el amor a la verdad, el amor a dios, el amor a otro ser, empareja ambas fuerzas y se podría decir que es el resultado del abrazo de ambas, de la armonía y sintonía de ambas.
El famoso "ser o no ser", el "cómo del ser", suponen consciencia; es la acción central, intensa y constante de ella, lo que hace desembocar al individuo en la filosofía, la poesía, la religiosidad. O vivimos por amor a la verdad ... O vivimos por codicia de poder ... O vivimos por la vanidad del ego que "quiere apropiarse y ganar".
Los hombres y mujeres se diferencian por el motivo por el que viven, al que se entregan y en el que se encuentran, a cambio de nada que pueda ofrecer el mundo, de nada envilecido por el concepto de premio o castigo. Han obrado conforme a sus consciencias, no han confundido la radiación del plexo, la luz de la mente, la compasión amorosa, la dulzura del corazón, con la temperatura de sus genitales, con el hambre indiscriminado de un cerebro intoxicado, con la debilidad de un cuerpo biológico desconectado del alma, con el mandato y obediencia a los sistemas que representan lo opuesto : por los frutos los reconocerán.
Así que, hay que decidir. Si un hombre o una mujer no son capaces de eso, no son nada.
viyi.v.pelayo el viernes, 14 de marzo de 2014 a las 12:07 AM
en La venganza será terrible del 12/03/2014 dijo: