Solo quiero afirmar, acordar,porque el programa lo dijo por sí mismo, que esta noche fue extraordinario. Semejante a los del Tortoni. Que el factor esencial fue y sigue siendo, la voz de Alejandro : según cómo él dice, el programa vive o no. Su ser en la voz puede destrozar lo más sublime, o hacer con pocos elementos algo artísticamente gozoso y humanamente conciliatorio con la fe en la vida, con la energía que rescata. No sucede por los textos, sino por su ser presente : cuando su voz connota.
Profundidad y altura, parapente en corriente cálida y pareja, sin tirones ni sobresaltos, sin disonantes coletazos; era el delfín jugando y al mismo tiempo el anillo delicado sostenido par hasta el final. El programa era su voz. porque todo fue su conducción como el director de una sinfonía.
Cantó con toda el alma. Cantó de dos maneras Soy; no fue por error.
Todos los músicos junto con el Sordo, fueron afinados y afinadores, maravillosos, en ese concierto, esa miniatura intensa, dulce, generosa, preciosa, comunicante, que fue el programa esta bella noche diferente.
Tal vez no deba decirse lo que se siente, en un ámbito de contraclima. Pero es lo único valioso con que puedo "pagar" (-"No, es gratis; sino al final voy a terminar pagando yo - le dice el niño a Manuel ) Decir la verdad cierra y abre el camino, libera la vida, hay que dejarla ser; cada vez que el hombre la oculta o miente, alguien llora fatalmente. Así que, vaya con dios verdad mía : es amor.