"...Y por éstas cosas que te cuento, nieto mío, es que las sociedades a medida que iban creciendo, iban surgiendo cada vez más la necesidad de tener un sistema que identifique a cada individuo... Los rasgos, los nombres, luego los apellidos, luego documento de identidad, luego las huellas digitales, y así y así hasta el día de hoy que tenemos un chip incrustado justo en el cerebelo que nos delata quiénes somos, donde estamos, y a donde vamos. Ahh tiempos aquellos nieto mío, cuando todavía existía unas migajas de privacidad..."