Acabo de leer lo siguiente, publicado en LVST por un oyente en respuesta a una reflexión de Dolina, que escuchó sin comprender, llevando agua a su propio molino :
"Estimado Dolina, escuchándole hablar del término "discriminar" se me ha ocurrido investigar un poco del asunto. He aquí lo que saqué en claro:
“Discriminar” viene de “dis-” (separar) y “crimen” que en sus albores latinos significó acusar o culpar. Por tanto discriminar es señalar a los culpables, prejuzgar, hacer prevalecer la moral individual. Si se pretende usar en otro sentido (más ingenuo, por decirlo así), seguramente se hará necesaria algún tipo de incómoda aclaración."
Esa conclusión es la tendencia del liberalismo antropofágico que martilla como el pajarito día y noche, en los medios de comunicación, su ámbito propagandístico, su formador de "opinión" su detractor de toda moral que no sea "cuidar las relaciones públicas con el que es o puede llegar a ser consumidor de su producto, fuente de su capital"...
Me pregunto si considerará "hacer prevalecer la moral individual" la intervención de la consciencia y los modos de la ley, ... ante el asesinato, la violación de un niño, el robo violento, la golpiza a un anciano por no tener nada que dar ni siquiera resistencia, la negligencia criminal con un ser vivo, la mala praxis que mata o discapacita ... Tal vez, como muchos que viven de la cáscara de la palabra y no de la carne sensible de la palabra, reclamará dis-criminar cuando se trate de sí mismo, de su mujer, de su padre, de su bebé muerto, de SU...
Dolina también habló del vicio de ciertos intelectuales (y doblemente vicio de quien se cree intelectual y que serlo equivale al ápice de la sabiduría y la prerrogativa)... pero no escuchó, esta persona que recepciona y selecciona, tendencioso, parcial; un norte maquiavélico.
Todo se reduce a grados de consciencia. Pero no quita responsabilidad de las consecuencias.