Buenos días Juan. Sólo paso a decir algo que me parece importante, relacionado con este sitio y el programa.
Solía grabar programas que consideraba importantes por un presentimiento espontáneo.
Dejé de hacerlo, como gesto de confianza solidaria con lo que yo siento, equivocado o no, el propósito de este sitio : sabía que podía recurrir a este lugar y encontrar el programa actual, como fruto afectuoso y constante, de su trabajo, Juan. Ya no importaban los inconvenientes de último momento u obstáculos previos : nada impediría que el programa fuera escuchado, a pesar de la triste decepción por las espectativas de la noche frustrada.
Un toquecito en el corazón, me sugirió "grabá el programa" ... Y el vulgar acostumbramiento cotidiano de desoir las metavoces interiores que parecen saber antes, hizo que lo desatendiera.
Hoy quise, no por renovar la experiencia de anoche en vivo, sino por descubrir nuevas lecturas, oir aquí el programa de anoche : sorpresa, pero no sobresalto,... no está.
Me acostumbré, apoyada en los hechos pero también en la fuerza de tantos buenos deseos, a que aunque lluevan sapos con cola el programa está o estará.
Olvidé los imponderables.
Juan, sé que si es posible, subirá el programa aquí.
Y si no es posible, sin preguntar la razón, doy por descontado que no dependió de su voluntad.
Ya ve, el lado no positivo de este sitio y en todos los órdenes de la vida, donde se pone sentimiento, confianza, seguridad, juicio de valor,...sin prudencia y sin recordar la imprevisibilidad de la vida.
¿Debí grabar el programa de anoche como dijo el "toquecito" en mi corazón ? No. Hice una elección en ese momento. Los resultados no son culpables ni yo.
Ojalá pueda usted Juan traer el programa de anoche, aquí.
O tal vez, alguien más pueda.
Es la pantalla hoy, como la sábana blanca de una cuna vacía.
Gracias. Disculpe. Ya me voy. ;-) :-) :-(