Alejandro Dolina tiene varias formas de humor; la que yo disfruto, la que me atrajo, la que acompañé o me acompañó entrando a mi corazón es tierna y surrealista. "No quería volver : quería quedarme sin irme nunca". El sentimiento de haber llegado...
El programa es como una hamaca blanca mecida por la alegría de ese humor; como la alfombra o el edredón, sobre el azul de Las Mil y Una Noches, cuando lee lo histórico o mitológico con seriedad - porque es muy serio el índigo de la respiración y la luna de la mente brillando sobre la intensa palpitación de una brasacorazón confiada a su voz - sin juzgar a mitad de camino cada concepto que va deslizando, porque de hacerlo se pierde el encanto, se deshace la magia del relato y, aún, la posibilidad de pensamiento, con su lógica de fruto y su poesía de flor, de hacer pensar con respeto de esa facultad. Sería como si él no creyese que allí hay un alma verdadera más fuerte que la imaginación. Incluso, que la metáfora de una metaestrella, lo eligió para reproducir por vez final; para dejar lo que traía, a la vera de su voz.
No hay ningún beso en esta habitación blanca de la pantalla.
Yo escucharé el programa que esta noche van a transmitir; no sé cuál es; tal vez sea uno donde lo encuentre como me gusta encontrarlo; quizás no; pero lo acompañaré.
También es lindo el programa del 30 de diciembre de 2008, el último programa del año. Está Guille también. Me hizo reir mucho, a mi gusto.
Buenas noches. Les dejo ésto :
Por cumplir me he gastado la vida.
No me importa: el amor vale más. ( Manuel )
¿Para qué tanta declaración?
ya no hay tiempo, muchachos, de amar.
Un instante les queda no más. ( La Muerte )
Ese instante es la eternidad. ( Manuel )
¡Ay muerte tan rigurosa!
No detengas este vals. ( Laura )
Los espero en el último acorde,
soy el tiempo final del compás. ( La Muerte )
Ya no vale la pena querer
si la música llega al final. ( Laura )
CON UN BESO SE PUEDE ESPANTAR
AL FANTASMA DE LA INMENSIDAD. ( Manuel )
Sigue... Es un fragmento de La Opereta.
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Pero también está este fragmento ...
Al final de esta calle hay un bar. El bar "Pampa". Entre nomás y cuéntele su historia a cualquiera. Alguien le dará la llave y usted será dueño de todos los besos del mundo. ( La Dama )
¿Y por qué no me da uno, por ahora? ( Manuel )
Son todos suyos. ( La Dama )